Estereotipos en los chistes homosexuales.
Estudio de caso: “La gaita de las locas”
por Alexis Alvarado S. (Bruno Mateo)
@Bruno_Mateo
La
homofobia no sólo se refiere a hechos físicos violentos contra los
homosexuales, por demás aborrecibles, sino que refiere a actitudes de rechazo
así como a la burla directa o indirecta,
ésta última expresada por el chiste y el
humor. Son muchos los casos en los
cuales el homosexual es motivo de chistes, ya sea en el ámbito privado de las relaciones sociales o en los medios
públicos de comunicación. En Venezuela tenemos casos de programas humorísticos
de televisión que, dentro de sus sketches, siempre hay un espacio, por cierto
no de pequeña duración, dedicados a la
burla de los estereotipos de homosexuales varones; por ejemplo en la extinta “Radio Rochela” que pasaban en el
desaparecido canal Radio Caracas televisión RCTV o en los programas actuales “A
qué te ríes” en Venevisión; “Misión Emilio” en Televen y de producciones
discográficas como la “Gaita de las locas” popularizada por el comediante
Joselo en los años ochenta del siglo 20.
Este
trabajo intenta asociar los chistes sobre homosexuales varones con la identidad
a través de los estereotipos que se nos presentan en los visionados de la
televisión venezolana y en la producción discográfica “La gaita de las locas”.
Como en Venezuela las investigaciones académicas sobre humor y homofobia no son
muy extensas, nos limitaremos a señalar la relación existente entre los chistes
y la identidad de los varones homosexuales mediatizada por los estereotipos,
para crear una base para estos estudios.
Se
parte de que la identidad es un proceso cultural, social e imaginario y no un
aspecto esencial y genético del hombre. Existe una
identidad cultural, la cual está formada por las representaciones de la
realidad, y tal identidad se construye en el proceso de socialización
(Jaramillo, 2005). Sin embargo, el hecho de que la identidad provenga de un
proceso imaginario no significa que no posea una base real en su construcción,
implica que no es una dinámica mimética, no es una copia de la realidad, como
consecuencia, los estereotipos son
concebidos como algo social, imaginario y construido a partir de un
grupo de enunciación que se supone distinto a ellos y se caracteriza como una
reducción con carga negativa.
Los chistes son discursos en tono humorístico muy adecuados para el estudio
de estereotipos debido a que ellos son tipos de textos que retoman discursos
profundamente arraigados y cuyos temas son siempre cruciales para una sociedad.
Según Freud (1973) el chiste sirve para sobreponerse a la frustración sobre
aquello que es prohibido. El sexo para él es un tema censurado y por lo tanto
es lo que causa más frustración. El chiste sirve, según Freud, como instrumento
para sobrellevar la frustración y a los tabúes sociales establecidos por la
moral de una época determinada. Con el chiste se rompe las fronteras y
limitaciones; se vuelve permisivo tocar la sexualidad. Desde esta perspectiva
psicológica se puede plantear la teoría que echar chiste sobre homosexuales
podría ser una homosexualidad proyectada. El chiste sugiere que la
homosexualidad se encuentra reprimida hasta el momento adecuado para salir. Un ejemplo de ello es el
siguiente chiste contado en “Las gaitas de las locas”
Son las 5 am, un borrachito sale
de un bar, de repente le sale el Conde Drácula y le dice: ¡Prepárate! Te voy a
chupar la sangre, a lo que el borrachito le contesta: ¡Ay, si: ¡Drácula!
Chúpame abajo (Se supone que se refiere al
pene). Drácula cambia a un tono de voz
afeminada y responde: ¡Está bien! Pero rapidito antes de que amanezca.
Aquí vemos que el borrachito se nos presenta como un macho valiente que se
enfrenta al peligro y es representado por la invitación a que le haga el sexo
oral. (Esta observación abre la posibilidad de estudiar las razones por las
cuales la superioridad o valentía se demuestra con enseñar el pene dispuesto a
la práctica sexual. No importa si es una relación heterosexual u homosexual; lo
importante es quien cumple el papel de hombre, el que penetra y hembra, la que
se deja penetrar). El chiste homosexual se puede ver desde dos perspectivas: la
liberación que implica la aceptación y por otra, se puede mostrar el rechazo.
