lunes, 23 de mayo de 2011

Poesía en la Escuela de San Martín

por Bruno Mateo

Obra: Lírica
Autor: Gustavo Ott
Dirección general: Luis Domingo González
Actrices: María Brito, Verónica Arellano y Carolina Torres
Lugar: Teatro San Martín de Caracas
Fecha. Domingo 22-05-2011


El teatro San Martín de Caracas llega a sus 18 de existencia y lo celebra con la pieza de Gustavo Ott “Lírica” la cual da inicio al Proyecto Burgueses, programa que tiene como “objetivo crear vínculos participativos, teatrales y literarios con la Comunidad que rodea el Teatro San Martín”.

La historia de “Lírica “es inspirada, según se lee en programa de mano, en hechos reales ocurridos en el año 2006 en una Escuela de la zona de San Martín en Caracas. Un hombre asesina a otro hombre en la calle. El autor del crimen deja a su esposa legal “Abril López de Sánchez” interpretada por Verónica Arellano con un niño de 9 años, “David”; la víctima deja a su mujer, concubina “Norway González” personificada por Carolina Torres con su hijo de 9 años, “Lennon”. Los dos niños estudian en la misma escuela y, por juegos de la ficción del dramaturgo y del destino real de la vida, se convierten en amigos. Ambos niños son, en boca de la “Directora de la escuela”, actuada por María Brito, muchachos geniales y de buen corazón. A los niños los une la poesía porque ambos le escriben “cosas bonitas” a otra niña, “Francesca” (personaje referencial).

La estructura del texto dramático consiste en varios bloques discursivos: el primero, un diálogo entre “la Directora” de la Institución y “Abril López de Sánchez” esposa de la víctima y Madre de “David”. Ella pide que el niño “Lennon” sea expulsado de la escuela. Hay una escena paralela en la cual “La Directora” conversa con el niño “David López” actuado por Verónica Arellano. Afuera con la Subdirectora, según la narración, está “Norway González”. En un momento determinado esta última irrumpe, desesperada, a la oficina y se topa cara a cara con la esposa del hombre que su marido (no está casada) mató. Es cuando se va al pasado inmediato y comienza el segundo bloque discursivo: “Norway González” habla con “La Directora”, ella( “Norway) decide retirar a su hijo, pese a que “La Directora” le informa que su hijo fue seleccionado a participar en un Concurso Nacional de Niños con Coeficientes Intelectuales Altos. Todo esto mientras se siente temblores en la Tierra, los cuales metafóricamente representan el caos de la situación. Se conoce que la maestra toca el piano y se deja ver sus deseos por un mundo mejor. En otro plano, hay una escena de “La Directora” con el niño “Lennon González” interpretado por Carolina Torres. Aparece el tercer bloque. Se retoma la escena anterior, El bloque, lo compone la escena de los tres personajes que es el presente que habíamos dejado al principio en donde “Abril” tiene un cuchillo y amenaza a “Norway” de su deseo de vengarse. Discusión y gritos hasta que “La Directora” les enseña las poesías de sus hijos y les hace notar que estos dos niños son muy buenos amigos. Las Madres ceden un poco, pero de repente comienza la discusión acalorada y es cuando “La Directora” a manera de cierre toca el piano como símbolo de paz y de comunicación.

La puesta en escena es realista, se ven todos los elementos necesarios para la recreación casi mimética de una Dirección de una escuela pública venezolana cualquiera. El montaje transcurre en el espacio escénico de las tablas, sin embargo, hay momentos aleccionadores que van dirigidos al público en el que las actrices con pequeños monólogos bajan hacia el público y se escucha al fondo una música de tensión. Escenas bien logradas. Los movimientos en escena eran en forma de triángulo con la punta principal al fondo. El lado izquierdo del público para “Abril”; el derecho para “Norway” y el del fondo para “La Directora”.

Las actuaciones de las tres actrices fueron convincentes, llegando en ciertos momentos a muy emotivas. Las tres lograron involucrar al público en la vida de los personajes y de la pieza. Hay veces, que los parlamentos hacia el público sonaban un poco panfletarios, esto no significa que no funcionaran porque sí funcionaban dentro del engranaje teatral. Es sólo un comentario.

En lo particular disfruté mucho este buen texto de Ott interpretado por buenas actrices. Es una obra que te deja una deliciosa esperanza por una vida menos hostil y más llevadera. Es una representación de un microcosmo sin comunicación que puede ser permeado por la bondad prístina de dos niños sin prejuicios y ajenos a las malas decisiones de los adultos.

Mis felicitaciones a este montaje de Texto Teatro y el Teatro San Martín de Caracas en las hábiles manos de David Villegas como productor.

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