jueves, 19 de abril de 2012

UN ANDINO DE ESPÍRITU AVENTURERO

Pionero del Teatro Latino en Nueva York EL DRAMATURGO ABDÓN VILLAMIZAR RECIBE POR DISTINCIÓN Y MÉRITO EL PREMIO EXTRAORDINARIO ACE 2012 La Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York (ACE), que preside el periodista dominicano Fernando Campos, anunció que el Premio Extraordinario ACE 2012 por Distinción y Mérito, será para el director, dramaturgo y actor venezolano, Abdón Villamizar, quien con su pasión, constancia y desprendimiento ayudó a moldear la cara del teatro en español en la Gran Manzana. La entrega de los galardones será el 21 de abril, a partir de las ocho de la noche, en el Kaufman Center, ubicado en la céntrica zona neoyorquina de Lincoln Center. También recibirán reconocimientos especiales el español Fernando Trueba, la argentina Lilia Veiga, y la peruana Teresa Yenque. UN ANDINO DE ESPÍRITU AVENTURERO Abdón Villamizar, (San Cristóbal, estado Táchira/30 de julio de 1929), vive en Nueva York desde 1962, donde fundó, en 1969, el Instituto de Arte Teatral Internacional (IATI), y el Teatro del Mundo, instituciones vigentes y en pleno funcionamiento en la actualidad. Abdón Villamizar, quien creó en nuestro país sendas agrupaciones como "El Mundo del Teatro" en Maracaibo y "Teatro Rodante La Tinaja", en San Cristóbal; realizó sus primeros estudios de arte dramático en la Escuela de la Casa Sindical del Paraíso; y fue alumno de profesores de la talla de Juana Sujo, Horacio Peterson, Alberto de Paz y Mateos, y George Stone. Luego viajó a México para proseguir su formación con el profesor Fernando Soler, y luego acudió, en Roma, a la Escuela de Silvio D’ Amico, donde se especializó en técnicas de dirección y actuación. Entre las innumerables condecoraciones y reconocimientos que ha obtenido Abdón Villamizar, a lo largo de su carrera teatral, viene al caso mencionar: Very Special Arts del John F. Kennedy Center, Academia de Ciencias, Artes y Letras de Francia, Organización Hispana de Actores Latinos (HOLA por sus siglas en inglés), Casa de la Cultura Dominicana, Consulado General de Venezuela y la Asociación de Cronistas de Espectáculos (ACE). Villamizar, quien tiene en su haber siete libros de dramaturgia, cuentos y poesía, decidió, desde hace mucho tiempo, editar y presentar sus obras en Venezuela, como una manera de mantener el contacto con su país. LOS PREMIOS ACE Los Premios ACE de Teatro comenzaron a otorgarse en 1969, en el escenario del Madison Square Garden, siendo los primeros galardonados Miriam Colón, por su actuación en “La Farsa del Amor Compradito”, del Teatro Rodante Puertorriqueño, y Oscar García, quien recibió un reconocimiento institucional por su labor al frente de la agrupación ADAL, ya desaparecida. Desde ese año ACE ha realizado 43 entregas anuales, sin interrupción. Pedro Almodóvar, Angélica María, Vikki Carr, Plácido Domingo, Don Francisco, Carla Estrada, Erik Estrada, Lupita Ferrer, Lucho Gatica, Charytín Goyco, Julio Iglesias, Evita Muñoz, Raphael, Carmen Salinas, Cristina Saralegui, Tongolele, Lola Beltrán, Mario Moreno “Cantinflas”, Bobby Capó, Mapy Cortés, Celia Cruz, Olga Guillot, Tito Guízar, Katy Jurado, Rocío Jurado, Libertad Lamarque, Marga López, Tito Puente y Myrta Silva, son algunos de los artistas hispanos que han sido reconocidos por los Premios ACE. (Hernán Colmenares 0058 416 8014534)

martes, 17 de abril de 2012

ESCENA DE CARACAS PRESENTA “CONTRA EL PROGRESO”

