domingo, 22 de octubre de 2017

Ya no somos los mismos (obra de teatro)


Pieza en un acto
por Bruno Mateo
Esta pieza obtuvo premio especial mención publicación del II Concurso de dramaturgia César Rengifo. Año 2012. Fundarte. Caracas, Venezuela

RESERVADO TODOS LOS DERECHOS.  Prohibido cualquier uso
que se le quiera dar a esta obra, incluyendo la reproducción total
o parcial de la misma, sin el consentimiento escrito del autor.
Para el permiso o cualquier información, escribir a:
Bruno Mateo bmateo@gmail.com

Sociedad de autores y compositores de Venezuela Sacven N° 9.070.




Era el año 1989. En Guarenas la gente molesta por el aumento de pasajes del sistema público de transporte arremete contra todos los comercios de la zona. Las medidas económicas  anunciadas por el Presidente del momento en Venezuela, con profundos rasgos neoliberales, son el detonante para el enfurecimiento del pueblo venezolano que, viéndose impotentes para revertir la situación, utiliza la violencia para apaciguar sus ánimos. El Gobierno nacional, en vez, de oír la protesta generalizada- ya no es solamente Guarenas sino que el ambiente se torna peor en Caracas- intenta reprimir al pueblo a través de la policía metropolitana y la guardia nacional. Suspende las garantías constitucionales. La vida no está asegurada por el Estado. Toque de queda después de las seis de la tarde.  Hay asesinatos de civiles por toda la capital. Los medios de comunicación se alían con el Gobierno y dan la espalda a la verdad. Ese mismo año empiezan a aparecer  los primeros casos de personas con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida Sida.
La siguiente es la historia de un joven reportero quien traiciona su ética profesional  por evitar la discriminación por su condición de ser unos de esos casos de Sida de finales de los ochenta en medio del estallido social conocido como “el Caracazo”.

Ambos casos,  la impunidad de los asesinatos de inocentes y la discriminación por el Sida, aún persisten en la actualidad.


PERSONAJES:

Marcos César Izarra de La Cruz: Joven entre veinte y veinticinco años. Periodista.
Andrea Carolina: Joven entre veinticinco años en 1989 / Mujer madura de unos cuarenta años en 2012.
Darwin: Joven entre veinticinco años en 1989 / Hombre Maduro  de unos cuarenta años en 2012.
Manuel Henríquez: Empresario de comunicaciones. Dueño de un canal de Tv Tipo mestizo entre cuarenta y cincuenta años.
Abdón Neftalí Contreras Zambrano: Sargento de la Policía Metropolitana. Con acento distinto al caraqueño. Edad entre unos 35 a 40 años.
Voz de muchacho: Varón de unos veinte años. Hijo de Andrea Carolina y Darwin.






(Marcos César Izarra De La Cruz, hombre joven de unos veintitrés años de edad, sentado frente a un televisor, habla por teléfono con Manuel Henríquez, hombre de unos 40 a 50 años  quien se encuentra a espaldas de éste. Ambos personajes se ven en escena. Iluminados con dos ráfagas de luz)
Marcos: ¡Sí! Estoy viendo las imágenes…Tus imágenes…
Manuel: Así es cómo tiene que ser.
Marcos: Nunca pensé que esto podía pasar.
Manuel: El pueblo  es bruto y  siempre arregla las cosas a los coñazos.
Marcos: ¿Por qué ponen comiquitas si lo que hicieron fue masacrar a la gente?
Manuel: Como dice nuestro Presidente: “Hay que acabar con la anarquía”.
Marcos: ¿Ordenando a la PM y la Guardia Nacional disparar a discreción?
Manuel: Te repito, el pueblo no piensa y nosotros tenemos que pensar por ellos. Es como un padre, si los hijos se portan mal, hay que castigarlos
Marcos: ¿Con golpes?
Manuel: Si es necesario, si.
Marcos: No podemos ocultar lo que pasa. La gente confía en sus medios de comunicación
Manuel: La gente, o mejor dicho, el pueblo  no debe ver lo que sucede. Nosotros le damos lo que ellos deben ver, oír y leer.
Marcos: ¿Y nosotros no somos pueblo?
Manuel: Somos  diferentes.
Marcos: No lo creo.
Manuel: Yo sí lo soy.
Marcos: ¿Cómo pudiste hacer esto? ¿Cómo pudiste hacerme esto?
Manuel: A mí nadie me traiciona.
Marcos: No podía hacer otra cosa. A la gente la estaban matando.
Manuel: Así es cómo tiene que ser.
Marcos: Pensé que éramos amigos.
Manuel: Hay otras cosas más importantes.
Marcos: ¡Tienes toda la razón! Hay otras cosas más importantes... Mi país (Cierra el teléfono. Se apaga la luz de Manuel Henríquez. Queda Marcos César Izarra De La Cruz solo. Se para, busca algo, se sirve un trago de ron, apaga el televisor, toma un grabador y comienza a hablar)
Marcos: Esta es una grabación que hago  hoy 5 de marzo de 1989. Yo soy Marcos César Izarra De La Cruz,  caraqueño, tengo veintitrés años, vivo en el Cafetal en la ciudad de Caracas, me gradué en la Universidad Santa María de comunicador social. Quise estudiar en la Universidad Central. Mi acto de grado fue en diciembre de 1987. Mi fiesta de graduación la hice en el salón de un lujoso hotel capitalino, mis abuelos vinieron desde las islas canarias a mi graduación. Todo estaba chévere, la música, la comida, había güisqui hasta para regalar. Un amigo de mi papá, que trabaja con él en la Gobernación, me regaló esta grabadora…Si mi papá supiera…Se moriría al saber que su amigo y yo…Había toda clase de pasapalos. Desde los tradicionales tequeños hasta jamón serrano. Yo estaba feliz porque, por fin, iba a trabajar en lo que me gusta. Buscar la noticia. Indagar e investigar sobre los hechos. La fiesta duró hasta la mañana siguiente. Mi familia y yo nos quedamos en el mismo hotel. Yo me quedé en una habitación aparte con mi novia Andrea Carolina (Aparece al fondo, como una imagen, Andrea Carolina, mujer de unos cuarenta años de edad, quien escucha en la misma grabadora de su amigo. Aquí se juega a dos tiempos, la del presente de Marcos César Izarra De La cruz en 1989 y la de Andrea Carolina en el año 2012) pero en realidad me quedé con el amigo de papá. Existimos personas que  siempre debemos ocultar nuestros gustos. “Yo prefiero un hijo ladrón y malandro antes que marico” Ese es lema de mi papá. El justo y nada corrupto Gobernador de Caracas, así como el dueño del canal el ilustre Manuel Henríquez… Tuve un sueño, así como Martin Luther