sábado, 30 de junio de 2012

Inventando los días. II Congreso crítico de narrativa venezolana.



Inventando Los Días
II Congreso Crítico de Narrativa Venezolana


(Porlamar: 05, 06 y 07 de diciembre)

Instituto de Investigaciones Literarias

Facultad de Humanidades y Educación

Universidad Central de Venezuela

Sede: Programa Nueva Esparta, Universidad Central de Venezuela

Primera Circular

Este Segundo congreso crítico de narrativa venezolana, organizado por el Instituto de Investigaciones Literarias de la Universidad Central de Venezuela, tiene por finalidad reunir a diversos especialistas del área de la crítica y de la investigación.

Con el fin de debatir sobre las diferentes modalidades del cuento, la novela y otros géneros narrativos del país. Esta edición celebrará la trayectoria de uno de nuestros principales novelistas: Carlos Noguera, cuyo trabajo marca un hito en las letras nacionales.

El Congreso se desarrollará sobre la base de los siguientes ejes temáticos:

1.       Análisis del discurso

2.      Teoría y crítica: estado actual

3.      Literatura comparada

4.      La tradición de lo moderno

5.      Del mestizaje cultural al multiculturalismo

6.      La novelística de Carlos Noguera

7.      Re-lecturas: figuras, autores, movimientos

8.      Marcas del Caribe

9.      Géneros emergentes y nuevos formatos (blogs, twitter, webs)

10.   Corporación literaria: ruptura y legitimación

11.    Políticas culturales

12.   Edición, promoción y mercado

Conferencia central

Wilfrido H. Corral (California State University, Sacramento)

Presentación de la obra de Carlos Noguera

José Balza

Participación
Los resúmenes de las ponencias se enviarán, para su debida evaluación, hasta el 01 de septiembre de 2012 a la dirección electrónica que indique en asunto II Congreso Crítico de Narrativa Venezolana: investigaciones.literarias@gmail.com

El resumen debe incluir: a) Título del trabajo, b) exposición del tema en no más de doscientas cincuenta palabras (250), c) cuatro palabras clave, d) nombre y filiación institucional del ponente, e) dirección de correo electrónico.

Una vez aceptada su propuesta, se le enviarán instrucciones para que efectúe la inscripción en la página del Congreso.

Aranceles

Ponentes:                                       Bs. 500,00

Asistentes:                                      Bs. 300,00

Estudiantes con ponencias:              Bs. 200,00

Estudiantes asistentes:                      Bs. 100,00

Información  Instituto de Investigaciones Literarias, UCV  Telefax: 0212 693 05 65

Hospedaje

En próximas circulares se enviará información relativa a las diversas posibilidades de alojamiento.

Comité Organizador


Antonietta Alario
Ángel Gustavo Infante
María del Rosario Jiménez
Vicente Lecuna
María Eugenia Martínez P
Mario Morenza
Yafi Nose
Maritza Pimentel
Rebeca Pineda Burgos
Carlos Sandoval

Patrocinantes

Vicerrectorado Académico (UCV), Dirección de Cultura (UCV), Gerencia de Información y Conocimiento (UCV), Comisión de Estudios de Postgrado FHE-UCV, Fundación UCV, Dicori (UCV).
E

Comienza la muestra de teatro y títeres de IIAVE 2012




Comienza la muestra de teatro y títeres de IIAVE 2012

La XI Muestra Internacional de Teatro y Títeres en las Comunidades de Caracas del 2 al 22 de julio de 2012, en homenaje al maestro Humberto Orsini, que organiza el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo del Arte en Venezuela (IIAVE –Teatro de los Invisibles), comienza el próximo lunes 2 de julio en la sala Doris Wells de la Casa del Artista. Una oportunidad para disfrutar de 110 funciones de teatro, títeres, circo y otras disciplinas, en dos salas de teatro y en distintos espacios comunitarios no convencionales de 16 parroquias caraqueñas.

La inauguración de esta Muestra será el 2 de julio, con triple función en la sala Doris Wells de Casa del Artista. A las 11:00 am el grupo Ángeles con talento presenta “El país del Es no siempre fue” de Mailyn Maurera, a las 6:00 pm el grupo de la UE Jesús Enrique Lossada presenta “La rebelión de los negros” de Flaminio Hernández y a las 6:30 pm el Teatro Nueva Escena del estado Lara presenta “Las morocotas de los guaros no están al final del crepúsculo” de Rodolfo Sequera con dirección general de Altemio Sequera. Completan la programación del día lunes 2 de julio el grupo Don Quijote de Barinas con la obra de títeres “El gato y los ratones” de Roberto Espina y el grupo Teatro Emer-gente de Catalunya a las 10 am en la Escuela de Educación Inicial Teresa de la Parra en la Parroquia La Candelaria; el grupo Telba Carantoña del estado Vargas con “Los cuentos de maese Pedro” de Javier Villafañe, bajo la dirección de Armando Chalbaud y el grupo IIAVE-Teatro de los Invisibles con “El cazador cazado” de Alberto Ravara, en la Escuela Bolivariana Bicentenario Republicano a las 10:00 am. En la Escuela Luis Enrique Mármol del 23 de Enero a las 10:00 am se presenta el Taller inicial de Actuación de IIAVE con “El lobito bueno” bajo la dirección de Bárbara Rodríguez.

