Por Bruno Mateo
Pieza para niños y niñas
Pieza para niños y niñas
@bruno_mateo
IG: @brunomateoccs
Correo-e: bmateo@gmail.com
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Sociedad de autores y compositores de
Venezuela Sacven N° 9.070
Personajes:
- Simón, niño de unos 12 años
- Cipriana, niña de 12 años
- Doña Jacinta, señora
- Marta, niña de 11 años, hermana
morocha de María José.
- María José, niña de 11 años, hermana morocha de Marta.
- Carlos Andrés, joven de 14 años.
- Muchacho.
- Sra. Nodán, mujer en edad indefinida. Elegante, sofisticada.
- Salvador, hombre moreno, bondadoso.
- Esqueletos (3), personajes malvados
- Espejos (3), personajes malvados
I CUADRO.
(Es una calle llena de casas de muchos colores.
Amanece.Los habitantes comienzan a levantarse)
SIMÓN: ¡Buenos días! Qué día más hermoso. Buenos
días Sol. Buenos días casas. Buenos días.
CIPRIANA: (Quien estaba observándolo desde el
balcón de su casa) Buenos días, Simón. Hoy amaneciste muy feliz.
SIMÓN: ¡¿Cipriana?! No sabía que tú... En
realidad... Buenos días. Yo estaba tratando de...
CIPRIANA: No seas tonto. Espérame. Ya bajo.
SIMÓN: Sí.Baja (Pausa) ¡Tonto! ¡Tonto! ¡Tonto! (Sale
Doña Jacinta con una bolsa de basura)
DOÑA JACINTA: ¿Tú como que estás hablando solo?
SIMÓN: ¡Doña Jacinta! No. Es que... ¡Permítame!
Estas cosas son muy pesadas para Usted. ¿Cómo amaneció?
DOÑA JACINTA: Muy bien. Gracias a Dios. Tú siempre
tan amable. Gracias Simón.
SIMÓN: No hay nada que agradecer.
DOÑA JACINTA: Eso crees tú muchacho. Hay que ser
agradecidos. ¡Ah! Por cierto. ¿Qué haces despierto tan temprano?
SIMÓN: (Bota la basura) Usted sabe, Doña Jacinta,
que soy como mi padre. Me gusta ver cómo amanece cada día.
DOÑA JACINTA: Y no estarás más bien esperando a una
muchachita.
SIMÓN: (Se sonríe) A usted no se le escapa nada.
DOÑA JACINTA: “Más sabe el Diablo por viejo que por
Diablo” (Se ríen. Entra Cipriana)
CIPRIANA: ¡Hoy la gente amaneció feliz!
DOÑA JACINTA: ¡Buenos días, Ciprianita! Sabes como
es de ocurrente este muchacho. Bueno, ahora los dejo porque tengo que hacer el
desayuno para Carlos Andrés.
CIPRIANA: ¡Doña Jacinta! Usted no está para estar
haciendo tanto desayuno, además que él es lo suficientemente grande para
defenderse solo.
DOÑA JACINTA: ¡Ay mi niña! Entonces, quién va a
cocinar.
CIPRIANA: Él mismo.
DOÑA JACINTA: Pero, si él es hombre.
SIMÓN: ¡Yo cocino!
DOÑA JACINTA: Tú eres un pan de Dios.
CIPRIANA: ¡Doña! Las cosas no son como antes. Los
hombres y las mujeres se ayudan. Cuando yo me case, estoy segura que mi esposo me ayudará en los
quehaceres domésticos.
DOÑA JACINTA: (Mirando a Simón) De eso, no tengo
dudas. Me tengo que ir. Gracias, Simón. Hasta luego mi niña.
AMBOS: Hasta luego, Doña Jacinta.
CIPRIANA: No soporto a Carlos Andrés.
SIMÓN: Todos tenemos nuestros defectos.
CIPRIANA: ¡Sí! Pero es que él parece tenerlos todos
juntos.
SIMÓN: ¡Cipriana!
CIPRIANA: ¡Está bien! No hablaré más. (Silencio)
Pero es que es un sinvergüenza...un zángano...un muérgano. Es... es... es...
¡Es insoportable!
SIMÓN: ¡Cipriana!
CIPRIANA: Bien. Olvídalo. ¿Cómo sigue tu mamá?
SIMÓN: Gracias a Dios se está recuperando.
CIPRIANA: ¿Cuándo regresa?
SIMÓN: Quizás esta misma semana. Papá llamó anoche.
¡Pobres! Les dije que no se angustiaran por nada y que la panadería marchaba a
las mil maravillas.
CIPRIANA: ¡Ah! Por cierto. Dame un pan campesino y
un pan “sobao”.
SIMÓN: ¡A sus órdenes, jefa! Sale un campesino
“sobao”.
CIPRIANA: Nunca cambiarás. (Salen muy orondos
directamente a la panadería. Entran Marta y María José con un canasto inmenso
lleno de ropas recién lavadas, para tenderlas al Sol)
MARTA: Hay que apurarse. Falta tanto por hacer. Y
todo por tu culpa. Así que mueve esas manos.
MARÍA JOSÉ: De aquí a unas cuantas horas estarán
secas.
MARTA: Si te apuraras, tal vez, se secarán
MARÍA JOSÉ: Pero, si dejaras de hablar tanto.
MARTA: Si me hicieras caso.
MARÍA JOSÉ: Si te callaras.
MARTA: Si hubiéramos lavado ayer.
MARÍA JOSÉ: Si te despertaras más temprano.
MARTA: Si no te acostaras tan tarde.
MARÍA JOSÉ: Si me ayudaras.
MARTA: Si... Si... Si, si... ¿Si?
MARÍA JOSÉ: ¿Sí? (Entran Cipriana y Simón)
SIMÓN: Mira quienes están aquí.
CIPRIANA: Hola Marta.
SIMÓN: Hola María José.
