El 10 de julio de 1825, Bolívar, desde el Cuzco, le escribía a su hermana María Antonia lo siguiente:
"Te mando una carta de mi madre Hipólita, para que le des todo lo que ella quiera; para que hagas por ella como si fuera tu madre; su leche ha alimentado mi vida, y no he conocido otro padre que ella"
Hipólita, la verdadera criadora del Libertador, negra vigorosa, de treinta años, fue traída especialmente de San Mateo con este objeto. Era de buen tamaño y de grueso regular, muejr inteligente, se apasionó del niño; lo cuidaba a la par de su madre, y lo acompañó mientras vivió en Caracas y durante las terribles luchas de San Mateo en 1814.
Es por eso por lo que Bolívar consideraba a Hipólita como madre y como padre, al mismo tiempo.
Tomado de: BOLÍVAR Y SUS ANÉCDOTAS por Manuel Pinto. Publicaciones de la Sociedad Bolivariana de Venezuela. Caracas, 1966
"Te mando una carta de mi madre Hipólita, para que le des todo lo que ella quiera; para que hagas por ella como si fuera tu madre; su leche ha alimentado mi vida, y no he conocido otro padre que ella"
Hipólita, la verdadera criadora del Libertador, negra vigorosa, de treinta años, fue traída especialmente de San Mateo con este objeto. Era de buen tamaño y de grueso regular, muejr inteligente, se apasionó del niño; lo cuidaba a la par de su madre, y lo acompañó mientras vivió en Caracas y durante las terribles luchas de San Mateo en 1814.
Es por eso por lo que Bolívar consideraba a Hipólita como madre y como padre, al mismo tiempo.
Tomado de: BOLÍVAR Y SUS ANÉCDOTAS por Manuel Pinto. Publicaciones de la Sociedad Bolivariana de Venezuela. Caracas, 1966
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