domingo, 28 de octubre de 2007

Jean De La Fontaine

La rana que quiso hincharse como un buey. (Libro I-III)

Vio cierta Rana a un Buey, y le pareció bien su corpulencia. La pobre no era mayor que un huevo de gallina, y quiso, envidiosa, hincharse hasta igualar en tamaño al fornido animal.

"Mirad, hermanas, decía a sus compañeras: ¿es bastante? ¿No soy aún tan grande como él? - No - ¿Y ahora? - Tampoco - ¡Ya lo logré - ¡Aún está muy lejos!"

Y el bichuelo infeliz hinchóse tanto, que reventó

LLeno de gentes que no son más avisadas. Cualquier ciudadano de medianía se da ínfulas de gran señor. No hay principillo que no tenga embajadores. Ni encontraréis marqués alguno que no lleve en pos tropa de pajes.

jueves, 25 de octubre de 2007

La música cañonera

La música cañonera

Se denomina de esta manera a la música que nace en Caracas a principios del siglo XX, como resultado de un fenómeno de centralización y de confluencia de varios factores culturales.

El deseo de la gente que comenzaba a trasladarse a la capital -procedente de toda Venezuela- de interpretar la música de sus respectivas regiones, los llevó a utilizar la instrumentación que tuviesen a mano.
Es ésta la causa que conlleva a que en el mismo género encontremos tan variados instrumentos, que van desde la mandolina y el violín, hasta la trompeta y el redoblante. Y éstos estilos tradicionales, con la nueva dotación, en un medio ambiente distinto y con todas las influencias que ejercieron músicas de otras partes del mundo, sufrieron una lógica alteración.

El resultado de este fenómeno, sumado a un lenguaje citadino y (generalmente) jocoso, dio como fruto un tipo de música, que se puede considerar la primera expresión urbana entre la música venezolana, y que tuvo un fuerte arraigo en el pueblo de las crecientes ciudades de la Venezuela de los años 30.Existieron en los comienzos dos tendencias que se desarrollaron en este género. La primera era de "serenata" y en ella solía cantarse, y los instrumentos eran de sonido suave, acorde al estilo. En esta tendencia los instrumentos que se utilizaban solían ser el "cuatro" (especie de guitarra pequeña de cuatro cuerdas, típica de Venezuela), la guitarra, la mandolina, el violín, charrasca de cobre, tambor e incluso el arpa.
La segunda corriente fue la que se desarrolló en los "mabiles", centros de tolerancia donde se podía bailar. Los músicos de estos locales utilizaban instrumentos mucho más estridentes como la trompeta, el saxo alto, el trombón, maracas y el redoblante. En estos casos el repertorio solía ser instrumental, alternando la melodía con improvisaciones.

La mayoría de los músicos que interpretaban este género eran músicos sin escuela, por lo cual casi siempre lo hacían por propinas. Y fue a ellos, los que conformaban las orquestas "Vente Tú", a quienes se les puso el remoquete de Cañoneros.



Tomado de www.loscanoneros.com

Merengues caraqueños

Ayer miércoles 24 de octubre de 2007, a las 4 pm en la plaza Juan Pedro López (la llamada plaza del Banco Central de Venezuela) pude disfrutar de un gracioso y divertido concierto en vivo por parte del viejo grupo Los antaños del estadium, tocando un repertorio de música caraqueña de principios de siglo XX. Los famosos merengues y música cañonera. ¡Qué tarde tan feliz! El aire se colaba entre todo el público con un clima típico de Caracas, es decir ni muy frío ni muy caliente. La temperatura ideal. El Ávila parecía un lienzo verde y órgánico. La tarde estuvo deliciosa. La gente abarrotó el aforo dispuestopara el grupo. Las personas longevas bailaron como en su juventud cuando aquellos carnavales, que no viví, de aquelos primeros cuarenta años de siglo XX. Yo me encontraba sentado con mi caraqueñidad a cuestas. Mi ciudad está viva. Es un ente dinámico y progresivo, por algo es la cuna libertaria de la esclavitud. Allí no hubo quien se quejara. Los niños y niñas corrían de un lado para otro, los padres los vigilaban, pero no con esa paranoia a la que nos acostumbraron de los robos y asaltos. Las parejas cuarentonas sonreían alegres. Mostraban sus emociones. La música no dejaba de sonar; los clásicos merengues caraqueños retumbaron las soledades y agobios de un ciudad que regresa de trabajar. Piezas como: "La pelota", esa que dice "me voy para Nueva York en busca de unos centavos..." marcaron la pauta del evento organizado por el BCV.

¿Por qué será que ese tipo de manifestaciones culturales son poco vistos por los supuestos artistas, intelectuales y académicos de la cultura? No saben lo que se pierden. Esas son nuestras raigambres. Somos ellas y ellas somos nosotros. ¿Será porque , dirán algunos que son expresiones populares? Pues sí los son y he allí su importancia. El espectáculo duró aproximadamente 2 horas, cuando el sol de Caracas dibujó un lienzo de colores rosas y anaranjados y el viento se apreció más frío.

La tarde de ayer fue inborrable. La tarde de ayer fue mágica llena de esos espíritus del Guaraira Repano y de los espectros de la historia de mi ciudad.

martes, 23 de octubre de 2007

El pensamiento de Jesús y los orígenes cristianos

(Intervención del Dr. Vladimir Acosta en su programa radial “Temas sobre el tapete” del 28 de febrero de 2007 en RNV canal 91.1.)
Por: Vladimir Acosta Fecha de publicación: 05/03/07


I.Vamos a tocar el tema relativo a la discusión acerca de la condición socialista o no socialista de Jesucristo y la polémica que se ha suscitado en torno a afirmaciones hechas por el presidente Chávez en algunas oportunidades, y a la respuesta que ha dado fundamentalmente un grupo de teólogos de la Universidad Católica (UCAB), presididos por el padre Ugalde, Rector de esa Universidad; pero se han agregado algunas cosas y por eso quiero hacer una reflexión antes de continuar con el tema acerca de si Jesús fue socialista, si Jesús comunista, si Jesús fue capitalista, si Jesús fue neoliberal. Ha habido las afirmaciones de que Jesús fue socialista, la negativa de la jerarquía eclesiástica, recientemente se publicaron algunos artículos en aporrea y en otras partes mostrando que Jesús no solo fue socialista sino incluso comunista. Y la semana pasada en la Librería Francesa descubrí un libro recién llegado de un tal Charles Gave, que muestra con citas evangélicas que Jesús fue neoliberal. El libro se titula “Un libéral nommé Jesús” (Un liberal llamado Jesús).

De tal manera que tenemos la gama completa: del Jesús comunista, pasando por el Jesús socialista hasta llegar al Jesús capitalista y al Jesús neoliberal. Yo creo, a partir de todo esto, que se habla de Jesús, Jesucristo, con demasiada ligereza. Como si no hiciera falta estudiar la historia del cristianismo para conocer a fondo y poder opinar. Para poder descubrir ahí mentiras, manipulaciones, falsificaciones y fundamentar realmente las afirmaciones que se hacen. Y no basta con ser cristiano, con haber sido bautizado o haber ido a misa para que ¡cualquiera se convierta en un experto en el tema! Se toman frases sueltas atribuidas a Jesús -cualquiera las tiene, cualquiera las puede utilizar-, se lanzan teorías y se sacan unas conclusiones rápidas, ligeras, acomodaticias. Quiero entonces hacer tres precisiones para tratar de volver a situar, tal como lo veo yo, el debate. En primer lugar, el Jesús del que hablamos todos –Jesús, Jesucristo- no es un personaje histórico, no es un personaje real. Es un personaje literario, un personaje construido, probablemente creado en base a un personaje real, algún profeta o predicador judío del I siglo de nuestra era, que debió vivir en esa Palestina convulsionada, rebelde, en lucha contra el Imperio Romano, donde abundaban los predicadores y los profetas. En todo caso, es un personaje del que no sabemos nada. ¿Cómo, para qué y cuándo se construyó ese personaje literario que es el Jesús de los Evangelios? Para la primera generación cristiana o judeocristiana, porque todavía eran más judíos que cristianos, para Pablo, para los otros, para los hijos de los otros, no hacía falta una historia de Jesús. Bastaba simplemente con creer en su Resurrección. Que Jesús había resucitado. Eso era lo que lo divinizaba, incluso descorporeizándolo. La resurrección de Jesús, tal como la veía Pablo, es una resurrección espiritual. No significaba un cuerpo que anduviera después caminando por ahí. Una resurrección espiritual. Fue más adelante que se hizo necesario insistir en la condición humana de Jesús, cuando la segunda y la tercera generación judeocristiana –que ya eran más cristianas que judías- necesitaron darle historicidad a su Salvador. Mostrar que Jesús no solo había sido Dios sino que también había sido hombre, un ser humano concreto. Pero entonces es cuando se empieza a construir la vida humana de Jesús. Del posible personaje real poco se recordaba o nada, poco se sabía o nada se sabía. Quizás algunas frases sueltas, algunos recuerdos imprecisos. Y las obras que comienzan a construir la figura de Jesucristo, más que biografías o más que objetivos biográficos, lo que tiene son sobre todo objetivos kerigmáticos: es decir, mostrar que Jesús era hijo de Dios, que Jesús era hijo de David o descendiente de David, que Jesús había sido Mesías. Y también querer probar con algunos hechos: la tumba vacía, los ángeles que se aparecen, las mujeres que fueron a llevar ungüento, etc., mostrar su Resurrección. Su increíble Resurrección. Repito, una Resurrección que ya no era meramente espiritual tal como la planteaba Pablo en sus Epístolas, sino una Resurrección corporal. Una Resurrección en carne y hueso. Esta es la obra de los Evangelios, fundamentalmente de los Evangelios canónicos. Evangelios atribuidos falsamente a varios apóstoles. Nadie sabe quién escribió esos Evangelios. Hay ciertas indicaciones sobre dónde más o menos pudieron ser escritos pero los autores son absolutamente desconocidos. Los Evangelios son una suerte de seudobiografías divinizadas y ellas forjaron el personaje de Jesús utilizando textos de la Biblia, presentados como profecías que debían cumplirse en el personaje Jesucristo, textos a menudo deformados, manipulados, a veces hasta traídos por los cabellos, se copiaron milagros de diversas fuentes que eran usuales entonces, se tomaron rasgos de algunos dioses paganos: de Osiris, Adonis, Atis, Dioniso, de Mitra. Dioses que estaban todos asociados a un tema vital en esos siglos, el tema de la Salvación. Dioses estacionales, dioses solares, dioses agrarios, dioses todos ellos que resucitan igual que Jesús. Porque esos cristianos ya se estaban alejando del judaísmo, esos cristianos se iban vinculando cada vez más -a medida que rompían con el judaísmo- se iban vinculando cada vez más al mundo grecorromano, al mundo del paganismo en el cual el cristianismo, en medio de su pelea, tomó muchísimas cosas. En lo esencial, por supuesto, el cristianismo seguía atado al judaísmo, no ha podido nunca y no puede desatarse de él porque el cristianismo necesita que su Dios -que es Jesús- sea hijo del Dios judío, de Yahvé; sea hijo de David o descendiente de David, y sea mesías, mesías judío.

