jueves, 28 de febrero de 2019

Abuelón, El Fantasma de Alfínger, Agüita de Dios, Alumbrar



Abuelón.

Fantasma conservacionista que aparece en las playas margariteñas para castigar a los pescadores inconscientes y a quienes dañan el ecosistema marino. Tiene el aspecto de un hermoso anciano, con una frondosa cabellera de espuma blanca, constelada de estrellas de mar y entretejida con algas y restos de conchas marinas. Su mirada profunda como el océano despide un extraño fragor azul.

Fantasma de Alfínger.

En Coro y sus alrededores aseguran que el fantasma de Ambrosio Alfínger recorre al galope la región, en las noches de luna. Este conquistador alemán que vino con los Welser, fundó a varias poblaciones en nuestra costa occidental, y como todos estos banqueros alemanes, cometió muchas tropelías y atropellos. Murió a manos de los indios, cerca de Maracaibo. Caballero en flamante armadura, el fantasma de Alfínger se pasea por los alrededores de Coro, la ciudad donde vivió, y lleva consigo una lanza que arroja contra quienes se topan en su camino.

Agüita de Dios.

Afines del siglo XVIII un fraile caminaba desde Valencia hasta Bejuma. Se extravió en el camino, y casi muerto de sed, imploró a Dios su misericordia. En ese momento  vio bajar de la montaña un manantial de agua purísima y fresca. Sació su sede y bendijo el lugar, diciendo: “Agüita de Dios, así como remediaste hoy mi necesidad, remedia los males de quienes te beban”.

Hoy en día el lugar vive lleno de creyentes que buscan en esas mágicas aguas la curación y la felicidad.

Alumbrar.

Uno de los más célebres trabajos de brujería consiste en “alumbrar” a la víctima. Con una vela negra si se le desea el mal y con una vela roja si se le desea atraer o atar.

Según una creencia andina, se puede “alumbrar” a una persona para que siempre esté en la casa, y no quiera marcharse jamás. La fotografía de la persona alumbrada debe estar en la base de la vela o detrás de ella y esta luz o debe apagarse. Durante siete días seguidos haya que vigilar que no se apague y cuando se esté ya consumiendo, cambiarla  por otra del mismo color.

Tomado del libro: Diccionario de Fantasmas, Misterios y leyendas de Venezuela. Mercedes Franco. Editorial CEC, SA. Los libros de El Nacional. 1era. Edición, 2001. Caracas, Venezuela.


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