El punto de giro es el momento dramático
en el que cambia la dirección de una historia. Hay un primer giro en el que se
le da arranque al drama. Luego hay otro, que termina siendo en el que confluyen
-y comienzan a cobrar sentido- una serie de acontecimientos, que desencadenan
el final de la historia.
Esta
estructura fue descrita por Aristóteles en la Poética. Se basa, fundamentalmente, en tres momentos de la fábula, que
vienen definidos por: la presentación de los personajes y el equilibrio en el
que viven; un hecho que rompe ese equilibrio, primer punto de giro; y el acontecimiento que le abre la puerta al fin
del cuento, segundo punto de giro.
Es
un andamiaje clásico que está vigente. Es la estructura que suele usarse en
piezas teatrales, guiones de cine, chismes, cuentos, novelas, chistes, textos
periodísticos, discursos políticos, estrategias de venta, crónicas y hasta en la
historia misma.
Como
para poner un ejemplo, observemos la agresión económica que sufre nuestro país, que se conoce como “Guerra económica”, así
como se conoce a la política de exterminio que sufre el pueblo palestino en
Palestina, como “Guerra en la Franja de Gaza”
Con
relación a la agresión económica, nos enfocamos en una de sus aristas: aquella
que se concentra en devaluar la moneda, con el fin de inducir a la inflación.
Primer
acto: la moneda tiene un valor definido por una serie de variables vinculadas con
capacidad productiva y financiera, la balanza económica interna en comparación
con las internacionales. Esto supone un equilibrio que es roto con la aparición
del primer punto de giro: surge el “dólar lechuga” que más tarde mutó en dólar
tudei y que desde las casas de cambio de Cúcuta, con el concierto de la
delincuencia parasitaria, cambia el valor de la moneda a capricho.
Segundo
acto: estos malandros con real se dieron a la tarea de acaparar los billetes de
cien, con el fin de caotizar el flujo de la moneda y alcanzar grandes ganancias
con el dólar tudei, llevándonos a una situación límite. El gobierno,
calladamente, prepara su jugada y de pronto deja sin valor esos billetes. Los
malandros son sorprendidos en su mala fe y con el cuarto lleno de papeles
marrones. Un punto de giro perfecto, por lo inesperado y por las consecuencias
que conlleva.
Tercer
acto: el suspenso sigue siendo el elemento transversal de esta historia. Este
capítulo se está haciendo todavía y el desenlace pasa por otras decisiones
importantes y la participación de todos. Sin embargo, cabe preguntar: Si no
cierran las fronteras hasta que deroguen la resolución 8 ¿Cómo van evitar que hagan lo mismo con los billetes de 500? Esta
historia continuará…
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