King. Algún día la gente se dará cuenta de que no somos criminales. Que también somos humanos. Yo nací de esa manera. No fue inducido por nadie. Basta de buscar explicaciones  ¿Quién busca  la razón de la heterosexualidad? (Se detiene)… ¡Me fui!... (A la grabadora) Esto fue un aparte…Seguiré con la narración de los hechos…A la mañana siguiente, mi amigo sale, sin que nadie lo vea, como un ladrón, como una sombra. Yo me desperté súper feliz. Ya soy un periodista que busca la verdad. ¿Cuál verdad? La verdad parece que no existe. Después de estos días de lo que pasó, siento que mis manos están sucias, mi mente está corrompida. Yo no quise ocultar nada, pero no pude evitarlo. Manuel Henríquez me  tiene atrapado. (Desaparece Andrea Carolina) No sé por qué se lo conté. Pensé que era mi amigo. Me dio el empleo. Hizo que yo creyera que era talentoso  y… ¡Desgraciado!... Me utilizó. Utilizó toda la verdad. (Risas) Me alegra que sucediera. La gente está cansada de tanta mierda. Esto no lo detendrá nadie. Yo no lo veré. Pero sé que dentro de algunos años, la gente, a la que tanto desprecia Manuel Henríquez, va a tomar el control y tú… ¡Miserable!... ¡Otra vez!.. Me fui en mis pensamientos… ¿Dónde quedé?...Yo era un periodista y quería ejercer mi profesión, así que mi papá, o mejor dicho, el amigo de papá, el mismo del hotel, me consigue un contacto para trabajar en Verdad Visión , uno de los dos canales más importantes de Venezuela. Recuerdo que era  un 10 de enero de 1988. A un mes después de mi fiesta de graduación.  Me fui con traje y corbata y allí conocí a Manuel Henríquez,  dueño y director del canal. Lo vi imponente. Un tipo bien parecido. De un metro ochenta y algo, casi  uno noventa. Tiene tipo mestizo, aunque, él insiste en decir que su abuela era española, pero no dice que su abuelo era indio. Después me enteré de que su papá fue un famoso escritor de izquierda y su hijo un fervoroso admirador de los catires ojos azules. ¡Qué irónico y qué contradictoria es la vida!  Más papista que el Papa.  Me cayó bien el bicho ese. Es que él tiene una imagen y una labia poderosa. Creí que era buena gente. Me dejé llevar por la primera imagen. El carajo es géminis. El signo de la comunicación y de la hipocresía. ¿Qué más podía pasar? Yo, con ganas de trabajar y, él, dueño de un canal de televisión. Empecé en abril como ancla del noticiero estelar a las 10 pm, después de “Niña bonita”. Nada que ver con las telenovelas brasileñas. En julio, unos días después de que me desmayo en el baño del canal, empiezo a oír que la vaina en el país no estaba bien. No le paré mucha atención porque me sentía mal. Tenía fiebre muy alta y mucha tos. Manuel Henríquez me lleva a su oficina y cierra la puerta. (Nos vamos a otra escena. Una del pasado inmediato a la narración de los hechos. Al cerrar la puerta,  Manuel Henríquez comienza a hablar)
Manuel: ¡Chico, la vaina no está muy bien!
Marcos: ¿A qué te refieres?
Manuel: Se escuchan muchos rumores en el país.
Marcos: Tal vez, no sea nada (Tose muy fuerte)
Manuel: Esa tos suena fea.
Marcos: Si. La tengo desde hace unos dos días atrás.
Manuel: Me dijeron que te desmayaste en el baño.
Marcos: No fue tanto. No había comido nada en el día y se me fueron los tiempos. Después un vigilante me encontró.
Manuel: Anda en la tarde al médico del canal.
Marcos: ¡Ajá!
Manuel: Te digo, Marcos, que la cosa no está bien. Cualquier vainita y la gente se arrecha.
Marcos: Será por el aumento de la comida.
Manuel: La gente sí es bruta, de verdad. ¿Cómo carajo vamos a salir de este tercermundismo en que estamos? Lo que manda en el mundo es la ley de la oferta y la demanda.
Marcos: (Tosiendo) La gente no tiene real para comprar.
Manuel. ¡Ah! Pero para comprar aguardiente y cigarro si tienen. Yo se lo dije la otra vez a Jaime en su casa. Hay que liberar los precios para que esta vaina se arregle. Pero el es medio miedoso y no me hizo caso.
Marcos: ¿Cómo en otros países?
Manuel: Así es chamo. ¿Por qué los gringos nos llevan una morena?  Porque esos tipos son inteligentes y saben que lo que permite  surgir a un país son los negocios. Seguro que Carlos Andrés si lo hace cuando gane.
Marcos: Si gana.
Manuel: ¡Ay! Carajito. Usted tiene que aprender mucho. Eso ya está listo. Lo decidieron desde el norte.
Marcos (Tosiendo más) No sabía. ¿Y por qué tú dices que la cosa está fea?
Manuel. Mejor te vas al médico ahorita. Te doy el día libre. Te me vas derechito  y después te tomas un güisquicito con limón para que se te quite esa mierda. Llama a tu noviecita y que te cuide. Nada de… (Pícaro le hace un guiño. Marcos se medio sonríe, se para y dirige a la puerta) Te quiero mañana aquí tempranito. (Sale. Aparece Andrea Carolina en el tercer plano a la derecha, diagonal a la escena anterior)
Andrea Carolina: (Sigue oyéndola grabadora. La detiene) Marcos César si tan solo me hubieras dicho que te sentías mal. Hubiera hecho algo. La lucha podía esperar, querido amigo. Pero no me dijiste nada y yo seguí con mi gente, con el pueblo. A ti no te gustaba ir a reuniones y menos con militares y sin embargo, ¡chamo! Me acompañaste  a algunas. Y eso se agradece. ¡De cuántas vainas me sacaste! Menos mal que tu viejo era Gobernador en ese tiempo. Tu papá era simpático, lástima que era tronco de corrupto y su hijo tan diferente. Así es la vida. Irónica. Si tu papá supiera. Después venías siempre a las reuniones (Sonríe) ¿No ibas a venir? Si Darwin estaba bello, ¿o no? (Enciende la grabadora y escucha. Se encuentran Darwin, hombre joven de veintitrés a veinticinco años, tipo mestizo venezolano y Marcos César en el apartamento de este último)
Darwin: Ese tipo es malo.
Marcos: Darwin, no seas intrigante.
Darwin: Ahora soy intrigante. Está bien, pues. Tu jefe es un zángano y resulta que el intrigante soy yo.
Marcos: (En tono conciliador) No quise decir eso.
Darwin: Entonces, ¿Cómo es la vaina?
Marcos: (Cambiando el tema) ¿No tienes hambre?
Darwin: Y mucha.
Marcos: Si quieres vamos a comer algo afuera.
Darwin: No, vale. Estoy burda de cansado, Dame alguito de tomar.
Marcos: ¿Cerveza?
Darwin: Dale.