PRENSA/ESCENA DE CARACAS Caracas, abril.- Después de su reciente temporada con el espectáculo "MACKIE", vuelve a las tablas la agrupación teatral ESCENA DE CARACAS, se estarán presentando en el emblemático Teatro Nacional con la obra teatral "CONTRA EL PROGRESO" de Esteve Soler, bajo la dirección de Juan José Martín. Esta programación es posible gracias al esfuerzo de la Alcaldía de Caracas a través de la Fundación para la Cultura y las Artes así como del Gobierno Capital. Las funciones del espectáculo "Contra el Progreso" se realizarán desde el 20 de abril al 29 de abril. Viernes, sábados y domingos a las 6:00pm. El costo de la entrada es de 20 bs. La pieza está escrita por el dramaturgo catalán Esteve Soler, y dirigida por Juan José Martín. El elenco está conformado por cuatro intérpretes de la agrupación: Nadeschda Makagonow, Betsabé Correa, Rafael Gil y Delbis Cardona. La obra ha sido estrenada con éxito por distintas agrupaciones y compañías teatrales en distintos países. “El progreso al que alude el título de la obra de Soler es del humanismo, en su sentido más positivo y profundo. Pero también alude al progreso de toda aquella invención humana que ha terminado por dársele la vuelta e ido en su contra. Es decir, contra el progreso que hace a los hombres menos humanos, menos solidarios, menos tolerantes; ese "progreso" que impide el progreso del humanismo”, manifestó el director de la obra. “Lo anterior no es un juego de palabras, pues se trata de esa condición paradojal que entraña toda creación humana; por ejemplo, las religiones, que se inventaron para dotar de un sentido moral y espiritual a las personas, y que han terminado por convertirlos en fieras irracionales y supersticiosas; también las ideologías, la educación, el arte, la tecnología.” Martín expresó que “estas miniaturas de Soler están cargadas de ironía y de horror, de fantasía y poesía, de imágenes enigmáticas y contundentes, pero también, y sobre todo, de esa realidad llena de monstruos engendrados por la buena voluntad, esos que se expresan en la cotidianidad de una conversación matinal en una oficina, en una acera, en una esquina, o en el aula de un parvulario de cualquier ciudad”. Mentes creadoras Escena de Caracas es una agrupación teatral con más de 15 años de trayectoria y experiencia artística, cuyo trabajo se caracteriza por ser multidisciplinario y la búsqueda de nuevas tendencias y lenguajes que permitan la confrontación directa con el público a partir de problemáticas e inquietudes comunes. El teatro físico, la danza, la música, la plástica, las artes circenses, etc., complementan el eje de sus puestas en escena. El autor de la pieza, Esteve Soler, nació en Barcelona en 1976, es Licenciado en Dirección y Dramaturgia por el Institut del Teatre. Su texto Contra el Progreso fue seleccionado entre 646 trabajos de autores europeos para participar en el Theatertreffen, el principal festival de teatro alemán. Durante la temporada 2009/2010 se estrenó en Atenas y Suiza. Ha traducido dos obras de Sarah Kane: Les psicosis de les 4’48 (estrenada en la Sala Beckett) y Purificats (estrenada en el Teatre Estudi del Institut del Teatre). Como periodista ejerce de comentarista cinematográfico en el periódico Regió 7, y es miembro del consejo de redacción de la revista teatral Pausa. El director, Juan José Martín, es director y productor teatral venezolano. Nació en Caracas en 1977. Estudió en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello, de donde egresó en 1999. Se formó como actor en el Teatro del Contrajuego y en el Centro de Creación Artística Taller Experimental de Teatro. Ha dirigido numerosos montajes en su país. Ha hecho talleres internacionales de crítica teatral (Eduardo Pérez Rasilla, España), de actuación (Mario González, Francia), y dirección (Declan Donnellan, Reino Unido; Frank Castorf, Alemania). La funciones serán en el TEATRO NACIONAL, los viernes, sábados y domingos a las 6:00pm, hasta el 29 de abril. Costo de la entrada, 20 bs.