Drácula se nos presenta como un ser tenebroso que disfraza su verdadera personalidad,
un ser homosexual y afeminado, un estereotipo bastante difundido entre la
población. Mira (2008) plantea que un amplio porcentaje de representaciones
populares toman como marco de referencia la idea de que el sexo biológico del
homosexual varón no se corresponde con su sexo psicológico ni emocional, una
idea que se resumió en la frase lapidaria: “un hombre atrapado en el cuerpo de
mujer ” o cuerpos masculinos con “alma” femenina.
El chiste es una expresión con contenido de humor, nos refiere a ciertas
situaciones y personas que podrían
contener un elemento de humor; en el caso de las personas, entramos en el
terreno de los estereotipos que son los que, en realidad causan risa, desde la
posición del enunciador. No hay que negar que los chistes, también, causan
placer a quienes participan de él, se puede pensar que tienen una
característica hedonista, si pensamos que el chiste es una vía para producir
placer, o sea que la persona que lo dice sólo busca “inocentemente” reírse y
divertir a sus interlocutores, sin que el tema sea lo importante, puede pasar de
una temática a otra, de un chiste sobre borrachitos a homosexuales; no
obstante, y siguiendo las posturas de Bergson (1973) el placer de la risa no es
un puro placer, es decir no es exclusivamente algo placentero y desinteresado,
por el contrario, potencialmente trae consigo una segunda intención no
confesada, tiene el propósito de humillar, y con ello, corregir, aunque sea
superficialmente aquello de lo que nos reímos.
“La Reina de las flores, así te
llaman, todos tus amigos porque te adornas de lo más florido y así te sientes
de lo más feliz, reina de las flores llevas bluyines de los más pegado y finas
botas de tacón delgado, con esa pinta fue que yo te vi…”
Como se puede leer en el estribillo de una de Las Gaitas de Joselo
"Gay-Ta de Las Locas" (LPS-66544.
Discográfica. Palacio. H.B. No se consigue con exactitud la
fecha de su emisión por las radios venezolanas aunque podemos inferir por las
alusiones que se hacen del expresidente Jaime Lusinchi en el contenido de las
gaitas que se trata de los años 1984/1989)) el estereotipo que se visualiza es
de un homosexual varón afeminado, casi una comiquita de un ser que no es hombre
ni es mujer. Como bien diría Bergson (1973) nos reímos siempre que una persona
nos causa la impresión de una cosa. El mariquito afeminado como epítome de la
espectacularidad ayuda a invisibilizar la imagen de la homosexualidad masculina
que produce mucha inquietud entre la población heterosexual masculina: el
hombre que muestra afecto por otro en términos de físicos o de deseos. Para
Mira (2008) la comedia siempre aleja la verdadera esencia de las relaciones
entre hombres que es una relación homoerótica u homoerótica-afectiva.
En
algunos de los chistes homosexuales aparecen eventualmente confrontaciones entre el gay con el estereotipo de lo que
llamamos en Venezuela “loca”, que puede ser definido como el hombre
supremamente amanerado de vestimenta con colores llamativos y de gestos
exageradamente femeninos, y el
heterosexual con características homofóbicas
como se puede leer en el siguiente chiste extraído de la referida gaita:
¡Gordo, gordo, por favor! dice una voz masculina amanerada,
¿por aquí queda la esquina de Platanal? A lo que una voz masculina que raya en
lo agresivo, contesta: ¡Mira, mano! ¡Desaparece! ¡Piérdete!, entonces, la voz
de hombre afeminada grita: ¿Dónde estoy? ¿Dónde estoy? ¡Estoy perdida! Y
aparecen las risas.
Nos
encontramos en la presencia de un acto de rechazo hacia el “mariquito”.