LAS DOS: ¡Hola!
CIPRIANA: Ya estaban peleando.
SIMÓN: ¡Otra vez! (Marta y María José comienzan a
insultarse, sin lograr entenderse)
CIPRIANA: ¡Ya! ¡Basta!
SIMÓN: A ver, muchachas. ¿Por qué no hacen las
paces?
CIPRIANA: Las hermanas no deben pelearse.
SIMÓN: A ver. Un abrazo.
CIPRIANA: ¡Que se abracen!
SIMÓN: ¡Que se abracen!
LOS DOS: ¡Que se abracen!¡Que se abracen!¡Que se
abracen! (Marta y María José se abrazan)
CIPRIANA: ¡Bravo! ¡Bravo!
SIMÓN: Que vivan las hermanas.
MARTA: Es que María José es muy lenta.
MARÍA JOSÉ: Y tú muy floja.
SIMÓN: No vayan a comenzar de nuevo.
CIPRIANA: Marta. Tu hermana te quiere mucho,
¿verdad?
MARÍA JOSÉ: ¡Sí! La quiero mucho. (Se abrazan)
SIMÓN: ¿Quién entiende a las mujeres?
CIPRIANA: Como se contentaron. Las voy a ayudar a
tender la ropa.
SIMÓN: ¡Bueno! Yo voy a aprovechar para hablar con
tu mamá, Cipriana. Dame la bolsa y te la subo. ¡Eso sí! Si viene alguien a
comprar le dicen que ya vuelvo.
CIPRIANA: No te preocupes. (Sale Simón)
MARTA: (A Cipriana) ¿Le dijiste?
CIPRIANA: (Tendiendo la ropa) ¿A quién?
MARÍA JOSÉ: ¡A Simón!
CIPRIANA: No, aún no.
MARTA: (Tendiendo una pieza de ropa) ¿Y qué
esperas?
MARÍA JOSÉ: Mira que esta noche es la fiesta.
CIPRIANA: Mi mamá me dijo que esperara a que él me
invitara.
MARTA: Pero, si no lo hace.
CIPRIANA: ¡Voy sola! Además creo que Simón va hacer las tortas y seguramente estará bastante cansado.
MARÍA JOSÉ: Déjate de excusas. (Se escucha la voz
de Simón)
VOZ DE SIMÓN: Hasta luego, Señora y gracias por el
consejo.
CIPRIANA: Cambiemos de tema (Entra Simón)
SIMÓN: Veo que terminaron de tender la ropa.
MARTA: Con la ayuda de Cipriana.
MARÍA JOSÉ: Simón, ¿tú no vas a venir para la
fiesta?
SIMÓN: ¡Sí!...creo que sí.
MARTA: ¿Vas a venir solo?(Cipriana tose)
SIMÓN: En realidad, pensaba... No sé, sí... estaba
pensando en invitar a...
MARÍA JOSÉ: ¿A quién?
SIMÓN: Invitar a...
MARTA: ¡Dilo! Por Dios ¡Dilo!
SIMÓN: Yo quería invitar a...
MARÍA JOSÉ: ¡Ah! Pues. ¿No vas terminar de decirlo?
SIMÓN: (De un sopetón) Yo quería invitar a
Cipriana.
AMBAS: ¡Por fin!
CIPRIANA: Bueno... ¡Sí!... Aunque no sé si mi mamá
me dejará.
SIMÓN: Yo hablé con ella.
MARTA: Ella estará encantada.
MARÍA JOSÉ: Por supuesto que sí.
MARTA: (A Simón) Tú mientras tanto anda a terminar
de hacer tus cosas.
MARÍA JOSÉ: Prepara las tortas más ricas que
puedas.
SIMÓN: Será mejor entre. Esta noche nos vemos.
CIPRIANA: Está bien, Simón. Hasta luego.
SIMÓN: Hasta luego (Sale)
MARTA: ¡Te lo dije!
MARÍA JOSÉ: Le gustas.
CIPRIANA: ¡No digas esas cosas!
MARÍA JOSÉ: Pero, si es así.
MARTA: Y tú también lo quieres ¿verdad?
CIPRIANA: Le tengo cariño.
MARTA: ¿Nada más?
CIPRIANA: ¡Está bien! Se los voy a confesar. Pero,
no se lo digan a nadie. ¡Estoy enamorada de él! (Todas ríen. Entra Carlos
Andrés, quien habla hacia adentro de su casa)
CARLOS ANDRÉS: Estoy en la panadería. Ya vuelvo (Al
voltearse se percata de la presencia de las tres muchachas) ¿No han visto a
Simón?
MARTA: Se dice primero: ¡Buenos días!
CARLOS ANDRÉS: No tengo tiempo para ser educado.
MARÍA JOSÉ: La Educación es más importante que cualquier otra
cosa.
CARLOS ANDRÉS: ¿Lo han visto? ¿Sí o no?
CIPRIANA: ¡Está adentro!
CARLOS ANDRÉS: Gracias, Cipriana (Avanza. De pronto
ve la ropa tendida) Se puede saber de quién es esto.
MARTA: ¡De nosotras!
MARÍA JOSÉ: ¿Por qué lo preguntas?
CARLOS ANDRÉS: Definitivamente a ustedes dos les falta
algo en la cabeza.
CIPRIANA: (Tomando participación) ¿A qué te
refieres?
CARLOS ANDRÉS: Esta ropa tendida le da muy mal
aspecto a la plaza. ¡Esto es inconcebible! Yo que me esfuerzo por sacar
adelante a este pueblo del estancamiento. Ustedes lo que quieren es sabotear la
visita de la Sra. Nodán.
¡Quiten inmediatamente estas asquerosas ropas de allí!
CIPRIANA: ¡Un momento, Carlos Andrés! No veo cuál
es el problema.
CARLOS ANDRÉS: Es que tú nunca ves nada.