Los treinta grupos participantes en la mencionada Muestra son: Grupo Don Quijote y Titirimundi del estado Barinas, grupo Telba Carantoña y Mimo Teatro del estado Vargas, Teatro Emer-gente de Catalunya, Teatro Nueva Escena del estado Lara, Teatro de Integración Latinoamericana de Argentina, Teatro La maleta mágica del estado

Portuguesa, grupo Babalawos de Trujillo, IIAVE en coproducción Venezuela-Cuba, grupo Cabeza de Papelón y Tecoba Teatro del estado Carabobo, Azabache Teatro del estado Miranda, Puerto Teatro del estado Anzoátegui, grupo Altosf de Caracas, grupo IIAVE-Teatro de los Invisibles, grupo Ángeles con talento, grupo Jesús Enrique Lossada, Teatro del Artilugio, Teatro Alternativo Silvia Mendoza, grupo de Teatro Acción, Guarro Teatro, Nueva Expresión, Titiritucho, Teatro Forte, Comuna Teatro, Actividades Alternas, Rayos y centellas, Raúl de la Rosa y TET de Caracas.
 
Auspician esta ya emblemática Muestra de Teatro y Títeres en las comunidades de Caracas, el Ministerio del Poder Popular para la Cultura-IAEM, el Gobierno del Distrito Capital, CANTV, Banco del Tesoro, MPPP Las Comunas y también acompañan: Junta Liquidadora del Centro Simón Bolívar, Casa del artista, INPARQUES y diversos consejos comunales
.
Es de destacar el trabajo de programación coordinada en comunidades con el FITEM, que organiza IAEM del 11 al 15 de julio.

La invitación es para que el público caraqueño se acerque y disfrute de todas las actividades programadas con entrada libre y gratuita en la XI Muestra Internacional de Teatro y Títeres en las Comunidades de Caracas, que se extenderá hasta el 22 de julio, en distintos puntos de la ciudad. Para más información sobre la programación, pueden seguir en facebook a Iiave Teatro Invisibles y en twitter @Red_IIAVE

Las instituciones educativas, comunidades, refugios, empresas y grupos organizados que deseen asistir a la Muestra, deben confirmar su asistencia con antelación a través del correo electrónico tuchoravara@hotmail.com o llamar a los teléfonos (0212) 639 84 32 y al (0426) 226 24 09.

CONTACTO URGENTE: (0416) 824 4422
--
Grisel Márquez
IIAVE -Teatro de los Invisibles
Coordinadora Información
@Red_IIAVE

sábado, 16 de junio de 2012

Gala inaugural noveno Festival Mundial de la Poesía 2012

NOVENO FESTIVAL MUNDIAL DE LA POESIA COMIENZA ESTE LUNES A LAS 6.00 P.M EN EL TEATRO TERESA CARREÑO

POETAS Y ARTISTAS DE LA ESCENA SE HERMANAN EN LA GALA INAUGURAL


Caracas.-Con la participación de 25 poetas extranjeros quienes recitarán en vivo su creación en el Teatro Teresa Carreño, comienza el Noveno Festival Mundial de la Poesía.  Esta gala inaugural contará con la participación escénica de cinco grupos de teatro con fragmentos de espectáculos basados en la creación poética como “Vuelta a casa” de la Compañía Nacional de Teatro con poesía de Ramón Palomares, “Mi reino por un sueño” del Grupo Rajatabla con poesía de José Antonio Ramos Sucre, “Árbol que crece torcido” del  Grupo Escena de Caracas con poesía de Rafael Castillo Zapata, “Pessoas” y “Adiós Alejandría” con los grupos Encuadre Teatral y Aedos con poesía de Constantino Kavafis y Fernando Pessoa  y “Meraviglioso” de la Compañía Nacional de Danza que compartirá escena con Lilia Vera para clausurar la gala con canciones de Otilio Galíndez y Alí Primera, poetas y compositores de nuestra música popular.  El concepto general de la puesta se basa en la comunión  de poesía y artes escénicas bajo la conducción de Costa Palamides.

