domingo, 3 de mayo de 2015

Simón Rodríguez, el incomprendido de su época.

Cortesía de Ciudad Ccs.

Por Bruno Mateo

@bruno_mateo

@avencrit

Obra: Robinson, en la casa de Asterión.

Autor: Tomás Jurado Zabala.

Director: Carlos Arroyo.

Lugar: Teatro Municipal de Caracas.

Fecha: 18 de mayo de 2015 (Festival Internacional de Caracas)

 

 

La pieza “Robinson, en la casa de Asterión” es un  montaje historicista en donde el personaje Simón Rodríguez se encuentra frente al personaje mítico Asterión, quien lo juzga por sus extravagantes maneras de vida, haciendo énfasis en su irreverente método de enseñanza. El texto dramático de Jurado Zabala nos dialoga de una manera exquisita sobre cómo este prócer venezolano intenta insuflar a los americanos del sur el espíritu de libertad republicana, así como lo hizo con discípulo Simón Bolívar; este trabajo es uno más de la línea estética del director portugueseño Carlos Arroyo para la Compañía regional del Estado Portuguesa, el cual aborda personajes de la Historia de la nación.

La puesta en escena sencilla, pero contundente; poquísimos elementos escenográficos y de utilería hacen del  montaje un significante muy elegante en donde los elementos son útiles para la escena; la iluminación de Kelinson Berríos  juega con esos claroscuros que enriquecen al personaje de Robinson ya que metafóricamente nos trasladan a los pensamientos, a veces oscuros, a veces lumínicos de Simón Rodríguez.

La interpretación de Aníbal Grunn como Robinson (seudónimo de Simón Rodríguez) es interesante porque vemos a un hombre con alma infantil; esta lectura nos la da el hecho del juego que tiene con los globos, nos da ese hombre que como un infante tiene fe en sus ideas, cosa rara que vemos en la mayoría de los hombres y mujeres adultas; en cuanto a Wilfredo Peraza como Asterión y otros podemos decir que logró caracterizar a los distintos personajes porque hizo cambios de entonación y de ritmo corporal en cada uno de ellos.

Para resumir “Robinson, en la casa de Asterión” es un montaje elegante, bien interpretado con un texto bien elaborado y una puesta en escena limpia y con objetivo y estética definida.

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