Marcos (Le entrega una cerveza) ¿Qué has escuchado acerca  de que hay problemas en la calle?
Darwin: ¿Me vas a entrevistar?
Marcos: No, no te voy a entrevistar. (Silencio) Quería saber nada más. ¡Olvídalo!
Darwin: No te arreches, mi reporterito (Le toca la cara)
Marcos: Es que, a veces, me sacas la piedra.
Darwin: ¡Ya pues! ¡Ven para acá! (Lo abraza) La gente está arrecha en la calle. Los reales no alcanzan para nada.
Marcos: Si, ¿verdad?
Darwin: La gente está confiada que el próximo que gane esta vaina mejore la situación.
Marcos: Me dijo mi jefe que ya se sabía quién iba a ganar.
Darwin: De esa manera se manejan las cosas en este país. Si el desgraciado ese te dijo eso es porque es verdad.
Marcos: ¿Te vas a quedar esta noche?
Darwin: No puedo.
Marcos: ¿Ya llegó?
Darwin: Sí, llegó anoche.
Marcos: Me siento mal por todo esto. Lo que hacemos no es justo para ella. (Silencio)
Darwin: (Toma la cabeza de Marcos entre sus dos manos) Oye bien esto que te voy a decir.
Marcos: Dime.
Darwin: Vamos a vivir lo que tengamos que vivir.
Marcos: Si tú lo dices.
Darwin: ¡Sí!... Lo digo yo, pendejo. Ahora me voy.
Marcos: ¿Me llamas ahora?
Darwin: Si, te llamo en la tarde al canal (Sale. Queda Marcos solo)
Andrea Carolina: Ojalá y ustedes se hubieran quedado juntos. Pero, la vida echó sus cartas y todo cambio, sin embargo, nos apoyaste…Te quise. Al principio te vi como mi hombre ideal, claro que sí  lo eres, el hombre ideal de cualquier mujer. Marcos, eras tan diferente a otros carajos. Muy distinto. Nada que ver con el “perro”, y que me perdonen los perros, de tu jefecito, el señor Manuel Henríquez. (Desaparece. Aparece Manuel Henríquez, de espaldas al público, habla por teléfono)
Manuel: Esas son las imágenes que quiero. No quiero las de Marcos. Anota allí: “Grupo de vándalos arremeten contra el seguro social. La policía metropolitana haciendo honor de su uniforme intenta controlar la situación, cueste lo que cueste. Primero es la paz de la ciudad, así lo aseguró el jefe de policía el Sargento Contreras” (Entra Andrea Carolina. Manuel Henríquez, quien todavía está de espaldas al público se voltea. La mira y se sonríe) ¡Eso es todo! Denle con todo. Ahora te dejo. Me llegó un ángel a la oficina. ¡Bienvenida! ¿Quieres tomarte algo?
Andrea Carolina: No, muchas gracias. Usted me mandó a llamar.
Manuel: (Se acerca) Pero, ¿no te quieres sentar, mi amor?
Andrea Carolina: Prefiero estar de pie.
Manuel: Como usted quiera, mi reina.
Andrea Carolina: ¿Para qué me mandó a llamar?
Manuel: ¿Qué es lo único que tenemos en común, tú y yo? Aunque podríamos tener muchas cosas más, si usted quisiera.
Andrea Carolina: Supongo que quiere hablarme de Marcos César.
Manuel: Además de bonita, eres inteligente. Ese  muchacho se anotó un gol contigo.
Andrea Carolina: ¿Qué pasa con Marcos?
Manuel: ¿Estás apurada? ¿No te agrada mi compañía?
Andrea Carolina: No es eso.
Manuel: ¡Ah! Ya sé. No te gusta el sitio.
Andrea Carolina: No es nada de eso, lo que quiero saber es si…
Manuel: Yo conozco un café muy bonito que está cerca del canal.
Andrea Carolina: Señor Manuel Henríquez.
Manuel: Mi reina, no me digas señor, llámame por mi nombre.
Andrea Carolina: Prefiero llamarlo señor.
Manuel: Lo que tú digas.
Andrea Carolina: Usted me mandó a llamar para decirme algo de Marcos.
Manuel: ¡Sí! Es verdad, pero es que con solo verte me pongo nervioso.
Andrea Carolina: ¿Va a seguir? ¿Me va a decir lo de Marcos? Si no, me voy.
Manuel: No seas agresiva. (Andrea lo mira con rabia) ¡Está bien!  Te diré la razón por la que te mandé buscar. No sé si sabes que Marcos es un profesional con mucho futuro por delante. Aquí en este canal ese chamito tiene un camino próspero. Él me hace recordar a mí cuando era joven…
Andrea Carolina: Ustedes son muy diferentes.
Manuel: ¡Sí! Es verdad, pero nos une algo importante, la pasión por lo que hacemos y eso no lo tiene todo el mundo.
Andrea Carolina: ¿Usted me llamó para decirme que Marcos es un buen periodista? No lo creo.
Manuel: Te lo dije, además de bonita, inteligente. ¿Seguro no quieres algo de tomar?
Andrea Carolina: ¡No!  No quiero
Manuel: (Se le acerca) ¿Te gustaría que tu novio creciera dentro de esta empresa?
Andrea Carolina: (Incómoda) Si, claro que me gustaría.
Manuel: (La ve con más insistencia) ¿Y qué estarías dispuesta a hacer para ayudarlo?
Andrea Carolina: (Se aleja un poco de Manuel) Siempre lo ha apoyado en todo.
Manuel: (En voz baja) Yo sí sé lo que puedes hacer.
Andrea Carolina: ¿Usted lo que quiere es que yo…?
Manuel: (Cambia de tono) Que hagas lo que tienes qué hacer.
Andrea Carolina: Sí. Haré lo que tengo qué hacer. Hasta luego (Sale rápido. Manuel queda solo. Coge el teléfono)
Manuel: ¡Dígale a Marcos César que venga a mi oficina! Pero ya. (Desaparece Manuel. Volvemos a Marcos César Izarra De La Cruz con grabadora en mano. Continúa narrando)
Marcos: Espero que esta grabación sea útil para quien la oiga. Andrea Carolina, de verdad, me hubiera gustado enamorarme de ti, no sé cómo soporté tanto, pero naci así, no me hice así como pretenden explicar algunas personas que dicen que esto es una ociosidad. ¡Pendejos! Tantos problemas graves que existen en el mundo entero y hay gente que se pregunta con quién se tiene sexo. Esa misma semana de julio de 1988 voy al médico a hacerme un chequeo general. Espero que no sea nada grave. Tengo fiebre desde hace 3 días. Va y viene. No le paro mucho a eso. Seguro que es una gripe. En el canal  todo marcha con normalidad. Como reportero me tocó cubrir una manifestación de señores mayores  que protestan por sus pensiones y grabé unas imágenes de policías metropolitanos golpeando a un señor como de 75 años. ¡Eso si era una bomba! Cuando las imágenes se muestren, esos tipos se joden.  (Se detiene. Guarda la grabadora en el bolsillo. Vamos a la escena de ese momento. Marcos se encuentra con Manuel. Se repite el mismo diálogo de éste, inmediatamente después de que sale Andrea Carolina de su oficina)
Andrea Carolina: Sí. Haré lo que tengo qué hacer. Hasta luego (Sale rápido. Manuel queda solo. Coge el teléfono)
Manuel: ¡Dígale a Marcos César que venga a mi oficina! Pero ya. (Al cabo de un rato. Aparece Marcos apresurado)
Marcos: Jefe, jefe, tengo tremendas imágenes de unos policías dándole coñazos a un viejo.