Los poetas provienen de los cinco continentes y estarán reunidos bajo el lema “El día que comenzó a nacer”  del  poeta venezolano homenajeado en esta edición: Enrique Hernández de Jesús.  Caracas se convertirá en una fiesta poética a partir del lunes 18 de junio en distintos escenarios que incluyen la Sala José Félix Ribas (de martes a sábado a las 6.00 p.m.),  las Salas Horacio Peterson y de Conciertos de la Unearte (martes y miércoles a las 7.00 p.m. y jueves a las 4.00 p.m.)  el Teatro Principal (de miércoles a sábados a las 7.00 p.m.), el Teatro Municipal (miércoles a las 5.00 p.m.)

 Las actividades paralelas incluyen presentaciones de colectivos poéticos y artistas de la escena en diferentes espacios lúdicos  de la ciudad como lo son el Eje del Buen Vivir entre el Teresa Carreño y el Museo de Ciencias a partir de las 4.00 p.m. como también talleres de poesía, conferencias, encuentros y performances poéticas que van desde Caricuao al Fuerte Tiuna, por lo cual habrá que agenciarse de la grilla del Festival donde aparecen todos los eventos hasta el día de la clausura en la Sala José Félix Ribas.

Las entradas libres al espectáculo inaugural de este lunes 18 de junio  estarán dispuestas a partir de las 2.00 p.m. El inicio está previsto para las 6.00 p.m.(FIN/CP)

viernes, 15 de junio de 2012

Ganadores del Premio Municipal de Teatro de Caracas 2012

La novia del gigante de Luigi Sciamanna/ En la foto Antonio Delli (ganador premio municipal de Caracas 2012 como mejor actor)
Ganadores del Premio Municipal de Teatro de Caracas 2012

Mejor producción:
Machete caníbal. Río Teatro Caribe. Productora: Susana López.

Mejor dirección "Carlos Giménez":
Consuelo Trum por Monstruos en el closet, ogros bajo la cama. REPICO.
Mención: Francisco Denis por Machete caníbal. Río Teatro Caribe.

Mejor texto "José Ignacio Cabrujas":
Tres noches para cinco perros de Gustavo Ott.
Mención: Machete caníbal de Francisco Denis y Arved Shcultze.

Mejor actriz:
Valeria Castillo por Monstruos en el closet, ogros bajo la cama. REPICO.

Mejor actor:
Antonio Delli por La novia del gigante.

Mejor actriz de reparto:
Margarita Morales por Mackie. Escena de Caracas.

Mejor actor de reparto:
William Escalante porTres noches para cinco perros. TSMC.

Mejor escenografía:
Estudiantes de UNEARTE por La comedia de las equivocaciones.

Mejor vestuario:
Joaquín Nandez por Las amargas lágrimas de Petra Von Kant (Teatro del contrajuego) y Monstruos en el closet, ogros bajo la cama (REPICO).

Mejor iluminación:
Gerónimo Reyes por Mackie. Escena de Caracas.

Mejor musicalización:
Eduardo Bolívar por Los victorinos (Cuando quiero llorar no lloro). Rajatabla.

Mejor música original:
Edgar Moreno y grupo Quinto Aguacate por Machete caníbal. Río Teatro Caribe.
Mención: Víctor Manso por Entre páginas. Sobretablas de Venezuela.

Mejor obra de teatro para niños y niñas "Aquiles Nazoa":
El circo ausente. Proyecto NAVE y TNJV Caracas. Autor y director: Jorge Cogollo.

Mejor obra de teatro de calle:
Febrero rebelde. IIAVE. Autor y director: Alberto Ravara.

Mejor obra de teatro de títeres "Freddy Reina":
Érase una vez. Teatro de títeres y marionetas Colibrí (Mérida). Dirección: Humberto Rivas y Betty Osorio.

Mejor obra de teatro académico:
El café. Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas. Dirección: Costa Palamides.

Distinciones honoríficas:
Pilar Romero.
Alejandro Lasser.

Mención 4F:
Ruta histórica "Caminos de libertad" del Centro de Caracas.

Mención juventud luchadora y revolucionaria:
Grupo Sobretablas de Venezuela.

Jurado calificador:

María Brito.
Daniela Jaimes Borges.
Oswaldo González.
Trino Rojas.
Joaquin Lugo.

jueves, 14 de junio de 2012

XI Encuentro de institutos de formación teatral




La nueva edición XI Encuentro de instituciones de formación teatral año 2012, tiene como tema :

La tecnología en el teatro... ¿dependencia, moda o necesidad?

