viernes, 11 de septiembre de 2009

En Escena 8 estarán entre el llanto y la risa

por Bruno Mateo


Anoche 11 de septiembre de 2009 tuve la oportunidad de asistir a la función la pieza para dos- o para una- actrices Leti y la Romero escrita y dirigida por Sandra I. Corrales, en Escena 8 , uno de los teatros que componen el Circuito del Este, en Caracas. Era el estreno. Y como todo evento de inauguración de esta nuestra "Sociedad del espectáculo" hubo un brindis preparado para ello.

El teatro estuvo a reventar. El público espero por lo menos hora y media afuera antes del la hora prevista de la función . Tal es mi caso. Esta fue pautada para comenzar a las 8 pm. Dieron sala (abrieron puertas) a las 8.45 pm. Cuando entré casi todas las butacas estaban llenas. Habían hecho pasar a las personas que consideraban debían hacerlo. Cada quien saque su conclusión. En fin, una vez adentro y cómodo, me dispuse a contemplar y disfrutar la obra.

En realidad, si la disfrute mucho.

El texto de Sandra I. Corrales está preñado de una intencionalidad hasta, diría yo, pedagógica. Ella nos muestra a través de dos personajes (perfectamente convertibles en uno) : una cantante y un travesti de sitios nocturnos o "showc(s)era" (como se dice en la jerga LGBT nocturna ) y una situación dramática estrema: las vicisitudes trágicas por las que pasan las mujeres en sus relaciones sentimentales con un hombre.

El teatro muchas veces se confunde con la realidad o la realidad con el escenario. Frente a mi, se encontraba una pareja (hombre-mujer), que desde afuera- antes de entrar a la sala- venían haciendo exhibición de su "amor", es decir, se besaban y se tocaban apasionademente, a medida que los dos personajes en el escenario iban descubriendo la percepción nada favorable que tenían sobre los hombres; la mujer sentada a delante de mi butaca iba separándose de su compañero. Lo que me hace pensar que el poder del teatro está allí en el mismo momento cuando se hace y se activa.

Las actuación de Verónica Arellano y su potente y melodiosa voz cantando los boleros de siempre reconocidos por todo latinoamericano fue contundente. Arellano demostró su profesionalismo en escena. Vimos a una actriz de teatro que está conciente del espacio y de la energia público-actor. No tengo más que agradecer por el excelente trabajo actoral de Verónica.

Por parte de Andy Pérez, su trabajo de desdoblamiento como el travesti "showc(s)era" estuvo pletórico de energía. Es paradójico para un europeo reirse de una tragedia. Pérez alcanzó el plano trágico-cómico que poseemos todos los que nacimos en el Trópico. Su actuación conjugó el oxímoron de llanto y risa. Su técnica actoral se va perfeccionado en cada nueva pieza que enfrenta.

Para concluir, recomiendo ver esta obra de Leti y la Romero de Sandra I. Corrales , no porque se van a encontrar con un montaje que profundiza en la "levedad del ser" sino que disfutaran de una pieza "jugosa" y de muy alta calidad actoral.

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