Manuel: ¡Cálmate!
Marcos: Eso será un ¡Bum! Ese tipo se hunde.
Manuel: ¡Cálmate! Hay que pensar muy bien las cosas.
Marcos: Tengo las imágenes junto con el sonido. Es un tiro al piso.
Manuel: Escucha. Cuéntame ¿qué pasó exactamente?
Marcos: Eso fue en el centro,  subiendo por el banco central en la sede del seguro social, ¿sabes?
Manuel: Si.
Manuel: A nosotros nos llamaron. Quizás fue unos de los manifestantes. ¡No sé! Eran como las cinco de la tarde… ¡No!... Como las seis y algo…Allí estamos el camarógrafo y yo, él tipo fumando y yo tomando café.
Manuel. ¡Ajá! ¿Qué pasó entonces?
Marcos. Los viejitos, habían viejitas también. Algunos con muletas, otros con bastones… ¡Sí! Hasta uno en sillas de ruedas. Con algunas pancartas. Gritando: ¡Queremos que nos paguen! ¡Queremos que nos paguen!.. .Normal. De repente, vemos a una jaula de la PM. Yo le digo al cámara. ¡Mosca! Vienen los tombos. El carajo agarra su  vaina y se la encasqueta en el hombro. Yo agarro el taco. Se bajan un montón de policías azules y otros de civiles. Pensé está vaina se pone fea, cuando, de repente,  de la camioneta baja el amigo suyo.
Manuel: ¿Quién?
Marcos: El policía amigo suyo con cara de gocho.
Manuel: ¿El sargento Contreras?
Marcos: El que viene siempre al canal.
Manuel: Ese mismo es. El sargento Contreras.
Marcos: El Contreras ese se baja y manda a alinearse a todos los tipos… ¡Ahí viene la sampablera!... Nos acercamos… ya reporteando. Su amigo el policía me ve y sé que me reconoció. ¡Claro! Por el taco con el logo del canal sabía que era yo. Le cuento.
Manuel: ¿Algo malo?
Marcos: Para él. Se me acerca y me dice que no grabe nada. ¿Qué le parece? (Manuel lo mira intensamente) Pues le dije que lo siento mucho, pero que esa era mi trabajo y para eso me pagan. El gocho me dice altanero: ¡Ese es su problema!... ¡Qué abusador!
Manuel: Así parece.
Marcos: Los pobres abuelos allí paraditos sin hacer nada malo. El tipo los desaloja a punta de gritos y golpes. Pero se jodió porque lo tengo todo grabado y sale en un extra dentro de poquito.
Manuel: Si sale dentro de un momento. Anda y vete al estudio para que digas lo que pasó. La noticia está redactada. La hice yo mismo.
Marcos: Me voy entonces. (Se paraliza la escena. Marcos adelanta unos pasos. Desaparece Manuel. Se detiene. Mira fijo al vacío)
Marcos: “Grupo de vándalos arremeten contra el seguro social. La policía metropolitana haciendo honor de su uniforme intenta controlar la situación, cueste lo que cueste. Primero es la paz de la ciudad, así lo aseguró el jefe de policía el Sargento Contreras” (Pausa. Saca la grabadora de su bolsillo. Y continua hablado) ¡Eso si era una bomba! Cuando las imágenes se muestren, esos tipos se joden. El que se jodió fui yo por permitirle a ese miserable que cambiara los hechos. ¡Qué pendejo! ¿Cómo permití eso? ¿Dónde quedan los principios que me enseñaron en la universidad? Ahora  lo pienso así, pero en ese momento le di la razón  a mi jefe. Esa noche  me sentí tan mal que llamé a Darwin y Andrea Carolina para salir. Los pasé recogiendo por Catia. Por primera vez veía a Darwin tan arrecho. Estaba lívido de la rabia. Pensé que me iba a dejar. Fuimos al Zigzag en el edificio la línea en la Libertador. Un amigo mío que hace de Madonna  iba a ser un show. A Darwin le molesta ir a discotecas de ambiente... (Se ilumina un espacio en el escenario. Se encuentran Darwin y Andrea Carolina, con un vaso en la mano. Se escucha la canción  “I wanna dance with somebody de Whitney Houston” al fondo. Se acerca Marcos)
Darwin: ¡Qué bolas tienes! ¿Por qué carajo dijiste esa noticia si era mentira?
Marcos: Tú no entiendes.
Darwin: ¿Qué voy a entender? Que unos policías le daban coñazos a unos viejitos y tú dices que eran unos vándalos. Esa fue la palabra, ¿no? ¡Vándalos! El único vándalo que hay aquí es Verdad Visión, (Con tono de propaganda) “El canal de la información precisa y equilibrada”….A lo mejor fuiste tú quien le hizo el eslogan.
Marcos: Sabes bien que no.
Andrea Carolina: Darwin, cálmate y tú Marcos César Izarra De La Cruz. ¿Por qué hiciste eso?
Marcos: No sé.
Darwin: (En tono alto) ¿Cómo que no sabes?
Andrea Carolina. ¡Ya! Déjalo hablar.
Marcos: Al principio era otra cosa. Yo tenía otras imágenes y otra cosa.
Andrea Carolina: ¿Y las imágenes reales? ¿Dónde están?
Marcos: Las tengo en mi apartamento. Se las mostré al canal, pero no supieron decirme nada.  Hablé con Manuel Henríquez.
Darwin: Ya se subió la gata a la batea. Me imaginaba que el bicho ese tenía sus pezuñas metidas aquí.
Andrea Carolina: ¿Qué te dijo?
Marcos: Nada.
Darwin: Yo voy a mear porque si no me reviento, pero de la arrechera que tengo. (Sale del escenario)
Marcos: A veces, creo que me tiene rabia.
Andrea Carolina: Él tiene rabia consigo mismo. No es contigo.
Marcos: Pero viste cómo me trató.
Andrea Carolina: Y tú crees que para él es fácil. El no le gusta las discotecas gays y viene por ti. Él está contigo. El machismo es  muy fuerte. Tienes que entenderlo Marcos.
Marcos: Pero siempre está con una mujer distinta cada semana.