martes, 10 de abril de 2012

JULIO RIERA, un titiritero con alma de Tilingo

JULIO RIERA, un titiritero con alma de Tilingo Por: EDDY DÍAZ SOUZA Fuente: CentroMolinos Revista especializada en Teatro para Niños y Jóvenes Volumen I, Número 1 Caracas : Enero 2003 (Agradecemos a la Sra. América Riera de Picasso la colaboración prestada para la realización de este artículo). PRIMER VIAJE Llegó a Caracas en 1967. Presumimos que trajo un pequeño equipaje; tal vez algunos libros, un trozo de plaza o portal habanero, algún que otro perfume nocturno que le recordara a su patria y, obviamente, su talento y su genuino amor por los retablos y los títeres. Por supuesto, nos referimos a Julio Riera, quien hiciera del teatro, y muy especialmente del teatro para niños y jóvenes, la vía más expedita para comunicar su fantástico universo. A su llegada a Venezuela, Julio Riera se involucró con los estudiantes de la Universidad Central de Venezuela. Dirigió entonces para el Teatro Experimental de Arquitectura la farsa de Federico García Lorca, Tragicomedia de Don Cristóbal y la Señorita Rosita, contando con la telúrica voz de la popular cantante venezolana Soledad Bravo quien, como apunta E. A. Moreno-Uribe (crítico del diario El Mundo) “(...)era una desconocida; él la llevó a escena y la puso a cantar”. También pasó por el Nuevo Grupo y, finalmente, encontró su casa en un pequeño teatro ubicado en el parque Arístides Rojas, teatro que abrió sus puertas en 1968 y que aún hoy lleva el nombre de Tilingo. De la mano de Clara Rosa Otero, Presidenta de la Fundación de Marionetas de Venezuela, Julio se convirtió en el primer Director del mencionado Teatro, compartiendo la dirección de espectáculos con Elybeth Hernández. LA POESÍA SE HACE TÍTERE Primera Parte Si hacemos un repaso de aquellas puestas en escena de Julio Riera, encontraremos más de una veintena de títulos. Su primer montaje para Tilingo: Caperucita vence al lobo feroz tuvo una excelente acogida (El Nacional, Caracas: Domingo 11 de febrero de 1968): "Comentarios muy favorables mereció la farsa (...) adaptada y dirigida por Julio Riera. Tanto éste como sus colaboradores se desenvolvieron con gran acierto, manejando a los diversos personajes de la historia -Caperucita, el gato, la abuela- con admirable precisión y destreza". Las notas que destacan la calidad de sus entregas, reaparecen con su segundo trabajo (Ras-guños. Especial para "El Nacional", marzo 1968): "(...) ’El Gato con Botas’ del Teatro Tilingo en versión realizada y dirigida por Julio Riera, con escenografía, diseños, muñecos y vestuario -muy buenos- de Elías Martinello, despertó gran entusiasmo entre los niños, en llenos absolutos. El texto, gracioso y divertido hasta para mayores, muy bien dicho por el grupo de actores y actrices que ya han cogido el tono de estos títeres. Los diálogos con el público infantil, un acierto de comunicación". Continuando con el orden cronológico de estas pequeñas obras que Riera llevó a las tabalas del Tilingo, hallamos los siguientes títulos: Mambrú viene de la guerra, El hacha de oro, La cola de Tío Tigre, Tío Tigre y el arriero, El flautista de Hamelin, El país de los peces, Juan y las habas mágicas y Las vacas de Tío Conejo. Hacemos un alto en esta última pieza para traer un fragmento del artículo de Adolfo Schwarzenberg, publicado en El Nacional del 22 de noviembre de 1968, que nos vierte un poco de luz sobre la interesante y acertada propuesta teatral que despliega Julio: "Entre las piezas observadas destacaba la leyenda folklórica ’Las vacas del Tío Conejo’ de la señora Clara Rosa Otero de Altamirano. Los animales de la selva venezolana cobraban vida, el Tío Tigre era denunciado al Tío Conejo por los niños, los pájaros en vistosos plumajes intervenían al igual que el caimán somnoliento, y tantos más, y qué algazara cuando los protagonistas aparecían con figuras humanas y enormes máscaras delante del escenario para desarrollar una escena con intervención de actores reales. El nexo entre una y otra forma de presentación estaba bien logrado, pero el impacto más importante lo ejerce el hecho de que se trata de una materialización acertada del mundo de ensueños subconscientes del paraíso infantil, en una trama concebida de forma hábil y creadora". A los espectáculos anteriormente mencionados, siguieron otros. Alrededor de once obras cortas fueron adaptadas y dirigidas por Julio para el Tilingo, sólo en el año 1968. A éstas, seguirían: La cucarachita