De tal manera pues que al hablar de Jesús recordemos que no se trata de un personaje histórico, de un personaje del que se pueda decir con certeza que afirmó esto o aquello o que escribió esto o aquello, como si se tratara de Aristóteles, Cicerón, Tomás de Aquino, Buenaventura, Napoleón, Churchill, Lenín o de Fidel Castro. Estos son personajes reales que sabemos lo que hacen y lo que dicen. ¡Y recuerden, aún así, es siempre interpretación! ¡Cómo será en un caso donde ni siquiera sabemos cuál era el personaje, y, por lo demás, el personaje fue construido por los Evangelios! De tal manera que el Jesús que cuenta, el Jesús que todo el mundo cita, el que citamos todos, es el Jesús evangélico, el que describen los Evangelios. Y esos textos son textos tardíos, escritos entre los años 70, 80, 90, 100, 110, 120, bastante lejos de la época en que se supone que debió vivir el personaje que les sirvió de base. Esos textos tardíos son textos kerigmáticos, centrados mucho más en demostrar la divinidad de Jesús que su existencia como ser humano, y por añadidura, textos que fueron bastante manipulados en los que se metieron muchísimas manos. De tal manera que no sabemos lo que pudo haber dicho o pudo haber pensado el Jesús original -si es que lo hubo, como parece probable- y no tenemos ningún otro texto que hable del personaje, a no ser los propios Evangelios. Y los Evangelios a menudo se contradicen. Incluso los tres llamados “sinópticos” porque se parecen, se contradicen bastante. El Evangelio de Juan es bastante diferente. Los Evangelios se contradicen mucho –repito- y ponen a Jesús a decir o hacer cosas diferentes, y a menudo, a hacer cosas contradictorias. Y por eso es bien difícil saber lo que pudo pensar o decir el personaje real, que al final no contó mucho para la construcción del personaje literario, que fue el que quedó. Pero resulta que eso es lo que tenemos como única referencia. Lo que hay que tomar en cuenta es que al hablar de Jesucristo, que aquello de Jesús dijo o Jesús fue, siempre resulta hipotético. No es igual decir Tomás de Aquino dijo o Hegel fue o Churchill fue o Churchill dijo. Eso es importante, en primer lugar, para ubicar al personaje y las afirmaciones rotundas que se hacen al respecto. En segundo lugar, si nos ceñimos a los textos Evangélicos, y no hay otra alternativa que ceñirnos a lo que Jesús dice en ellos, no podemos decir que Jesucristo fuera socialista. Tampoco podemos decir que fuera comunista y mucho menos, por supuesto, decir que Jesucristo fuera liberal o neoliberal. Lo que hallamos en ese Jesucristo descrito por los Evangelios es un personaje que las más de las veces, con harta frecuencia, se nos muestra como un personaje humanitario, justo, que se caracteriza por la indignación contra la injusticia, que condena la injusticia, que defiende a los pobres, que defiende a los desamparados y que lleva un mensaje de igualdad, de paz y de amor. Y eso es bastante hermoso. Ahora he dicho que las más de las veces porque eso no ocurre siempre. Las contradicciones de los Evangelios, los intereses que se movieron cuando se estaban redactando esos textos y las manos peludas que se les metieron después, ponen a veces a Jesucristo a actuar de manera muy diferente. A veces actúa como un personaje injusto, como en el caso de la higuera: quiere comerse un higo, no es tiempo de higos y entonces maldice a la pobre higuera y la higuera se seca. Eso no tiene nada que ver con justicia ni con sinceridad ni con comprensión del propio mundo. Lo que pasa con los cerdos: una extraña piara de cerdos –que los judíos no consumen- a la cual Jesucristo le mete trescientos diablos que ha sacado de unos endemoniados y entonces los cerdos se precipitan al agua y se mueren todos; realmente una situación que no tiene ninguna explicación. A veces Jesucristo dice que no trae la paz sino la guerra, que viene a separar los padres de los hijos; en otras oportunidades, le mete miedo a la gente hablándole de (…) de fuego, que dominará el terror y los dientes van a castañetear; a veces es dócil ante el poder romano (“Al César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios”) pero al mismo tiempo es acusado de pretender ser Mesías, o sea, de ser un rebelde contra el Imperio Romano. De paso los evangelistas, que lo que quieren es atacar a los judíos y no a los romanos, acusan a los judíos de responsables de la muerte de Jesús y no a Pilatos y a los romanos. Los Evangelios están llenos de muchas contradicciones y el personaje Jesucristo que aparece ahí es un personaje, por supuesto, también contradictorio.