Andrea Carolina: Olvídate de eso, chico. Darwin es un tipo súper machista. Imagínate lo que pasa por su cabeza cuando se acuesta contigo. Un tipo como él que nunca había tenido sexo con otro varón…. El carajo se siente mal y sin embargo, no te deja.
Marcos: No me gusta que se acueste con toda mujer por ahí.
Andrea Carolina: (Riendo) ¡Él es hombre!
Marcos: (Ve que se acerca Darwin) ¡Ahí viene!
Darwin: (A Andrea Carolina) Te explicó ¿por qué dijo eso tan feo en la noticia?
Andrea Carolina: Si. Todo fue un mal entendido con su jefe.
Darwin: Escucha reporterito, la cosa no está bien.  La gente se cansa de tantas humillaciones. El sueldo no alcanza  para nada. Esto tiene que cambiar.
Marcos: A ti no te hace falta nada.
Darwin: ¡Gracias a Dios! Pero yo no tengo hijos ni mujer a  quien mantener. Yo soy solo.
Marcos: ¿Quieres tener mujer?
Darwin: ¡Claro! No esperaras que me case contigo.
Andrea Carolina: Marcos, Darwin., vámonos. Me cansé.
Marcos: Vamos esperar el show y nos vamos.
Darwin: Y ¿no trabajas mañana?
Marcos: Si, papi…
Darwin: No me digas así.
Marcos: Pero si aquí nadie te va a escuchar.
Darwin: Pero yo soy un hombre y  tú también.
Andrea Carolina: Mira, mira, mira… ¡El show ya  va a comenzar! (Sale un presentador)
Presentador: ¡Buenas noches, damas y caballeros! Esta noche  tendremos una invitada de lujo… Ella viene de su gira por Colombia… Ella es orgullo nacional…Ganadora del Miss Internacional en Aruba 1988 nos llega, exclusivamente, para el Zigzag… ¡La Luba! (Hace “Like a prayer” de Madonna. Termina de cantar. Toma un micrófono)
La luba: Hoy quiero agradecerles a todos por haber venido. Nunca pensé que me recibieran tan bonito en mi país. Como dicen que las maricas son malas. Hoy estoy doblemente feliz, primero por estar de vuelta mi querida Venezuela…”Yo nací en esta ribera del Arauca vibrador”… y segundo porque está aquí mi querido amigo… ¡No! Amigo no…Mi hermano  el Sr. Marcos... Gracias Marquitos… Te quiero mucho… Aplausos para Marcos. Ahora que siga la fiesta (Se retira y comienza la música)
Darwin: Qué buena vaina contigo. Todo el mundo sabe que (Tono burlón) “Marquitos” vino a la discoteca.
Andrea Carolina: Pero, ¿qué pasa? ¡Coño! ¿No ves que lo haces sentir mal?
Darwin: ¡Vámonos!
Marcos: (A Darwin) ¿Te vas a venir para mi casa?
Darwin: No sé.
Marcos ¿Y tú Andrea?
Andrea Carolina: Yo sí me quedo contigo.
Darwin: ¡Está bien! Si Andrea va.  Me quedo.
Marcos: ¡Gracias!
Andrea Carolina: No tienes nada que agradecer. Tú eres un buen tipo y mereces ser querido.
Darwin: Dejen la cursilería y vámonos ya. (Vuelve al presente de Marcos cuando narra los hechos con su grabadora)
Marcos: Esa noche la pasamos bien, a pesar de la actitud de Darwin. Yo me desperté temprano. Les preparé café y unas arepitas para el  desayuno a ambos. Darwin es muy arepero. Los dejé durmiendo.  Escribo una nota y me voy para el canal. Pero al salir del edificio  me aparece una sorpresa. Alguien que ni imaginé encontrarme y menos frente a mi casa.
Sargento Contreras: ¡Buen día joven periodista!
Marcos: (Dudoso) ¡Buen día! (Intenta seguir)
Sargento: (Lo intercepta)  ¿Por qué tan apurado? ¿Podemos conversar un rato?
Marcos: En realidad, no sé quién es usted.
Sargento. ¡No se asuste! ¿No se acuerda de mí? ¡Míreme bien! (Marcos lo observa)
Marcos: Usted es el amigo de Manuel. Como no tiene el uniforme no lo reconocí.
Sargento: Soy el Sargento de la Policía Metropolitana Abdón Neftalí Contreras Zambrano.
Marcos: ¿Le puedo ayudar en algo?
Sargento: Manuel me dijo que usted hizo un buen reportaje  con el tema de los viejos en el seguro social.
Marcos: Así es.
Sargento: ¿Dónde lo tiene?
Marcos: Ese no es asunto suyo.
Sargento: Lástima que no lo pudo pasar por “El canal de la información precisa y equilibrada”
Marcos: Me tengo que ir.
Sargento: ¿Por qué no dejo que mis muchachos arreglaran la situación?
Marcos: Estaban golpeando a unos señores mayores.
Sargento: Esos son nuestros métodos, ¿qué sabe usted de orden público?
Marcos: ¡Nada! De lo que sí sé es de derechos humanos y ustedes están violentándolos.
Sargento: La gente no tiene que ver por las noticias lo que hacemos los policías para protegerlos.
Marcos. ¿Qué quiere?
Sargento: ¿Cómo le fue anoche en ese antro?
Marcos: (Dudoso) ¿De qué habla?
Sargento: No se haga el que no sabe lo que le pregunto. Estoy hablando del nidito de “maripositas”
Marcos: ¿Usted está siguiéndome?
Sargento: Digamos que cuidándolo
Marcos: No sé por qué hace esto, Sargento Contreras, pero le advierto que si sigue lo voy a denunciar a…
Sargento: ¿La policía? Si la policía soy yo
Marcos: Tengo que ir a trabajar.
Sargento: Adelante. Ande con cuidado, respete para que lo respeten y que Dios lo agarre confesado.
Marcos: No le tengo miedo, Sargento…. Se me hizo tarde para el canal. Hasta la próxima.
Sargento: Así sea y saludos a Darwin José Pernía Sojo.
Marcos: (Reacciona) Con Darwin no se meta.
Sargento: ¡No se meta conmigo carajito! Deje a la policía hacer su trabajo. Váyase ahora al suyo. (Marcos lo mira fijamente. Silencio. Pausa. Decide irse) (Aparece Andrea Carolina con la grabadora en la mano)
Andrea Carolina: (En el momento presente. Año 2012. Tiene unos cuarenta años) Del  encuentro con el tipejo ese del sargento Contreras no sabía. (Apaga la grabadora) ¿Por qué no nos dijiste nada?... ¿Para qué? Si en aquel momento ninguno podía hacer algo. Si no estabas en el partido no eras nadie ¿Quién iba a pensar que ese sistema se caería? Cuando no eran unos, eran los otros. Había que vestirse de blanco o de verde y al final era la  misma vaina. ¡Ay! Marcos César si estuvieras aquí conmigo. No estoy triste. Nada que ver, es más me alegro mucho de estar viviendo este proceso histórico inédito. Siempre te lo dije. Renuncia a ese canal. Allí hay gente muy mala. Lo descubriste demasiado tarde. Cuando supiste, realmente, quién era Manuel Henríquez te tenía en sus manos. Tú ya no estás y el desgraciado ahora le jala bolas al gobierno, después de lo que hizo. Es que aquí la gente no tiene memoria o se hacen los pendejos. Razón tiene Darwin de seguir dándoles duro a esos bichos.  Si tan sólo me hubieras dicho antes… (Enciende la grabadora. Se oye la voz de Marcos César) “Esa mañana me dirigí furioso a hablar con Manuel Henríquez…”
Marcos: ¡Manuel! Necesito hablar contigo.