CIIPRIANA: ¡No me ofendas! (El tono de la discusión
ha subido bastante, lo que hace que Simón salga de la panadería)
SIMÓN: ¿Qué pasa? ¿Por qué gritan de esa manera?
¿Qué sucede?
CARLOS ANDRÉS: ¡Simón! ¡Simón! ¡Ayúdame!
SIMÓN: ¿Qué te pasa?
MARTA: ¡Nada! Absolutamente nada.
CARLOS ANDRÉS: ¡Ellas! Ellas quieren echar por el
suelo lo que he levantado para beneficio de todos.
MARÍA JOSÉ: ¡No seas cursi!
SIMÓN: Explícate, Carlos Andrés.
CIPRIANA: ¡Es que no pasa nada!
CARLOS ANDRÉS: No hagas caso de las lenguas
murmuradoras.
SIMÓN: Dejen que explique lo que sucedió.
CARLOS ANDRÉS: Yo salí temprano. ¡A trabajar! Tenía
que arreglar los últimos detalles de la visita de la Sra. Nodán y entonces
ellas. ¡Sí! ¡Ellas! (Se comienza a bajar la intensidad de la iluminación. Los
personajes quedan en escena muda. Desaparece la luz)
II CUADRO
(La tarde
comienza a ceder el paso a las oscuridades de la noche. En el centro de la
plaza está una gran mesa decorada para la fiesta. Carlos Andrés dirige los
últimos detalles, al estilo de un maestro de ceremonias. Las casas lucen
guirnaldas de múltiples colores. Se escucha música alegre. Hay algarabía)
CARLOS
ANDRÉS: (Arrojando un hermoso arreglo de mesa) ¡Esto no está bien aquí!
CIPRIANA:
(A María José) No sé si podré soportarlo.
MARTA:
Miren quien viene allí (Entra Simón, elegantemente vestido)
SIMÓN:
¡Buenas tardes!
TODAS:
¡Qué elegante estás!
SIMÓN:
Gracias. Ustedes también. Cipriana, estás tan bella.
CIPRIANA:
¡Oh! Muchas gracias, Simón. (Carlos Andrés llama la atención de todos)
CARLOS
ANDRÉS: ¡Muy bien! ¡Muy bien! ¡Escuchen todos! Hoy es un día bastante especial
para los habitantes de este pueblo. Hoy es el día que nuestra Historia
cambiará. Yo que con gran esfuerzo he logrado traer a nuestra comunidad a una
de las personas más finas del mundo, a la Sra. Nodán. Me siento muy
complacido por la actitud demostrada ante este hecho, exceptuando ¡claro está!
A algunas personas (mira a Cipriana) Esta Señora que viene con la mejor de las
intenciones, será la propulsora del cambio que necesitamos. Por eso les pido
que demuestren lo que realmente valemos. Hagamos sentir a la Sra. Nodán un miembro
más de nuestra comunidad ¡¿Qué digo?! Hagámosla sentir como un miembro más de
nuestra familia. (La gente aplaude emocionada, a excepción de Cipriana. De
pronto, aparece un muchacho bastante azorado)
MUCHACHO:
¡Ahí viene! ¡Ahí viene! ¡La
Señora ! ¡Ahí viene! (Entran dos personas. Una mujer sumamente
elegante y un hombre, más bien, bonachón)
CARLOS
ANDRÉS: ¡Que suene la banda! Recibamos con un caluroso aplauso a la Sra.Nodán (Se acerca y
le besa la mano) Es un super gratísimo placer recibirla en nuestro pequeño
pueblo.
SRA.
NODÁN: ¡Gracias!
CARLOS
ANDRÉS: Por favor, síganme (Se dirigen a la mesa, llevándolos a sus respectivos
asientos) Por favor, siéntense. Por favor, espero que les agrade. Por favor,
disculpen lo malo.
CIPRIANA:
Si vuelve a decir otro “Por favor”...
CARLOS
ANDRÉS: Y a todos los demás habitantes de nuestro querídisimo pueblo, siéntense
(Se sientan) Espero que le agrade nuestro recibimiento.
DOÑA
JACINTA: ¡Bienvenidos! Mijita, Usted es tan bonita. Y se ve que es una Señora
muy fina.
CARLOS
ANDRÉS: ¡Mamá!
DOÑA
JACINTA: Mi pobre hijo no ha pegado un ojo en toda la noche, esperando a que
Usted llegara.
CARLOS
ANDRÉS: Ella es mi mamá.
DOÑA
JACINTA: Él es Simón. ¡Un excelente muchacho! Lo quiero como a un hijo.
SIMÓN:
¡Mucho gusto! (La Sra.
Nodán sonríe)
DOÑA
JACINTA: Él fue quien hizo las tortas.
CARLOS
ANDRÉS: Mamá, eso no es necesario.
DOÑA
JACINTA: Ellas son Marta y María José. Son hermanas morochas.
AMBAS:
¡Encantadas de conocerla!
DOÑA
JACINTA: Y ella es Cipriana. Una rosa en nuestro jardín. (En complicidad con la Sra. Nodán ) Mija, ella
es novia de Simón.
CIPRIANA:
¡Doña Jacinta! No diga esas cosas.
DOÑA
JACINTA: ¡Bueno! ¡Bueno! Como si lo fueran.
CARLOS
ANDRÉS: ¡Mamá! Ya es suficiente. La Sra. Nodán
y su acompañante deben estar muy cansados.
SRA.
NODÁN: Él es mi Secretario ¿No es así, querido? Por nosotros no se preocupen.
Todo es tan... folklórico.
CARLOS
ANDRÉS: Propongo un brindis y tres hurras por la Sra. Nodán. (Levanta
el vaso) ¡Hip! ¡Hip!
TODOS:
¡Hurra!
CARLOS
ANDRÉS: ¡Con más ánimo! ¡Hip! ¡Hip!
