Por Bruno Mateo
IG: @brunomateoccs
Twiter: @bruno_mateo
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Las
niñas, niños y adolescentes del siglo XXI han experimentado un cambio radical
con respecto a las generaciones pasadas.
No se refiere solamente a la indumentaria, a la moda, al lenguaje, a la
aparición de nuevos argots en el habla, al estilo de su vestimenta, incluidos
los tatuajes, sino que se refiere al
vuelco que ha dado la niñez y la juventud por la continua, rápida e
ininterrumpidamente difusión de la tecnología digital. Situación que se experimenta
por la aparición del internet unas décadas atrás.
La
niñez y la adolescencia está rodeada de
telefonía móvil e “inteligente”, computadoras de todas las formas y
velocidades, de videos y videos juegos, acceso a las redes sociales Facebook,
twitter, google+, por nombrar sólo las más comunes, música digital y otras
herramientas del espacio 2.0, en contraposición a la lectura. Ellos invierten
más horas de tiempo en el internet que en la lectura. Pareciera ser que los
mensajes de textos, los videos, los emails, los teléfonos móviles y el internet
son inseparables de sus vidas.
Todo
esto nos lleva a determinar que,
indiscutiblemente, los niños de hoy en día, piensan y procesan la información
de una manera distinta a sus predecesores y no es un asunto coyuntural sino más
bien se acrecienta y se expande velozmente en el tiempo. Un teléfono móvil
supera a otro. Ya los mensajes de texto vienen con imágenes y sonidos, ya se
puede hablar, entre los adolescentes, de sex text. Según el Dr. Bruce. D.
Berry de la Universidad de medicina de Baylor en Usa afirma que” “Diversas
clases de experiencias conducen a diversas estructuras cerebrales” (Prensky:
2010) lo que nos conduce a pensar, desde esta perspectiva, que los cerebros de
los niños y los adolescentes, debido a esta conocimiento de la tecnología, ha
cambiado significativamente.
La
estructura mental de los niños (as) en esta nueva era de la web 2.0, (a punto
de entrar en la web 3.0) es diferente. Ya percibe el mundo con otra visión.
Ellos son nacidos entre las TIC (Tecnología de la información de la
comunicación) y los avances tecnológicos. Ellos son nativos digitales
(utilizando el término acuñado por Marc Prensky (2010). Otros los llaman D-GEN
(por sus siglas en inglés, generación digital). Este autor nos ofrece algunas
características de las nuevas maneras de aprender el conocimiento de los nativos digitales, las cuales son:
Se sienten atraídos por multitareas y procesos paralelos
Prefieren los gráficos a los textos.
Los
niños y niñas se ven envueltos, o mejor dicho, nacen en la era digital. Ellos
se ven expuestos a los múltiples avances en el internet. Ellos buscan su propio
conocimiento. Encuentran las respuestas en la web. Su maestra, de alguna
manera, es el google.
Para algunos estudiosos
del tema se hace necesario hacer un amplio y profundo debate del impacto que
tiene toda esta barahúnda digital. Por ejemplo para Jim Steyer, fundador de Common Sense Media (no se registra el
año de su fundación), un centro de
estudios que aborda los medios de comunicación y las familias en Estados
Unidos, dijo que la tecnología que Facebook representa tiene "un enorme
impacto" en los niños, las familias y las escuelas de todo el mundo. Los
niños corren lo que Steyer llama el triple peligro RAP -las siglas en inglés de problemas de relacionamiento,
problemas de atención y adicción, y problemas de privacidad- así como de acoso
cibernético, pornografía en línea y, en el caso de las niñas, problemas por su
imagen corporal.
Todo este avance
vertiginoso del Facebook obedece a intereses económicos y más ahora cuando esta
empresa ha invertido su dinero en la bolsa. “A la entrada de Facebook en Wall
Street debe seguir un intenso debate en la calle sobre el enorme impacto de las
redes sociales en los niños”, según Jim Steyer, experto estadounidense en el
tema (entrevista hecha por la A.F.P en fecha 13/05/2012)
Lo importante aquí es
tratar de entender que los niños de este siglo XXI conocen como algo normal la
utilización de la tecnología digital sin embargo, las redes sociales, como el
Facebook, viola la privacidad de sus usuarios. A principios de la semana de
mayo de 2012, una encuesta de Consumer Reports mostró que casi 13
millones de usuarios estadounidenses de Facebook -de un total de 157 millones,
y 900 millones en todo el mundo- no utilizan o no están conscientes de los
controles de privacidad del sitio.
A pesar de que estos nativos
digitales utilizan las redes digitales
para socializar, es necesario acotar que este tipo de relación es
virtual, por ejemplo, las niñas y adolescentes hacen uso del photshop para modificar
su imagen de acuerdo a las representaciones sociales que se tienen de lo
femenino en el mundo de la mediatización
publicitaria, para lograr una mayor
cantidad de “Me gusta” en el
Facebook. Siguiendo a Champagne (2000),
los medios fabrican colectivamente una representación social a partir de su discurso
–el cual circula masivamente- y por ello es capaz de movilizar tanto prejuicios
como manifestaciones sociales masivas. Dicho
autor argumenta que “los medios son parte integrante de la realidad o producen
efectos de realidad al fabricar una visión mediática de aquella que contribuye
a crear la realidad que pretende describir. En particular, las desdichas y
reivindicaciones deben expresarse mediáticamente si quieren tener una
existencia públicamente reconocida” (Champagne, 2000). Sin darse cuenta de que,
muchas veces, están expuestas a ataques pedófilos por parte de adultos que
utilizan un avatar que se presenta como un niño o joven de su edad para lograr
su acecho sexual.
Para definir discurso, se
parte del concepto de Michel Foucault quien
lo define como una noción material; el mismo discurso es ya información,
no es un mero transmisor sino que su producción está complejamente regulada de
acuerdo con ciertos intereses. El objeto del discurso no es el simple mensaje
que el autor quiso lanzar, sino que todo el proceso discursivo (incluyendo
figuras tan “naturales” como la del propio “autor”) está lleno de implicaciones
y de formalizaciones concretas de las relaciones saber–poder, que responden a
determinados intereses concretos que tratan de “ocultarse” tras esa aparente
“ingenuidad”, “inocencia” de todo “discurso” en tanto que realidad material
(Foucault: 1992)
Es por ello, siguiendo, la
propuesta de Prensky, los jóvenes y niños de hoy no pueden aprender como los jóvenes de
ayer, porque son diferentes sus cerebros y su cultura. La escuela tradicional
debe incorporar formatos educativos basados en el ocio y el entretenimiento. Y
para esto se puede utilizar las últimas tecnologías y redes sociales, como el
Facebook, para su propia construcción del conocimiento, pero que aprenda a
reflexionar sobre los contenidos encontrados en la navegación de la web y
resguardando su privacidad.
CHAMPAGNE, P (2000) La visión
mediática. En Bordieau, Pierre (Ed). “La miseria del mundo”. Buenos Aires.
Fondo de cultura económica. FCE
FOUCAULT, M (1992) El orden del
discurso. Buenos Aires: Tusquets Editores.PRENSKY, M (2010) Nativos e inmigrantes digitales. España. Distribuidora Sek, S.A
REFERENCIAS ELECTRÓNICAS.
Disponible en www.commonsensemedia.org. Consultado
el 17 de junio de 2012. Hora 9.35 am
Disponible en www.sek.es. Consultado el 15 de junio 2012. Hora
10 am
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