Manuel: Te veo un poco exaltado. ¿Sucede algo?
Marcos: Sí sucede.
Manuel: A ver, ¿quieres algo de tomar?
Marcos: No quiero nada
Manuel: Entonces termina de contarme.
Marcos: Cuando venía para acá, saliendo de mi edificio, me topé, casualmente, entre comillas, con el gocho.
Manuel: ¿Qué gocho?
Marcos: (Imitando la voz del sargento) El Sargento de la Policía Metropolitana Abdón Neftalí Contreras Zambrano.
Manuel: ¡Ajá!
Marcos: ¿Sabes lo que me dijo?
Manuel: Oigo.
Marcos: Me amenazó y me advirtió que no me metiera en asuntos de “orden público”. Eso, también, va entre comillas.
Manuel: Pero, realmente te dijo eso.
Marcos: Tan real como que me llamo Marcos César Izarra De la Cruz.
Manuel: Es muy grave lo que me dices.
Marcos: ¡Claro que es grave! Gravísimo. El gocho ese me amenazó para que no dijera nada de sus actividades grotescas e ilegales.
Manuel: Tendremos que investigar más.
Marcos: ¿Investigar qué? El carajo está en contra de la libertad de expresión. Amenaza la libertad de prensa.
Manuel: Si la  cosa es así como dices.
Marcos: ¿Crees que estoy inventando algo? ¿No confías en mí?
Manuel: No, no, no, cálmate. No desconfío de ningunos de mis periodistas. Lo que quiero decir es que no podemos accionar a la ligera, ¿no piensas tú?
Marcos: Si, tienes razón. No hay que precipitar los hechos. Pero, el tipo se las trae y hay que andar con pie de plomo.
Manuel: Tranquilo. Estaré pendiente. ¿Quieres algo más? Porque tengo que hacer una llamada importante.
Marcos: No…Eso era todo. Te dejo. Voy al estudio.
Manuel: Antes de que te vayas. ¿Qué pasó con el médico? ¿Te hiciste los exámenes?
Marcos: Si. Tuve una cita y me remitió al universitario. Tengo que hacerme un examen que se llama Western, no sé, que cosa.
Manuel: ¿Algo malo?
Marcos: No. Es para confirmar por lo de la tos y el desmayo. Ahora sí, me voy, tengo muchas cosas que hacer. Estoy en el estudio por cualquier cosa. (Marcos sale. Manuel toma el teléfono. Marca un número y espera)
Manuel: ¡Aló!... ¡Sí!....Soy yo… ¿Qué coño fue lo qué pasó esta mañana? No te hagas el pendejo. Sabes de lo que estoy hablando. Tú de bruto no tienes ni un pelo. Cuéntame todo. (Pausa. Oye lo que le dice) Pero sí serás animal… ¡No!... ¡No!..¡No!...y ¡No!...La vaina no puede ser así. (Toma aire profundo) Escúcheme sargento. La idea es que la cosa no sea tan evidente, ¿me entiende? La gente se debe ir arrechando más y más para que, en diciembre, no perdamos. Carlos Andrés gana porque sí. Los catires nos apoyan… ¿Cómo?...No hay problema. De mis periodistas me encargo yo. Usted a lo suyo y yo a lo mío. Vamos a jugar a ganar -ganar. Tenga paciencia… De acuerdo… Adiós. (En otra escena se encuentran Andrea Carolina y Darwin en 1988)
Andrea Carolina: Chamo, la cosa no es así.
Darwin: Pero, ¿qué quieres que haga?
Andrea Carolina: Que te quedes tranquilo y ya.
Darwin: Es lo que siento.
Andrea Carolina: Y yo también.
Darwin: ¿Y entonces?
Andrea Carolina: Marcos César es mi amigo, además de que tú eres… (Se calla)
Darwin: ¿Qué ibas a decir?
Andrea Carolina: Nada.
Darwin: No te voy a negar nada de lo que sabes.
Andrea Carolina: No te entiendo. ¿Te gusta Marcos?
Darwin: No se trata de eso.
Andrea Carolina. Sí se trata de eso. Tú eres su…Tú sabes lo que eres de él. Yo no puedo entender que yo te guste.
Darwin: Si me gustas.
Andrea Carolina: Escúchame Darwin. Te acuestas con él, te acuestas con otras mujeres y además quieres que yo sea tu… ¿Cómo le podría decir?
Darwin: Chama, si me aceptas yo dejo todo. Me gustas burda. Contigo sí me tranquilizo.
Andrea Carolina: ¡Ajá! Supongamos que digo que sí, ¿qué hacemos con Marcos? Le decimos: “Nosotros nos gustamos y queremos empatarnos y tú tienes que olvidarte de todo”. ¿Sería, más o menos, de esa manera? ¿O me equivoco?
Darwin: Si lo pones así, suena feo.
Andrea Carolina: Es que es feo. Marcos César es mi amigo, no sé, si lo sientes igual, pero nunca lo voy a traicionar.
Darwin: No es traición porque eres una mujer y él no lo es.
Andrea Carolina: Pero te quiere, ¿no lo entiendes?
Darwin: ¡Coño! Yo también lo quiero, pero él no es una mujer. No puede darme lo que tú si me podrías dar.
Andrea Carolina: ¡No, Darwin! No puede ser.
Darwin: ¿Te gusto? (Andrea Carolina hace silencio) ¿Te gusto? (Silencio) Sabes que te gusto y mucho.
Andrea Carolina: Sí, vale. Me gustas mucho. Pero… ¿Cómo decírtelo?
Darwin: ¡Dilo!
Andrea Carolina: No me importa que seas… (Silencio)
Darwin: Yo soy siempre el varón.
Andrea Carolina: No te entiendo.
Darwin: Cuando estoy con Marcos…Ahí…En eso…En la cama, pues…Él es quien… (Se calla)
Andrea Carolina: ¡Ajá! ¿Qué pasó? Sigue contando.
Darwin: Lo que quiero decir es que Marcos es como tú.
Andrea Carolina: ¿Cómo yo? ¿Qué es eso?
Darwin: Marcos hace de mujer en la cama.
Andrea Carolina: ¡Ah! Él  es quien  se deja…
Darwin: Sí a mi no me gusta esa vaina. Yo soy el varón.