TODOS:
¡Hurra!
SRA.
NODÁN: ¡Gracias! Muchas gracias por su recibimiento. ¡Es divine!
MUCHACHO:
¿Es qué?
SRA.
NODÁN: ¿Y él quién es?
CARLOS
ANDRÉS: Nadie. Él no tiene importancia.
CIPRIANA:
¡Todos somos importantes!
CARLOS
ANDRÉS: Nadie está hablando contigo.
SRA.
NODÁN: Ella tiene razón. ¿Cómo es que es tu nombre, criatura?
SIMÓN:
Ella se llama Cipriana.
SRA.
NODÁN: ¡Gracias! Cipriana tiene razón. No hay que menospreciar a nadie. Además
que él, al igual que todos ustedes, forman parte de nuestro Proyecto. (Al Secretario) ¿No es así, querido?
CARLOS
ANDRÉS: Pero, por favor, comencemos. Miren que hay bastante comida. Primero,
los invitados (Toma una torta y va hacia ellos)
SRA.
NODÁN: ¡Oh! No gracias. No como dulces. ¡Oh! Disculpa, Simón. No debí dejarte
hacer tantos pasteles.
SIMÓN: No
se preocupe, Sra. Nodán. A mí me encanta...
CARLOS
ANDRÉS: ¡Ese es su trabajo!
SRA.
NODÁN: Tienes toda la razón, darling. (Ríe y todos la siguen, excepto Cipriana)
DOÑA
JACINTA: (A la Sra. Nodán )
¿A Usted no le gusta “el Cabello de Angel?”
CARLOS
ANDRÉS: La Sra. Nodán
no come dulce.
DOÑA
JACINTA: ¿Ni siquiera un “besito de coco?”
SRA.
NODÁN: Ni siquiera eso.
CIPRIANA:
¿A qué viene Usted?
(Silencio)
SRA. NODÁN:
¡Buena pregunta! Muy inteligente de tu parte, honey. ¿A qué vengo?
CARLOS
ANDRÉS: La Sra. Nodán
viene a traernos progreso y bienestar.
CIPRIANA:
No entiendo.
CARLOS
ANDRÉS: Porque no quieres.
SRA.
NODÁN: Deja.Deja. Ella tiene razón. Yo le explicaré a esta hermosa niña a lo
que he venido. (Al Secretario)¿No es así, querido? Lo que sucede mi dulce
Flamboyán
MUCHACHO:
¿Qué es eso?
SRA.
NODÁN: ¡Un árbol! Un magnífico árbol, del cual nace una delicada flor como
Cipriana. ¿Te puedo llamar Ciprianita?
CARLOS ANDRÉS:
Llámela como Usted quiera.
SRA.
NODÁN: ¿En qué iba? ¡Ah! Sí. Lo que acontece Ciprianita es que yo quiero hacer
de este pueblo, una Gran Metrópolis. Al estilo de las grandes Capitales del
mundo entero. Por este motivo, me he reunido con Carlos Andrés, al cual deben
estar agradecidos, para realizar mi más grande obra: EL PROYECTO PATATÚ.
(La
acción se paraliza. El Secretario se dirige al público)
SALVADOR:
¡Hola! Mi nombre es Salvador. No le digan a nadie que puedo hablar. Mucho menos
a la Sra. Nodán.
¡Prométanmelo! ¡No le digan a nadie! Lo que quería decirles es que presten
atención al Proyecto Patatú, pero, ¡Eso
sí! Con mucho cuidado.
(Continúa
la escena. La Sra. Nodán
interpreta la canción: LA
SUPER METRÓPOLIS. Al finalizar, todos se abalanzan hacia
Ella, con mucha efusividad. Los personajes paulatinamente van aminorando sus
movimientos, junto con la intensidad de la iluminación, hasta parecer una
escena a cámara lenta)
SRA.
NODÁN: ¡Muy pronto todos serán míos!
(Apagón)
III CUADRO
(Es de noche. En la habitación de la Sra.Nodán se encuentran
Carlos Andrés, Marta, María José y Simón)
MARTA: De verdad que la Sra. Nodán es buena.
MARÍA JOSÉ: Cipriana está equivocada.
CARLOS ANDRÉS: Es que ella la tiene agarrada con la
pobre Sra.Nodán.
MARTA: Eso sí es verdad.
MARÍA JOSÉ: Ella nunca está conforme con nada.
SIMÓN: Hay que darle tiempo.
MARTA: Lo que pasa es que como se trata de
Cipriana.
SIMÓN: Cipriana es buena y ustedes lo saben. Lo que
sucede es que ella desea lo mejor para todos nosotros.
(Entra la Sra. Nodán )
SRA. NODÁN: ¡Eso es cierto!
SIMÓN: ¡Sra. Nodán!
SRA. NODÁN: Continúen con la conversación.
MARTA: Él decía que Cipriana es buena.
CARLOS ANDRÉS: Y yo digo que no lo es.
SRA. NODÁN: ¡No digas esas cosas! Mi Flamboyán es
muy dulce (Al Secretario) ¿No es así, querido?
MARÍA JOSÉ: Entonces, ¿Por qué no está aquí con sus
amigos?
SRA. NODÁN: Porque no le dije nada.
SIMÓN: ¡Cómo! ¿Por qué?
SRA. NODÁN: No me interpretes mal, darling. Ella es
bastante especial. Pero, primero, quería hacerles un regalo a todos ustedes.
TODOS: ¡¿Un regalo?!
SRA. NODÁN: ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! Un hermoso regalo (Al
Secretario) ¿No es así, querido?
CARLOS ANDRÉS: Y se puede saber qué es.
SRA. NODÁN: Es algo maravilloso. Es algo que les
enseñará a ver otra realidad. Les mostrará el Progreso y por fin conocerán a la Super Metrópolis.
MARTA: No entiendo.
