sábado, 16 de febrero de 2019

La Llorona y María Francia.



La Llorona.

Con sus desgarradores lamentos interrumpe el silencio nocturno, en los más apartados pueblos de Venezuela. Cuenta la leyenda más conocida que la Llorona era una mujer española. Vivió durante la Colonia en un pueblo y tuvo varios hijos con un indígena. Sus hermanos se enfurecieron al descubrir tal “aberración”. Debemos recordar que para entonces se decía que los indígenas no tenían alma. Eran considerados animales, seres inferiores, de origen diabólico.

Los hermanos de aquella dama mataron a sus hijos, y la casaron con un español. Pero la pobre mujer enloqueció y se escapaba en las noches de su casa. Vagaba por los campos, suelto el largo pelo, en una amplia bata de noche, llorando y lamentándose tristemente por la muerte de sus hijos. Los campesinos se santiguaban al oírla.

Al poco tiempo murió de pena, pero los campesinos aún la escuchaban. Y aún la oyen y algunos hasta la han visto pasar arrastrando el peso de su tristeza por los campos de Venezuela.

María Francia.

Los jóvenes venezolanos conocen muy bien la leyenda de María Francia, la amiga de los estudiantes. A ella se encomiendan, le encienden velas y solicitan su ayuda cuando hay un examen difícil, o cuando tienen problemas amorosos. ¿Pero quién es esta misteriosa protectora de la estudiosa juventud?

Cuenta la tradición que María Francia era una bella estudiante universitaria. Vivía en Caracas con sus padres y estaba a punto de graduarse con notas sobresalientes. Al concluir sus estudios realizaría su sueño: casarse con su prometido, con el que llevaba varios años de noviazgo. Como todas las jóvenes, era alegre, amaba la vida y las flores.

Se acercaba el día de la boda y todo parecía perfecto, ideal. Hasta que tocaron la puerta. Al abrirla sólo vieron un tiesto de flores. Un bello regalo. María Francia lo recibió emocionada, pero antes de que pudiera darse cuenta caía al suelo, fulminada por la mordedura de una serpiente venenosa, que había salido de aquellas rojas flores. En pocas horas la infortunada muchacha estaba muerta. Una antigua amante del novio, celosa y despechada, era quien había enviado el mortal regalo.

Los padres de María Francia la enterraron  en Caracas y luego abandonaron el país.  Pasaron muchos años, y hoy en día, hay un hermoso mausoleo en el Cementerio General del Sur, lugar de veneración de muchas personas. La mayoría son jóvenes estudiantes, quienes solicitan con fervor el amparo de su protectora, María Francia.



Tomado del libro: Diccionario de Fantasmas, Misterios y leyendas de Venezuela. Mercedes Franco. Editorial CEC, SA. Los libros de El Nacional. 1era. Edición, 2001. Caracas, Venezuela.


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