viernes, 5 de abril de 2013

La crianza 2.0


Por Bruno Mateo
IG: @brunomateoccs
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Las niñas, niños y adolescentes del siglo XXI han experimentado un cambio radical con respecto a las generaciones pasadas.  No se refiere solamente a la indumentaria, a la moda, al lenguaje, a la aparición de nuevos argots en el habla, al estilo de su vestimenta, incluidos los tatuajes,  sino que se refiere al vuelco que ha dado la niñez y la juventud por la continua, rápida e ininterrumpidamente difusión de la tecnología digital. Situación que se experimenta por la aparición del internet unas décadas atrás.

La niñez y la adolescencia  está rodeada de telefonía móvil e “inteligente”, computadoras de todas las formas y velocidades, de videos y videos juegos, acceso a las redes sociales Facebook, twitter, google+, por nombrar sólo las más comunes, música digital y otras herramientas del espacio 2.0, en contraposición a la lectura. Ellos invierten más horas de tiempo en el internet que en la lectura. Pareciera ser que los mensajes de textos, los videos, los emails, los teléfonos móviles y el internet son inseparables de sus vidas. 

Todo esto nos lleva a determinar  que, indiscutiblemente, los niños de hoy en día, piensan y procesan la información de una manera distinta a sus predecesores y no es un asunto coyuntural sino más bien se acrecienta y se expande velozmente en el tiempo. Un teléfono móvil supera a otro. Ya los mensajes de texto vienen con imágenes y sonidos, ya se puede hablar, entre los adolescentes, de sex text. Según el Dr. Bruce. D. Berry de la Universidad de medicina de Baylor en Usa afirma que” “Diversas clases de experiencias conducen a diversas estructuras cerebrales” (Prensky: 2010) lo que nos conduce a pensar, desde esta perspectiva, que los cerebros de los niños y los adolescentes, debido a esta conocimiento de la tecnología, ha cambiado significativamente.

La estructura mental de los niños (as) en esta nueva era de la web 2.0, (a punto de entrar en la web 3.0) es diferente. Ya percibe el mundo con otra visión. Ellos son nacidos entre las TIC (Tecnología de la información de la comunicación) y los avances tecnológicos. Ellos son nativos digitales (utilizando el término acuñado por Marc Prensky (2010). Otros los llaman D-GEN (por sus siglas en inglés, generación digital). Este autor nos ofrece algunas características de las nuevas maneras de aprender el conocimiento  de los nativos digitales, las cuales son:


Se sienten atraídos por multitareas y procesos paralelos

Prefieren los gráficos a los textos.
Se inclinan por los accesos al azar (desde hipertextos).
Funcionan mejor y rinden más cuando trabajan en Red.
Tienen la conciencia de que van progresando, lo cual les reporta satisfacción y recompensa inmediatas.
Prefieren instruirse de forma lúdica a embarcarse en el rigor del trabajo tradicional.

Los niños y niñas se ven envueltos, o mejor dicho, nacen en la era digital. Ellos se ven expuestos a los múltiples avances en el internet. Ellos buscan su propio conocimiento. Encuentran las respuestas en la web. Su maestra, de alguna manera, es el google.

Para algunos estudiosos del tema se hace necesario hacer un amplio y profundo debate del impacto que tiene toda esta barahúnda digital. Por ejemplo para Jim Steyer, fundador de Common Sense Media (no se registra el año de su fundación), un centro de estudios que aborda los medios de comunicación y las familias en Estados Unidos, dijo que la tecnología que Facebook representa tiene "un enorme impacto" en los niños, las familias y las escuelas de todo el mundo. Los niños corren lo que Steyer llama el triple peligro RAP -las siglas en inglés de problemas de relacionamiento, problemas de atención y adicción, y problemas de privacidad- así como de acoso cibernético, pornografía en línea y, en el caso de las niñas, problemas por su imagen corporal.

Todo este avance vertiginoso del Facebook obedece a intereses económicos y más ahora cuando esta empresa ha invertido su dinero en la bolsa. “A la entrada de Facebook en Wall Street debe seguir un intenso debate en la calle sobre el enorme impacto de las redes sociales en los niños”, según Jim Steyer, experto estadounidense en el tema (entrevista hecha por la A.F.P en fecha 13/05/2012)

Lo importante aquí es tratar de entender que los niños de este siglo XXI conocen como algo normal la utilización de la tecnología digital sin embargo, las redes sociales, como el Facebook, viola la privacidad de sus usuarios. A principios de la semana de mayo de 2012, una encuesta de Consumer Reports mostró que casi 13 millones de usuarios estadounidenses de Facebook -de un total de 157 millones, y 900 millones en todo el mundo- no utilizan o no están conscientes de los controles de privacidad del sitio.

A pesar de que estos nativos digitales utilizan las redes digitales  para socializar, es necesario acotar que este tipo de relación es virtual, por ejemplo, las niñas y adolescentes  hacen uso del photshop para modificar su imagen de acuerdo a las representaciones sociales que se tienen de lo femenino  en el mundo de la mediatización publicitaria,  para lograr una mayor cantidad de “Me gusta” en el Facebook.  Siguiendo a Champagne (2000), los medios fabrican colectivamente una representación social a partir de su discurso –el cual circula masivamente- y por ello es capaz de movilizar tanto prejuicios como manifestaciones sociales masivas.  Dicho autor argumenta que “los medios son parte integrante de la realidad o producen efectos de realidad al fabricar una visión mediática de aquella que contribuye a crear la realidad que pretende describir. En particular, las desdichas y reivindicaciones deben expresarse mediáticamente si quieren tener una existencia públicamente reconocida” (Champagne, 2000). Sin darse cuenta de que, muchas veces, están expuestas a ataques pedófilos por parte de adultos que utilizan un avatar que se presenta como un niño o joven de su edad para lograr su acecho sexual.

Para definir discurso, se parte del concepto de Michel Foucault quien  lo define como una noción material; el mismo discurso es ya información, no es un mero transmisor sino que su producción está complejamente regulada de acuerdo con ciertos intereses. El objeto del discurso no es el simple mensaje que el autor quiso lanzar, sino que todo el proceso discursivo (incluyendo figuras tan “naturales” como la del propio “autor”) está lleno de implicaciones y de formalizaciones concretas de las relaciones saber–poder, que responden a determinados intereses concretos que tratan de “ocultarse” tras esa aparente “ingenuidad”, “inocencia” de todo “discurso” en tanto que realidad material (Foucault: 1992)

Es por ello, siguiendo, la propuesta de Prensky, los jóvenes y niños  de hoy no pueden aprender como los jóvenes de ayer, porque son diferentes sus cerebros y su cultura. La escuela tradicional debe incorporar formatos educativos basados en el ocio y el entretenimiento. Y para esto se puede utilizar las últimas tecnologías y redes sociales, como el Facebook, para su propia construcción del conocimiento, pero que aprenda a reflexionar sobre los contenidos encontrados en la navegación de la web y resguardando su privacidad. 

REFERENCIAS.

CHAMPAGNE, P (2000) La visión mediática. En Bordieau, Pierre (Ed). “La miseria del mundo”. Buenos Aires. Fondo de cultura económica. FCE
FOUCAULT, M (1992) El orden del discurso. Buenos Aires: Tusquets Editores.
PRENSKY, M (2010) Nativos e inmigrantes digitales. España. Distribuidora Sek, S.A

REFERENCIAS ELECTRÓNICAS.

Disponible en www.commonsensemedia.org. Consultado el 17 de junio de 2012. Hora 9.35 am
Disponible en www.sek.es. Consultado el 15 de junio 2012. Hora 10 am






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