En fin, lo que cuenta es que lo que priva en ese personaje Jesucristo, lo que domina de la lectura de los textos con todos sus matices, con todas sus contradicciones, es un Jesucristo que tiene un mensaje de paz y de amor, un mensaje caracterizado por ansias de justicia, por solidaridad con los pobres y también cuenta -y eso me parece lo más relevante- que ese mensaje de paz, de amor, de fraternidad, de amor por los pobres, de deseo de justicia, ese hermoso mensaje resulta formar parte de un torrente inmenso de lucha social, de crítica social, de esperanza por un mundo más justo; un torrente que cubre siglos y siglos de la historia humana, que ha formado parte del enfrentamiento contra la injusticia, la desigualdad, la exclusión, la pobreza, la miseria, y de ese enorme torrente del cual forma parte ese Jesús humanitario, solidario y fraternal que es el que predomina en los Evangelios, del que se nutre el socialismo actual, del que se nutre la lucha actual por el socialismo porque el socialismo solo se construye a partir de ese deseo de justicia, de fraternidad, de esa defensa de los débiles y de los pobres y ahí hay una gran cantidad de puntos comunes entre ese Jesús evangélico y el deseo de construir -hoy con muchas más posibilidades que nunca- una sociedad más justa. Eso me parece central. En tercer lugar, el problema de lo que haya sido Jesús: socialista o no socialista, no es el problema central nuestro. Si Jesús fue o no socialista, si fue o no comunista, si fue neoliberal, si fue socialdemócrata, si fue democratacristiano, eso no tiene relevancia. Nuestro problema central es luchar por construir hoy una sociedad más justa, una sociedad que derrote la injusticia, la pobreza, una sociedad democrática, participativa y protagónica, una sociedad socialista, un nuevo tipo de sociedad y para ello debemos centrarnos en lo que es lo principal: en enfrentar los problemas y los enemigos de hoy, en fortalecer la lucha y las organizaciones populares, en crear conciencia política y conciencia de clase, en definir y poner en marcha tareas revolucionarias. En ese sentido el tema de Jesús es secundario. Si Jesús hubiera sido socialista o comunista, excelente, maravilloso. Si hubiera sido neoliberal, peor para él. ¿O es que acaso -si Jesús hubiera sido neoliberal, como pretende este autor francés que les comenté hace rato- nosotros dejaríamos de ser socialistas o de ser revolucionarios y tendríamos que ser neoliberales? No. Eso no cambia nada para las tareas de hoy. Ya no estamos en la Edad Media en que la política siempre tuvo una envoltura religiosa, en la que había que justificar cada paso hacia el cambio social, hacia la justicia humana, apoyándose en algún texto evangélico. Si ni siquiera nos apoyamos en los textos de Marx para cada paso que damos… Marx, que sí fue socialista, que sí fue comunista y de quien sí sabemos lo que dijo, ¿por qué tendríamos entonces que hacerlo con textos de Jesús? ¿por qué tendríamos que depender de frases evangélicas para luchar por la justicia y para participar activamente en la construcción de una sociedad más justa. En todo caso, mi opinión trata de situar las discusiones en un terreno más real, más serio, más denso y también con mayor sentido de lo que es más importante y de lo que es menos importante. II.Quiero retomar entonces lo que había ofrecido para esta semana acerca del pensamiento de Jesús y la lectura de si hubo comunismo o no en los primeros cristianos. Vuelvo al tema del pensamiento de Jesús. Hay algo en Jesucristo que suelen olvidar los cristianos porque la Iglesia cristiana se los oculta y es que Jesús no es cristiano. Jesús es judío. Tanto el Jesús que describen los Evangelios, es decir el único Jesús que conocemos, como el posible personaje que le sirvió de base, es judío. Y Jesús habría sido entonces un judío humanista de su tiempo. Jesús pensó como judío. Actuó como judío. Dirigió un mensaje al pueblo judío y su pensamiento, en lo esencial, casi todo, es parte del pensamiento judío de su época, es parte de la sabiduría judía de su época, del humanismo judío de su época, de la crítica social judía de su época. Jesús defiende la Ley judía y Jesús dice en Mateo 5, 17-18 (el mismo Sermón de la Montaña): “No penséis que he venido a abrogar la Ley o los profetas (es decir, la Ley judía). No he venido a abrogarla sino a consumarla. Porque en verdad digo que antes pasarán el cielo y la tierra que falte una jota o una tilde de la Ley hasta que todo se cumpla”. Es difícil ser más judío, más fiel a la Ley judía que Jesús, si aceptamos estos versículos del Evangelio de Mateo. Lo cierto es que el Jesús evangélico predica solo para los judíos. El propio Mateo dice un poco después (capítulo 10, versículos 5, 6, 7 y 8) que Jesús manda a los apóstoles que vayan a predicar solo a los judíos. Como dice él: a las ovejas perdidas de la casa de Israel, que no vayan a ciudades de gentiles (de paganos, de grecorromanos) y que ni siquiera vayan a ciudades de samaritanos (medio judíos, judíos mestizos). Por ello es una clara manipulación (manos peludas que se le metieron a los textos evangélicos) lo que se le añadió tempranamente al Evangelio de Mateo: aquella famosa frase en que se fundamenta el poder del Vaticano, el poder de los Papas, en la que Jesús le dice a Pedro: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré Yo mi Iglesia y las fuerzas del demonio no prevalecerán sobre Ella y lo que ate y lo que desate, etc. etc. Es decir, convierte a Pedro prácticamente en su heredero y como de alguna manera la Iglesia convierte a Pedro en el fundador de la Iglesia Romana, Pedro entonces es el primer Papa, y los Papas fundamentan su poder, su autoritarismo sobre esta supuesta frase de Mateo. Jesucristo o el Jesús evangélico, repito, no es cristiano. Es judío y no funda ninguna Iglesia. “Iglesia” es un concepto griego, un concepto que no es judío ni tiene relación con el judaísmo. Iglesia supone un dogma y supone una jerarquía, nociones que no existían en el judaísmo de la época. El judaísmo es una religión mucho más abierta que el cristianismo. Es una religión que admite corrientes. De hecho, había corrientes importantes del judaísmo en los tiempos que se supone que anduvo Jesucristo por Palestina. Una de las corrientes la formaban los saduceos, otra los fariseos, otra los zelotes y otra, los esenios. El judaísmo es una religión que no tiene un dogma rígido, que no tiene una jerarquía, es una religión mucho más abierta donde se puede pensar con mucha mayor libertad, donde no hay una inquisición, no hay un poder político que lo declare a uno hereje, que lo bote y que, antiguamente, lo torturaba y lo quemaba por no aceptar la posición oficial. Es decir, el concepto de Iglesia con su dogma y con su aparato de inquisidores y autoridades que creen que todo lo que dicen es la palabra de Dios, es una creación de la Iglesia cristiana, particularmente de la Iglesia Católica. De tal manera Jesús habla para los judíos, piensa para los judíos y no está construyendo ninguna Iglesia porque la Iglesia fue creada después. Jesús ni siquiera es cristiano. Además, el propio Jesús evangélico no funda Iglesia por otra razón que cuenta mucho. Jesús creía, y lo dice a cada paso en los textos evangélicos, en el inminente fin del mundo, en la llegada del Reino que él mismo estaba predicando. Jesús le dice a los discípulos (Mateo 10, 24), a quienes ha mandado lejos a predicarle a las ovejas perdidas de la casa de Israel: “No habréis terminado de recorrer las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del Hombre”. Es decir, antes de que se produzca el fin de los tiempos. ¿Qué sentido entonces tendría para Jesucristo fundar una Iglesia, en el supuesto negado de que hubiera querido hacerlo, cuando creía que el mundo se iba a acabar antes de que incluso le hubieran predicado su mensaje a todas las ovejas perdidas de la casa de Israel? Jesús no funda ninguna Iglesia cristiana porque no es cristiano, porque es judío y además porque cree en el inminente fin del mundo. De tal manera que esta es una simple manipulación, una más, del Vaticano, de la Iglesia de Roma para imponer su supremacía sobre las otras iglesias que existían y que tenían peso en esos primeros siglos en Antioquía, en Bizancio, en Alejandría: todas las iglesias que competían por la hegemonía con la Iglesia de Roma fueron aplastadas fundamentalmente por la imposición dogmática de este versículo manipulado, interpolado, de Mateo. La Iglesia utilizó esto para imponer su supremacía y para eso inventó la primacía de Pedro, para eso inventó el viaje de Pedro a Roma, para eso hizo de Pedro el fundador de la Iglesia de Roma y lo convirtió en el primer Papa, cuando no existían todavía papas; para eso inventó el mito aquel de Quo Vadis, y hasta inventó –más adelante- el mito de que los restos de Pedro están en el Vaticano bajo el propio sitio donde está el trono del Papa. Esto último lo inventó el Papa Pío XII a mediados del siglo pasado: llamaron a unos arqueólogos católicos para que exploraran y sacaran unos huesos… (en Roma, por cualquier calle que uno camine, coge un pico y una pala, da dos golpes y salen unos huesos etruscos o romanos… así es que no es nada difícil excavar unos huesos en cualquier parte de Roma). Inventaron que eran los huesos de Pedro, se suscitó una discusión. Al final por supuesto no se quedó en nada, los propios arqueólogos católicos quedaron dudosos pero para el público cristiano que se las traga todas quedó claro entonces que san Pedro estaba enterrado ahí. Este ejemplo muestra que el pensamiento de Jesús está asociado al judaísmo, que su sabiduría es una sabiduría judía y que hay muy poco de original en él. Esto no le resta en absoluto peso a esa sabiduría judía, esa sabiduría es riquísima, sabiduría con componentes humanísticos, pero lo que quiero señalar justamente no es que eso le quite peso a Jesús sino situar las cosas en su sitio y mostrar que el pensamiento de Jesús es fundamentalmente un pensamiento judío y es una sabiduría relacionada con la de los profetas, de los fariseos, en parte con la sabiduría de los esenios porque, de las cuatro corrientes del judaísmo de entonces: saduceos, fariseos, zelotes y esenios, Jesús –en lo esencial- está mucho más vinculado al fariseísmo, aunque critique en los propios Evangelios la actitud dogmática y rígida que asumen frecuentemente los fariseos. Pero su sabiduría está mucho más vinculada al saber de los fariseos. Eso sí. A veces trata de radicalizar, de rebasar los límites de ese pensamiento, sobre todo cuando lo encuentra un pensamiento demasiado dogmático y también incluye (uno no sabe por qué vías entraron a los Evangelios esos elementos) contenidos que se asocian con los zelotes y con los esenios. Hay mucho parecido entre el pensamiento de Jesús y el de los esenios y el hecho de que entre los discípulos hubiera zelotes y que el propio Judas pareciera haber sido un sicario (en el mejor sentido de la palabra y no los sicarios paramilitares colombianos ni nada parecido) sino revolucionarios que usaban un pequeño puñal llamado “sica”, con lo cual representaban una corriente muy radical del enfrentamiento contra la hegemonía y contra el gobierno de los romanos. De tal manera que ahí hay de todo. Para terminar un último punto. La teología cristiana, la teología protestante del siglo XX que es la más importante, la más inteligente, la más capaz y no esa teología precámbrica que sigue en la Iglesia Católica defendiendo las cosas más indefendibles y las fábulas más ingenuas y más infantiles.

