Por Bruno Mateo
@Bruno_Mateo
El domingo
16 de junio de 2013 presencié en la sala Cabrujas de Cultura Chacao en el
municipio del mismo nombre el montaje “Un
enemigo del pueblo” de Henrik Ibsen (1828-1906) dirigida por Jesús Delgado, una
producción del Grupo teatral emergente de Caracas (2007). Obra clave en la producción
literaria de este dramaturgo noruego y que forma parte de la literatura clásica de occidente.
“He descubierto
que las raíces de nuestra vida moral están completamente podridas, que la base
de nuestra sociedad está corrompida por la mentira” dice uno de los parlamentos del texto en boca
del Dr. Stockmann, premisa del texto que relee la cultura del pragmatismo
mercantilista surgida desde una perspectiva positivista del progreso económico que empezó con la revolución industrial.
La pieza escrita nos abre la posibilidad de
identificarnos con una sociedad con la cual hemos convivido desde el momento de
nuestro nacimiento: la ambición del dinero colectivo intenta imponerse sobre la
honestidad individual. La historia es sencilla, se trata de la denuncia hecha
por el Doctor Stockmann acerca de la contaminación del balneario de la ciudad,
fuente principal de ingresos económicos de los ciudadanos, protesta que en
principio fue apoyada por toda la
sociedad civil, incluyendo los medios
(periodista), sin embargo, en el desarrollo del montaje todo esto cambia por la
manipulación del Alcalde, hermano de Stockmann.
La dirección del montaje se enfrenta a un primer reto, la
pequeña sala Cabrujas, para un texto que plantea incluso una escena de asamblea
popular; Jesús Delgado usó todo el espacio posible, logrando así un acierto en ello debido a que la percepción
de la puesta fue como si estuvieran en un lugar más amplio. No hubo
abigarramiento de personas ni de objetos en escena. La música original de Nacho
Huett nos simboliza gotas que fluyen por entre las tuberías de la escenografía
muy buen conceptualizada por Elvis Chaveinte y Christian Ponte en relación con
el ambiente de balneario donde se desenvuelve la anécdota. El vestuario de Joaquín
Nández en conjunto con el diseño de maquillaje de Daniel García al estilo de
los filmes de Tim Burton ubica a los personajes como entre las cloacas del
balneario. Parecen espectros o personas enfermas llenas de microbios. La puesta
en escena está bien llevada. La lectura de la pieza de Ibsen hecha por Delgado
es rigurosa en cuanto a ejecución y creativa en cuanto a la estética, se convierte
de esa manera en un panóptico donde todos los elementos apuntan hacia un solo
objetivo.
De las actuaciones, Antonio Delli como el Dr. Stockman
está completamente creíble, en ningún momento desfallece en su interpretación
del hombre justiciero. Logra pasar y nos
hace pasar a nosotros el público por todas las emociones y pensamientos de este
ciudadano. Es una interpretación portentosa. Digna de un excelente actor. Muy buen tino por parte de la producción en
buscarlo para hacer este personaje. Por otro lado, tenemos a Wilfredo Cisneros,
quien representa al Alcalde, hermano del doctor. En su interpretación, al igual
que la de Delli, hay una transformación de la realidad. Ese es el teatro. Nos
logra sacar de nuestra rutina diaria y nos traslada a otro espacio y crea vasos
comunicantes, como diría André Bretón, con el imaginario personal. Una
actuación divina. Es fascinante ver lo que hace con los gestos faciales. Para ambos,
Antonio Delli y Wilfredo Cisneros, les envío mi reconocimiento. Claudia Nieto
con sus grandes ojos expresivos nos conmueve como la Sra. Stockmann. Una mujer
que cuida los intereses de su familia y que apoya fehacientemente a su esposo. Nieto,
también con sus gestos, su mirada, sus
manos cuando las empuña o cuando acaricia su barriga de embarazada, nos persuade
de que allí hay una interpretación. Las actuaciones en este montaje son de
detalles. Se trata de organicidad en escena
y aquí se logra en toda su dimensión.
Gracias al Grupo teatral emergente de Caracas, en las
personas de Jesús Delgado y Sebastián Torres, por regalar a los caraqueños con "Un enemigo del pueblo" una
puesta en escena tan creíble y tan acorde con la realidad de nuestras sociedades
actuales.
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