jueves, 3 de mayo de 2018

La Casa Del Ateneo De Valencia (29 de marzo de 1953).

Alejo Carpentier (Lausana 1904-Paris 1980)


Por Alejo Carpentier. Del libro “Alejo Carpentier. Visión de Venezuela. Edición Especial” Monte Ávila Editores Latinoamericana. Año 2014.


Así, pues, con una semana de actos culturales, ha celebrado el Ateneo de Valencia la inauguración de su nuevo hogar. Se trata de un edificio moderno, elegantemente funcional, con amplia sala de exposiciones, biblioteca, auditoria para conciertos, recitales y espectáculos diversos, dotado de magnífica acústica. Y la casa se alza en uno de los lugares más gratos y céntricos de la ciudad, en la esquina misma donde pudieron escucharse muchas veces----¿adivinación de conciertos futuros---las admirables Sonatas de Altagracia, en el piano de Juan Vicente Lecuna.

Diecisiete años tiene de fundado el Ateneo de Valencia. Y son damas las que asumieron sus distintas presidencias desde 1937, en que el nombre de la señora María Clemencia Camarán inauguró la lista, hasta la presidencia actual, de la señora Lucila de Marín---quien con su esfuerzo culminó la obra de dotar a la Asociación de un edificio propio---. Y una vez más, ante ese cuadro de mujeres empeñadas en una enaltecedora tarea, me veo llevado a observar cuánto deben las empresas culturales de nuestro continente, a la noble tenacidad femenina. Si vuelvo los ojos hacia mi país, encuentro una voluntad de mujer en la fundación de Pro-Arte Musical---una de las primeras asociaciones de conciertos de América Latina---. A la vez recuerdo el Lyceum Femenino, donde tres generaciones de escritores dictaron sus conferencias, en tanto que los pintores hallaron bajo su techo el primer local de exposiciones abierto en la Habana...Pienso en Argentina, y acuden a mi memoria los nombres de Victoria Ocampo, de Delia de Acevedo, con sus revistas, sus casas editoriales, sus sociedades de “Amigos del Arte”. Fue por iniciativa de la fundadora de Sur, que tantos y tantos intelectuales, directores de orquestas y artistas famosos cruzaron el océano para presentarse en Buenos Aires. Pienso en México, y al punto acude a mi mente el nombre de María Asúnsolo, creadora de una galería de pintura, escritora de arte, promotora de tantas hermosas aventuras artísticas...

Así, Valencia tiene ya su Ateneo dotado de edificio propio, al cabo de diecisiete años durante los cuales fue firmemente regido por voluntades femeninas. La actual presidenta, Lucila de Marín, a quien los arquitectos entregaron las llaves del edificio nuevo, como antaño entregábanse a los huéspedes ilustres las llaves de una ciudad, no logró su objeto sino a fuerza de tenacidad, de energía, llevando adelante una obra para la cual, en más de un caso, faltaron los recursos, más elementales ---y son muchos los que alaban, en Valencia, la historia de su lucha--- Pero, ahora, ante la obra terminada, no sólo podrá enorgullecerse de la labor cumplida, sino también de haber ilustrado con sus ejemplo, en la ciudad que acaba de celebrar los 398 años de su fundación, el papel de animadora de la cultura, tan hermosamente desempeñado, desde comienzos de este siglo, por las mujeres de nuestra América.

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