jueves, 13 de septiembre de 2007

SEPTIEMBRE
de Libeslay Bermúdez

Adónde tú con ese árbol caído en el corazón
adónde los otros con su miseria gastada
¿De quién la espada en el alma de los muertos?
¿De quién el grito?

Dos veces más y los perros persiguiendo la carne sin fronteras
el recuerdo de la sangre obliga
la sombra permanece sonriente
en los hombros del poeta que busca la lágrima
y espera otra vez

A veces las calles dicen algo
a veces es verdad que a veces dicen cosas
a veces las hormigas llegan a la biblioteca
y danzan con sus huevos por entre mis libros
a veces entre mis libros

Éramos varios y la luna caminaba con nosotros
nosotros que éramos también
los que veníamos buscándonos

¿Cómo será vivir colgado de una casa subterránea
perder el hilo de las horas
¿será que se puede vivir en el agua con los ojos abiertos
y yo, que no me he dado cuenta,
me quedé viajando en este barco negro?

Este barco de papel
donde no quepo sin doblarme
barco de sol me lleva
soy esa orilla como un sueño
roto de agua
mecedor.

Libeslay Bermúdez. Juegos de guerra. La Mancha Ediciones. Caracas, 2006

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No conocía a esta poetisa. ¿Me podrías dar algún dato más?. Si no es indiscreción, ¿por qué te ha llamado la atención este poema?.
El poema que sigue es de Gil de Biedma, y me lo envió hace unos días un buen amigo. Me gusta la forma en que describe el nacimiento de la amistad. A ver que te parece a ti.
"Amistad a lo largo"
Pasan lentos los días
y muchas veces estuvimos solos.
Pero luego hay momentos felices
para dejarse ser en amistad.
Mirad:
somos nosotros.
Un destino condujo diestramente
las horas, y brotó la compañía.
Llegaban las noches. Al amor de ellas
nosotros encendíamos palabras,
las palabras que luego abandonamos
para subir a más:
empezamos a ser los compañeros que se conocen
por encima de la voz o de la seña.
Ahora sí. Pueden alzarse las gentiles palabras
- esas que ya no dicen cosas-
flotar ligeramente sobre el aire;
porque estamos nosotros enzarzados
en mundo, sarmentosos
de historia acumulada,
y está la compañía que formamos plena,
frondosa de preencias.
Detrás de cada uno
vela su casa, el campo, la distancia.
Pero callad.
Quiero deciros algo.
Sólo quiero deciros que estamos todos juntos.
A veces, al hablar, alguno olvida
su brazo sobre el mío,
y yo aunque esté callado doy las gracias,
porque hay paz en los cuerpos y en nosotros.
Quiero deciros cómo todos trajimos
nuestras vidas aquí, para contarlas.
Largamente, los unos a los otros
en el rincón hablamos, ¡tantos meses!
que nos sabemos bien, y en el recuerdo
el júbilo es igual a la tristeza.
Para nosotros el dolor es tierno.
¡ Ay el tiempo!. Ya todo se comprende.

Ciudad Escrita dijo...

La poetisa se llama, como bien, lo acoté Libeslay Bermúdez. Y tiene un libro pequeño de poemas intitulado JUEGOS DE GUERRA. El poema es contundente y hay un tono de desubicación interesante es como no encontrar el camino exacto. Algo dubitativo. Más adelante, seguro, publico otro poema de ella.
En cuanto al poema "Amistad a lo largo" me da la sensación de algo que se va creando y gestando paulatinamente sin aspavimientos ni sobresaltos. Es bastante personal e íntimo. Tal vez, es una experiencia personal del poeta.

Por favor, aún no.