domingo, 23 de noviembre de 2014

Potestad o el drama de la soledad en el XXXII Festival Internacional de Occidente.

Hugo Kogan en Potestad

Por Bruno Mateo
@bruno_mateo
@avencrit

 
Durante la nueva edición del Festival Internacional de Occidente en la cálida ciudad de Guanare del Edo. Portuguesa de Venezuela se llevó a cabo la representación de la pieza Potestad (1985) del dramaturgo Eduardo “Tato” Pavlovsky (1933) bajo la interpretación del actor Hugo Kogan el día miércoles 19 de noviembre de 2014 a “casa llena”. Drama que nos plantea en su discurso la soledad del ser contada a través de la historia de la “desaparición” forzosa de las personas en épocas de regímenes opresores, en esta ocasión, en Argentina. El personaje del hombre quien no es más que un esbirro que se roba una niña para criarla como hija suya siente la agonía de la soledad cuando de repente se ve despojado de esa hija.

La interpretación de Kogan fue justa y precisa, sobre todo, en las partes más dramáticas y dolorosas del discurso; su presencia escénica insufla todo el escenario y su potente voz nos arropa en toda el transcurso de la escena. Con una producción mínima, el montaje a través de su significante discursivo  nos logra trasladar a un espacio paradójico de tortura y ternura  a la vez. Las palabras describen tranquilamente cómo los verdaderos padres de la niña fueron masacrados sin sentir ningún tipo de aprehensión por ello. La pieza está escrita de una manera cohesiva y muy vinculada con las emociones del ser humano.

Con una puesta en escena sencilla en cuanto a elementos del dispositivo escénico y de plantas de movimientos la obra produce una tensión dada por la dinámica del texto más por su connotación que por su denotación.

Potestad es uno de esos montajes que recorren los intríngulis de la sensorialidad del hombre a través de una situación extrema en donde nos percatamos que por màs cruel que se pueda ser podemos generar amor por alguien.

 

 

 

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