Palometa
peluda.
Existe en Venezuela una mariposa nocturna, negra y grande,
conocida en la costa oriental como “La Palometa peluda”.
En el estado Sucre, la
consideran verdaderamente temible. Dicen que se cría cerca del Golfo de
Cariaco. Durante la época de lluvias, esta plaga cae sobre pueblos como Carúpano,
Tunapuy y El Pilar, oscureciendo las calles. Causan escoriaciones y daños
irreversibles en los ojos, por el polvillo o pelusa que desprenden sus alas. La
gente de Oriente le atribuye a este insecto un poder maligno, sobrenatural. El cura
oficia misas extras para exorcizarlas y en las noches se encienden grandes
hogueras en las calles, para atraer allí las palometas, que caen en el fuego
estallando como petardos.
Papá Tongoré.
En nuestra Barcelona de Anzoátegui, había devoción por
determinadas imágenes, como la del Niño de
la catedral de Barcelona, y algunas otras que los vecinos poseían, a las
que se atribuían grandes poderes benéficos y protectores y se adoraban en
Navidad. Pero cada quien adornaba su Niño Jesús y lo colocaba iluminado en un
lugar visible.
Muchos vecinos acostumbraban ir a adorar el de otras
casas. Historiadores como Alfredo Armas Alfonzo, recuerdan la devoción a una
imagen del Niño Jesús conocida como “Papá Tongoré”. Pertenecía al vecino Manuel
Yancén y se consideraba muy milagrosa. A principios de siglo las fuerzas del gobierno
combatía al insurrecto general Rolando, en Aragua de Barcelona. Un indio
llamado Pantaima tenía en la mira al caudillo, cuando un centinela de Rolando
gritó: “¡Sálvalo, Papá Tongoré!”. Pantaima se desconcertó totalmente. La
carabina se le trabó y el proyectil se atascó en el cañón.
El general Rolando escapó con vida y la leyenda de “Papá
Tongoré” se extendió por todo el país. La devoción al Niño de Barcelona creció
y el mismo Rolando se hizo devoto de aquella humilde imagen oriental.
Tomado
del libro: Diccionario de Fantasmas, Misterios y leyendas de Venezuela.
Mercedes Franco. Editorial CEC, SA. Los libros de El Nacional. 1era. Edición,
2001. Caracas, Venezuela.
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