Pareciera que hay una percepción de una
dimensión de peligro ligada a los homosexuales junto con el deseo de que se los
reprima legal y socialmente y un disgusto y ansiedad personal despertada por
homosexuales. Ahora bien, La identidad homosexual no siempre es adoptada
independientemente. Por el contrario, la
invención de la “homosexualidad”
ha sido atribuida en general de modo heterónomo por parte de los
especialistas. En nuestra Sociedad la
homosexualidad es una dimensión de la personalidad que constituye un motivo de
estigmatización, de señalamiento, discriminación y por consecuencia de
exclusión.
Los chistes que se
basan en estereotipos siempre son siempre violentos desde un grupo hacia otro.
En los textos de chistes homosexuales se puede ver la posibilidad de que un
estereotipo es creado a partir de otro estereotipo.
Qué loca tan loquita. Qué loquita tan loca. ¡Ua!
¡Ua! Por ahí le dicen Mari..Mari…Mariposa, pero se le nota ¡cómo goza! Él se
siente feliz como una lombriz. ¡Ua! ¡Ua! Esa periquita hoy se ve coqueta. Mueve
la colita y hace morisquetas.
En este estribillo
de “Las gaitas de las locas” se observa una oposición binaria entre hombre y “loca” (no hombre), además de indicar
que la identidad de “mariposa” es una condición feliz. El chiste lo que hace es crear una etiqueta ya
que no vemos la esencia de las cosas, las más veces nos limitamos a observar el
estereotipo y esa tendencia, siguiendo a Bergson (1973)
se ha acentuado aún más bajo la influencia del lenguaje, pues las palabras
designan géneros y no particularidades. Lo que hace chistoso de los chistes a
los homosexuales no es solamente reírse del homosexual sino es de la distorsión
que crea una situación ridícula a través de un silogismo.
Va un homosexual a una carnicería
y pide un salchichón; el carnicero le pregunta: ¿Lo quiere rebanado? A lo que
responde: ¿Usted me ha visto cara de alcancía.
Los homosexuales no necesitamos un salchichón para las prácticas sexuales,
pero el uso del silogismo lleva la situación hasta el extremo del ridículo. Se
puede observar también el mito de que los homosexuales son depravados. Sin duda que el
Cristianismo con su ideología (demás decirlo: hipócrita) de una moral sexual
rigurosa ha configurado y sostenido -hasta el Papa actual Francisco I- una
sanción de la sodomía, término surgido de las prácticas sexuales de los hombres
de Sodoma en la Biblia y etiquetado como perverso.
A finales del siglo
XVII y comienzos del XIX el homosexual se convierte en un monstruo, es un
individuo anormal. Ya en el siglo XIX el gay era considerado un anormal y
perverso. La Iglesia Católica reconocía que éste era un hombre-mujer, un hombre
afeminado. Esa era la imagen. La víctima no era responsable de la aberración de
la homosexualidad, pero había que mantenerlo a raya. Siempre se encontraba en
la mirada de los censores (Sociedad) como sospechoso que podía corromper a los
hombres normales. El homosexual u hombre afeminado que para ellos era lo mismo
estaba predispuesto a seducir a sus allegados y llevarlos por los mismos
derroteros. Siempre se tenía que desconfiar de un hombre afeminado.
Cuando el homosexual
salía de su escondite impuesto por la Sociedad era para sumarse al grupo de
marginales y perversos hasta que la ciencia médica desde el siglo XVIII lo
colocó en un portón de monstruos y horrores. La anomalía era sus prácticas sexuales
y sus ambigüedades fenotípicas.
Los chistes
homosexuales también utilizan el sentido figurado relacionado con sus prácticas
sexuales.
Mire joven, si Usted aspira al puesto de gerente de
esta empresa debe tener un currículo impecable, le dice un hombre con voz
masculina al homosexual; éste responde con voz supremamente afectada: Entonces,
me voy porque este puesto no está hecho para mí.