En este siglo 21 cuando la presencia de la tecnología informática es esencial para que la comunicación sea más efectiva e inmediata, el teatro se ve en la necesidad de utilizar el espacio virtual como vitrina para mostrar su producción artística a la mayor cantidad de público existente, asi mismo, la maquinaria teatral se engrana dentro de las nuevas tecnologías en las distintas áreas que conforman el hecho escénico; por ello, esta nueva edición del XI encuentro de instituciones de formación teatral, organizada por la Escuela Nacional de artes escénicas César Rengifo, perteneciente al Ministerio del poder popular para la cultura quiere indagar e investigar sobre este terreno.

En esta ocasión se homenajeará a dos maestros, que por años han enseñado a muchas generaciones el arte teatral no únicamente en nuestra querida Escuela sino en variados institutos y universidades, como lo son Orlando Rodríguez y Perán Erminy.

Este año contamos con distintas instituciones que forman al factor humano para el teatro en la ciudad Caracas y de algunas regiones de Venezuela.

¡Bienvenidas y bienvenidos a este XI Encuentro de instituciones de formación teatral!


viernes, 8 de junio de 2012

El mundo fantástico de la literatura infantil

El mundo fantástico de la literatura infantil
Víctor Montoya

Como todo ser humano, desde que el mundo es mundo, desde la noche de los tiempos, he vivido atrapado por los mitos, las leyendas y los cuentos provenientes de la tradición oral; por esas historias que, remontadas en las alas de la imaginación popular, se han transmitido de generación en generación y de boca en boca.

Aún recuerdo que mi abuela, una chola oriunda de una pequeña provincia del norte de Potosí, haciendo gala de un lenguaje salpicado por vocablos quechuas, me refería las aleccionadoras aventuras del Atoj Antoño y el Cumpa Conejo; mientras mi abuelo, un chuquisaqueño de armas llevar, que cató minas con la intención de convertirse en otro Simón I. Patiño, pero quien después de la revolución de 1952 y al final de sus años no encontró más que la desilusión y la pobreza, me introdujo en los estremecedores laberintos de los cuentos de espanto y aparecidos. Así fue como un día, al notar que no podía conciliar el sueño por el temor que le tenía a la noche, escuché en sus labios la leyenda del Tío: “Dicen que el diablo llegó a las minas una noche de tormenta”, dijo, mientras afuera el cielo se vaciaba en relámpagos y aguacero. Desde entonces no he dejado de pensar en la imagen diabólica de ese personaje que habita en los socavones de Bolivia ni en las consejas mineras que adquirían una dimensión particular en la mente de mi abuelo, quien, aparte de ser un narrador jocundo y carismático, era capaz de embelesar a cualquiera con sus historias fantásticas. Sabía gesticular con emoción y cambiar las inflexiones de la voz, a la vez que los ojos se le iluminaban como lamparitas de acetileno y las palabras le brotaban fluidamente, como si todo el tiempo estuviese contando un viejo cuento de magia y de misterio. Así era mi abuelo, conocedor de la mina y sus secretos; un hombre de ideas liberales que, tomándome de la mano, me enseñó a conocer el realismo social y el mudo secreto de los mineros, con quienes compartí y conviví desde mi infancia. Conozco las necesidades de sus hogares, el drama de sus luchas y la tragedia de sus vidas, más trágicas todavía cuando se sabe que estos hombres mueren con los pulmones reventados por la silicosis y a cuatro mil metros sobre el nivel de la miseria.

Debo reconocer que, debido a la falta de medios materiales y a la realidad que me tocó vivir, no tenía la menor idea de la existencia de una literatura infantil, con libros profusamente ilustrados a todo color y con autores que se dedicaban a cultivar apasionadamente este género literario, sino hasta cuando salí de Bolivia, exiliado por una dictadura militar, y fui a dar en el techo del mundo, sin más equipaje que los recuerdos, porque los agentes del gobierno me sacaron directamente de la cárcel y me embarcaron en el aeropuerto de El Alto rumbo a Suecia, un país que, por cierto, me acogió con los brazos abiertos y me enseñó a valorar el verdadero significado del respeto a los Derechos de los Niños, haciendo hincapié en que uno de esos derechos es su acceso libre y gratuito a la literatura.
Cuando empecé a trabajar en una Biblioteca de Niños en Estocolmo, me quedé maravillado, por primera vez, ante un cofre literario lleno de joyas destinadas a los pequeños lectores, pues hasta entonces vivía aferrado a la idea de que los cuentos infantiles existían sólo en la tradición oral y la memoria colectiva, y no en los libros impresos con fascinantes ilustraciones que, además de despertar la sensibilidad estética de los niños, eran varitas mágicas que estimulaban su fantasía.