SRA. NODÁN: Ya lo entenderás (Busca una caja
hermosamente labrada) Sólo tienen que dejarse llevar. Soy su amiga y quiero lo
mejor para ustedes. Aquí lo tienen. Este es mi regalo.
CARLOS ANDRÉS: Pero, si esto es una caja.
SRA. NODÁN: No es una simple caja. Adentro
encontrarán algo que les hará sentirse muy bien. Hay uno para cada uno.
¡Vengan! Vengan y disfruten de su regalo (Abren la caja)
MARÍA JOSÉ: (Todos observan el contenido de la caja)
¿Qué es esto? (Se escucha la canción: Cuando un extraño se acerca)
SRA. NODÁN: No interesa lo que es, sino lo que
produce. (Al Secretario) ¿No es así, querido?
CARLOS ANDRÉS: Pero, esto es solamente...
SRA. NODÁN: ¡No importa!
CARLOS ANDRÉS: ¿Qué hay que hacer?
SRA. NODÁN: Se los mostraré.
SIMÓN: Mejor me voy a la casa.
CARLOS ANDRÉS: No seas miedoso, Simón ¿Qué te puede
pasar?
SRA. NODÁN: ¡Exactamente! Te aseguro, querido
Simón, que después que pruebes mi regalo, sentirás el Mundo a tus pies (Se van al
fondo del escenario, de espaldas al público. La iluminación baja. Se acentúa a
Salvador)
SALVADOR: ¡No lo hagan! ¡No lo hagan! (La
iluminación titila veloz. La
Sra. Nodán ríe con estrépito)
SRA. NODÁN: ¡Ya son míos! ¡Ya son míos!
SALVADOR: Demasiado tarde.
(Hay un juego de luces. Se escucha la canción:
Cuando un extraño se acerca. Los muchachos caen al suelo. Desaparece la Sra. Nodán y su
Secretario. Aparecen tres espejos, danzando y riendo)
ESPEJO I: ¡Hola!
ESPEJO II: ¡Hola!
ESPEJO III: ¡Hola!
LOS TRES: ¡Hola! ¡Hola! ¡Hola!
MARTA: ¿Quiénes son Ustedes?
ESPEJO I: Somos los Espejos.
MARÍA JOSÉ: ¿Dónde estamos?
ESPEJO II: En nuestra casa.
ESPEJO III: ¡Bienvenidos al Mundo de los Espejos!
CARLOS ANDRÉS: ¿Cómo llegamos aquí?
ESPEJO I: Una vieja amiga los trajo.
SIMÓN: ¡La Sra. Nodán !
ESPEJO II: ¡Exacto! ¡Exacto! ¡Exacto!
MARTA: Será mejor que regresemos.
ESPEJO I: ¡Imposible!
ESPEJO II: No hay manera de regresar.
MARÍA JOSÉ: Esto sólo es un sueño (El Espejo
II la pellizca) ¡Ay! Eso duele.
ESPEJO III: Entonces no estás soñando.
SIMÓN: ¡Me quiero ir!
CARLOS ANDRÉS: Yo también.
MARTA: Y yo.
MARÍA JOSÉ: Yo voy con ustedes.
ESPEJO I: Entonces, ¿Por qué vinieron al Mundo de los Espejos?
SIMÓN: ¿Nosotros?
ESPEJO II: ¡Ustedes! ¡Ustedes! ¡Ustedes!
ESPEJO III: Cuando probaron el regalo de nuestra
vieja amiga...
ESPEJO I: La Sra. Nodán
ESPEJO III: Ustedes desearon venir aquí...
ESPEJO II: A cumplir todos sus deseos...
ESPEJO I: Y sentir lo que es el Progreso (Ríen)
CARLOS ANDRÉS: ¿Ustedes pueden hacer realidad los
deseos?
ESPEJO II: ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí!
MARTA: ¿Cómo?
ESPEJO I: Ustedes desean cualquier cosa y nosotros
se lo damos.
MARÍA JOSÉ: Yo quisiera muchas cosas.
ESPEJO III: Los deseos no tienen límites.
ESPEJO II: Y en el Mundo de los Espejos, los deseos
se hacen realidad.
ESPEJO I: ¿Quisieran satisfacer cada uno de sus
deseos?
ESPEJO III: Sólo sueñen y pidan.
ESPEJO II: Se lo daremos.
ESPEJO III: Sólo tienen una pequeñísima condición.
CARLOS ANDRÉS: ¿Cuál?
ESPEJO I: No es mucho.
ESPEJO II: Además que ya lo hicieron.
ESPEJO I: Seguir probando el regalo de la Sra.Nodán .
SIMÓN: Será mejor que nos vayamos.
ESPEJO III: Podrán tener lo que deseen
ESPEJO I: Podrán ser todo lo que nunca han podido
ser.
ESPEJO II: ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí!
SIMÓN: Esto no me huele bien.
CARLOS ANDRÉS: ¿Qué podemos perder?
ESPEJO III: Y después...
LOS TRES ESPEJOS: ¡Podrán irse a sus casas! (Ríen)
MARTA: Yo deseo ser una Reina.
MARÍA JOSÉ: Yo deseo ser famosa.
CARLOS ANDRÉS: Yo deseo ser Presidente.
SIMÓN: Yo deseo regresar a mi casa.
LOS TRES ESPEJOS: ¡A probar! ¡A probar! ¡A probar!
(Traen el Cofre. Se escucha la canción: Cuando un extraño se acerca. La escena
se paraliza. Entra Salvador)
SALVADOR: Si lo hacen estarán perdidos y, tal vez,
para siempre. (Desaparece. Sigue la escena)
LOS TRES ESPEJOS: ¡A probar! ¡A probar! ¡A probar!
ESPEJO I: (A Marta) Tú serás una Reina. Una
maravillosa Soberana. Una exquisita Reina. Pero, ¡eso sí! Serás la Reina del gallinero. (Se
transforma en gallina)
ESPEJO II: (A María José) Y tú...