La Teología protestante del siglo XX -particularmente la Escuela de Marlburgo y su principal teólogo Rudolf Bultmann (1884-1976), el más grande de los teólogos cristianos del siglo XX- trataron de enfrentar aquellas opiniones que provenían de críticas de los siglos XVIII y XIX que habían llegado prácticamente a la conclusión de que habiendo tantas fábulas y tantos mitos en los Evangelios, Jesús era un mito y Jesús no había existido. Justamente para enfrentar esa posición Bultmann y otros trataron de descubrir al verdadero Jesús y así surgió el tema del Jesús histórico. El posible personaje real que había servido de fuente para la construcción del personaje literario, aquel personaje que subyacería bajo la capa kerigmática, mítica y fabulosa de los Evangelios. Y empezaron a hacer un trabajo extraordinario de décadas y décadas de investigación, de religiones comparadas, un trabajo científico bien serio, y comenzaron a descartar, para encontrar al verdadero Jesús, todo lo que parecía postizo, lo que parecía añadido. Comenzaron descartando todas las fábulas: la concepción virginal, el nacimiento virginal, el pesebre, los reyes magos, la matanza de los inocentes, la ascención al cielo; descartaron todo lo que Jesús hace o lo que a Jesús le pasa para que se cumplan las profecías bíblicas reales o supuestas (se cumplió esto para que pasara aquello, etc.); descartaron también los milagros de Jesús ya que son todos copiados porque son todos similares a los milagros propios de los taumaturgos de entonces: curar ciegos, curar sordos, curar paralíticos, curar leprosos, resucitar muertos, caminar sobre las aguas, multiplicar panes y peces, convertir el agua en vino como Dioniso, eliminando prácticamente todos esos milagros. Descartaron la mayor parte de las similitudes que tiene el personaje Jesús con otros dioses de entonces como Osiris, Atis, Adonis, Dioniso. Descartaron todos los pensamientos de Jesús que aparecen ya en la sabiduría judía anterior o en la contemporánea, como el caso de Fidel, uno de los grandes sabios judíos de ese primer siglo y, una vez que hubieron descartado todo eso, se encontraron con que prácticamente no les quedaba nada, no les quedaba nada original. Que apenas quedaban unas pocas frases sueltas, alguna que otra idea –que a menudo radicalizaba ideas del pensamiento judío. Es decir, que casi todo el pensamiento de Jesús evangélico está contenido en el judaísmo de entonces, en su sabiduría. Y repito, Jesús fue judío y el cristianismo, que es ulterior, lo van construyendo las sucesivas generaciones cristianas, despegándose del judaísmo, rompiendo en la medida posible con el judaísmo. Y esa fue la obra de los llamados Padres de la Iglesia: Justino, Orígenes, Tertuliano, Jerónimo, Ambrosio, Agustín, que son los verdaderos creadores del cristianismo, de su dogma y de su estructura eclesiástica. Así, Jesús es un pensador judío y Jesús no es ningún cristiano ni es fundador de ninguna Iglesia cristiana y su sabiduría, en lo esencial, es una sabiduría judía del pensamiento judío de ese entonces, de la crítica social de ese entonces, del espiritualismo judío de entonces y del humanismo de entonces. He querido puntualizar estos asuntos porque, repito, generalmente el tema de Jesús se trata con una ligereza impresionante. Cualquiera cree que es una autoridad en Jesús porque lo bautizaron, porque fue a misa o ha leído algunas cosas. La historia del cristianismo es una historia llena de todo tipo de combinaciones entre mitos, historias, fábulas, manipulaciones, intereses, etc. De tal manera que es muy fácil perderse y, sobre todo, cuando el cristianismo se analiza, no como se analiza un objeto de investigación, sino como un problema de fe. Si uno cree primero, después no puede razonar. Y justamente el cristianismo se lo meten a uno en la cabeza primero, antes de que aprenda a razonar y después, cuando empieza a razonar y se tropieza con el dogma, con la creencia, con lo que es su propia fe, uno no tiene capacidad entonces para razonar bien. Uno puede resultar fantástico analizando las otras religiones, analizando racionalmente cualquier religión, pero la de uno no, porque la religión de uno es parte de su fe y entonces no funciona la racionalidad como funciona en los otros casos. Pero dejemos esto aquí y vayamos al tema de los orígenes cristianos. III. El tema de los orígenes cristianos sostiene la discusión de qué componentes socialistas o comunistas hubo en las primeras comunidades cristianas. Las primeras comunidades cristianas que no son todavía cristianas; son judeocristianas: todavía asisten al templo como dicen los propios Hechos de los Apóstoles; todavía están todavía vinculadas al judaísmo. (Lean los Hechos de los Apóstoles para saber cómo se describen ahí). Lo que sí es cierto es que si uno acepta la descripción que hace el capítulo 4, versículo 32 y siguientes de los Hechos de los Apóstoles, se encuentra con que hay componentes que muestran claramente que esas primeras comunidades cristianas, en particular la de Jerusalén, es una comunidad que actúa dentro de un contexto que la vincula a una actitud y una praxis comunista. Ni siquiera a una praxis socialista. El texto dice: “La muchedumbre de los que habían crecido tenía un corazón y un alma sola y ninguno tenía por propia cosa alguna y antes, todo lo tenían en común. No había entre ellos indigentes pues cuantos eran dueños de haciendas o casas las vendían y llevaban el precio de lo vendido y lo depositaban a los pies de los apóstoles y a cada uno se le repartía según su necesidad”. El presidente Chávez tiene toda la razón cuando le leyó este párrafo al cardenal Urosa en la Asamblea Nacional y le dijo: “Cardenal, esto no es solo socialismo. Esto es comunismo”. A la pregunta de si los primeros cristianos fueron o no comunistas y en qué pudieron serlo, no hay duda de que, en lo esencial, esas comunidades cristianas –si aceptamos como válido lo que dicen los Hechos de los Apóstoles- se acercaban -todo lo que podía acercarse- una pequeña comunidad desde el punto de vista del comunismo. Exigían la propiedad común de las tierras o, en todo caso, la venta de quienes tuviesen propiedades para tomar los ingresos y convertirlos en bienes comunes, o sea, exigían la propiedad común de la tierra -que era el bien de producción fundamental de esos siglos. Vivían en comunidad de bienes, repartían los bienes entre todos con justicia y le daban a cada quien según su necesidad. No son comunistas en cuanto que no eran una comunidad revolucionaria, una comunidad que se propusiera cambiar las relaciones de producción, tomar el poder y hacer de la tierra una propiedad social, etc. En ese sentido no lo eran. Constituían más bien una comunidad –primero- pequeña, localizada, una comunidad pasiva, que acepta el mundo tal como es y trata de reformar solo algunos elementos de ese mundo y así, lo que era usual a lo largo de esos siglos de luchas sociales, los que querían una sociedad mejor se reunían en pequeño y trataban de construir esa sociedad. El caso de los esenios, que es uno de los antecedentes del cristianismo, en buena medida es ese: una comunidad donde se practica el comunismo, donde los bienes son comunes, donde hay una norma que convierte esa ciudad, ese monasterio o ese espacio, lo convierte en un espacio modélico. Pero el mundo sigue andando, como en el tango de Carlos Gardel.