Ésta fue una experiencia magnífica para quien como yo, que cursó la educación primaria y secundaria en la población minera de Llallagua, estaba acostumbrado a leer sólo por obligaciónlos cuentos y poemas que, a manera de materiales auxiliares de lectura, se incluían en los libros de texto; en esos manuales didácticos, engorrosos y aburridos, cuyo objetivo principal estaba orientado a impartir las complicadas reglas gramaticales, que a mí, como a la mayoría de los alumnos, me parecían más complicadas que las operaciones matemáticas.

La Biblioteca de Niños, contrariamente a lo que relata Jorge Luis Borges en “La Biblioteca de Babel”, no era la metáfora del universo ni la esfera de Pascal, cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna; tampoco tenía galerías hexagonales ni espejos que duplicaban las apariencias.

La Biblioteca de Niños no era como la “Biblioteca de Babel”, un laberinto caótico donde se escondía el libro análogo a Dios, que Jorge Luis Borges buscaba enloquecido entre dialectos pretéritos y remotos, sino un local exento de leyes divinas, donde los libros eran accesibles a la inteligencia humana y ninguno estaba escrito en “dialecto samoyedo-lituano del guaraní, con inflexiones de árabe clásico”; tampoco existía un libro que fuese la “cifra y el compendio perfecto de todos los demás”, o un simple laberinto de letras, puesto que buscar un relato coherente en una sopa de letras es lo mismo que querer encontrar una aguja en el pajar.

En la Biblioteca de Niños, nadie necesitaba más tiempo de lo debido para hallar el libro deseado, pues los anaqueles estaban ordenados en base a un sistema riguroso de computación, que registraba el nombre del autor, la fecha y el lugar de edición, el título y el género de la obra. En “La Biblioteca de Babel”, en cambio, todo era impenetrable. Para localizar el libro A, primero se debía consultar el libro B, y para localizar el libro B, consultar el libro C, y así sucesivamente.

La Biblioteca de Niños, donde yo trabajé como si cada día asistiera a un jardín infantil, era el más concurrido y atractivo de cuanto he conocido; las paredes lucían imágenes arrancadas de los cuentos de hadas, mientras del techo, tan alto como puedan imaginarse, pendía un magnífico aerostato, representando “La vuelta al mundo en 80 días” de Julio Verne, a la vez que el mobiliario estaba hecho según las recomendaciones pedagógicas de María Montessori. De modo que el bibliotecario parecía Gulliver en Liliput y la bibliotecaria Alicia en el país de las maravillas.

Los niños iban y venían explorando tesoros escondidos en los anaqueles y haciendo chirriar mesas y sillas. Al detenerse de súbito, con la mirada encendida por la emoción, alargaban el brazo y tomaban el libro próximo a sus manos. Luego lo contemplaban de arriba a abajo, de anverso y reverso, y, cuando abrían las tapas, quedaban absorbidos en un mundo de aventuras y desventuras, apenas oían las voces de los personajes que poblaban sus sueños.

De las páginas saltaban, uno a uno, Caperucita y el lobo, Aladino y su lámpara maravillosa, Cenicienta y su madrastra perversa, Blancanieves y los siete enanitos, la Bella Durmiente y el príncipe azul que la despierta, la Bella y la Bestia, Pippi Calzaslargas y Nils Holgersson, quien, montado a horcajadas sobre el lomo de un ganso, invitaba al lector a un viaje maravilloso a través de Suecia, para enseñarle la historia, la geografía y las costumbres de este país escandinavo, donde yo mismo recorrí de sur a norte en compañía de la obra de Selma Lagerlöf.

La Biblioteca de Niños, hecho de calor y cariño, me sirvió no sólo para refugiarme en el reino fantástico de los cuentos infantiles, sino también para reflexionar que, en el país que me vio nacer, existen todavía quienes viven y mueren sin aprender a leer ni escribir, y cientos de miles de niños y jóvenes que no tienen acceso a una sola joya de la literatura infantil y juvenil.

Por lo demás, si “La Biblioteca de Babel” era el resumen del caos del universo, la Biblioteca de Niños era un plácido jardín, donde los libros parecían flores y los niños mariposas.
Así pues, la biblioteca comunal de Tyresö, donde trabajé a principios de los años 80, me permitió retornar a mi pasado y rescatar al niño que habita dentro de mí, y a quien, acaso sin saberlo o sin quererlo, lo rechacé durante mucho tiempo, hasta que volví a repetir:“Desde adentro, desde adentro,/ Desde el fondo de un abismo,/ Viene corriendo a mi encuentro,/ Un niño que soy yo mismo...”. Estos versos de Óscar Alfaro es un auténtico “Viaje al pasado”, a esa infancia que es un tesoro que debemos guardar celosamente y no perderlo nunca, pues ese niño o niña que habita en nuestro fuero interno, manteniéndose latente y negándose a morir, se manifiesta de manera espontánea cuando la lógica del razonamiento adulto es vencida por la fuerza del subconsciente, donde gobierna ese niño o niña que constituye el cimiento sobre el cual edificamos nuestra personalidad. No en vano reza el sabio proverbio inglés: “El niño es el padre del hombre”.