Andrea Carolina: Eso no importa, igual te acuestas con él.
Darwin: Pero es como mi mujer.
Andrea Carolina: No es lo mismo. Ustedes dos son hombres.
Darwin: Sí, pero es diferente.
Andrea Carolina: Lo que quieras. No interesa que rol seas allí. El punto es que no quiero traicionar a Marcos.
Darwin: No lo harías. Tú eres una mujer y él es como una especie de…tú sabes. Andrea, me gustas y yo a ti. Esa es la verdad, chama.
Andrea Carolina: Lamentablemente es la verdad (Se le queda mirando. Sonríe) Creo que habrá que decírselo. (Desaparecen. Aparece Marcos César de La Cruz Izarra hablando con su grabadora)
Marcos: Yo acepté su decisión. Ojalá que sean felices. ¡Cómo me hubiera gustado no nacer así! La gente te hace sentir anormal y peligroso. Me volví loco. Empecé a salir todas las noches. Iba a las saunas. Al de Sabana Grande.  Me acosté con muchos tipos que ni siquiera sabía su nombre. Te quiero mucho amiga, eres como mi hermana y a Darwin, sabes lo que siento por él. Quiero se sean felices. Contra el amor nadie puede  (Cambio de actitud) Andrea allí te dejo esos papeles con las firmas de Manuel Henríquez,  la Embajada y el Presidente de la República   donde ordenan al Alcalde que la PM active el Plan Ávila contra la gente. El Plan consiste en disparar a quien esté en la calle. Las garantías constitucionales se suspenden. El derecho a la vida  desaparece. Hay toque de queda después de las seis. En Guarenas empieza el saqueo y se extiende hasta Caracas. La gente no aguanta el paquetazo. Las imágenes que grabé son espantosas. Aquí está todo (Muestra una cinta para Betacam. Pausa) Este  documento está sellado con tinta indeleble (Con el documento en la mano). La historia no se debe olvidar. Yo no estaré más en la lucha. Pero tú, Darwin y millones de venezolanos no pueden olvidar lo que pasó hace tres días. El 27 de febrero de 1989 cambió la historia del país…Como sucedió con mi vida  cuando recibí la noticia del médico: “No hay equivocación. Usted es portador del Virus de inmunodeficiencia  adquirido. Usted tiene Sida” Estaba comenzando diciembre. Las elecciones eran el 4. ¡Tremendo regalo del Niño Jesús! El doctor me dijo que era cuestión de tiempo. No sabía nada de eso, hasta ahora. Solamente había leído que Rod Hudson falleció por la infección del Sida. Era una enfermedad de homosexuales. El cáncer gay. (Andrea Carolina del 2012 escucha atenta la grabadora. Aparece Darwin y oye la grabación) No imaginas lo que me vino a la cabeza, Andrea,  El médico me mandó al hospital universitario. Allí me dijeron que lo contraje por relaciones con otros hombres. ¿Entonces Darwin? No podía creerlo. Pronto moriría. Y las elecciones eran el 4 y yo debía cubrir toda la información. Me guardé el secreto hasta después de pasadas las elecciones. Se lo conté a la persona a quien menos debí hacerlo. Los errores de este tipo se pagan caros. Mientras que la guardia y la PM  golpean a la gente,  disparan sin piedad, en el canal pasan comiquitas y dan noticias falsas. No me perdonaré nunca haber mentido a la gente. Pero no podía hacer nada. Manuel amenaza con contar todo sobre mi enfermedad. Lo hice. Para nada  porque igual lo dijo. Fue noticia de sucesos. “Se descubre periodista con Sida en Venezuela”; “El cáncer gay también está en la prensa nacional”; “Hay que tomar medidas contra las personas sidosas”;  pero el peor titular de todos fue el que dio Manuel a la prensa: “Yo le di toda la confianza y me traicionó. Juro que no sabía que era raro” (Desaparece Marcos. Se encuentran Manuel Henríquez y el Sargento Contreras conversando)
Sargento: ¿Qué esperamos? La gente se está alzando. Guarenas es un desastre y Caracas va por el mismo camino. No hay que perder tiempo.
Manuel: ¿Y crees que no lo sé? Hay que esperar.
Sargento: Esperar…Esperar… Es peor si dejamos pasar el tiempo.
Manuel: Sargento Contreras, a usted se le ordenó estar aquí en el canal. Vamos a ver lo que decide el gocho. Pérez no es pendejo. Esa vaina tiene que estar planificado por los copeyanos. Quieren joder la vaina.
Sargento: Lo que sea, pero hay que pararlo y ya.
Manuel: Coño, sargento la gente si es bruta. Por eso el pueblo debe ser gobernado por personas que seamos capaces de pensar por ellos.
Sargento: Pues sí. El Presidente anuncia medidas económicas que ayudan y los coños de madre le pagan saqueando todo… ¡Plomo!...Eso hay que echarles. Si no entienden por las buenas, lo aceptarán por las malas.
Manuel: ¡Calma! Vamos a esperar. En cualquier momento nos llaman. ¿Por qué tienen que arreglar las cosas de esa manera? ¡A lo bruto! Todo tiene un orden. La misma Biblia lo dice: cada quien en su lugar y todo tranquilo.  Yo me pregunto, si esas medidas, que fueron dadas por el Fondo Monetario. No lo entienden. Estamos hablando de ligas mayores. Esos carajos son inteligentes. Son los mejores en su vaina. Si ellos dicen que liberando los precios, bajando un poco los sueldos,  se arregla la economía es porque es así.
Sargento: Sr Manuel, allá en Táriba  dicen algo muy cierto: “¿Qué va a saber zamuro de alpiste?” El pueblo es bruto. El Presidente no debe explicar un carajo. Lo aceptan y si no, llevan plomo. Es por su propio bien. (Suena el teléfono. Manuel lo levanta y solamente oye)
Manuel: Se activa el Plan Ávila. Toque de queda después de las seis. Quien no obedezca…
Sargento: ¡Plomo! (En otra escena. Andrea Carolina y Darwin. Año 1989. Se oyen disparos. Mucho ruido y confusión)
Darwin: Esta vaina se la llevó el Diablo. Tengo que ir a ver qué pasa.
Andrea Carolina: No salgas, Darwin.
Darwin: Tengo que salir.
Andrea Carolina: Hace rato hablé con Marcos y me dice que la PM está echando tiros a todo el que le dé la gana.
Darwin: Precisamente. Hay que joder a esos bichos.
Andrea Carolina: No salgas. Por favor, quédate.
Darwin: ¿Dónde está Marcos?
Andrea Carolina: En la av. Baralt, por la Miranda.
Darwin: Coño, estoy cerca. Bajo a pie y llego. Quiero saber qué pasa
Andrea Carolina: ¿Qué carajo va a pasar? Ordenaron detener los saqueos. A plomo limpio. Ya van a ser las seis. Empieza el toque. No salgas.
