domingo, 26 de octubre de 2008

SABANA GAY. 2da. parte


LA HOMOSEXUALIDAD ES UN SECRETO
por Bruno Mateo

A partir de esta breve panorámica por la historia de la homosexualidad pasaré a tratar de explicar una hipótesis a partir de Sabana Grande ubicado en Caracas como lugar frecuentado por una inmensa cantidad de gays y lesbianas que ha permitido, a mi parecer, la consolidación de un espacio al que se puede identificar como lugar de reunión de gays y lesbianas y que trae como corolario un determinado imaginario homosexual basado en una tácita identidad.
La hipótesis es el hecho de ser homosexual se convierte en un secreto que configura la identidad y condiciona los lazos afectivos entre los individuos homosexuales y que encuentra un espacio geográfico fijo - como lo es sabana grande- para desarrollarse en la práctica.
En países de América Latina se han hecho investigaciones (Kornblit, 1998) las cuales muestran que en el desarrollo de la formación de una identidad individual la relación con los otros significativos está fuertemente determinada por la manera de socializar la información relativa a la orientación homosexual.
Es importante preguntarse no el origen ni las causas de las prácticas sexuales, como señaló J. Weeks (1995) con respecto al tema, lo interesante es indagar sobre los significados que una cultura particular da a la conducta homosexual y conocer los efectos de las significaciones.
Homosexualidad es la tendencia a buscar placer sensual mediante contactos físicos con personas del mismo sexo más que con las personas del sexo opuesto (Dover, 1982:13)
La identidad homosexual no siempre es adoptada independientemente. Por el contrario, la invención de la “homosexualidad” ha sido atribuida en general de modo heterónomo por parte de los especialistas.
En nuestra Sociedad la homosexualidad es una dimensión de la personalidad que constituye un motivo de estigmatización, de señalamiento, discriminación y por consecuencia de exclusión.
La homosexualidad pareciera tener dos características principales que la determinan: por un lado que se realiza en secreto, no es evidente ante los ojos heterosexistas, pero es posible ser identificada como secreto entre los mismos homosexuales. Se puede ocultar con relativa facilidad, por otro lado la homosexualidad no se comparte en todos los ámbitos sociales (familia, escuela, iglesia, etc.) Es decir que una o un niño o adolescente que desarrollará una vida homosexual se cría en un ambiente heterosexual.
Ahora bien, un secreto tal vez implica ciertos aspectos: es aquello de lo que no se habla, lo que se oculta con recelo. El secreto puede construir nexos afectivos y sociales y he aquí donde se hace menester un lugar o espacio físico específico, llámese LAS DOS BARRAS en el callejón de las puñaladas en pleno bulevar de Sabana Grande o el PULLMAN ubicado en la paralela a éste. Estas relaciones afectivas o de complicidad entre los gays incentivan a un tipo particular de interacción y de conflicto.
Hay antropólogos como es el caso de Andras Semplini (1984) que dice que “es secreto, según la etimología, lo que ha sido separado y puesto aparte (se-cernere). El acto constitutivo del secreto es un acto de rechazo que implica al menos dos seres –personas o grupos- ligados por una relación negativa; el que detenta el contenido puesto a un lado y el destinatario al que se apunta por dicho contenido negado (…) salvo para la teología, no hay secreto en sí, sin blanco o destinatario al menos originario. Una vez consumada la separación ¿en qué se transforma la sustancia puesta a un lado? (…) en algo oprimido, apretado, constreñido, es decir cargado de tensión, cargado de la tensión del rechazo que ha instituido el secreto y que hay que mantener o preservar…”
Los homosexuales son individuos estigmatizables, sólo por el hecho de invisibilizarse dentro de la Sociedad, lo que implica que pueden ser “descubiertos”. En este sentido, la efectiva comunicación y del secreto compartido conforman un recurso fundamental del que dispone el individuo estigmatizable, es decir, el gay.
En Latino América desde el siglo XX, la legislación no prohíbe las relaciones sexuales a mutuo acuerdo entre personas del mismo sexo. Lo único que se pide -no legalmente sino socialmente- es su discreción. La problemática se presenta cuando se transgreden los límites de lo privado (zonas espaciales geográficamente determinadas) y la homosexualidad se vuelve públicamente detectada.