Martínez, Pinocho y el monstruo marino y Un ángel cayó del cielo (1969), por sólo mencionar algunas. Con la serie de aventuras de Pinocho, el dueto muy creativo, conformado por Julio y Elías Martinello, ahondan en el mecanisno de los títeres. Volvamos a El Nacional del sábado 3 de mayo de 1969: "La obra (...) ha sido adaptada para su presentación en el ’Tilingo’ por el Director de este Teatro, Julio Riera quien es un auténtico experto en los espectáculos de titeresca y marionetas. La escenografía es de Elías Martinello, quien es un cuidadoso artesano en la elaboración de los muñecos, a muchos de los cuales dota de mecanismos ingeniosos que movilizan los ojos o las manos o, como sucede en el caso de ’Pinocho’, estira y encoge la nariz, apéndice fundamental de este personaje collodiano. Todo ello requiere una inventiva y un ingenio mecánico digno de reconocimiento". Segunda Parte Para 1970 el Teatro del Parque Arístides Rojas cautiva una vez más a su público con un texto de la consagrada escritora y dramaturgo Elisabeth Schon. La obra, concebida especialmente para Tilingo, lleva por título: La nube y el limpiabotas. La puesta en escena es de Julio Riera, quien además realiza este año los siguientes montajes: Ya vienen los astronautas (de Clara Rosa Otero), Pedrito y el lobo (de S. Prokofiev), La luna nueva (Rabindranath Tagore), Las guayabas de Tío Tigre (Clara Rosa Otero), El príncipe que todo lo aprendió en los libros (Jacinto Benavente), Juan Bimba y el aseo urbano y Jaimito y su loro Lorenzo (ambas de Clara Rosa Otero). Podríamos continuar enumerando la extensa lista de piezas infantiles que Riera rescató del sueño de las gavetas para hacerlas sueño sobre la escena, pero evitaremos el inventario para dar paso a la reseña de El Nacional del 21 de agosto de 1971, donde se comenta ampliamente sobre la puesta en escena de El flautista de Hamelin, en versión y dirección de Julio Riera: "El montaje de dicha obra ha sido hecho sobre tres escenarios y una pantalla de sombras, donde se escenifican los diferentes episodios de la obra (...) La trama de la obra está llevada al teatro de marionetas con una sencillez y un encanto que hacen las delicias de los niños y los adultos que llenan el Teatro Tilingo en cada representación". SEGUNDO VIAJE Llega el momento (1973) en que Riera siente la necesidad de ser el capitán de su propio barco y se lanza a la aventura de recorrer otros espacios. Con su compañía: "Los títeres de Julio Riera", desembarca en Cine Mundo Infantil y Cine Teatro Los Carricitos, acompañado por Larry Herrera. Para recordar algunas de las producciones de esta época, mencionaremos: El muñequito rebelde, El muñequito triste, El chinito y la culebra, El conejo y la Pájara Pinta y Carlitos y el pícaro lobo. cabe destacar que por este mismo local (Los Carricitos), pasa Armando Carías con su grupo, alternando presentaciones con Riera. EL REGRESO DEL TITIRITERO Pero su nave no se detiene. Si bien parece que el mar encrespado lo obliga a resguardarse en algún puerto, más tarde, volverá a las mismas aguas donde lanzará sus redes para atrapar imágenes y fábulas. Apasionado admirador de Lorca, retorna a la escena capitalina con nueva agrupación -Taller Teatral Ensayo- y un viejo proyecto: Los títeres de cachiporra y escenas del Retablillo de don Cristóbal. Paralelamente, se desempeña como Promotor Cultural en la Biblioteca Nacional, donde realiza una importante labor en favor de la lectura. Más tarde regresa a su pequeña casa del Parque Arístides Rojas, para llevar a escena una versión muy personal de la novela de Alejandro Dumas (padre): Los tres mosqueteros, puesta que obtuvo el Premio Municipal de teatro a la mejor dirección en 1990. Su último trabajo para el Tilingo se estrenaría en 1995: Mamá, el rey baila en calzón, inspirado en los cuentos El Rey está desnudo, de H. C. Andersen y el relato El Conde Lucanor. El 26 de diciembre de 1999, Julio Riera retomaría el timón de su nave para abandonar definitivamente las aguas de este mundo. Alguna vez se dijo, según nos contó Gladys Pacheco, que el primer títere que llevó el nombre de Tilingo se construyó a partir del rostro de Riera. No hemos querido corroborar esta anécdota pues nos complace pensar que Julio aún está aquí, en el alma de un títere o en el espíritu de un teatro que vive en nosotros. * * * * * * * * * * * * * * * Tomado de la revista CentroMolinos, Volumen I, Número 1, año 2003. Jueves, 12 de Agosto de 2004 19:32 #. CentroM

