Ángel Pájaro y Weidry Meléndez en "Cuando las máquinas se paran" |
Por @bruno_mateo
Zé no soportó la carga de las
calamidades y la mala situación económica
que se le vinieron encima y ahora
su mujer Nina sale embarazada y decide que debe abortar, pero esa decisión no
es de él; con este dilema o clímax se nos muestra el texto dramático del autor brasileño
Plinio Marcos de Barros (1935-1999) “Cuando las máquinas se paran” (1963)
que se presentó hasta este domingo 16 de agosto de 2015 en el Teatro San Martín
de Caracas bajo la dirección de Luis
Malavé, producción del propio Malavé , María
Brito y Jackeline Pérez, con las
actuaciones de Weidry Meléndez como
Nina y Ángel Pájaro como Zé, vestuario de Heriberto
Garcés e iluminación de David Blanco.
El significante del montaje nos
visualiza una modesta casa con una escenografía a manera de triángulo, al lado
derecho de público la salita de estar, al lado izquierdo la máquina de coser (oficio
del personaje de Nina), al fondo el cuarto matrimonial , al centro del
escenario la mesa de comer y un poco al fondo del lado derecho la cocina, una disposición
escénica que te permite visualizar las acciones dramáticas. La dirección de
actores nos apunta hacia una organicidad por parte de los intérpretes (Meléndez
y Pájaro) muy dignamente logradas, dicha organicidad responde al realismo
social contentivo en el texto y se hace necesario una identificación por parte
del público, sin embrago, para una audiencia atenta, no se escapa ciertas
marcas lingüísticas como el nombrar al jugador Pelé en el partido “actual” que
pasan por radio, lo que hace que nos separemos de esa identificación; tal vez
por la misma estructura dramática y dialógica que es propia de la época (1963)
que hace que nos distanciemos del objetivo de la dirección.
En cuanto a las interpretaciones puedo
decir sin ambages que ambos actores convencieron con sus interpretaciones, por
un lado tenemos a un Zé pesimista que no
logra ver la salida a su mala racha frente a Nina, una mujer con mucha
esperanza por vivir; los dos intérpretes se conectan con las palabras y nos
vinculan con su realidad ficcional.
“Cuando
las máquinas se paran” es una pieza distinta que ofrece una alternativa dentro de esta gama
de teatro frívolo al que nos estamos acostumbrando en Venezuela , salvo
honrosas excepciones.
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