Esta relación se puede interpretar como si los heterosexuales y los homosexuales hubieran hecho un pacto implícito en cuanto al grado de tolerancia social hacia la homosexualidad a cambio de la discreción y el secreto e invisibilidad.
Este mínimo de aceptación mal llamada tolerancia conviene a muchos gays para esconder su secreto. Es decir, un poco de discreción una vida homoerótica más o menos feliz y normal puede ser vivida, en el interior de los límites impuestos por la comunidad, a pesar de mantener una doble vida con todas sus complicaciones e implicaciones. Se exige crear un muro de contención, una zanja que divida a la homosexualidad en dos áreas separadas: lo público y lo privado.
Esta separación espacio temporal de las prácticas homosexuales repercute en las maneras de seducción, a al vida en pareja y a la actividad sexual. La experiencia ha dado cuenta del riesgo que corren los gays relativos a las ITS infecciones de transmisión sexual ITS incluyendo el virus VIH SIDA. En la medida que exista una discriminación ligada a espacios o lugares específicos que recluyen a los homosexuales en esa misma medida las relaciones afectivas, la consolidación de parejas estables y la toma de riesgos o separación del sexo y el afecto (amor) entre otras prácticas sociales devenidas de las relaciones homosexuales se verán afectadas (Polack 1988 y 1993, Pecheny 2000)
La homosexualidad y sus pares homoeróticos siempre han existido y existirán. Lo que cambia históricamente es su grado de evidencialidad o visibilidad (Sebreli: 1997) Este autor ilustra este hecho con la imagen de “las ciudades bajo ciudades”. Tales espacio urbanos tienen sus propios códigos de lenguaje y de conductas llegando incluso a elaborar un complejo constructo imaginario común. En términos tradicionales de la jerga lingüística gay, este espacio o lugar es un sitio “de ambiente” y está formado por “los que entienden” la nota o “entendidos” diferenciándose de los “nada que ver” (Silvori 2000)
Para Michael Pollack (1993: 216-217) “la conquista de las libertades sexuales se hizo gracias al refuerzo de una sociabilidad específica e indirecta, como la que indica el término ghetto”.
La liberación de la vida homosexual implica necesariamente su desarrollo en un lugar, sitio o espacio privado que se pone a resguardo de las miradas heterosexuales.
La vida privada o secreta de los gays se realiza en ciertos espacios físicos que pueden ser llamados áreas homosociales como por ejemplo parte del bulevar de Sabana Gay, perdón quise decir Sabana Grande.
La mayor dificultad que se plantea en una sociedad homofóbica como la caraqueña no se refiere al plano de lo puramente en el plano de lo sexual de la identidad homosexual, sino es por la potencial libertad y su visibilidad en el espacio público como pueden ser el afecto o el amor. Incluso en las Sociedades intolerantes las actividades sexuales entre personas del mismo sexo pueden ser practicadas en sitios secretos, oscuros y clandestinos, en las paredes de los bares, hoteles, saunas baños o recovecos ausentes de luz, lo que plantea mayores inconvenientes es la manifestación, según Mario Pecheny en su trabajo DE LA “NO DISCRIMINACIÓN” AL “RECONOCIMIENTO SOCIAL”. UN ANÁLISIS DE LA EVOLUCIÓN DE LAS DEMANDAS POLÍTICAS DE LAS MINORÍAS SEXUALES EN AMÉRICA LATINA, de la homosexualidad como una relación afectiva. En este sentido, la influencia de la discriminación se percibe más en la cohibición de algunos gestos propios de una pareja, por ejemplo, besarse en público o caminar de manos tomadas por el bulevar.
Los espacios físicos de sociabilidad enteramente gay se encuentran por lo general referidos a lugares de seducción o de “crossing” como lugares de levante, saunas o bares al estilo de las DOS BARRAS , LA TORTILLAo el sauna la COCHINERA en la calle de los hoteles cerca del bulevar. Estos lugares se consideran clandestinos, muchas veces con la complicidad de la Sociedad heterosexista. Esto dificulta la constitución de un movimiento socio político que aspira a ser público.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta rebueno tu blog te felicito, le dare una hojeada con lupa.

SIGUE ASI SE VE QUE ESCONDE COSAS BELLAS

Por favor, aún no.