El pueblo de Venezuela es ferviente devoto de la Virgen
María. Como muestra, se pueden infinidad de apariciones de virgen que han dado
origen cada una, a un culto diferente.
En Margarita se venera a la Virgen del Valle, patrona de
los marineros de todos los orientales. Pero también en esa isla está la Pilanca, la virgen que apareció un día en los
Robles, y que adoran los de esta región. En los Llanos y en el Centro se venera
a Nuestra Señor de Coromoto, que según la leyenda, se apareció a un indio durante
la Colonia. La Divina Pastora es la patrona del estado Lara y en gran parte de los
Andes se le rinde tributo. La Virgen de Chiquinquirá, llamada la Chinita, es la reina de los zulianos y
últimamente se han reportado
apariciones de una nueva virgen en la
región de Betania, en el centro del país.
Capítulo aparte merece la Virgen del Perpetuo Socorro que
adorna la catedral de Barcelona, llamada también la Virgen “Correlona”. La
primera noticia de ella la tuvieron dos humildes kariña que atravesando un
campo vieron la bella imagen sobre las ramas de un árbol. La tomaron y decidieron
llevársela al cura de Barcelona, quien la colocó con gran entusiasmo en un
altar lateral. Pero al día siguiente la Virgen no estaba allí. Los kariña se habían marchado, y el sacerdote, disgustado, mandó a
un mensajero para que los alcanzara y les pidiera la imagen ofreciéndoles
dinero. Se suponía que los indios se la habían llevado. El mensajero regresó
con los dos kariña, que estaban tan sorprendidos como él. Aseguraron no haberla
tomado i saber qué había pasado.
Al regresar a su pueblo tuvieron que atravesar el mismo
campo, y asombrados, vieron la imagen en
el mismo árbol donde la habían hallado antes. La bajaron de allí y nuevamente
se la llevaron al cura, quien la puso otra vez en su lugar, muy aliviado. Los indios
comieron allí, descansaron y se marcharon. Pero aún no habían salido de
Barcelona cuando ya
la imagen había desaparecido nuevamente.
El cura fue con el capellán, y hasta
los monaguillos, tras aquellos kariña. Fueron registrados, abiertas sus
alforjas, y revisado todo lo que llevaban. La Virgen del Socorro no estaba
allí.
-Esta Virgen parece que es
correlona- dijo uno de los indios.
Se dirigieron todos al árbol y allí
comprobaron sus sospechas. El cura celebró una misa solemne bajo aquel árbol
misterioso y con gran boato y
reverencia, llevaron la imagen de vuelta a la Catedral de Barcelona. Esta vez
fue colocada en el lugar de honor, en el Altar
Mayor, y se convocó a
todos los fieles a misa aquella misma tarde.
La Virgen Correlona no volvió a escapar
y desde entonces se le venera en su mismo lugar, en la Catedral de Barcelona.
Tomado del libro: Diccionario
de Fantasmas, Misterios y leyendas de Venezuela. Mercedes Franco.
Editorial CEC, SA. Los libros de El Nacional. 1era. Edición, 2001. Caracas,
Venezuela.
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