Por eso mismo, me llaman la atención los versos de añoranza de Pablo Neruda, quien, con su mirada de infancia, irremediablemente perdida, decía: “...Y a veces recordamos/ al que vivió en nosotros/ y le pedimos algo, tal vez que nos recuerde/ que sepa por lo menos que fuimos él,/ que hablamos con su lengua,/ pero desde las horas consumidas/ aquél nos mira y no nos reconoce...”. Es decir, “El niño perdido” de Pablo Neruda, además de causarme angustia, me provoca una rara sensación de algo que no quisiera experimentar en carne propia, pues lo que yo quiero, sin vacilar un solo instante, es que mi niño me acompañe hasta la muerte, y no porque tenga miedo a hacerme viejo, ni llevar a cuestas el peso de la experiencia y la apariencia física, sino, sencillamente, porque así me siento entero, con el anverso y el reverso de mi vida y de mi tiempo.

Ser viejo en lo físico no es lo mismo que ser viejo en lo psíquico. Einstein, por ejemplo, tenía el pelo blanco, pero era un niño por dentro; era sabio, pero tenía el corazón y la imaginación de un genio de quince años, aunque a la edad de los 25 se situó en la cúspide de los titanes del pensamiento humano, como Copérnico o Newton, tras descubrir la relatividad del tiempo, de nuestro tiempo. Por lo tanto, debo constatar que no soy el único adulto que posee alma de niño, sino un adulto más en quien perdura el peso de la infancia, con una pureza similar a la leche de la bondad humana.

Si todavía no se pusieron a pensar, valga recordarles que las obras de los poetas, músicos, pintores y científicos, nacen del juego de ese niño eterno que se esconde dentro de ellos; de ese niño que nunca pierde la capacidad de entusiasmarse, preguntarse, reinventarse o maravillarse. De no estar presente ese niño juguetón en cada artista, en cada uno de nosotros, sería más grave la vida y menos llevadera la existencia. Por suerte, la fantasía de un niño se prolonga hasta la muerte, aunque algunos lo desconozcan por temor a perder su autoridad de adultos o porque, sujetos a las normas lógicas y racionales de su entorno, se avergüenzan de sus fantasías, como si fuesen propias del infantilismo pueril e impropio de la edad adulta.

Sigmund Freud, en su estudio sobre el poeta y la fantasía, se preguntaba: “¿No habremos de buscar ya en el niño las primeras huellas de la actividad poética?”. Sin duda, la preocupación favorita e intensa del niño es el juego, actividad lúdica a través de la cual se conduce como un poeta, creándose un mundo propio o, más exactamente, situando las cosas de su mundo en un orden nuevo, grato para él. “El poeta hace lo mismo que el niño que juega -dice el padre del psicoanálisis-: crea un mundo fantástico y lo toma muy en serio; esto es, se siente íntimamente ligado a él, aunque sin dejar de diferenciarlo resueltamente de la realidad”. Incluso el hombre que cree haber dejado de ser niño y haber dejado de jugar, no hace más que prescindir de todo apoyo en objetos reales y, en lugar de jugar, fantasea. Hace castillos en el aire; crea aquello que denominamos ensueños o sueños diurnos, aunque a veces se avergüenza y oculta sus fantasías ante los demás. Con todo, si el poeta, al igual que el niño, es un hombre que sueña despierto, entonces la poesía, como el sueño diurno, es la continuación y el sustituto de los juegos infantiles, así como los instintos insatisfechos son la fuerza impulsora de las fantasías, y cada fantasía es una satisfacción de deseos, una rectificación de la realidad insatisfecha.

