Aura Rivas es la madre y Rafael Gil es Arunachalam Muruganantham |
Por Bruno Mateo
@bruno_mateo
El hermoso Teatro
Bolívar recuperado durante este período histórico fue el escenario para la
nueva pieza de Elio Palencia “Aru, amador de las mujeres” que se
estrenó el día jueves 26 de noviembre de 2015 con un nutrido público que ya es asiduo al recinto de la Plaza
Bolívar de Caracas; con las actuaciones
de Citlalli Godoy como Shanti, Rafael Gil es Arunachalam Muruganantham , conocido como Aru y la primera actriz Aura Rivas como la Madre, dirección y
puesta en escena de Elio Palencia,
bajo una producción el Galpón de Arte.
Con una premisa
sencilla la pieza de Palencia nos envuelve en un episodio de la India en el año 1998 que muy bien
podría ser la historia de un pueblo venezolano. El montaje en tono de comedia
en donde el elemento lúdico se convierte en un bálsamo para los espectadores. La
dramaturgia va desenvolviéndose
paulatinamente a través de unos nudos
dramáticos muy blindados que permiten un
desenlace creíble a pesar de que la ambientación está ubicada en otro
hemisferio distinto al nuestro. El hilo conductor de la pieza, que no es más
que el sueño de Aru por fabricar una toalla sanitaria económica accesible a
todas las mujeres de la India a quien él dice amar, es la excusa para el autor
para plantear, primero que un hombre (o mujer), en este caso Aru, no se rinde
ante las vicisitudes, si realmente desea alcanzar una meta, segundo, la
problemática de la penuria de la mujer india, tercero, el tabú de la
menstruación que aún se ve como algo sucio, y por último, el amor de madre que
es el más sublime de todos los vínculos del Ser Humano.
La dirección y puesta
en escena logra, evidentemente por ser el mismo autor quien la realiza, una comprensión
del texto; la escenografía, práctica y funcional para el montaje, el toque
humorístico del montaje permite al espectador ir comprendiendo fácilmente el
significado y la metáfora del discurso oral, el diseño de vestuario de Raquel Ríos
acorde y atractivo amén de una impecable
realización. Interesante el uso del títere de guante reducido a los dedos del
medio e índice para lograr simbólicamente el sentimiento de ese momento del
personaje Aru.
En cuanto a las actuaciones;
pertinentes, bien dibujadas, logran un vínculo entre los tres que traspasa el
escenario y llega al público, esa pátina de humor que no rebasa a lo cursi, más bien elegante que hace que los espectadores
mantengan una sonrisa durante la hora y cuarto de montaje.
“Aru, amador de las mujeres” es un trabajo gratificante con una
posición política, sublime, pero que está allí y nos invita a trabajar por un
mundo distinto y a perseguir nuestras metas y sueños en beneficio de la
comunidad.
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