jueves, 21 de febrero de 2019

La Fiera.



Es este uno de los más espantosos fantasmas o aparecidos de los Andes. Aparece en su forma humana como una bella y tentadora mujer, que seduce a los viajeros en los solitarios caminos parameros.

Así ocurrió con Rogelio y Braulio, dos compadres que salieron del pueblo de Tovar, en Mérida, y tomaron el camino de la montaña. Al llegar la noche se cruzaron con una hermosa desconocida, que llevaba un burro cargado de leña. Como buenos caballeros, se ofrecieron a escoltarla. Traspusieron una cuesta y un riachuelo y llegaron a un valle solitario, donde se alzaba una mísera cabaña. Era la casa de la dama.

Al entrar hicieron fuego. Ella les dio miche y preparó un suculenta cena. Coqueteaba descaradamente con los dos, pero sólo aceptó dormir con Braulio.

Mañana te toca a ti”-le dijo dulcemente a Rogelio, quien tranquilo, se quedó dormido junto al fuego.  

Despertó en la madrugada, con un frío aterrador. Sólo se oía el viento, y en la plena oscuridad, un crujido continuado, como de ramas quebrándose.

Intrigado, Rogelio encendió una vela y se acercó al cuarto de la mujer, para despertar a Braulio. Pero de su compadre quedaba ya muy poco. Aquella mujer diabólica transformada en una suerte de animal aterrador, lo estaba devorando poco a poco. Lo que Rogelio había estado escuchando eran los huesos de Braulio, entre las fauces enormes  de  aquel demonio.

El espantado campesino dejó caer la vela, en el colmo del horror y salió corriendo, perseguido por aquel ser monstruoso que gruñía como un tigre feroz.

Al pasar el riachuelo, las luces del alba comenzaron a aparecer tras las montañas. Desde la orilla opuesta la mujer rugió:

“¡Esta vez te salvaste por la luz del sol, pero trata de no cruzarte de nuevo en el camino de la fiera!”


Tomado del libro: Diccionario de Fantasmas, Misterios y leyendas de Venezuela. Mercedes Franco. Editorial CEC, SA. Los libros de El Nacional. 1era. Edición, 2001. Caracas, Venezuela.


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