Sin la fantasía no seríamos lo que somos ni tendríamos lo que tenemos. La actividad de la fantasía se expresa en la creación artística. Gracias al poder de la fantasía, incubada desde la infancia y mimada hasta la muerte, se han creado los instrumentos de los cuales disponemos en la actualidad. Sin la fantasía no hubiera existido un Leonardo da Vinci ni un Julio Verne, ese científico apresurado que, en su vida y en su obra, fue un niño-viejo, como lo fue Jonathan Swift en los “Viajes de Gulliver”, J.R.R.Tolkien en la fantástica epopeya de “El señor de los anillos”, Lewis Carroll en “Alicia en el país de las maravillas”, los hermanos Grimm en sus cuentos de hadas,Hans Christian Andersen en sus cuentos fantásticos y J.K. Rowling en las aventuras de Harry Potter. También Michael Ende -otro de mis escritores favoritos- reivindicó la infancia como la etapa más noble del ser humano, una etapa mágica en la que todo es posible, incluso escribir la “Historia interminable”, una larga correría por la fantasía, sin saber luego cómo salir de ella para retornar a la realidad externa, donde muchos viven atrapados en las redes de un mundo lógico y enteramente racional. Él mismo, con su aspecto de científico bueno y la pipa en los labios, manifestó: “Desde la escuela han hecho sentirme diferente, éste es un mundo en el que no se ama a los soñadores. Pero, por otra parte, nunca creí que los otros fueran como se comportaban. Siempre he pensado que en el fondo, los otros son como yo, sólo que no lo saben”. Otro niño-viejo fue James M. Barrie, el periodista escocés y aspirante a escritor, quien creó un personaje universal llamado Peter Pan, el niño eterno que se negó a crecer.

Sin embargo, así como los adultos se empeñan en hacerse mayores y en esconder el Peter Pan que los habita, yo me empeñé, como les iba contando, en estrangular al niño que llevo en mi interior, sin entender que él también tenía derecho a vivir como el adulto que intentó desalojarlo. Pero fue una misión imposible, porque el niño que me habita se armó de coraje y, al igual que Peter Pan -el pequeño gran héroe que podía volar como un pájaro y resistir los embates del temible capitán Hook-, decidió enfrentarse a mi ser adulto y defender el lugar que le corresponde en mi vida.

Desde entonces me ha sido más fácil identificarme con los personajes del maravilloso mundo de la literatura infantil y juvenil, con “Pulgarcito” de Charles Perrault, “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry, “Nalle Puh” de Alan Alexander Milne y “Pippi Calzaslargas” de Astrid Lindgren, cuyas aventuras de desobediencia y desacato a la autoridad de los adultos me fascinan de manera especial, puesto que la picardía del Lazarillo de Tormes, la ternura de Mary Poppins y las aventuras de Peter Pan, son elementos integrantes de la fantasía tanto de los niños como de los adultos, así éstos últimos se nieguen a reconocerlo porque han olvidado su infancia o porque se hacen de ella una idea casi artificial, como cuando se niega obstinadamente la conocida frase de Nietzsche: ”En aquel hombre hay oculto un niño que quiere jugar”.

Ya dije que, por mucho tiempo, negué al niño que habita en mí. Es decir, había domesticado y reprimido mi fantasía, había supeditado mi mundo interior al exterior, hasta que un día, por esos azares que no se pueden explicar, lo fantástico encontró la manera de vengarse y de emerger, como ese actor frustrado que por mucho tiempo permaneció maniatado en las catacumbas del subconsciente. De ese desfogue nació el escritor que me tomó la delantera, consciente de que uno de los grandes filones de la literatura es la historia protagonizada por las niñas y los niños insatisfechos, quienes buscan refugio en la fantasía para escapar de una realidad insoportable o, simple y llanamente, aburrida y desastrosa. Quizás por eso, los niños de mis cuentos suelen ser imaginativos y solitarios, que a veces hablan poco y lloran sus penas en secreto, niños que viven una doble vida: la cotidiana y la de su propio mundo fantástico.

Ahora bien, para quienes en el silencio, y a estas alturas de mi intervención, se estén preguntando cuáles son los libros de literatura infantil que escribí a lo largo de mi vida, la respuesta es única y concluyente: no escribo libros para los niños ni las niñas, sino ensayos sobre la literatura infantil, por la sencilla razón de que a los niños, en estos vericuetos de la literatura, no se les puede meter gato por liebre. Por eso mismo admiro a quienes, entre borbotones de ternura y deslumbrante ingenio, dedican todo su tiempo y talento a escribir con la pasión del alma libros destinados a los pequeños lectores, sin más pretensiones que crear obras hechas de encantos y espantos, luego de haberse zambullido en los pensamientos y sentimientos de sus protagonistas, en sus conflictos emocionales, en sus actividades lúdicas y, sobre todo, en su lenguaje, que es el eslabón más importante de la moderna literatura infantil y juvenil.

Ahora que he retornado a esta hermosa tierra que me vio nacer, después de más de treinta años de ausencia, me empaparé de su realidad desmesurada y contradictoria, en un intento por seguir las huellas de nuestros precursores como Óscar Alfaro, Hugo Molina Viaña, Yolanda Bedregal, Beatriz Shulze Arana, Rosa Fernández de Carrasco, Gastón Suárez, Paz Nery Nava, Elda de Cárdenas, Alberto Guerra Gutiérrez y Antonio Paredes-Candia, para luego descubrir y redescubrir la obra del medio centenar de escritoras y escritores que están registrados en la Academia, donde algunos, con más bríos que otros, brillan con luz propia en la constelación de una de las literaturas que mejor estimula el hábito de la lectura en quienes mañana serán los grandes lectores de la gran literatura universal.