domingo, 8 de abril de 2012

La vieja Josefina

La vieja Josefina Por Bruno Mateo Obra: Josefina, la viajera Autor: Abilio Estévez Grupo: Teatro El Público (Cuba) Dirección general: Carlos Díaz Lugar: Teatro Municipal de Caracas Fecha: 07 de abril de 2012. Monólogo interpretado por el veterano actor cubano de televisión y teatro Osvaldo Doimeadiós, quien se ha especializado en personajes característicos, tendentes a la comicidad, esta vez de la mano del director Carlos Díaz trae a escena Josefina, la viajera de Abilio Estévez, un trabajo arduo, no solamente por la duración del montaje, el cual fue de una hora y treinta minutos, sino por la exigencia en la concepción de este personaje que dice tener más de cien años. La historia se refiere a un viaje ¿imaginario? que hace Josefina desde que abandona la casa paterna en el Oriente de Cuba para llegar a la Habana con el deseo de ver izar la bandera que sentenciaría a la isla como República. El periplo realizado no lo hace sola porque lleva a cuestas a manera de espejos a su hermana, quien no es más, según mi interpretación, que su propia imagen. Otra realidad de ella misma. La puesta en escena fue limpia y honesta, es decir, no hubo jactación de imágenes impactantes que buscan el estremecimiento del público, por el contario, las imágenes, o lo que sería para el cine la fotografía, son productos lógicos, teatralmente hablando, del diálogo que su vez produce acciones, emociones y viceversa. La dirección del monólogo apunta hacia un objetivo claro: el viaje a través de la imaginación. Esa herramienta poderosa que tenemos los seres humanos para crear, destruir o hacer lo que nos venga en gana, y en el caso de Josefina, que la usa para viajar por la cubanía. Es toparse con la imagen identitaria de una verdad, aunque con esta pieza “la verdad es un juego que contiene muchos espejos”. Los vestuarios completamente simbólicos al igual que los elementos de utilería, encajan perfectamente con la puesta onírica con visos góticos esbozados por los colores, la iluminación semi oscura en buena parte del montaje. Carlos Díaz maneja dos estilos dentro de una misma puesta. El uso de la energía provocada por los movimientos, sean rápidos o lentos, que el actor que ejecuta para caracterizar a los distintos estadios del personaje. Una técnica grotowkiana. La otra cuando rompe y la graciosa Josefina interactúa, directamente, con la audiencia. Ella busca su zapato que nos asegura que los dejó en el escenario. Un momento esplendoroso que logra el actor Doimeadiós lo que hizo valerle la espontánea ovación del público por medio de los aplausos. Justo allí cuando se sienta en el proscenio a conversar “orgánicamente” con los espectadores es cuando vemos a la técnica stanislavskyana. De la interpretación de Osvaldo Doimeadiós se puede hacer una monografía, pero todo me llevaría a decir que fue deliciosamente atractiva. Mis felicitaciones hacia ese maestro de la actuación. Estoy seguro de que los muchachos que servían de soporte en la puesta aprenden en cada función el goce de la técnica y arte de la actuación. Hubo momentos en que sentí el peso del tiempo. Por momentos breves, pero hay que acotarlo. Lo único que puedo decir, y he aquí mi gusto personal, es que el final del montaje, o mejor dicho, los últimos diez minutos se hacen monótonos, tal vez, porque venimos de una “guachafita” cuando Josefina “jode” con el público. Sin embargo, no hace mella en la impecable puesta en escena de Josefina, la viajera.