Darwin: Te quiero mucho (Andrea Carolina lo detiene)
Andrea Carolina: ¡Espera un momento! (Sale. Pausita. Regresa con una pistola) ¡Toma!
Darwin: (La agarra. Incrédulo) ¿Y esto? ¿De dónde salió?
Andrea Carolina: Me la dio Marcos.
Darwin: ¡No entiendo!
Andrea Carolina: Se la quitó al guardaespaldas del papá y me la entregó.
Darwin: ¿Para qué?
Andrea Carolina: Él sabe que el sargento Contreras  te la  tiene jurada. Me la dio para que la utilizara si había que hacerlo. Y creo que ahora es un buen momento para que la tengas. (Darwin la abraza)
Darwin: ¿Sabes que te quiero mucho? Y a Marcos también (Le da  un beso y sale. Queda Andrea Carolina) (Se ve en escena el Sargento Contreras. Se encuentra comandando un pelotón de la PM cerca de la plaza Miranda en Caracas)
Sargento: (Mirando hacia adelante) ¡Denle duro a esos desgraciados! ¡Échenles plomo! ¿Ustedes no quieren obedecer? Pues, les enseñaré que con mi Presidente no se juega. Ustedes son unos malagradecidos. Les están haciendo un favor y saquean todo. Malditos perros. Hijos de la gran puta. Plomo con todos. Se escondieron por la plaza. ¡Búsquenlos!  Disparen primero y pregunten después (Viene Marcos) Miren quien viene aquí. El reporterito.
Marcos: Por favor, sargento Contreras, dígales a sus hombres que no sigan disparando.
Sargento. Vea pues, ¿Y usted qué hace por aquí?
Marcos: Trabajando.
Sargento: ¡Uyyy! Eso si está malo. ¿Está grabando todo?
Marcos: Detenga esto. A mi camarógrafo le dispararon.
Sargento: Yo no soy Jesús para revivirlo como a Lázaro.
Marcos: Detenga todo esto.
Sargento: Le pregunté que si está grabando mi trabajo.
Marcos: Si.
Sargento: Entonces, me lo tendrá que dar.
Marcos: Imposible.
Sargento: Sabe usted qué hora es.
Marcos: No.
Sargento: Las seis y diez minutos. Si no me equivoco ya empezó el toque de queda.
Marcos: ¿Usted me amenaza? Yo soy periodista.
Sargento Y a mí qué carajo me importa lo que usted sea.
Marcos: Usted no puede violar el derecho de la gente a estar informado.
Sargento: ¿Qué pasaría si usted desaparece?
Marcos: El país se enterará de alguna manera.
Sargento: Puede caer por una bala perdida durante el saqueo.
Marcos: Hágalo. No me importa. (Darwin entra azorado) ¿Qué haces aquí?
Sargento: Llegó el marido (Darwin se le acerca lentamente. Lo mira fijamente. Pausa)
Darwin: ¡Basura!
Sargento: (Amenazante) ¿Sabes que te puedo dar un pepazo ahora mismo?
Darwin: Estoy esperando que lo hagas.
Marcos: ¡Sargento!
Sargento: Ustedes dos me tienen la piedra afuera.
Darwin: Y usted a mí.
Marcos: ¡Darwin! ¡No! Mejor vete.
Darwin: No me voy a ir sin ti.
Sargento: Ahora si pues. Par de tórtolos.
Marcos: Darwin. Vámonos.
Sargento: Primero dame lo que grabaste.
Marcos: No le estoy diciendo que uno de sus esbirros mató a mi camarógrafo.
Sargento: ¿Y lo que grabaron?
Marcos: No lo sé.
Sargento: Entonces, no se podrán ir.
Darwin: ¿Quién lo dice?
Sargento: (Saca un pistola) ¡Esta lo dice!
Darwin: (Saca la suya) Y esta responde (Pausa. Silencio)
Marcos: ¡No! Por favor, no.
Sargento: (A Darwin) ¿Con qué usted se la da de arrechito?
Darwin: ¿Usted cree que la gente es pendeja?
Sargento: Baja la pistola o te vuelo la cabeza.
Darwin: ¿Cuál de las dos balas llegará primero?
Marcos: Sargento, por favor, baje la pistola y tú también Darwin.
Sargento: Que lo haga el primero.
Darwin: ¡Ajá! Porque yo soy pendejo, ¿verdad?
Marcos: (Saca la cinta)  ¿Si lo doy esto nos dejaría ir?
Sargento Y Usted no es que no tenía grabado nada.
Darwin: No le des nada a ese desgraciado.
Marcos: Baja la pistola, Darwin. (Al sargento) Guarde el arma y le entrego la cinta.
Sargento: Está pensando bien.
Darwin: Otra vez, vas a permitir que te pisen. No le entregues un coño.
Marcos: Por favor, Darwin, vámonos (Le entrega la cinta) Y usted sargento Contreras, tome esto y haga con ella lo que le dé la gana.
Darwin: ¿Por qué Marcos? ¿Por qué?
Marcos: Porque el hijo que espera Andrea Carolina no se puede quedar sin papá. (Desaparecen. En otro plano se encuentra Andrea Carolina escuchando la grabadora. Año 2012)
Voz de Marcos: Sólo les pido que me perdonen por lo que hice. No sé si podré vivir con el Sida. Hasta raro me suena esta palabra. Lo único que les pido que algún día cuando la situación política del país favorezca al pueblo,  entreguen el documento y la cinta que les dejé para que el desgraciado de Manuel Henríquez pague por lo que hizo y lo que me hizo.
Andrea Carolina: ¡Claro que te perdono! Estés donde estés (Se oye la voz de un muchacho)
Muchacho: ¡Mamá! ¡Mamá! ¿Puedes venir un momento?
Andrea Carolina: Ahí voy Marquitos. Ahí voy… (Se va y aparece la imagen de Marcos narrando)
Marcos: “La situación en Caracas se ha normalizado. El pueblo quien arremetió salvajemente contra los comercios fue tranquilizado. Hacemos un llamado a la calma. Los comerciantes honestos solamente desean el bien para la gente. Hay que recordar cuando mucho de ellos vinieron de otras tierras trayendo el bienestar a la población venezolana porque muchos de nuestros compatriotas son flojos para los trabajos manuales y de agricultura. Las medidas anunciadas por el presidente constitucional de Venezuela el Sr. Carlos Andrés Pérez buscan  mejorar la economía nacional. Las medidas son elaboradas por uno  de los organismos más prestigiosos del mundo en el área de la economía. Repetimos, la situación de saqueos ocurrida en Caracas fue reprimida por la Policía Metropolitana y la Guardia Nacional. Todo bajo el marco del respeto de los derechos humanos. Reportó para VerdadVisón, Marcos César Izarra de La Cruz”


Fin




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Para el permiso o cualquier información, escribir a:
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