lunes, 25 de marzo de 2019

El Ceretón y Aparecida del Espejo.



Ceretón.

Duende enamoradizo, habitante de la Sierra de Falcón. Es llamado también “Cachuchón” por llevar un amplio sombrero. Su morada son los “aitones” de la Sierra, enormes agujeros que normalmente habitan los coy-coy o guácharos.

Los ceretones es una herencia que dejaron en Falcón los Welser, temibles conquistadores alemanes que despoblaron la región durante el siglo XVI. Al igual que muchos duendes teutónicos, son enamoradizos y declaran su pasión a las jovencitas. En ocasiones las secuestran y se las llevan a las montañas.

Muchos brujos falconianos dicen conocer el secreto para “ceretonizar” a las personas, volviéndolas invisibles: matar un gallo negro, enterrarlo bajo la luna llena y al tercer día, desenterrarlo, sacar el hueso del muslo, limpiarlo y llevarlo en la boca atravesado. De esta forma, el hombre rechazado por una joven podrá “ceretonizarse”, es decir, hacerse invisible para poder acercarse a su amada sin ser visto por ella ni por sus familiares.

Aparecida del espejo.

Una familia de la Pastora, un barrio caraqueño de los más antiguos, se mudó a una casa vieja. No tenían muebles y la dueña de la casa decidió venderles algunos de los que amoblaban la casa. Se quedaron con las camas, unas cuantas sillas y una peinadora antigua, con un buen espejo. Aquella misma noche, cuando la nueva dueña fue a peinarse, vio reflejada en  el espejo la imagen de una muchacha rubia y pálida. Esa noche durmió con sus hijos y al amanecer puso inmediatamente en venta el mueble embrujado, lo compró una vecina quien también lo vendió porque cada vez que se miraba, veía el rostro de la aparecida del espejo. La peinadora antigua fue pasando de mano en mano, hasta que no se supo más de ella. Tal vez se encuentre en alguna venta caraqueña de antigüedades.


Tomado del libro: Diccionario de Fantasmas, Misterios y leyendas de Venezuela. Mercedes Franco. Editorial CEC, SA. Los libros de El Nacional. 1era. Edición, 2001. Caracas, Venezuela.

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