MARÍA JOSÉ: No, gracias. Se me quitaron las ganas
de ser famosa.
ESPEJO II: No hay marcha atrás. Tú serás una famosa
¡Cerdita! (Se transforma en Cerdita)
ESPEJO III: (A Carlos Andrés) Ahora a cumplir el
mayor de los deseos.
CARLOS ANDRÉS: Ser Presidente no es demasiado
importante.
ESPEJO III: La ambición tiene su precio, y tú,
serás ¡El Presidente de los payasos! (Se transforma en payaso)
SIMÓN: ¿Qué les han hecho a mis amigos?
ESPEJO I: Nada.
ESPEJO II: Sólo cumplimos sus deseos.
ESPEJO III: Ahora falta tu deseo.
LOS TRES ESPEJOS: ¡Regresar a casa! (Todos ríen)
SIMÓN: A mí no me harán lo que le hicieron a ellos.
(Entra la Sra. Nodán ,
montada en una parihuela. La escoltan Salvador y algunos esqueletos)
SRA. NODÁN: Eso depende de ti.
SIMÓN: ¡Sra. Nodán!
SRA. NODÁN: ¡Bienvenidos al Progreso!
SIMÓN: Le exijo que transforme a mis amigos a su
estado original. Los quiero como eran antes.
SRA. NODÁN: Pero si eran tan defectuosos, dear. A
menos ahora son tan diferentes (Al secretario) ¿No es así, querido?
SIMÓN: Todas las personas tienen defectos y virtudes
y yo los quiero como son.
SRA. NODÁN: Pero, ahora es cuando viene la mejor
parte. (Al Secretario) ¿No es así, querido?
MARÍA JOSÉ: Quiero ser como antes.
SRA. NODÁN: ¡Imposible! Muchacha insolente (La
señala y cae al suelo)
MARTA: ¡María José!
SIMÓN: ¿Qué le hizo a nuestra amiga?
SRA. NODÁN: Seguramente le dio un Patatú.
CARLOS ANDRÉS: Sra. Nodán, creo que será mejor que
esto no continúe.
SRA. NODÁN: (Ríe fuertemente) Si tú fuiste quien me
trajo. Tu ambición me atrajo directamente a este pueblo y ahora no me iré.
Todos me pertenecen, incluso mi dulce Flamboyán (Los esqueletos traen amarrada
a Cipriana)
CIPRIANA: ¡Simón! ¡Ayúdame! (Simón intenta
rescatarla)
SRA. NODÁN: ¡No te muevas! (Lo paraliza)
SIMÓN: ¡No puedo moverme! ¡No puedo moverme!
CIPRIANA: Sra. Nodán, por favor, no le haga daño.
SIMÓN: ¡Ay! ¡Me duele! ¡Me duele!
CIPRIANA: Se lo suplico. No lo lastime.
SIMÓN: Cipriana, no te preocupes por mí.
CIPRIANA: Haré lo que Usted me pida. Déjelo en paz.
SRA. NODÁN: ¿Lo que yo desee?
SIMÓN: ¡No escuches a esa mujer! (La Sra. Nodán cierra el
puño) ¡Ay! ¡No! ¡Ay! ¡No la escuches!
CIPRIANA: ¡Sí! ¡Sí! Lo que Usted desee, pero no lo
lastime más.
SRA. NODÁN: ¡Júralo!
SIMÓN: ¡No lo hagas!
CIPRIANA: Pero no lo siga lastimando.
SIMÓN: Cipriana, no escuches a esa bruja. ¡Ay! No
importa lo que suceda conmigo. ¡No lo hagas!
SRA. NODÁN: Jura que harás lo que yo te diga, mi
dulce Flamboyán.
SIMÓN: ¡No lo hagas!
CIPRIANA: ¡Se lo juro!
SRA. NODÁN: Dilo más fuerte.
CIPRIANA: Se lo juro.
SRA. NODÁN: No escucho tu hermoso juramento. ¡Dilo
más fuerte!
SIMÓN: ¡Cipriana! ¡Ay! ¡No! ¡No lo hagas!
CIPRIANA: Se lo juro. Se lo juro. ¡Se lo juro!
SRA.
NODÁN: ¡Perfecto! (Simón cae al suelo)
CIPRIANA:
¿Cómo te sientes? ¿Te hizo daño? Usted es una bruja.
SIMÓN:
Estoy bien. Por mí no te preocupes. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué?
CIPRIANA:
Lo hice por ti. Solamente por ti.
SRA.
NODÁN: Estas escenas son tan románticas. Me enternecen (Al secretario) ¿No es
así, querido?
SIMÓN:
Usted es una desalmada.
SRA.
NODÁN: ¡Ya basta! ¡Stop! Dejen esos amores para otro momento.
SIMÓN:
¡Bruja!
SRA.
NODÁN: Desvía tu intención. Recuerda que los tengo en mis manos.
CIPRIANA:
¿Qué es lo que quiere Usted de mí?
SRA.
NODÁN: ¡Tu vida!
CIPRIANA:
Así que ese es su Proyecto Patatú. Usted desea convertir a todos en sus esclavos.
SRA.
NODÁN: ¿No es divino? A todos nos gusta tener poder.
CIPRIANA:
Ami me gusta sentir amor por los demás.
SRA.
NODÁN: Deja el Humanismo a un lado y vamos al centro de la acción.
CIPRIANA:
Usted dirá.
SRA.
NODÁN: Aquí tienes. (Le muestra el cofre) Prueba mi regalo y sentirás lo que es
tener Poder. La gente comenzará a respetarte.
CIPRIANA:
No me interesa el Poder. Lo que quiero es que libere a mis amigos.
SRA.