La caza del gay

La noche del tres de marzo pasado, cuatro “neonazis” chilenos, encabezados por un matón apodado Pato Core, encontraron tumbado en las cercanías del Parque Borja, de Santiago, a Daniel Zamudio, un joven y activista homosexual de 24 años, que trabajaba como vendedor en una tienda de ropa. Durante unas seis horas, mientras bebían y bromeaban, se dedicaron a pegar puñetazos y patadas al maricón, a golpearlo con piedras y a marcarle esvásticas en el pecho y la espalda con el gollete de una botella. Al amanecer, Daniel Zamudio fue llevado a un hospital, donde estuvo agonizando durante 25 días al cabo de los cuales falleció por traumatismos múltiples debidos a la feroz golpiza. Este crimen, hijo de la homofobia, ha causado una viva impresión en la opinión pública no sólo chilena, sino sudamericana, y se han multiplicado las condenas a la discriminación y al odio a las minorías sexuales, tan profundamente arraigados en toda América Latina. El presidente de Chile, Sebastián Piñera, reclamó una sanción ejemplar y pidió que se activara la dación de un proyecto de ley contra la discriminación que, al parecer, desde hace unos siete años vegeta en el Parlamento chileno, retenido en comisiones por el temor de ciertos legisladores conservadores de que esta ley, si se aprueba, abra el camino al matrimonio homosexual. Ojalá la inmolación de Daniel Zamudio sirva para sacar a la luz pública la trágica condición de los gays, lesbianas y transexuales en los países latinoamericanos, en los que, sin una sola excepción, son objeto de escarnio, represión, marginación, persecución y campañas de descrédito que, por lo general, cuentan con el apoyo desembozado y entusiasta del grueso de la opinión pública. Los delitos de este tipo que se hacen públicos son sólo una mínima parte de los que se cometen. Lo más fácil y lo más hipócrita en este asunto es atribuir la muerte de Daniel Zamudio sólo a cuatro bellacos pobres diablos que se llaman neonazis sin probablemente saber siquiera qué es ni qué fue el nazismo. Ellos no son más que la avanzadilla más cruda y repelente de una cultura de antigua tradición que presenta al gay y a la lesbiana como enfermos o depravados que deben ser tenidos a una distancia preventiva de los seres normales porque corrompen al cuerpo social sano y lo inducen a pecar y a desintegrarse moral y físicamente en prácticas perversas y nefandas. Esta idea del homosexualismo se enseña en las escuelas, se contagia en el seno de las familias, se predica en los púlpitos, se difunde en los medios de comunicación, aparece en los discursos de políticos, en los programas de radio y televisión y en las comedias teatrales donde el marica y la tortillera son siempre personajes grotescos, anómalos, ridículos y peligrosos, merecedores del desprecio y el rechazo de los seres decentes, normales y corrientes. El gay es, siempre, “el otro”, el que nos niega, asusta y fascina al mismo tiempo, como la mirada de la cobra mortífera al pajarillo inocente. En semejante contexto, lo sorprendente no es que se cometan abominaciones como el sacrificio de Daniel Zamudio, sino que éstas sean tan poco frecuentes. Aunque, tal vez, sería más justo decir tan poco conocidas, porque los crímenes derivados de la homofobia que se hacen públicos son seguramente sólo una mínima parte de los que en verdad se cometen. Y, en muchos casos, las propias familias de las víctimas prefieren echar un velo de silencio sobre ellos, para evitar el deshonor y la vergüenza. Aquí tengo bajo mis ojos, por ejemplo, un informe preparado por el Movimiento Homosexual de Lima, que me ha hecho llegar su presidente, Giovanny Romero Infante. Según esta investigación, entre los años 2006 y 2010 en el Perú fueron asesinadas 249 personas por su “orientación sexual e identidad de género”, es decir una cada semana. Entre los estremecedores casos que el informe señala, destaca el de Yefri Peña, a quien cinco “machos” le desfiguraron la cara y el cuerpo con un pico de botella, los policías se negaron a auxiliarla por ser un travesti y los médicos de un hospital a atenderla por considerarla “un foco infeccioso” que podía transmitirse al entorno. Estos casos extremos son atroces, desde luego. Pero, seguramente, lo más terrible de ser lesbiana, gay o transexual en países como Perú o Chile no son esos casos más bien excepcionales, sino la vida cotidiana condenada a la inseguridad, al miedo, la conciencia permanente de ser considerado (y llegar a sentirse) un réprobo, un anormal, un monstruo. Tener que vivir en la disimulación, con el temor permanente de ser descubierto y estigmatizado, por los padres, los parientes, los amigos y todo un entorno social prejuiciado que se encarniza contra el gay como si fuera un apestado. ¿Cuántos jóvenes atormentados por esta censura social de que son víctimas los homosexuales han sido empujados al suicidio o a padecer de traumas que arruinaron sus vidas? Sólo en el círculo de mis conocidos yo tengo constancia de muchos casos de esta injusticia garrafal que, a diferencia de otras, como la explotación económica o el atropello político, no suele ser denunciada en la prensa ni aparecer en los programas sociales de quienes se consideran reformadores y progresistas. Ante la homofobia, las ideologías políticas se funden en un solo ente de prejuicio y estupidez Porque, en lo que se refiere a la homofobia, la izquierda y la derecha se confunden como una sola entidad devastada por el prejuicio y la estupidez. No sólo la Iglesia católica y las sectas evangélicas repudian al homosexual y se oponen con terca insistencia al matrimonio homosexual. Los dos movimientos subversivos que en los años ochenta iniciaron la rebelión armada para instalar el comunismo en el Perú, Sendero Luminoso y el MRTA (Movimiento Revolucionario Tupac Amaru), ejecutaban a los homosexuales de manera sistemática en los pueblos que tomaban para liberar a esa sociedad de semejante lacra (ni más ni menos que lo hizo la Inquisición a lo largo de toda su siniestra historia). Liberar a América Latina de esa tara inveterada que son el machismo y la homofobia —las dos caras de una misma moneda— será largo, difícil y probablemente el camino hacia esa liberación quedará regado de muchas otras víctimas semejantes al desdichado Daniel Zamudio. El asunto no es político, sino religioso y cultural. Fuimos educados desde tiempos inmemoriales en la peregrina idea de que hay una ortodoxia sexual de la que sólo se apartan los pervertidos y los locos y enfermos, y hemos venido transmitiendo ese disparate aberrante a nuestros hijos, nietos y bisnietos, ayudados por los dogmas de la religión y los códigos morales y costumbres entronizados. Tenemos miedo al sexo y nos cuesta aceptar que en ese incierto dominio hay opciones diversas y variantes que deben ser aceptadas como manifestaciones de la rica diversidad humana. Y que en este aspecto de la condición de hombres y mujeres también la libertad debe reinar, permitiendo que, en la vida sexual, cada cual elija su conducta y vocación sin otra limitación que el respeto y la aquiescencia del prójimo. Las minorías que comienzan por aceptar que una lesbiana o un gay son tan normales como un heterosexual, y que por lo tanto se les debe reconocer los mismos derechos que a aquél —como contraer matrimonio y adoptar niños, por ejemplo— son todavía reticentes a dar la batalla a favor de las minorías sexuales, porque saben que ganar esa contienda será como mover montañas, luchar contra un peso muerto que nace en ese primitivo rechazo del “otro”, del que es diferente, por el color de su piel, sus costumbres, su lengua y sus creencias y que es la fuente nutricia de las guerras, los genocidios y los holocaustos que llenan de sangre y cadáveres la historia de la humanidad. Se ha avanzado mucho en la lucha contra el racismo, sin duda, aunque sin extirparlo del todo. Hoy, por lo menos, se sabe que no se debe discriminar al negro, al amarillo, al judío, al cholo, al indio, y, en todo caso, que es de muy mal gusto proclamarse racista. No hay tal cosa aún cuando se trata de gays, lesbianas y transexuales, a ellos se los puede despreciar y maltratar impunemente. Ellos son la demostración más elocuente de lo lejos que está todavía buena parte del mundo de la verdadera civilización. © Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2012 © Mario Vargas Llosa, 2012

