Por
@bruno_mateo
En la sala Anna Julia Rojas de la
Unearte en Bellas Artes, Caracas, se presentó el día jueves 30 de octubre de
2015 la pieza “La ópera de tres centavos”
textos de Berltolt Brecht y música de Kurt Weill, adaptación del dramaturgo Elio Palencia con la Orquesta
Sinfónica Municipal de Caracas, dirección musical de Rodolfo Saglimbeni, la dirección artística y puesta en escena de Miguel Issa; producción general de Williams López para la Fundación
Rajatabla con un duración de 2 horas 20 minutos. Las actuaciones corresponden a
Domingo Balducci (Mackie Navaja), Fabiola Arace (Polly Peachum), Diana Peñalver (Señora Peachum), Adolfo Niottli (Señor Peachum), Pedro Pineda (Reverendo Kimball), Francisco “Paco” Díaz (Maestro de
ceremonias), Simona Chirinos
(Jenny), Adriana Bustamente (Lucy), Wilfredo Cisneros (Brown). El estreno
se llevó a cabo el día miércoles 28 de octubre de 2015 con ausencia de la
crítica.
Con una grandilocuente presencia de la
Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas nos recibe la puesta en escena de este
nuevo montaje, después de casi 45 años cuando se montó por primera vez “La ópera de tres centavos” en los
predios de la Ucv a cargo del Teatro Universitario dirigido por Herman Lejter,
lo que implica dentro del significante de la puesta un impacto visual y
auditivo muy poderoso y atractivo para el público; tan eficaz fue este elemento
que hacía que las voces de los actores-cantantes se perdiera en el vacío, en muchas
ocasiones, es más, algunas letras no se
oían, lo que repercutía negativamente en
la atención del público. El elemento coreográfico fue un acierto dentro de la
dinámica de la planta de movimientos amén del diseño de la iluminación que
colaboró para ella. Tal vez, el hecho de que casi todas las escenas se desarrollaron
en el primer plano (proscenio) hizo que, visualmente, se percibieran planas,
también colaboró para ello, las actuaciones, que no lograron esa ironía, a
veces, sarcasmo feroz, que tiene el texto de Brecht. El personaje de Mackie
Navaja lució un tanto ligero, sin profundidad interpretativa, había un cuidado,
necesario por demás, del fraseo del canto, de la armonía y de la melodía, no obstante,
se requiere una pasión al interpretar los textos que, en este caso, estuvo
ausente. El personaje de Polly Peachum a cargo de Fabiola Arace convenció al
público por su vigorosa voz al cantar desde la primera escena durante la boda
cuando se monta en la mesa. Una escena que arropa al público y lo hizo
disfrutar fue la de las dos mujeres, Polly y Lucy, frente a la cárcel al
visitar a Macky Navaja. Adriana Bustamante y Fabiola Arace atraparon a la
audiencia por sus interpretaciones. Un llamado de atención nos produce Diana
Peñalver con su Señora Peachum, la construcción del personaje nos sorprende,
nos mueve del letargo del asiento. Un destello de luz dentro de la monotonía del
montaje, igualmente nos ocurre con Simona Chirinos y, en momentos, Adolfo
Nittoli.
Sin embargo, pienso que en cualquier
puesta en escena, por muy aparatosa que sea, debe recaer en las actuaciones y,
en esta versión de “La ópera de tres centavos” no hubo esa
responsabilidad. No se vio ese estudio del texto de Brecht, el cual, está
cargado de crítica social, mediante la ironía y el sarcasmo desparpajado de sus
personajes y de las canciones, verbigracia cuando dice “Robar un banco es un
delito, pero más delito es fundarlo” o “Primero va el comer luego va la moral”.
Aplaudo que el grupo Rajataba trajera a
Caracas piezas de esta envergadura que tanta falta hace al público ignorante de
los grandes escritores del siglo 20.
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