El mundo sigue andando, sigue explotando, sigue saqueando, sigue manteniéndose el Imperio Romano y en ningún momento esas comunidades se proponen la revolución ni nada parecido. Simplemente consiste en aislarse un poco del mundo y tratar de construir en pequeño una sociedad mejor. Eso es su límite fundamental. Pero dentro de ese límite, funcionan como unas sociedades en las cuales no hay propiedad privada, en las cuales todo es común, en las cuales el que tiene propiedades y se adhiere a la comunidad, debe venderlas para beneficiar a todo el mundo y se le da a cada uno según su necesidad. Existen evidentemente principios comunistas importantes ahí. Voy a citar algunos textos de algunos Padres de la Iglesia comentando esa comunidad. Pero antes deseo hacer un paréntesis. Anda por cierto por ahí un especie que trata de ridiculizar lo que había dicho el presidente Chávez, reconociendo que sí es verdad que había habido algo de comunismo en esos primeros cristianos pero que por ello se habían arruinado. Y eso es increíble que lo hayan dicho los teólogos chimbos de la Universidad Católica y lo dijo una señora que fue ministra copeyana; luego yo incluso traté de poner las cosas en su sitio en un programa hace como dos meses, cuando se produjo el señalamiento de ella tratando de mostrar como ignorante al presidente Chávez. Y ella decía -y lo repiten de algún modo estos teólogos de la Católica- que hubo hambre y sed entre las comunidades para demostrar que las comunidades se habían arruinado por ser comunistas. Esto es un disparate descomunal y es asombroso que lo digan unos teólogos y unos copeyanos que se la dan de sabios, de conocedores de su propia religión. La comunidad original cristiana desapareció fundamentalmente por la invasión y destrucción de Jerusalén por los romanos en el año 70. No tiene nada que ver con pobreza. En segundo lugar, otras comunidades que funcionaron de forma parecida, ocurrió que con el crecimiento, a medida que el cristianismo crecía, se despegaba un poco del judaísmo, atraía a ciudadanos griegos y romanos, cambiaba la correlación de fuerzas en una sociedad donde había mucho pobre, donde había algunos pequeños grupos de clase media y uno que otro terrateniente que vendía sus tierras para la comunidad, a medida que se fue llenando de otros sectores sociales más importantes, ese comunismo se fue desintegrando y fue dando lugar a una aceptación más evidente del sistema social existente afuera. No tiene nada que ver con que se hayan arruinado esas comunidades cristianas. Y de paso la señora socialcristiana decía un disparate descomunal porque cuando el presidente Chávez citó el caso de Ananías y Zafira (Ananías que vendió la tierra pero no la entregó toda y san Pedro lo hace prácticamente morir ahí) citaba de nuevo a Ananías para asociarlo con el tema de la pobreza. Ella confunde dos Ananías (los nombres se repiten): ahí está Ananías que queda muerto ahí por san Pedro y hay otro Ananías que aparece un poco más adelante, en el contexto de la conversión de Pablo, Saúl, en Damasco y, cuando va ciego hacia Damasco, la Voz le dice que vaya a buscar un tal Ananías en la calle tal y san Pablo, que está preocupado porque está ciego y pasa por un drama psicológico importante (de perseguidor de cristianos ahora empieza a reconocer a Jesús), san Pablo pasa unos días de hambre y de sed, no come y no bebe, pero es san Pablo. Y además este Ananías es un Ananías cristiano que no tiene relación con el otro. De tal manera que generaron ahí un pastel de ignorancia, como suelen hacerlo. Entonces, esto no tiene nada que ver con que haya fracasado la comunidad de bienes.No se trata pues de una comunidad de bienes de ricos que se arruinó sino todo lo contrario, de una comunidad de pobres que trata de sobrevivir colectivizando los pocos bienes que recibe y viviendo sobriamente pero en igualdad. Cito entonces los textos que deseaba mencionar. Diversos Padres de la Iglesia se refieren a esos textos. Tengo aquí una buena colección de ellos pero voy a citar simplemente unos de Juan Crisóstomo, teólogo, Padre de la Iglesia, griego y del siglo IV, que es el más claro, el más radical. En unas Homilías de Crisóstomo sobre los Hechos de los Apóstoles, escribe: “Desterradas estaban de aquella santa Iglesia (se refiere a los primeros judeocristianos) esas insípidas palabras de “mío” y “tuyo” que tantas guerras han traído al mundo. Y aquellos fieles habitaban la tierra como los ángeles del cielo. Ya ni los pobres envidiaban a los ricos pues no había ricos ni los ricos despreciaban a los pobres pues tampoco había pobres. Todo era común. Nadie decía que fuera propio nada de lo que poseía. No sucedía entonces lo que acontece ahora. Ahora los que tienen, conservando la propiedad, dan parte a los necesitados. Entonces no era así. Entonces los que tenían renunciaban a la propiedad de sus bienes y poniéndolos en medio y confundiéndose todos ya ni se sabía quiénes fueran antes opulentos. De modo que si algún orgullo cabía por haber despreciado las riquezas, quedaba de todo punto cortado ya que todos estaban en pie de igualdad y los bienes de todos se habían confundido”. Interesante también la Homilía 11 de Crisóstomo, dedicada a los Hechos de los Apóstoles, cuando escribe: “La Gracia era con ellos porque ninguno padecía escasez por la razón de que todos daban generosamente para que nadie permaneciese pobre. Porque ellos no daban una parte y retenían otra para sí ni daban todas las cosas como si fueran propias. Abolieron la desigualdad y vivían en gran abundancia. Y hacían todo esto de la manera más digna de elogio. No se atrevían a poner una limosna en las manos del necesitado ni daban liberalidades con arrogante condescendencia sino que las ponían a los pies de los apóstoles haciendo de estos los maestros y distribuidores de los donativos. Cada uno tomaba entonces lo que necesitaba de los almacenes de la comunidad, no de la propiedad privada de los individuos. Eso evitaba que los donantes adquirieran una vana complacencia personal”. Y después Crisóstomo se adentra en un cálculo de lo que sería, en la Constantinopla de su época (siglo IV), si se hubiera mantenido esa estructura y los beneficios que habría dado desde el punto de vista de la alimentación, de la propiedad de la tierra, etc. Hace un análisis prácticamente económico, con cálculos en libras y todo lo demás, acerca de esto pero no tenemos tiempo de leerlo hoy.