jueves, 5 de abril de 2012

public-ARTE. Abril 2012. Entrevista a Costa Palamides


COSTA PALAMIDES. Director, actor-cantante y profesor de Teatro.
Director Fundador de TEATRELA dirigiendo entre otras "Jardín de Pulpos", "Barranca Abajo", "Penitentes", "Los Rústicos", "Una vez más, por favor", "Los enredos de una casa", "El astrólogo fingido " , "Bodas de sangre", "El desatino" entre otras. En los 5 últimos años ha dirigido montajes con la Compañía Nacional de Teatro y Música, Escena de Caracas, Fundación Rajatabla, Teatro San Martin, Laboratorio Anna Julia Rojas, Teatro Nacional Juvenil de Caracas y ARTEÚ. Es profesor de UNEARTE desde hace 7 años. Fundador del Colectivo de Canto Popular AEDOS y merecedor de varios premios y reconocimientos del teatro venezolano.


Querido Bruno...Justo hoy te puedo mandar en cierta forma estas respuestas que si bien no están muy exactas a tus preguntas, intentan contestarte lo mejor posible. Un abrazo grande.

1) BRUNO MATEO BM: Cuénteme un poco sobre su experiencia en el montaje de piezas escritas para niñas y niños.

COSTA PALAMIDES CP. Mi primer trabajo profesional fue "La fiesta de los dragones" escrita por Luis Matilla y dirigida por Juan Margallo. Tenía 20 años y estaba en el Taller de Formación Permanente del Rajatabla y estudiando en la Escuela de Artes de la UCV. Es por eso que en cierta forma mi vida en el teatro esta relacionada con el teatro para niñas y niños.
Más tarde, en 1985 cuando creo el Teatro de Repertorio Latinoamericano TEATRELA siempre consideré que debíamos hacer este teatro tan necesario y de eso se encargó Juan Carlos Azuaje con gran exito con obras peculiares como "El Ceniciento" de Luis Barahona (Chile), "Los juguetes perdidos de Aquiles" de Nestor Caballero (Venezuela), "Buscando a Dodó" de Romano Rodriguez (Venezuela) , entre otras. En 1993 cuando voy a Grecia a trabajar como actor mi primer trabajo es en una en una obra infantil : "Odisimbad". En pocas palabras son bastantes las razones que me han llevado a dirigir y protagonizar este montaje con ARTEÚ.

2) BM. En su reciente montaje para niños Odisimbad (Ulyssindbad) de la actriz y dramaturga griega Xenia Kalogeropulu , díganos como sintió usted la recepción de la audiencia, teniendo en cuenta de que es un texto que sigue la estructura del viaje al estilo de la Odisea de Homero o El Don quijote de Miguel de Cervantes, novelas que la critica occidental considera para adultos, ¿se le hizo comprensible para los “bajitos”?