NODÁN: No sabes lo que te pierdes. (Al Secretario) ¿No es así, querido? En
cuanto a ti, Ciprianita, me caes bien. Eres como un panal de miel. Dulce. ¡Qué
lástima! No quieres unirte a mí. Sabes cuál es uno de mis grandes deseos ¡Mi
gran deseo! Ansío llevar ilusiones a todas partes del mundo. Quiero que se dé
un enorme Patatú.
CIPRIANA:
Pero, Sra. Nodán ¿Qué es un Patatú?
SRA.
NODÁN: ¿No sabes qué es un Patatú? ¿No sabes qué es un Patatú? (Se paraliza la
escena)
SALVADOR:
(Al público) ¿Ustedes saben qué es un Patatú? (Sigue la escena)
SRA.
NODÁN: El Patatú es algo fuera de la realidad. Es un sueño inimaginable. El
Patatú es como estar flotando muy por encima de los demás. Es tener el Poder. (Canta
la canción: ¿Qué es un Patatú?)
CIPRIANA:
¡Está bien! Sra. Nodán ¿Qué desea Usted?
SRA.
NODÁN: ¡Así me gusta! Ciprianita es una niña obediente (Al Secretario) ¿No es
así, querido?
CIPRIANA:
Terminemos con esto de una vez.
SIMÓN:
¡No lo hagas!
SRA.
NODÁN: Tú insistes. Es mejor que le permitas tomar su decisión por sí misma, o
sino, mi amado gentleman te las veras
muy mal.
CIPRIANA:
Le he dado mi palabra.
SRA.
NODÁN: Por eso el mundo no quiere evolucionar. Las palabras, palabras son.
CIPRIANA:
Usted nunca comprenderá el verdadero valor de las palabras.
SRA.
NODÁN: Dejemos las lecciones para otro momento y vayamos al punto. Aquí tienes
el cofre de la felicidad. Lo único que tienes que hacer es probar lo que
contiene. ¿Ves? No es tan difícil, mi adorado Flamboyán. Solamente lo pruebas,
luego tú y tus amigos se podrán ir a su añorada casa. (Al Secretario) ¿No es
así, querido?
TODOS:
¡No lo hagas!
CARLOS
ANDRÉS: Tú no me caes muy bien, pero no lo hagas.
CIPRIANA:
Muchas gracias a todos, pero empeñé mi palabra y debo cumplir.
SIMÓN:
¡No lo permitiré! (Se abalanza sobre la Sra. Nodán )
SRA.
NODÁN: ¡Deténgalo! (Los esqueletos obedecen) Y tú niña, hazlo de una vez. (Cipriana
toma el cofre)
SALVADOR:
¡No lo permitiré! (Arroja el cofre de un manotazo.Cae al suelo el fatal polvo
blanco)
SRA.
NODÁN: ¡Tú!
SALVADOR:
No consentiré que sigas llevando tu proyecto Patatú a personas inocentes.
SRA.
NODÁN: ¿Cómo es posible que te atrevas a desafiarme?
SALVADOR:
No te tengo miedo. Esto (Señala el polvo blanco) Esto es una inmensa pendejada.
No vale la pena.
SRA.
NODÁN: ¡Te arrepentirás! ¡Esto! ¡Esto! Esto trae mucho Poder y Felicidad.
SALVADOR:
¡Mentiras! Son sólo mentiras y bien que tú lo sabes.
SRA.
NODÁN: Ya no hay salida. Es demasiado tarde. ¡Atrápenla! ¡Atrápenla! (Los
esqueletos obedecen)
CIPRIANA:
¡No! Déjenme tranquila. ¡No! ¡No quiero! ¡No quiero!
SRA.
NODÁN: ¡No digas esas palabras!
SALVADOR:
¡Eso es! Esa es nuestra salvación. Esas son las palabras mágicas para destruir
a la bruja de la Sra.
Nodán. ¡No quiero! ¡No quiero! Sigue, Cipriana. Dilo aún más
fuerte.
CIPRIANA:
¡No quiero!
SRA.
NODÁN: ¡Cierra la boca!
CIPRIANA:
¡No quiero! ¡No quiero!
SALVADOR:
Para poder vencer a la Sra.
Nodán es necesario que todos digan las palabras mágicas. ¡No
quiero! Díganlas todos. ¡No quiero!
TODOS:
¡No quiero! ¡No quiero!
SALVADOR:
Que se escuchen hasta el Cielo. Más fuerte. Con todas sus ganas.
TODOS:
¡No quiero! ¡No quiero! ¡No quiero!
SRA.
NODÁN: ¡No! ¡No! ¡Cállense! ¡Hagan silencio! No quiero oír esas palabras.
¡Cierren la boca!
TODOS:
¡No quiero! ¡No quiero! ¡No quiero!
SRA.
NODÁN: Como los odio. Algún día me las pagarán. Algún día. ¡Algún día! (Se
escuchan truenos. Hay relámpagos. Se hace un oscuro. Al encender la
iluminación, la Sra. Nodán
y sus esqueletos han desaparecido. Los muchachos vuelven a la normalidad)
MARTA:
María José, ya tú no eres una gallina.
CARLOS
ANDRÉS: Somos normales, otra vez. ¡Bravo! ¡Bravo!
TODOS:
¡Bravo! ¡Bravo!
SIMÓN: Y
todo se lo debemos a Cipriana.
CIPRIANA:
¡No! Todo se lo debemos a él (Salvador ha desaparecido) ¿Y dónde está el Señor?
MARÍA
JOSÉ: Hace un momento estaba aquí.
CARLOS
ANDRÉS: ¡Señor!
SIMÓN:
¡Señor!
CIPRIANA:
¡Señor!
TODOS:
¡Señor! ¡Señor! ¡Señor!
SALVADOR:
(Aparece) ¡Aquí estoy!
CIPRIANA:
Muchas gracias, Señor. Sin Usted no hubiéramos logrado apartar a la Sra. Nodán.
