jueves, 21 de febrero de 2019

Novia del Litoral y Pozo de Caruao.


Novia del Litoral.

A mediados de nuestro pasado siglo XX, una automovilista venía de la playa por la carretera vieja de la guaira. En mitad del camino encontró a una muchacha vestida de novia, quien le pidió que la llevara a Caracas. Durante el camino conversaron agradablemente y él se lamentaba de que aquella mujer fuese a casarse al día siguiente, como le informó. Era tan bella.

La dejó en una casita de Catia, tal como ella le indicó. Cuando se dirigía a su casa, el joven notó que la pasajera había  olvidado  en el asiento su ramo de rosas blancas. Se devolvió a la casita donde minutos antes la dejara. Le atendió una señora. Él preguntó por la novia. La señora le mostró una fotografía, preguntándole si se trataba de esa chica,  a lo que el hombre asintió.

Entonces le explicaron que aquella joven había muerto veinte años atrás. Venía a casarse a Caracas y tuvo un accidente fatal en esa vía. Desde entonces, vestida de novia, sigue vagando eternamente, tratando de llegar a Carcas para casarse y solicitando a los transeúntes que la lleven.

En aquel momento el ramo de rosas blancas que el joven llevaba en su mano se convirtió en cenizas.

Pozo de Caruao.

A poca distancia de Caruao, en nuestro estado Vargas, existe una leyenda que espanta  a propios y extraños
.
Se trata del “Pozo del Cura”, fresco remanso formado por el rio Aguas Calientes.

Cuentan que hubo antiguamente un convento entre Orituco y la Sabana, habitaba allí un sacerdote que frecuentaba el pozo y protagonizaba en él grandes escándalos, con algunas mujeres del lugar. La gente, horrorizada, temía reclamarle su conducta, pues además, el individuo en cuestión era bastante violento.

Un día, mientras se bañaba en aquel pozo, el perverso cura fue literalmente tragado por las aguas, ante la presencia de sus amigas. Pese a ser experto nadador, nada pudo hacer para salvarse. Su cuerpo no fue encontrado jamás. Dicen que desde entonces su espectro aparece, agitando los brazos, pidiendo ayuda y tratando de salir de aquel pozo.

Los vecinos de Caruao advierten a los viajeros y vacacionistas que no se bañen en “El Pozo del Cura”, mucho menos de noche. El fantasma de aquel desdichado podría apoderarse de ellos y hacerlos desaparecer entre las aguas.



 Tomado del libro: Diccionario de Fantasmas, Misterios y leyendas de Venezuela. Mercedes Franco. Editorial CEC, SA. Los libros de El Nacional. 1era. Edición, 2001. Caracas, Venezuela.


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