La Llorona.
Con sus desgarradores lamentos interrumpe
el silencio nocturno, en los más apartados pueblos de Venezuela. Cuenta la
leyenda más conocida que la Llorona era una mujer española. Vivió durante la
Colonia en un pueblo y tuvo varios hijos con un indígena. Sus hermanos se
enfurecieron al descubrir tal “aberración”. Debemos recordar que para entonces
se decía que los indígenas no tenían alma. Eran considerados animales, seres inferiores,
de origen diabólico.
Los hermanos de aquella dama mataron a sus
hijos, y la casaron con un español. Pero la pobre mujer enloqueció y se escapaba
en las noches de su casa. Vagaba por los campos, suelto el largo pelo, en una
amplia bata de noche, llorando y lamentándose tristemente por la muerte de sus
hijos. Los campesinos se santiguaban al oírla.
Al poco tiempo murió de pena,
pero los campesinos aún la escuchaban. Y aún la oyen y algunos hasta la han
visto pasar arrastrando el peso de su tristeza por los campos de Venezuela.
María Francia.
Los jóvenes venezolanos conocen muy bien la
leyenda de María Francia, la amiga de los estudiantes. A ella se encomiendan,
le encienden velas y solicitan su ayuda cuando hay un examen difícil, o cuando
tienen problemas amorosos. ¿Pero quién es esta misteriosa protectora de la
estudiosa juventud?
Cuenta la tradición que María Francia era
una bella estudiante universitaria. Vivía en Caracas con sus padres y estaba a
punto de graduarse con notas sobresalientes. Al concluir sus estudios
realizaría su sueño: casarse con su prometido, con el que llevaba varios años
de noviazgo. Como todas las jóvenes, era alegre, amaba la vida y las flores.
Se acercaba el día de la boda y todo
parecía perfecto, ideal. Hasta que tocaron la puerta. Al abrirla sólo vieron un
tiesto de flores. Un bello regalo. María Francia lo recibió emocionada, pero
antes de que pudiera darse cuenta caía al suelo, fulminada por la mordedura de una serpiente venenosa,
que había salido de aquellas rojas flores. En pocas horas la infortunada
muchacha estaba muerta. Una antigua amante del novio, celosa y despechada, era
quien había enviado el mortal regalo.
Los padres de María Francia la enterraron en Caracas y luego abandonaron el país. Pasaron muchos años, y hoy en día, hay un
hermoso mausoleo en el Cementerio General del Sur, lugar de veneración de
muchas personas. La mayoría son jóvenes estudiantes, quienes solicitan con
fervor el amparo de su protectora, María Francia.
Tomado del libro: Diccionario
de Fantasmas, Misterios y leyendas de Venezuela. Mercedes Franco.
Editorial CEC, SA. Los libros de El Nacional. 1era. Edición, 2001. Caracas,
Venezuela.
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