Rodolfo Santana |
Por Bruno Mateo
@bruno_mateo
El sábado 19 de octubre de 2013 en el Teatro Principal
ubicado al norte de la Plaza Bolívar de Caracas se presentó la pieza “Nunca
entregues tu corazón a una muñeca sueca” del dramaturgo venezolano Rodolfo
Santana como parte del homenaje a este
autor a un año de su desaparición física, una producción del Teatro San Martín
y Grupo teatral Cobre, bajo la dirección del mismo Rodolfo Santana con las actuaciones
de Adolfo Nittoli y David Villegas, pieza que nos habla de dos antropófagos
selectivos que sólo comen banqueros y su mayor sueño es vivir en Suecia.
Nos encontramos frente un montaje que, a pesar de que el
texto nos grafica una situación tan abominable como la antropofagia, el
infratexto de Santana nos indica metafóricamente otra realidad: el canibalismo
por parte de los bancos hacia la gente, lo que hace que nos resulte divertido
amén de las buenas actuaciones.
Puedo destacar la desbordante energía y la absoluta
entrega de los actores en sus respectivos personajes, antónimos por demás. La
conexión que hubo entre Adolfo Niittoli y David Villegas hace que aparezca la
convención tácita de la que hablan tantos los especialistas en el teatro. Nos creímos totalmente la puesta en
escena. Por parte de Villegas la
relación que tuvo con la muñeca de plástico hace que por momentos veamos a una
mujer de verdad. Una excelente manipulación de objetos. Nittoli hace lo propio
en su interpretación de hombre violento que gusta del sexo hardcore. Los constantes cambios de emociones correspondientes
a las distintas situaciones dramáticas de la fábula hacen que la línea
estructuradora de la puesta en escena sea ágil, con buen ritmo desde principio
a fin y eso lo logran las
interpretaciones de ambos actores en cada una de ellas.
Nos resultan unos caníbales adorables, que incluso, puedo
compararlos con el mítico Robín Hood porque ellos sólo se comen a los banqueros
y no a los “actores ni poetas”.
Concluyo diciendo que este fue un homenaje muy bien
merecido y que deja en alto el nombre de Rodolfo Santana dentro de la
dramaturgia nacional.
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