“Mía” quiere ser escritora.
Por Bruno Mateo
Desde el
sábado 19 de enero, el teatro infantil, con la pieza “Mía y el Reino de los
caramelos” en su octava temporada, se inaugura el 20013 en el Teatro Premiun de los Naranjos al este
de Caracas. Montaje escrito y dirigido por el joven Daniel García. Podemos
decir que los jóvenes hacedores del teatro para niñas y niños intentan romper
con los estereotipos tratados por siempre en este género. A pesar de que se utiliza personajes
repetitivos y ajenos a nuestra realidad venezolano como son hadas, príncipes y
princesas, aquí en este montaje se da un mensaje diferente para los
espectadores, tanto adultos como infantiles, la princesa no quiere casarse con
un hombre para ser feliz, sino su mayor deseo es convertirse en escritora. Ese
es un punto a su favor. No obstante, aún sentimos un desencanto cuando volvemos
a ver en escena a estos personajes de cuentos europeos.
La puesta en escena y dirección de García es sumamente
dinámica. Lo que permite, inmediatamente, un lazo invisible indisoluble entre el público
y la historia hasta el final. Elementos como los bailes y la música logran
identificarse con los pequeños espectadores quienes responden activamente con
los personajes. Los actores Karlyn Alquizones, Dayana Carmona,
Zendira Mendoza, Krisel Noruega, Víctor Petit, Jesús Colina y Albert Pèrez son
ágiles y entregados. Un grupo compacto con un solo objetivo. Sugiero que
revisen algunas concepciones de personajes como el Rey Omobono y el poeta
francés que, aunque se siente una pasión desenfrenada, no se siente una
comodidad con sus voces. No suenan naturales, a diferencia de las hadas, el
príncipe azul y la princesa Mía que logran un sentido de la verdad de estos
papeles teatrales. Son casos excepcionales cuando los personajes principales,
en este caso, Mía y el príncipe, logran destacarse porque, por lo general, son
seres monocromáticos, no tienen cambios
dramáticos. Aquí sí. Los actores que personifican a los protagonistas obtienen un
producto cambiante y diferente.
Leyendo un poco más allá, es importante acotar que el
teatro infantil actual trata de luchar
dentro de un contexto cultural entre lo comercial y artístico. Situación
difícil a la que se enfrentan estos nuevos creadores ya que los grupos deben
subsistir en base a una taquilla que le exige una complacencia con los
espectadores cuya única referencia, en la mayoría de los casos, es el cine
infantil de Disney y los programas de
los canales por suscripción.
“Mía y el Reino de los caramelos” es un montaje de
colores alegres. En el vestuario hay un
esfuerzo en el diseño por simbolizar lo antiguo y lo actual, tal es el caso, de
Mía que utiliza un traje típico de princesa con zapatos deportivos. Un acierto
fueron los botones de los caballeros que asemejan los caramelos del lugar.
En conjunto es un montaje un poco diferente en tanto la
historia y los protagonistas. Aún falta ese cambio cualitativo que se necesita,
pero creo que con directores y escritores emergentes como Daniel García se
logrará ese paso definitivo a un género
de teatro infantil distinto y más identificado con la realidad del niño(a)
venezolano(a) del siglo veintiuno.
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