La última reflexión que quiero hacer sobre el tema de los Hechos de los Apóstoles, es que se podría discutir si estos textos de Crisóstomo y los otros textos que leeré, no están bordando sobre el mismo texto que cité al comienzo de los Hechos de los Apóstoles ya que Crisóstomo no fue testigo presencial de las primeras comunidades. Sí, es posible, pero eso no devalúa nada. Podría devaluar el hecho de que las comunidades no duraron mucho pero no devalúa el hecho de que él como Padre de la Iglesia, todavía en el siglo IV, incluso con una Iglesia que ha cambiado bastante porque ya ha llegado al poder, sigue defendiendo la justeza y la justicia de una sociedad comunitaria, de un reparto de bienes para que no haya pobres y ricos, donde incluso los ricos no es que le den limosna a los pobres sino que se entregan los bienes a las autoridades de la comunidad para que los distribuyan y así desaparezcan las diferencias sociales y se establezca la igualdad. Aquí puede haber algo de esperanza, de utopía, de fantasía pero eso no le resta ningún valor porque lo que cuenta es que se consideraba que esto era fundamentalmente justo y que era mucho más justo que una sociedad de desigualdades como las que existían fuera de esas comunidades. Y que si esas comunidades, dice Crisóstomo, hubieran seguido creciendo en esa onda se podría pensar en un cristianismo caracterizado por la generalización de esos valores, y no por lo que él se encuentra, que es justamente que aquellas formas han desaparecido y lo que domina el mundo es la injusticia, los ricos que explotan a los pobres, la miseria que crece, etc. En síntesis, el hecho de que no hubiera sido totalmente real o de que Crisóstomo hubiera bordado un poco sobre esto, no le resta ningún valor a las afirmaciones, a la esperanza y al deseo de una sociedad más justa, sin pobres, sin ricos, sin miseria, sin exclusión y sin hambre. Esto es un elemento importante que cuenta en esas primeras comunidades y que sobrevive a muchos avatares, problemas, dificultades, y sobrevive también la tendencia normal de la Iglesia a aburguesarse, a burocratizarse, a convertirse en una Iglesia que está pescando su posibles vínculos con el poder romano y que termina cuadrándose con ese poder romano y llegando ella misma al poder convirtiéndose en la religión oficial del Imperio Romano con Constantino. Quiero citar unas últimas frases de Padres de la Iglesia sobre la injusticia y la desigualdad, que resultan bastante actuales. Pero repito, no hay que creer por ello que los Padres de la Iglesia eran unos revolucionarios que querían cambiar el mundo. Eso no fue así. De hecho se sometían al mundo. De hecho cada vez más se entregaban al poder romano hasta que, repito, lograron convertirse en religión oficial sometiéndose a la voluntad de un personaje siniestro, asesino, criminal, arbitrario y dictatorial como Constantino, y marcando la pauta que ha sido luego la norma de la Iglesia de cuadrarse con todos los gobernantes autoritarios, siempre y cuando pueda sacar provecho de ello. No hay que olvidar la actitud de los Padres de la Iglesia (la he comentado en otras oportunidades) a menudo reaccionarias, a menudo racistas, sobre todo en el caso de los judíos, profundamente antijudía (particularmente Crisóstomo fue uno de los más radicales), su actitud antifeminista, su desprecio profundo por la mujer, su actitud servil frente al Imperio Romano, su intolerancia contra toda opinión que no fuera la oficial (el concepto de “herejía” generado por la propia Iglesia), una defensa de la esclavitud, que sacraliza el poder al considerar que el poder viene de Dios y por lo tanto los esclavos tienen que someterse (como dice la Primera Epístola del falso Pedro) y su clara preferencia por la caridad y por la limosna. Es decir, aceptando al final a los ricos siempre y cuando le dieran limosna a los pobres e hicieran caridad. Su idea incluso de desviar la lucha social hacia el otro mundo soportando las miserias y las injusticias de este porque en el otro mundo los pobres van a ser ricos, van a estar bien y los ricos van a estar mal, como en la famosa parábola del rico Apulón y el pobre Lázaro. Pero a pesar de esas tendencias que van llevando a la Iglesia Católica a convertirse en lo que es, sobreviven en muchos Padres de la Iglesia, sobre todo en los Padres orientales (los griegos), algunos rasgos que todavía reivindican el comunismo. Porque muchos de ellos (y Crisóstomo es uno de los que lo hace) continúan defendiendo la propiedad común de la tierra y defender la propiedad común de la tierra en esos siglos –siendo la tierra el principal bien de producción- es casi como defender la propiedad colectiva de los medios de producción. Esos mismos Padres de la Iglesia hacen críticas sociales muy profundas a los ricos y a la riqueza, condenan la desigualdad, la injusticia, defienden a los pobres, defienden la solidaridad social. Incluso Gregorio Niceno, uno de los Padres orientales, sigue manteniendo la condena a la esclavitud pese a que la mayoría de los Padres de la Iglesia terminaron aceptando la esclavitud como parte de un sistema social al cual ellos se estaban integrando (una especie de salto de talanquera). Sin embargo, Gregorio Niceno condena la esclavitud. En un texto que no tengo ahora a la mano, dice: “Dios nos hizo a todos iguales. Nadie tiene derecho a ser dueño de otro ser humano”. Pero esa no fue la posición dominante de la Iglesia. Más bien fue la de la falsa Primera Epístola de Pedro, que dice que los esclavos deben obedecer a los amos porque el poder es de origen divino y deben aceptar la esclavitud resignándose y esperando que el otro mundo sea mejor para ellos. Repito, a pesar de todo lo anterior, se encuentran unos componentes bien interesantes de crítica social en algunos Padres de la Iglesia que vienen de esa idea de justicia originaria de las primeras comunidades cristianas. Leeré unos textos más, de Lactancio esta vez, quien fuera un Padre de la Iglesia latina (hacia el año 300). En De las instituciones divinas, su obra más importante, dice: “Dios entregó la tierra en común a todos los hombres con el designio de que gozacen todos de los bienes que producen en abundancia; no para que cada uno con avaricia furiosa vindicare para sí todas las cosas ni para que alguno se viese privado de lo que la tierra producía para todos”. Esta es una frase que verdaderamente vale la pena retener porque es una defensa de la propiedad colectiva y su principal medio de producción que es la tierra. Escuchen este fragmento de san Ambrosio (¡y no es precisamente un revolucionario este Padre de la Iglesia Latina!): “¿Hasta dónde pretendéis llevar, oh ricos, vuestra codicia insensata? ¿Acaso sois los únicos habitantes de la tierra? ¿Por qué expulsáis de sus posesiones a los que tienen vuestra misma naturaleza y vindicáis para vosotros solos la posesión de toda la tierra? En común ha sido creada la tierra para todos, ricos y pobres, ¿por qué os abrogáis, oh ricos, el derecho exclusivo del suelo? Nadie es rico por naturaleza pues ésta engendra igualmente pobres a todos: nacemos desnudos y sin oro ni plata”. Otro hermoso párrafo. Un tercer fragmento de Crisóstomo: “Todo es común: la tierra, las fuentes, los pastos, los valles y ninguno tiene más que otro. Tú, empero, hombre que eres el más manso de los animales, te vuelves más feroz que una fiera y encierras en una sola casa el sustento de miles y miles de pobres. Y sin embargo no tenemos solamente común la naturaleza sino muchas cosas más. Aparte de la naturaleza, común es el cielo y el sol, y la luna y el coro de las estrellas y el aire y el mar y el fuego y el agua y la tierra y la vida y la muerte y el crecimiento y la vejez y la enfermedad y la salud y la necesidad de comer y vestir”. Y los dos últimos fragmentos que leeré son particularmente interesantes porque parecen escritos para la Venezuela de hoy. El primero, un texto de san Basilio (Capadocia, siglo IV) referido a la especulación que bien pudiera dirigírsele a los capitalistas, empresarios y bandidos explotadores de aquí que siguen creyendo que el país es de ellos. Escribe san Basilio: “No vendas a altos precios aprovechándote de la necesidad. No aguardes a la carestía de pan para abrir entonces tus trojes, porque el que sube el precio el pan es aborrecido del pueblo. No esperes, por amor al oro, a que venga el hambre ni por hacer negocio privado la común indigencia. No seas traficante de las calamidades humanas. No hagas de la ira de Dios ocasión para alimentar tu dinero. No abras más a fuerza de azotes las heridas de los atribulados. Tú miras al oro y no miras a tu hermano. Reconoces el cuño de la moneda y disciernes la genuina de la falsa y desconoces a todo punto a tu hermano en tiempo de necesidad”. Y esta otra frase, mejor todavía, de un Padre de la Iglesia más tardío, italiano, (…) de Verona: “A la avaricia se debe que los graneros de unos pocos estén atiborrados de trigo y el estómago de muchos, vacío. Y que la elevación de los precios sea peor que la falta de productos. Por ella el fraude, el perjurio, la rapiña, los pleitos y la guerra. Todos los días busca el lucro a costa de los gemidos ajenos. Y se ha convertido la confiscación de los bienes en una industria. El apetito de los bienes ajenos urgen con argumento apasionado, so pretexto de defensa propia para que, lo que tenga algún indefenso o inocente, lo pierda según las leyes, lo cual es peor que toda violencia porque aquello que se arrebata por la fuerza, alguna vez puede recobrarse; pero lo que se quita con el amparo de la Ley no puede hacerlo. Glóriese quien quiera de esta justicia, sin embargo sepa que es el más miserable de los hombres quien se enriquece con la miseria ajena”. Estos son algunos fragmentos que demuestran que en esa Iglesia de ese pasado, a pesar de su tendencia, de su evolución de los siglos III y IV hacia el compromiso con el poder, a convertirse en parte del poder y apoyarse cada vez más en los ricos y los poderosos y a volverse ella misma rica y poderosa y olvidarse de su pasado más bien humilde, a pesar de todo ello, estas cosas todavía contaban en el pensamiento de los Padres de la Iglesia de estos siglos III y IV. El balance que podemos hacer es, primero, que en el cristianismo y los primeros cristianos hay un sentido comunitario, de solidaridad, un llamado a la propiedad común de la tierra, una condena de la riqueza y una defensa de los pobres. En segundo lugar, la importancia que tiene esta visión solidaria porque es parte de la lucha histórica por la justicia, por la igualdad, por un mundo mejor y es parte del espíritu de construcción del socialismo, aún si no es exactamente socialismo. Y en tercer lugar, la posición de la Iglesia al servicio de los ricos. Cómo esta Iglesia cristiana se ha alejado de todo eso, cómo ha traicionado sus propios orígenes y su justificación, cómo es así desde hace siglos: una jerarquía religiosa vendida a los ricos y a poderosos, opresora de los pueblos, de los pobres, de los humildes, entregada al poder explotador, formando parte de ese poder explotador; esa jerarquía religiosa es la misma que quiere hoy hacer de Jesús un defensor de los ricos, de los explotadores; esa Iglesia, esa jerarquía religiosa es una verdadera vergüenza para la humanidad. Por eso es que odian todo lo que huele a justicia social, todo lo que huela a socialismo, todo lo que huela a comunismo, a democracia, a igualdad. Son unos hipócritas, ricos, corrompidos y enemigos de los pobres. A ellos les caería muy bien lo que dice la Epístola de Santiago 5, 1-6 (falsa, no es de Santiago, pero tampoco importa quién la haya hecho): “Y vosotros los ricos llorad a gritos sobre las miserias que os amenazan. Vuestra riqueza está podrida. Vuestros vestidos consumidos por la polilla. Vuestro oro y vuestra plata comidos del orín y el orín será testigo contra vosotros y roerá vuestras carnes como fuego. Habéis atesorado para los últimos días. El jornal de los obreros que han cegado vuestros campos, defraudado por vosotros, clama. Y los gritos de los cegadores han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en delicias sobre la tierra, entregados a los placeres y habéis engordado para el día de la matanza. Habéis condenado al justo y le habéis dado muerte sin que él os resistiera”. Bien. El justo está resistiendo ahora. Las cosas han cambiado bastante.

Pero es importante que esos textos, particularmente los dirigidos contra los ricos, contra los explotadores, hoy sean cabalmente utilizados contra la propia Iglesia que los escribió, porque como hemos visto en aquellos siglos, todavía la Iglesia tenía una sensibilidad social que estas altas jerarquías han perdido. Y solo algunos sacerdotes, algunos clérigos, algunos curas humildes, comprometidos con el pueblo, sensibles frente su miseria y su dolor, solo algunos se ubican al lado de los pobres y son consecuentes y fieles con la Iglesia de los primeros tiempos y no con la Iglesia traidora, enriquecida y corrompida que encarnan estas altas jerarquías religiosas que pretenden seguirle hablando a las masas en nombre de Dios y justificar su discurso en una divinidad, que a cada paso niegan con su conducta antidemocrática, autoritaria, reaccionaria y corrompida.

Terminamos por hoy aquí.

lunes, 22 de octubre de 2007

El Tarot


El Colgado

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Arcano 12: El Colgado
El Colgado es una carta del Tarot.
El arcano número 12, el Colgado, no simboliza ningún nivel del rayo en concreto, sino que está asociado a las 12 leyes psíquicas de la Astrología en acción.

Elementos descriptivos (no de interpretación))


Un hombre se encuentra de cabeza, amarrado por un pie de un palo en forma de travesaño, cruzando el pie sobre la pierna como formando un cuatro.

El hombre tiene una especie de medias rojas y en su parte superior una prenda azul tiene aparentemente las manos ocultas como si estuviera amarrado por detrás.
El travesaño del que cuelga en unos tarots se sostiene de dos troncos, a modo de columnas como en otras cartas del tarot. Aunque en algunos tarots aparece el travesaño apoyado por un solo palo, aunque por las hierbas de los extremos, también parece simular las columnas pero ocultas.
El hombre parece tranquilo y an algunos tarots tiene aura sobre la cabeza.

Interpretaciones libres


El Colgado representa a un pobre hombre que simula estar naciendo porque cuelga de los pies boca abajo con las manos atadas y sin la menor posibilidad de escapar de su triste destino. Sin embargo, este desdichado cautivo está sonriendo, es más, si se da la vuelta a la carta aparece bailando con alegría.


Es el vivo retrato del sufrimiento consciente, de la resignación necesaria para materializar la victoria sobre sí mismo. En definitiva, es la víctima voluntaria de un destino aceptado.

Su lectura es la siguiente:


El Colgado significa fortaleza, sabiduría. Limitaciones auto impuestas. Iniciación, prueba. Redención a través del sacrificio, pérdida. Poder profético. Decisiones suspendidas. Elección que requiere contemplación.
Posición invertida: Arrogancia, egoismo, resistencia a las influencias espirituales. Materialismo. Esfuerzo desperdiciado. Falsa profecía. Fracaso. Falta de límites, falta de franqueza, carencia de sacrificio.

