Dama de los perritos.
En el estado Falcón (Venezuela) se
encuentra la playa de Judibana, de blancas arenas interminables. Al atardecer,
contra el oro del crepúsculo, muchos han visto pasar a una enigmática mujer. Viste
un antiguo traje blanco y lleva un sombrero, lleno de encajes y flores. Pensativa
y solitaria, pareciera querer hundir sus recuerdos en las olas.
Quienes han logrado ver a la misteriosa
mujer, aseguran que lleva dos pequeños perros. Por eso la llaman “la
dama de los perritos”. Camina por la orilla y desaparece a lo lejos, en
la bruma del atardecer. Pero… ¿Quién es la hermosa desconocida? ¿Por qué se
pasea tan sola y triste, en la playa de Judibana?
Cuentan los más ancianos de la región que es el espíritu de una bella muchacha
coriana del siglo XIX. Comprometida con un oficial español, vio truncas sus
esperanzas cuando él partió a la guerra, en 1813, para no regresar jamás. La familia
no quiso enviarla fuera del país, pero se quitó la vida.
Desde entonces, se dice que su espíritu
atormenta recorre la playa. Quizá pensando en su amado, recordando los dulces
momentos de idilio. Seguirán rompiendo las olas, continuarán los jóvenes
bañándose en las aguas espumosas. Y ella seguirá fiel a su memoria, paseando su
dolor eternamente, por las doradas arenas de Judibana.
Descabezado de
Sabaneta.
En el estado Barinas hay una alegre
población, llena de encanto y tradiciones. Se trata de Sabaneta, fiel representante
de la típica hospitalidad llanera. Suena en cada casa el cuatro, desgajando sus
arpegios, y sonríen las más bellas muchachas. Pero en las noches sin luna, una
misteriosa leyenda recorre las calles de
Sabaneta. Afuera sopla el barinés, y su voz poderosa quiebra la soledad de la
sabana, como un lamento espectral.
Desde los tiempos de la Colonia se conoce la
historia del “Descabezado de Sabaneta”. Muchos dicen que se trata de un
hombre que murió decapitado en una pelea a machete, por una bella mujer. Desde entonces
su alma doliente vaga por los alrededores buscando la cabeza que perdió en
aquel duelo, hace más de medio siglo. Hasta no hace mucho existió a las afueras
de Sabaneta una vieja hacienda colonial. Se dice que allí era donde aparecía
con mayor frecuencia el “descabezado”. Se paseaba por los amplios corredores y
aterrorizaba a los extraños, cuando se les acercaba tratando de indagar si
alguien, por pura casualidad, habría visto su cabeza. “El Descabezado de Sabaneta”
es una más de las extrañas y sugestivas leyendas de nuestro llano.
En las largas noches de ese verano insomne, los viejos se
entretienen contando esas antiguas historias a sus nietos.
Tomado del libro: Diccionario
de Fantasmas, Misterios y leyendas de Venezuela. Mercedes Franco.
Editorial CEC, SA. Los libros de El Nacional. 1era. Edición, 2001. Caracas,
Venezuela.
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