Y para terminar este mi cuento, sólo cabe manifestarles que me siento muy, pero muy feliz de ingresar como miembro honorario a la Academia Boliviana de Literatura Infantil y Juvenil, una institución forjada por personas honorables, que se dedican a cultivar el noble oficio de las letras, en medio de un grupo selecto de colegas que, a partir de este memorable acto, vivirán para siempre en el corazón humilde de este escritor que, ande por donde ande, jamás dejará de ser un niño boliviano.


Discurso de ingreso de Víctor Montoya a la Academia Boliviana de Literatura Infantil y Juvenil, en un acto realizado en el Espacio Patiño de la ciudad de La Paz, julio de 2011.

domingo, 3 de junio de 2012

Los niños de la calle toman el escenario

Los niños de la calle toman el escenario
Por Bruno Mateo


Obra: Vicente Miguel PataCaliente

Autor: Robert Thompson

Grupo: Teatro La Baraja

Dirección: Luis Alfredo Ramírez.

Lugar: Teatro Alberto de Paz y Mateos, av. Andrés Bello, Caracas.

Fecha: sábado 02 de junio de 2012.







            Un trabajo que merece recomendarse porque , primero, nos encontramos con un texto inteligente para niñas y niños, en donde se  utiliza la metaficción, cuando toma  Orlando Araujo (1927-1987) como personaje de la historia de la dramaturgia. Es de acotar que Araujo fue un escritor, economista, poeta, profesor universitario, periodista y guionista de cine y televisión venezolano. El creador del personaje Miguel Vicente PataCaliente. Robert Thompson logra un excelente texto en donde el protagonista Miguel Vicente PataCaliente, niño de la calle o en situación de calle vive una aventura ayudado por su amigo y pana Chande, niño de la calle explotado en la industria manufacturera. La pieza enseña sin dejar a un lado el entretenimiento. Una dramaturgia de denuncia en boca de unos niños. Muy entretenido y segundo porque es una puesta en escena vibrante con buenos vestuarios y la música original de Jonathan Angarita es fascínante.

            El montaje a cargo de Luis Alfredo Ramírez fue digno y responsable. Logra darle la impronta de seriedad en cuanto a la metodología del montaje. La narratología de los hechos es llevada con bastante tino. Una acción tras otra de manera ascendente. De menor a mayor complejidad hasta lograr el desenlace feliz. Todo es riguroso en cuanto al andamiaje de la puesta en escena.  Un trabajo refrescante y divertido. Lleno de colores que contrastan con el negro del escenario.  Una escenografía que consta de tres “backings”  dibujados ingenuamente es todo lo que se necesita para recrearnos los ambientes necesarios de la historia. Los vestuarios muy acordes con cada situación, destacándose el de las Señoritas Sociedad.

            Las actuaciones están muy bien logradas.  De entre las tres señoritas sociedad hay una de ellas, la de rojo, que, le sugiero, desde el respeto que se merece, le imprima un poco más de energía en su actitud y más firmeza en la voz independientemente de la concepción del personaje. El actor Diego Mora  que interpreta a Vicente PataCaliente tiene una excelente expresión corporal. Demasiado aniñado para mi gusto. Tal vez si logra romper con el clisé del niño ficcional que creamos los adultos le iría mejor. Buena presencia escénica. En cuanto a su compañero el actor Slavko Sorman, quien personifica a su amigo Chande logra totalmente al niño  de la calle. Irradia mucho talento y seguridad en escena. Su expresión corporal es menos depurada que Mora, sin embargo es justa y precisa para la caracterización. ¡Felicitaciones por su trabajo!, igualmente debe felicitar a la actriz Jennifer Urriola quien hace el   personaje que se roba el corazón del público. Encantadora su personificación de la cubana. Las señoritas Sociedad están bien, pero pudieron estar mejor. Tienen los mejores vestuarios. Su imagen es atractiva y son las malas de la obra. Los personajes de villanos siempre son los que más resaltan. En esta ocasión no lo hicieron. Cumplieron dignamente, pero pudieron sacarle más. El actor José Vicente Lezama que interpretaba a Orlando Araujo está bien. Es un joven actor que poco a poco adquirirá más destreza en el escenario para sacarle más  a un personaje narrador.

            El montaje de Miguel Vicente PataCaliente es hermosamente inteligente digno de pararse en cualquier escenario que le venga por delante.


Por favor, aún no.