EL GIGANTE
Por Bruno Mateo
Ahí
está el gigante
yace
sentado en el espacio vacío
la
luz cubre su enorme cuerpo
la
cara se posa en su mano como masa inerte que cae al suelo
la
gravedad absorbe sus sentimientos
con
sus lágrimas por testigos
Ahí
está el enano sentando detrás
su
sonrisa lo dice todo
burla
que se siente por el lugar
baila
en silencio
movimientos
grotescos como danza diabólica que llama al más allá
¡Enano!
¡Enano!
Enorme
tu maldad
Ahí
está el gigante y su enano atrás
el
pequeño lo azuza
el
pequeño lo acosa
el
enorme llora.
Lágrimas
de piedad,
situación
pietista que causa escozor.
El
gigante sentado con su cara que reposa
en quietud,
el
enano se ríe sin dejar de atacar
¡Oh!
Tiempo sin final
tus
agujas ¿no dejarán de andar?
Caracas, Venezuela
23 de noviembre de 2008
El cuerpo pasa
Bruno Mateo
Mi
rostro surcado de arrugas dejadas por la marca del tiempo
son
canales que llevan la esperanza
recuerdan
con nostalgia aquellas añoranzas
mis
lágrimas se meten dentro de mis ojos ahuyentadas por el viento
Acaso mi
vida joven como agua de río corrió
mis
pasos dejados en los caminos del ayer alumbran mis imágenes
mi
cuerpo mozo y fuerte alejado de mi centro y cercano a mis márgenes
sombra
de lo que fui,
sombra de lo que voló
Mis
palabras no envejecen,
se
quedan gravitando en un espacio intransitable,
mi piel
agrietada no soporta el viento del futuro
mis
pensamientos estacionados en mi razón fuertes como un muro
el tiempo pasó,
mi alma
quedó,
mi ser
es inmutable
Hermosa
juventud sin cabeza
hermosa
vejez sin cuerpo
dos polos
distantes apartados de un solo núcleo
que
luchan sin saber que son la misma unidad.
Caracas,
Venezuela
Febrero 2008
El vampiro
por Bruno Mateo
Siento que las
fuerzas se alejan,
a veces siento una
bola ácida que sube hasta mi garganta
ya dejé de
preguntarme, ¿por qué a mí?
He vivido, ¡sí! mira
que he vivido,
la luz del día
el misterio de la
noche es mi aliado
soy un vampiro,
que tose y tose todos
los días.
He muerto en varias
ocasiones y he vivido muchas más,
me gusta caminar como
a veces lo hago
respiro, siempre me
doy cuenta de que respiro ese aire lleno de cualquier cosa,
pero sobre todo de
vida.
No sé el tiempo, ni
tampoco el lugar
la fiebre es
implacable, la infección también
¡Oh amigo y enemigo
de años!
¡Cómo atacas sin
compadecerte de mí!
¿Me venciste?
Soy feliz con mi
tristeza a cuestas.
Necesito de ti, de
él, de ella, de todos,
bebo de vuestra
sangre,
no soy un parásito,
soy un vampiro
sueño con ser libre,
viajo de noche a través de mis alas
la ciudad es mi
espacio, los edificios mis cuevas
y tu vida, mi amor.
Caracas, Venezuela
Julio 2006
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