El humor muchas
veces se obtiene si se finge entender una palabra en sentido propio, cuando se
emplea en sentido figurado. “Las gaitas de las locas” popularizadas por el
comediante venezolano Joselo nos muestra a un homosexual como una persona que
cabalga entre hombre y mujer sin llegar a ser ninguna de ellas, pero a la vez
ambas géneros. Nos lo muestra como
estereotipo. El homosexual presentado por el contenido de estas gaitas es un
hombre con características de mujer en cuanto al amaneramiento amén de que es
un ser poco inteligente que raya en pensamientos vacíos y siempre dispuesto a
usar el lenguaje en sentido figurado.
Una “loca” llama por teléfono a restaurante y
pregunta: ¡Señor! ¿Qué te tienen de bueno para comer hoy? La voz, por demás
masculina, responde: Tenemos un cóctel de mariscos a lo que éste emocionado en
tono de reclamo dice: ¿Y ¿Por qué no me invitaron?
También encontramos
chistes en donde un hombre masculino se encuentra entre poseer cierta
inclinación homosexual, relacionando la homosexualidad con el estereotipo del
afeminado, y la ser “normal”
Un hombre visita a un psiquiatra, ¡Doctor! Vengo
para que usted me ayude con este problema. El doctor dice: ¡A ver, dígame! El
hombre responde: resulta que esta mañana sin darme cuenta me pinté los labios y
salí para la calle. ¡Qué vergüenza! ¡Qué vergüenza! El médico responde: ¿Usted
quiere que le quite la manía de pintarse los labios? Este asombrado dice:
¡Noooo! Lo que quiero es que me quite la vergüenza.
El hecho de que el
chiste tenga como contexto un consultorio de un psiquiatra puede dar indicio de
que la homosexualidad es una enfermedad y que puede ser tratada como tal. Para
Mira (2008) el paradigma patológico para ahondar en las razones de la
homosexualidad se debe al cambio de una visión cientificista del mundo. “El
conflicto simbólico entre la homosexualidad y heterosexualidad según el
paradigma patológico es el de enfermedad frente a salud”. La aparición del
psicoanálisis hacia los años treinta es
una herramienta eficaz para la cultura occidental para tratar de explicar la
homosexualidad de una manera más científica, aunque, en realidad, esta postura
sea, para autores como Mira (2008), una actualización del paradigma moralista
debido a que la homosexualidad o debe explicarse por el solo hecho de que es
punto temático de los científicos.
Al hacer un
recorrido por los chistes de “La gaita de las locas” (1984/1989) nos
encontramos con las representaciones sociales más estereotipadas que se tienen
en los medios de comunicación de los varones homosexuales. Para Colina (2003)
las representaciones se expresan en opiniones, actitudes y estereotipos que se
comunican por medio de cualquier proceso de comunicación y los chistes es una
manera de divulgar un contenido homofóbico, en algunos casos agresivos y en
otros con un tono, presuntamente hedonista. Siguiendo la perspectiva de Colina
(2003) las representaciones sociales nos manifiesta un conocimiento elaborado
por un grupo social determinado el cual es compartido a manera de conocimiento
de sentido común. Para Moscovici (1979) las representaciones sociales,
manifestadas en muchas ocasiones en estereotipos se comparten una “visión de
mundo”; es por ello que los contenidos de los chistes homosexuales en los
cuales se nos muestra a los homosexuales como “locas” carentes de inteligencia,
ávidas de sexualidad, peligrosas para la “normal” heterosexualidad, enfermos y
excesivamente amanerados podrían desembocar en una “visión de mundo” compartida
bajo un sentido común lo que traería como corolario una actitud homófoba.
Para concluir se
puede afirmar que los chistes puede estar cargado de humor, en donde
aparentemente todo se encuentra dentro de una dinámica lúdica con un carácter
hedonista no obstante, observamos que
los contenidos de los chistes homosexuales apuntan siempre hacia los
estereotipos más comunes que se divulgan por los distintos medios de
comunicación ya que éstos son los más visibles y no corresponden, en su
totalidad, con las distintas identidades que puede haber de los varones
homosexuales.
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