SALVADOR:
A propósito, mi nombre es Salvador.
SIMÓN:
Entonces, gracias Salvador por ayudarnos a vencer a esa bruja.
SALVADOR:
Yo no hice nada. Todo lo hicieron ustedes. Sus palabras lograron el milagro.
Pero, ahora debo marcharme.
CIPRIANA:
No se vaya. Quédese con nosotros.
SALVADOR:
Que más quisiera yo, querida Cipriana, sin embargo, al igual que ustedes
existen otras personas en el mundo que me necesitan. Mientras la Sra. Nodán prosiga con
su famoso Proyecto Patatú, mi deber será proteger a todas esas personas
inocentes. ¿No es así, querida? (Ríen) Pero, ¡Eso sí! Recuerden que ustedes tienen la fuerza para resistir al
mal. Cuando se sientan solos o débiles, levanten sus voces al Cielo para decir:
¡No quiero! ¡No quiero! (Comienza a desaparecer) ¡No quiero!
CARLOS
ANDRÉS: Les prometo, amigos, que nunca, pero, nunca más traeré a nadie a
nuestro pueblo.
SIMÓN:
No, Carlos Andrés. Hay personas buenas y malas en cualquier parte. Es deber de
cada uno de nosotros reconocer quiénes son las personas buenas y aceptarlas.
MARTA:
Pero, rechazando las malas.
MARÍA
JOSÉ: Será mejor que regresemos a casa. Este lugar me da escalofríos.
CARLOS
ANDRÉS: Está bien. Vamos a casa y les prometo que cocinaré algo para ustedes.
TODOS:
¡¿Tú?!
CARLOS
ANDRÉS: ¡Las cosas cambian!
(Salen.
Se escucha la voz de Salvador)
SALVADOR:
Gracias a todos aquellos que están sentados. Recuerden las palabras mágicas:
¡No quiero! ¡No quiero! ¡No quiero! ¿No es así, querida?
FIN
Caracas. Venezuela
Agosto 1996
Esta obra
fue estrenada en la ciudad de Maracaibo. Venezuela.
Grupo TITILAR
Año 1997.
®Registrada en SACVEN bajo el No.9070
Letras de “Le
dio un Patatú”
La Súper Metrópolis.
¡Grandes
edificios!
Avenidas
que invaden todo el lugar.
Como
pulpos hermosos que van adornar.
Sólo
lujos, luces y colores
En la Super Metrópolis
seguro estarán.
La ciudad
es el progreso
Hacia
delante tienen que mirar
Olviden
el pasado
El porvenir
en el futuro está
¡Mi reino
será!
¡Oh! ¡Ah!
¡Oh! ¡Ah!
ropa
bella
peinados
de lo mejor
perfumes
costosos
hologramas
de ilusión
¡Mi reino
será!
¿Quieres
ser Reina?
Aquí lo
serás
¿Quieres
brillar?
En mi
ciudad todos lo harán
Queridos
amigos
Comiencen
a soñar
Por
ustedes aguardará.
Cuando un extraño se acerca
Cuando un
extraño se acerca
Y tu
mundo empieza a dar vueltas
Cuando un
extraño se acerca
Y tu
mundo empieza a dar vueltas
Que con
engaños y trampas
Coloca
algo en tus manos
No dejes
que la tentación
De una
fantasía mejor
Ciegue
tus pensamientos
Convirtiendo
tu alegría
En un
espantoso silencio
Cuando un
extraño se acerca
Y tu
mundo empieza a dar vueltas
Rechaza
las promesas de ilusión
Ser
inteligente es tu gran don
Distingue
lo bueno y lo malo
Porque tú
puedes hacerlo
Cuando un
extraño se acerca
Y tu
mundo empieza a dar vueltas
Cuando un
extraño se acerca
Y tu mundo
empieza a dar vueltas.
¿Qué es un Patatú?
Una tarde
Yo sentada
Un extraño se acercó
Fue hace mucho tiempo
Sentí por primera vez lo que es un Patatú
El cielo se ennegreció
Tal vez la luz se apagó
Sentí que algo en mí
Como un cristal al suelo
Mi alma se rompió
Es algo que te da
Es algo que te da
Que te da
Que te da
Que te da
¡Es un Patatú!
Sé que la misma no soy
Después de aquel momento
En que todo fue un triste y amargo tormento
Después vino lo que es un Patatú
Un cerrar de ojos
Un abrirlos, quizás
No encuentro la luz.
Por eso, hoy día
La extraña soy yo
Te lo vuelvo a decir
Es algo que te da
Es algo que te da
Que te da
Que te da
Que te da
¡Es un Patatú!
La vida es así
No la puedo evitar
¡Eso es el Patatú!
Es algo que te da
Es algo que te da
Que te da
Que te da
Que te da
¡Es un Patatú!
¿Por qué quieres que me dé un Patatú?
No quiero, no quiero,
no quiero, no más
¿Por qué quieres que
me dé un Patatú?
Te digo, te digo, te
digo otra vez:
No quiero, no quiero,
no quiero, no más.
Detrás de tus ojos, yo lo puedo ver.
Algo se esconde, algo
que no se ve.
¿Por qué quieres que
me dé un Patatú?
Te digo, te digo, te
digo otra vez:
No quiero, no quiero,
no quiero, no más.
Si yo soy feliz, tú
eres feliz,
Si hay una piedra en
el camino, no importa,
toma mi mano y hacia
adelante vamos.
¿Por qué quieres que
me dé un Patatú?
Te digo, te digo, te
digo otra vez:
No quiero, no quiero,
no quiero, no más.
Cuando tú sientas que
viene el Patatú,
Las palabras mágicas
debes decir:
No quiero, no quiero,
no quiero, no más.
Y de nuevo a tu vida
la luz volverá.
Letras de Bruno Mateo.
Caracas-Venezuela
1996
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