EL ESTADO VENEZOLANO APOYA LA LUCHA CONTRA EL VIH-SIDA


domingo, 21 de octubre de 2007

Muñequera del Hatillo


El pasado sábado 20 de octubre de 2007 salió una reseña a cargo de Adalys Javier en el encartado TODOS ADENTRO, semanario cultural del Poder Popular de la República Bolivariana de Venezuela, intitulado Un arte transmitido de generación en generación (página/4) en el cual se leía acerca de una caraqueña hacedora de muñecas de trapo llamada Janet Funez, cuyo trabajo está inspirado, como ella acotó, en Zobeida Jiménez, reconocida muñequera del estado Portuguesa, quien hizo una declaración de las muñecas de trapo del poeta Aquiles Nazoa, a continuación reproduzco textualmente la Declaración:
" Nosotras declaramos que somos hechas de trapos viejos, de tiras, de recuerdos. Que nacemos por y con amor de las manos de la gente sencilla. Que los niños y los poetas son cosas aparte con nosotras, se vuelven locos cuando nos ven. Que cuando el tiempo ha pasado nos evoca la gente y nos encuentran acurrucadas en los recuerdos de su niñez. Que caminamos en el pueblo, que nos mantenemos en él, estamos presentes en su imaginación y en su realidad. Que valientemente enfrentamos la existencia y luchamos por todas las cosas hermosas y sencillas que la componen.
Que somos felices donde hay amor, paz y poesía. Acordamos solidarizarnos con la cabeza de yema, la cabeza de bombillo, las de tuza, las de barro, las de palo, las de piedra, las de guásima, las de junco, las de cera. ¡Que los niños, jóvenes y los viejos jueguen con nosotras! Intensificar el amor a la gente y decirle ¡ no a la guerra ! Hacerle un reconocimiento público a los niños y a los poetas. Ayudar a la conservación de la tradición de las muñecas de trapo. Reunirnos algún día todos los muñequeros y muñequeras para la celebración de la postura de agua de las muñecas. Seguir fantaseando porque es un derecho humano.
Enviar copia de la presente Declaración a los que nos aman.
Dado, firmado y besado en Píritu, Portuguesa, Venezuela.
Al amanecer de un día cualquiera en la casa de una muñeca del pueblo ".

sábado, 20 de octubre de 2007

Teatro en Caracas


Caracas , como toda capital latinoamericana, se caracteriza por presentar espectáculos teatrales, óperas, ballets, danzas contemporáneas y las mal llamadas populares en infraestructuras hechos para tal fin, asimismo se presentan manifestaciones culturales de calles en otros espacios no convencionales.


Cuando se camina por cualquier recoveco de la urbe alocada que es este nuestro valle del Guaraira Repano (voz indígena) nos topamos con cualquier función de títeres, de zancos y malabares, la mayoría, por cierto, bastante lamentables en cuanto a su baja calidad estética y de contenido.


La política cultural actual no permite mucho la expresión de autores y montajes teatrales "burgueses", entendiéndolos como dramaturgos (as) y montajes reconocidos en el ambiente teatral de la comunidad mundial. Eso es discutible. Muy discutible. Las salas de teatro son para otra cosa y si las requieres debes cancelar una gran suma de dinero para obtenerla, tales los casos del CELARG (Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos), al igual que es una hazaña obtener una sala pequeña para presentar una obra de teatro, verbigracia el espacio de la Iglesia de San Pedro en Los Chaguaramos, regido por el grupo del Taller Experimental de Teatro TET. Ese lugar parce un claustro de monjes tibetanos.


Toda esta diminuta disertación la hago por el hecho de que en una época en Caracas, me refiero específicamente a los años 1970, se podía observar una dinámica escénica interesante. existían autores (as), montajes, experimentos como happenings, performances y demás manifestaciones que prometían un futuro "cierto" en la escena nacional. Todos los intelectuales, artistas, cultores, investigadores, docentes, críticos y público en general se afanaban por realizar representaciones con mucho respeto para los espectadores. ¿Quién no recuerda los textos dramáticos de la santísima trinidad, Isaac Chocrón, Román Chalbaud. José Ignacio Cabrujas? ¿Y qué tal Ibrahim Guerra? ¿Y la obra Al Unísono (1972) de Elizabeth Shön, llevada a escena por el grupo Arte de Venezuela del director Levy Rossel? En septiembre de 1971 se presentó Tu país está feliz de Antonio Miranda bajo la égida del grupo de Teatro del Ateneo de Caracas, dirigido por el desaparecido argentino Carlos Giménez.


No sé en realidad qué pasó. ¿El camino se esfumó? ¿Se transformó? ¿Se hizo mejor o peor?. Preguntas que quedan en el aire.


Debo acotar que no pertenezco a esa generación. Soy de los años 1980. Lo que sucede es que, a veces me pregunto hasta cuándo somos una urbe nueva, con raíces nuevas, un hombre y una mujer nueva, me da la impresión que nos disgusta nuestro pasado, que demás está decirlo, es un pretérito, quizás menos rico en referencia a epopeyas y gestas, según algunos estudiosos de la Historia, pero nos pertenece y es menester no olvidarlo.


La escena nacional está allí. Cuando nadie apostaba por ella, sólo algunos actores, actrices y cultores apostaron por su crecimiento. Una de ellas fue la actriz Mimí Lazo. Vaya mi apoyo a su tesón. Si no nos gusta, hay que aplaudirla por mantenerse en las "tablas" cuando nadie lo hacía, o por lo menos lo acometían muy tímidamente.


El teatro es más que un montaje basado en un texto, sea regular o de los mejores, va más alláde una presentaciones de títeres y de circo, no es sólo bailes folclóricos, ni son premios ni concursos como el Festival de Monólogos, ni los de danza. Las artes escénicas en Caracas requiere de una política concatenada con la realidad de las comunidades de barrios, urbanizaciones o caceríos. La diversidad cultural es extremadamente próspera. Hay que ir a las escuelas y a cualquier lugar donde existamos los hombres y mujeres de cualquier pluralidad.


La enseñanza del teatro nos exige la biodiversificación de expresiones. Se necesita una educación y un aprendizaje de culturas locales y universales.

viernes, 19 de octubre de 2007

Expocultura VIH/SIDA en la BN


Considerado por sus organizadores como el más grande evento de este tipo en el país, la Asociación Civil ASES de Venezuela y la Biblioteca Nacional (BN) inauguran el próximo miércoles 17 de octubre, 11:00 de la mañana, la Expocultura VIH/SIDA en la Sala Permanente de Exposiciones de la BN.La intención es crear un espacio para la educación y sensibilización de las niñas, niños, adolescentes y público general, en materia de prevención del VIH, virus que causa la enfermedad y el SIDA, la enfermedad propiamente dicha.Durante dos meses, ya que la exposición durará hasta el 14 de diciembre, los asistentes podrán conocer a través de modelos tridimensionales, materiales multimedia y acciones interactivas, todo lo referente al VIH, vías de transmisión y mecanismos de prevención.


Asimismo, se darán a conocer los avances en materia de acceso a tratamiento en el país y la lucha contra la discriminación a quien padece la enfermedad, entre otros temas.El evento conjuga una serie de actividades educativas, recreativas, artísticas, científicas y culturales en la búsqueda de despertar el interés ante esta epidemia que actualmente afecta a más de 40 millones de personas en el mundo.Venezuela ocupa el primer lugar de casos registrados de la región andina, afectando según cifras oficiales a más de 55 mil personas y en un alto índice a niños y adolescentes.En el marco de Expocultura VIH/SIDA se realizará el Taller Formación de Agentes Multiplicadores para la Prevención, el 30 de octubre y el I Encuentro Infancia, Adolescencia y VIH/SIDA el 15 y 16 de noviembre, ambos en la Sala Manuel Segundo Sánchez de la BN.

¡Qué delicia!

EL CHICHERO

Uno de los personajes tradicionales de Caracas ha sido el chichero, querido por igual por grandes y chicos. Y cuando hablamos de chicheros, el caraqueño dice “¿te acuerdas del chichero de….?”, señalando el barrio o esquina donde se encontraba el vendedor de su preferencia, y nos viene su imagen: el carrito blanco de ruedas estacionado a un lado de la calle y al lado el chichero, con su bata blanca, sonriendo, dispuesto a servir la chicha de arroz hecha con la receta de “entonces”, en vasitos de plástico, después de moverla con un gran cucharón.

De los chicheros tradicionales más conocidos están el de la Universidad Central de Venezuela y José de Jesús Ramírez, quien tiene ya unos cincuenta años vendiendo chicha, pero “chicha de arroz…”, como afirmó en una entrevista que se le hizo. Normalmente se le encuentra en la esquina de Punceles y está orgulloso de su oficio. A él no le gusta ponerle nuevos ingredientes, sino en tomarla como lo hacían nuestros abuelos y nuestros padres.

En la Caracas de hoy encontramos pocos chicheros tradicionales, sin embargo el carro del chichero no falta en la ciudad pues muchos otros, que aunque no son tan tradicionales, ofrecen su producto en los centros comerciales y en las calles, como por ejemplo Juan Chichero: una chicha que ha evolucionado, pues ahora le ponen otros ingredientes, como la leche condensada y canela. Y el consumidor decide: tradicional –sin todas “esas cosas”- o moderna, con esto y aquello

…Y a usted, ¿cómo le gusta su chicha?



