Por Bruno Mateo
@Bruno_Mateo
De pronto me encontré en un bosque de la china siguiendo “La
aventura de Akira” una obra de teatro para niñas y niños escrita por Alejandro Arma con la idea original de Paul Parrella dirigida
por Karen Ruiz. El montaje se lleva a cabo en la sala Urban Clupé del CCCT. Un espacio
un poco incómodo para la observancia de los espectáculos escénicos por la arquitectura misma ya que originalmente
no es diseñado para tal fin. No obstante, este sábado 13 de abril de 2013 a las
4 pm disfruté de esta deliciosa producción llena de colores con vestuarios muy
bien confeccionados con una estética
inspirada en la Ópera de Pekín. Es de resaltar el maquillaje de Mérida
Ascanio, unos diseños creativos excelentemente dibujados. El trabajo en sí se sale un poco de lo tradicional
en el teatro infantil en cuanto trabajan con silencios, pausas y largos textos
a los que los niños estaban muy atentos. El público infantil, fín último de
esta producción de La Fundación La
primera puerta, intervino durante toda la representación lo que es un buen
indicativo de que las cosas se hacen bien.
Los actores muy comprometidos con sus personajes, sin
menospreciarlos ni sacrificar sus interpretaciones por el excesivo diálogo
improvisado que se da entre los actores y público, al cual nos tienen
acostumbrados los montajes para niños porque piensan que hay que divertirlos de
cualquier manera. Akira, en la persona
de Leonardo Aldana (Vitrinas-Televen) convence por su agilidad. Su entrega en el escenario atrapa la atencion de
todos. Sólo una sugerencia, que investigue un poco más sobre los samurais para
que repercuta en una brillante actuación. Oshin e Izanagui, interpretado por
Karen Ruiz, es el centro de la diversión.
Dinámico, audaz. El elemento del travestismo de la princesa a Oshin para
transformarse en el fiel amigo del capitán Akira es un recurso bien
equilibrado. Ruiz como el jovencito
campesino agricultor de arroz es una delicia. Gracioso, sin sobrepasarse,
brincón sin rayar en lo fastidioso, fiel sin tocar lo cursi. Una buena
interpretación. Todo el equipo actoral
es un bloque sólido que cumple artísticamente su labor de entrener.
“La aventura de Akira” es un cuento chino bien contado con
una delicada estética en donde se nota la investigación por parte del director
de arte Paul Parrella. Es un regalo
serio en cuanto al trabajo en sí mismo y divertido para las y los pequeños de
la casa.
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