De izquierda a derecha: Rossana Hernández y Elvis Chaveinte |
Por Bruno Mateo
@Bruno_Mateo
En el
nuevo teatro conocido como “La caja de fósforos” ubicado en la Concha acústica
de Bello Monte, en el municipio Baruta, Caracas se presenta el segundo montaje
realizado en este espacio “Saverio, el cruel” (1936) del escritor argentino autodidacta
Roberto Arlt (1900-1942) de la naciente agrupación Deus Ex Machina bajo la
dirección de Gabriel Agüero Mariño con las actuaciones de Elvis Chaveinte como
Saverio; Rossana Hernández como Susana; Abilio Torres es Juan; Abel García
interpreta a Pedro; Dayana Carmona como Simona; Alexandra Vivas es Ernestina; Sahara Álvarez en el papel de Luisa e
Idanis Infante como Julia. Un texto dramático que, como toda la dramaturgia de
Arlt, es un juego entre la realidad y ficción. Es de aclarar que esta pieza
tiene dos versiones, una situada en un hospital psiquiátrico y la otra, la que
vi, está ubicada en una casa de unos jóvenes clase media que planifican una
broma pesada al Sr. Saverio (clase pobre), vendedor de manteca (mantequilla).
En
este texto se narra la historia de Susana, una joven que gusta divertirse en
engañar a las personas fingiendo bromas pesadas para burlarse de ellas. Junto
con sus primos y hermanos planea burlarse de Saverio, proveedor de manteca de
la familia. Para ello, acuerda fingir locura y que su hermano Pedro,
interpretando a un doctor, le sugiera a Saverio seguirle su manía para buscar
un tratamiento adecuado. Susana, al fingir que está loca, se cree una reina
destronada por un coronel al que tan solo desea decapitar. El papel que le
sugieren a Saverio es el de este coronel, cuando acepta, las jóvenes acuerdan
un día para que las amigas de Susana puedan ver como se ridiculiza al mantequero.
La complicación surge cuando Saverio se toma muy a pecho el papel que debe
cumplir y empieza a tomarlo por real, sueña con la aparición de un vendedor de
armas, un inglés llamado Irvirng, con quien discute sobre la situación de los
hombres con poder en el mundo y la situación de la sociedad actual. En ese
momento llegan Luisa, Pedro y una amiga de ellos, Ernestina, a dejarle el traje
que debe de usar en la farsa. El conversa con ellos y Ernestina detecta que
Saverio está perdiendo la razón al creerse un tirano en potencia. Poco después
llegan dos hombres con una guillotina que había ordenado, y los jóvenes huyen
rápida pero cordialmente. Saverio se queda delirando con llegar ser un dictador
cruel, hasta que finalmente sale de su habitación. El día de la representación
todo se ha ornamentado en función de la farsa, están presenten muchos amigos de
Susana, esperando a Saverio y comentan que este ha enloquecido y comprado una
guillotina. Cuando llega, inician rápidamente la farsa y en medio de ella, Saverio
le hace saber a todos que Julia, la hermana de Susana, le ha contado del engaño
que planeó Susana para burlarse de él. Todos se asombran y Susana les pide a
todos que la dejen con Saverio para pedirle perdón. Al quedarse solos, Saverio
y Susana conversan, esta le dice estar enamorada y que su artimaña tenía como
objetivo acercarse a él y darse cuenta si era, tal y como ella, capaz de soñar.
Saverio se da cuenta que ella está realmente loca, que los ha engañado a todos
haciéndose pasar por cuerda, y rechaza a Susana. Esta lo abraza y aprovecha
para sacar un arma y dispararle. Al escuchar el ruido los invitados entran para
ver a Saverio morir, Julia se desmaya al ver lo que ha hecho Susana la cual
parece haber perdido todo rastro de cordura. (La sinopsis es tomada del trabajo
“El individuo en la Modernidad según el teatro de Roberto Arlt: La isla
desierta y Saverio, el cruel” de Melissa
Hernández. Universidad de Costa Rica. Facultad de artes y letras. No se
especifica el año)
La puesta
en escena de Agüero Mariño al comienzo del desarrollo de la pieza nos hace eco
a un set de televisión, luego, a medida que avanza se trasforma al formato de teatro
del esperpento, o más bien, grotesco, ayudado por las máscaras y pelucas realizadas
por Samyra Recondo. Siento que hay una ruptura de formatos. El nudo entre ambas
maneras de representación no está cuajado. Cada una por separado está bien, sin embargo no encuentro unificación
conceptual entre ambas dimensiones. La pared del cuarto de Saverio es un
elemento efectista que rompe con la bidimensionalidad de la escenografía
diseñada y realizada por Elvis Chaveinte, no obstante, se percibe un poco
incómoda para el desenvolvimiento actoral. La puerta de entrada y salida de los
personajes está concebida para personas de baja estatura no así para actores y
actrices altos. En cuanto al diseño de iluminación de Gerónimo Reyes y Ángel
Pájaro puedo acotar que está acorde con lo esperpéntico de la puesta. Hubo una
falla en la operacionalización técnica de las luces. El diseño de vestuario a
cargo de Jericó Montilla puede decirse que es ecléctico. Al principio, en los
actores hay una combinación de épocas, así como de realidad y fantasía (en el
caso de Susana). Hay un pastiche que le faltó un poco de cocción. De las
actuaciones, Rossana Hernández como Susana luce creíble, logra los cambios
psicológicos y anímicos pertinentes con el personaje. Ella es una Ofelia
shakespereana. Lucía etérea en el escenario. En cuanto
a Elvis Chaveinte, ese sello de hombre descuidado, básico, primitivo fue muy bien logrado. Su interpretación de
hombre común, vendedor de manteca que pasa a Coronel un poco trastornado por la
confusión entre realidad y fantasía y luego a un ser decepcionado por el peso
de su situación real es convincente, incluso mueve a la compasión. Abilio
Torres con su interpretación del primo Juan, homosexual diletante sin rayar en
el estereotipo del gay televisivo convence al espectador. Su tono irónico al
hablar caracteriza a una clase social que aborrece al sector popular de los
mantequeros. Sugiero, y espero que no me lo tomen a mal, que la actriz Idanis
Infante, le imprima pasión a su personaje, el cual es el lado “bueno” de la
historia.
La agrupación
Deus Ex Machina nace con un montaje de peso tanto en lo conceptual, ideológico,
político y estético con el cual podemos o no estar de acuerdo, pero es
importante que los creadores y artistas escénicos tomen una postura frente al
significante que les rodea, tal es el caso de este grupo que surge de una necesidad
expresiva de interpretar su realidad.
“Saverio,
el cruel” se está presentando en La Caja de Fósforos, Concha
Acústica de Bello Monte. Viernes y sábados a las 8:00 pm y los domingos a las
6:00 pm. Precio de la entrada 50 Bs. Correo-e: lacajadefosforso@gmail.com
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