CP.ODISIMBAD fue traducida por mí al español ese mismo año (1993). Como actor estaba fascinado con la obra (hacía del Cuentacuentos) y la autora Xenia Kalogeropulu estaba fascinada con la idea de la traducción y de hacerla en Venezuela. La obra es estupenda por la reinterpretación creativa de mitos griegos (La Odisea de Hombero) y de las leyendas árabes de Las Mil y unas noches, en este caso Simbad, el Marino. Pero la traducción quedó engavetada ya que para TEATRELA no era prioridad: Sólo llevabamos a escena obras latinoamericanas y venezolanas. Me quedó pues esa espinita por dentro que ahora me la he sacado con ARTEU, un nuevo grupo de entusiastas ex-integrantes del Teatro Universitario TU UCV.

3) BM ¿Por qué hace montajes teatrales para niñas y niños? ¿Es más fácil? ¿Es menos trabajo intelectual? ¿Los niños aceptan cualquier cosa en el escenario? Le pregunto esto porque estas son algunas de las aseveraciones que hacen mucha gente de teatro y literatura para considerar los montajes y escritos infantiles como algo menor y que no merece ser investigados ni reflexionados.

CP. Siento que la obra es inteligente, no está hecha para complacer al público menor de edad ni tampoco tiene ese criterio facilista de deslumbrar con efectos y gracias. Esta llena de enigmas, de situaciones ingeniosas y en todo caso de canciones que enriquecen la propuesta de la puesta en escena. No he querido hacer una pieza más para una fiesta infantil de cumpleaños ni mucho esas en que los payasos o actores hablan como si fueran unos bobos por el hecho de pensar que estan haciendo teatro para niñas y niños. Yo tuve una experiencia de tres meses en Grecia con este montaje, con funciones para escuelas, jardines de infancia y en especial para primarias de pueblos y ciudades del Epiro (Grecia). Hacíamos siete funciones semanales y entendí muchas de las propuestas de la autora que por lo demás es una de las grandes actrices del teatro griego contemporáneo y creadora del más importante grupo de teatro para niñas y niños de Atenas llamado "La pequeña puerta" (I Micri Porta).Creo que lo que no entienden los más pequeños, es recompensado con imágenes y acciones y lo que es muy fácil de entender a primeras lleva una connotación más profunda siempre, como es el regreso a la raíz, el viaje como aprendizaje y no como meta, y muchas otras metáforas que hay en la pieza para diferentes grados de comprensión. Además, en este momento en que Grecia es abatida por el sistema financiero del capitalismo salvaje que desecha cualquier propuesta de bienestar social, me parece muy importante que existan un Odisimbad en escena enfrentándose a Cíclopes, Lotofagos, Sirenas y hechiceras como Circela. Así pensó la autora que está reponiendo la obra en Atenas en estos momentos de crisis en su país.

4) BM. ¿Qué no debe faltar a la hora de montar una pieza para niños y niñas?

CP. ODISIMBAD ya cumplió un ciclo de prueba de fuego en el Celarg. Ahora tendrá funciones en el Teatro Catia, el Nacional, la Sala de Conciertos de UNEARTE, el Teatro César Rengifo de Petare y a finales de año en el Trasnocho Cultural. Es decir, un gran periplo, una gran travesía por los escenarios de la Gran Caracas, con una intención de inclusión y pluralismo para todas las niñas y niños de esta ciudad. También vamos enriqueciendo la propuesta con la experiencia y con los consejos y atenciones por parte de los profesionales del medio que han sabido valorar este proyecto en su justa medida. Contamos además con los aportes de Gerónimo Reyes en las luces, Pantelis Palamidis en la música original, Nirma Prieto como actriz invitada y Karla Fermín en la Producción. Es decir que hay muchas tablas en el grupo pese a la "novedad" de la mayoría de sus integrantes.

5) BM. ¿El teatro para niñas y niños es para educar o entretener?

CP. Nuestra experiencia en esta primera temporada es que la obra activa a los infantes de una manera especial, sin demasiados trucos interactivos ni esperando la respuesta inmediata de la risa fácil. Es una pieza con capítulos muy concretos en su moraleja, diversos en su forma de presentación y en todo caso con el tema de la paternidad ausente en el subtexto. Hemos sentido que los maravillosos bajitos se enganchan mas con un episodio que con otro, otros han experimentado una ligazón emocional con los abandonos y reencuentros que nos son cosa fácil, y en la mayoría de los casos el exotismo de los diferentes parajes de la obra con sus distintas formas de hablar y pronunciar han hecho el camino bastante divertido para todos. Por ejemplo a mis alumnos de la Juana Sujo (jóvenes de 18 a 25 años) les encantó el país que habla con la I. Con esto apunto a que la obra también engancha a los mayores que generalmente acompañan a estos locos bajitos en sus vivaces aventuras teatrales.

Por favor, aún no.