Tomado de Caracasvirtual.com

miércoles, 17 de octubre de 2007

Enanos, gnomos y trasgos

Los enanos suelen medir alrededor de un metro y tienen una constitución achaparrada y algo desproporcionado. Resulta bastante fácil identificarlos, porque se dejan crecer largas barbas. Grandes expertos en minería, pueden localizar yacimientos de metales y piedras preciosas mediante el olfato. Son unos orfebres muy hábiles y forjan herramientas de metal y otros objetos mágicos de indescriptibles belleza. Viven en cuevas o bajo tierra, en sus mansiones excavadas en la piedra. Pueden ser hostiles conlos humanos, aunque a veces realizan labores sencillas para ellos. Tienen fama de robar bebés y niños y reemplazarlos con lo que se conoce por "niños cambiados".

Los Gnomos son seres de baja estatura que habitan mayoritariamente en minas y en túneles subterráneos, donde guardan sus tesoros. Se desplazan bajo la tierra sólida con tanta felicidad como nosotros cuando caminamos por la calle. La luz del Sol es uno de sus peores enemigos: un solo rayo del astro rey puede llegar a convertirlos en estatuas de piedra. Los Gnomos evitan a los humanos, pero los mineros oyen el ruido que producen al cavar en las profundidades de de las minas.

Las historias acerca de los Trasgos se orignaron en el sudoeste de Francia y rápidamente se extendieron por toda Europa. Los Trasgos son una raza de duendes pequeños, oscuros y malignos. Normalmente viven en cuevas o en los huecos de las raíces de árboles centenarios, aunque parece ser que no se quedan en el mismo sitio demasiado tiempo. Son muy traviesos y en ocasiones pueden ser perversos e infligir daño a las personas. Nada les divierte más que burlarse de los humanos gastándoles bromas, ya sea objetos pequeños, golpeando los cubos metálicos de leche o cambiando de sitio los carteles que indican la dirección en los caminos.

Margaritas



Al anochecer, cuando me voy a dormir, las estrellas chicas empiezan a lucir.

Gentiles Margaritas de alabastro,

que en la bóveda celeste dejan rastro.

A menudo, mientras sueño,

doña Luna asoma con empeño.

Dulce y cauta, grácil señorita,

viene a recoger a cada Margarita.

Por eso, cuando por la mañana me despierto,

no queda ni una sola estrella en el firmaneto;

la Luna con ternura y amor las ha tomado

y en las praderas verdes las ha depositado.

Frank Dempster Sherman

viernes, 12 de octubre de 2007

¿Qué quedó de Catia?

Yo me crié, y a mucha honra en la zona popular de Catia, específicamente en la subida que da a la avenida principal de Alta Vista. Por cierto, de allí fue el escritor venezolano José Ignacio Cabrujas, quien me parece que fue uno de los pensadores de la ciudad más prolífico y lógico que luego entró en el mundo de del dinero fácil de la televisión sin desmejorar su escritura (otros piensan que empeoró su pensamiento); en fin yo fui criado en la la avenida Sucre y fui muy feliz. El lugar donde viví es una urbanización hecha por Eugenio Mendoza para la clase emergente de trabajadores que se fueron movilizando socialmente gracias a los mal pensados cuarenta años de los partidos políticos AD y COPEI.

Las plazas están llenas de árboles y de rosas, sí señores, sembradas de rosas y de araguaneyes, los hermosos árboles venezolanos de follaje amarillo. El clima de Catia era sumamente frío. El ambiente era neblinoso. Las personas que allí habitabamos eramos personas pobres, pero muy decentes y organizadas. El vecino saludaba al de al frente, en diciembre se intercambiaban hallacas, comida típica de navidad en mi país, dulce de lechosa, "leche de burra" o ponche crema. Esas fueron pequeñas bagatelas. No digo que el pasado fue mejor. Siempre hay que acostumbrarse a los cambios dinámicos de la urbe, aunque no lo deseemos. Antes había muy pocos ranchos y muy pocos imigrantes colombianos hasta que el Sr. Carlos Andrés Pérez los trajera como una supuesta fuerza de trabajo, ahora Catia parece una ciudad de Cucuta, sólo se escucha por las calles y en las cornetas de los buhoneros música de vallenatos. Las palabras típicas de Caracas se han ido sustituyendo por otros vocablos. Por ejemplo, ahora los buhoneros hablan de maduros, en vez de platanos, nombran a la lechosa como papayas. Ahora la grosería más fuerte es la típica colombiana "hijo de puta" y no el sabroso venezolanismo "coño de madre". ¿Dónde está Catia?.

Aquellos señores que vendían raspados de hielo con sabores de frutas tropicales no existen. Las calles están cundidas de basuras y de excrementos y orines. Existen en una misma calle alrededor de tres a cuatro paredes de jeeps de rutas troncales llenos de personas alejadas del gentilicio caraqueño. Los árboles de Catia sirven para guindar la mercancia ilegal que venden los vendedores ilíctos que no pagan impuestos. Hay demasiada droga. Catia aún no desaparace, ella lucha como Don Quijote contra los molinos de viento de la vorágine y de la inconciencia gubernamental y de la gente común.

jueves, 11 de octubre de 2007

Confesión general.

Orquidea, flor nacional de Venezuela
Nací sin darme cuenta, cuando me vi ya está hablando y persiguiendo qué hacer. Mi Madre me educó limpia y respetuosa para el mundo. Aprendí a leer a los 4 años y ya no pude parar, el vicio ineluctable de permanecer en la cama a solas con un libro ha sido fiel, me hizo descubrir que por lo general es más gratificante quedarse con un libro que con algunos hombres. Por sùpuesto, hay excepciones notorias.
(me gustan los paréntesis)
Soy Madre...
Estudié teatro, algo de medicina, otro poco de psicología y comunicación, pero me decidí por los filosófos, estudié a los mejores y los cambié por los peores, los que nadie quiere entender para no desanimarse, los letales. Siempre me pasa lo mismo, escojo lo que no entiendo para tener que volver a empezar. También un montón de talleresy actualizaciones rrupales porque me encanta la gente.
Y la locución que me da de comer en la radio, donde por ahora me hallo fabricando fantásticas poesías para oídos, el supertiche mágico.
La poesía...me recuerda que nunca he salido del cosmos y que soy un un espectro perdido vagando en la tierra, que al contacto con el aire me vulevo vulnerable y siento que vomito, que vivo pegada a las palabras porque gozo cuando suenan y para ver si averiguo lo que significa "soy".
...
Tomado de Juegos de guerra. Libeslay Bermúdez. La Mancha Ediciones. Primera edición abril 2006. Caracas, Venezuela

sábado, 6 de octubre de 2007

Ciudad Universitaria


Andar despacio por las instalaciones de la ciudad universitaria es entrar en contacto con un imaginario diferente a la propia ciudad de Caracas. Si caminas por los caminos que están detrás de la facultad de humanidades y educación en dirección a la Tierra de Nadie en el Aula Magna, sientes una paz muy verde. Es una experiencia ecológica y apacible. Se puede observar el cerro más o verde forestado que da directamente a la plaza del Rectorado. Gente tumbada en la grama sin hacer nada o tal vez si están haciendo. Algunos con su moda del capoeira, otros fumando marihuana alegando que ésta no hace daño al organismo, otros con masas, zancos, aros, haciendo maromas que aún no se perfilan como profesionales. La UCV es una ciudad en su totalidad. Allí confluyen diferentes tendencias y pensamientos (hasta ahora). Grupos humanos de jóvenes y no tan jóvenes que se olvidan por unos instantes de la realidad que la rodea. El Sol de un atardecer en los predios y jardines de la UCV son inolvidables. Doy fe de ello. Soy egresado de las filas de la "casa que vence las sombras". El café que se toma en el edificio de Faces que se encuentra cerca del Aula Magna en realidad es muy malo, pero el ambiente, el clima y la armonía que allí se siente es incomparable. Los chaguaramos de la UCV son legendarios. Las guacamayas que vuelan en el cielo ucevista ya forman parte del imaginario universitario.


La ciudad universitaria necesita que la defiendan de los ataques epilépticos de fanáticos compulsivos de políticas radicales. La UCV es un espacio libre y así permanecerá.

martes, 2 de octubre de 2007

Pequeñas líneas para el Guaire



Así, como la imagen, fue el río Guaire en la Caracas de 1914. Yo quisiera cantarle cosas hermosas a un torrente de agua tan prístino como el que se observa; no obstante caería en un falsedad muy grande. Yo he leído poemas, cuentos, ensayos acerca de la hermosura del río. En realidad no la veo. Mi sensibilidad se bloquea frente a una realidad llena de fetidez. Mi río Guaire es un asco. Ahora que estamos en un período extraño de lluvias y truenos su corriente se ha vuelto más deplorable. Cuando se transita por la autopista a la altura de plaza Venezuela, paralelo al Jardín Botánico se puede ver como se destruyó un río que como vemos en la imagen nos revela una atmósfera bucólica. De vez en cuando se para en sus orillas unas garzas blancas. Quisiera verlas como un símbolo de esperanza. Pero no. Sólo percibo una ciudad consumida en si misma. Yo no le puedo escribir a esos ríos que se decriben en la literatura europea. En mi cabeza no existen. Sólo son fotos literarias. Nada más es una ciudad escrita.

Por favor, aún no.