jueves, 9 de agosto de 2007

Lorca, el poeta de los marginados



por Bruno Mateo
Twitter:@bruno_mateo
IG:@brunomateoccs


Federico García Lorca, poeta español nacido el 5 de Junio de 1898 en Fuente Vaqueros, provincia de Granada, España autor de múltiples obras de teatro y poesía de una profunda emocionalidad.. Su obra literaria abarca los géneros de la poesía y la dramaturgia. Este ensayo tocará lo pertinente a su dramaturgia, así como lineamientos generales de su poesía para niños, es decir sus canciones y sus nanas.

García Lorca publica su primer libro: "Impresiones y paisajes" en el año 1918 donde cuenta los viajes universitarios por España; es de acotar que se utiliza el texto "Federico García Lorca para Niños". Ediciones de la Torre. Segunda. Edición preparada por Eutimio Martín. Segunda edición. Madrid, 1983 para las fechas cronológicas de la vida del autor.

En cuanto a su primera obra de teatro: "El Maleficio de la Mariposa", fue estrenada el año 1920, la cual resultó un fracaso, a partir de allí la producción literaria de Lorca no para hasta el año 1936 cuando termina su última obra "La Casa de Bernarda Alba", cuando es fusilado por el ejército español que se subleva contra la república de izquierdas. A Lorca le toca el turno en la madrugada del 19 de agosto de 1936.

La obra literaria de Lorca es sencilla y diáfana en cuanto al lenguaje, pero profunda con respecto a los sentimientos y emociones que se leen entre líneas, su poesía habla acerca de temas coloquiales como es el caso del Romancero Gitano, en su poesía se puede observar el alma de España, de su tierra y de su gente, su poesía ha calado y se ha quedado como un registro de la las amarguras de los españoles en una época marcada por la pobreza, el hambre y la tiranía de un régimen violento y cruel. Para Lorca, la tierra andaluza es el alma de la vida, los gitanos son la raza originaria de esa España, esta profundidad con que la que el alma de Lorca siente la tierra andaluza ofrece un primer aspecto de interés en el reflejo que en su poesía encuentra la tierra bética.

García Lorca nunca dejó de ser un soñador, su poesía se extiende hacia los temas eternos, aquellos problemas y preocupaciones del ser humano, tales como la muerte, vida, amor, alegría y pena. En muchas de sus conferencias, el autor, plantea su preocupación por definir la poesía, “en mis conferencias he hablado acerca de la poesía, pero de lo único que no puedo hablar es de mi poesía. Y no porque sea un inconsciente de lo que hago. Al contrario, si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios o del demonio, también lo es que lo soy por la gracia de la técnica y del esfuerzo, y de darme cuenta en absoluto de lo que es un poema”[1]

Aquí se puede notar como el autor realiza la praxis de la escritura, Lorca está consciente de la técnica de escritura lo que no desvirtúa la pasión de lo que escribe, él realiza una auténtica creación estética sin perder el contacto con la emocionalidad, sus metáforas nos pueden llevar a un mundo primitivo, a una realidad de los sentimientos y de las pasiones:

¡Que no quiero verla!
Dile a la Luna que venga,
Que no quiero ver la sangre de Ignacio sobre la arena.
¡Que no quiero verla!
La Luna de par en par,
Caballo de nubes quietas,
Y la plaza gris del sueño
Con sauces en la barreras.
¡Que no quiero verla!
Que mi recuerdo se quema.
¡Avisad a los jazmines
con su blancura pequeña!
¡Que no quiero verla!
[2]

Lo primitivo del poema es la sangre, esa sangre que se derrama en la arena, esa sangre que emana como un chorro de pasión, es la sangre dramática frente a la muerte, el autor  se debate entre las pasiones duales de la vida que es la misma sangre que pulsa y la muerte que se apodera de todo lo vivo. Según, Guillermo Díaz Plaja en su libro "Federico García Lorca", tercera edición. Colección austral. Madrid 1961 “en los poemas de la última etapa de producción, el mundo se reduce para Lorca a una constante dualidad contendiente: entre la Muerte y la Vida”. El poeta ve a la muerte como algo frío, vacío de pasión, es algo mecánico- léase "Poeta en Nueva York"- es la razón; la vida es lo realmente humano, lo ardiente, lo pasional, los instintos propios de la naturaleza humana.

Las poesías de Federico García Lorca buscan la esencia de la vida, esa trágica realidad que es la vida, el juega con las pasiones y el dolor humano, sus palabras parecieran surgir de los instintos primitivos del hombre más que de la razón, de esas pasiones humanas desbordadas, él escribe a esos temas universales y eternos del hombre. En su "Romancero Gitano" explora ese mundo marginal de los gitanos, una casta de hombres olvidados por una España que busca la “pureza de razas”, la gitanería  no es sólo un pretexto para el folclorismo andaluz, sino más bien la esencia de ser gitano, un hombre pícaro y errante, expulsado y maltratado por la sociedad de la que forma parte, el poeta  reivindica a la casta de los gitanos, ellos son esa sangre, esa pulsación vital de un pueblo que late en el alma de España, son los hombres originarios de un pueblo. Los gitanos en el "Romancero Gitano", los negros en "Poeta en Nueva York" son esos seres que deambulan por el espacio, los primeros en un ambiente natural, los segundos en un lugar mecánico y frío, pero ambos rechazados y olvidados, son hombres y mujeres sacados del sistema social, los excluidos, los seres que se encuentran soterrados, escondidos y sin embargo, siempre presentes en la propia esencia.

En "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías" el bardo describe un proceso ritual en el juego taurino, esa relación hombre bestia, pasión y razón, es una especie de elegía, un canto a la muerte, pero no una muerte simple y natural, más bien es una muerte cubierta de glorias, pareciera describirse un sacrificio, la sangre derramada en la arena espanta a los espectadores, es una sangre que anuncia la muerte del torero con una vitalidad sorprendente, la muerte aparece fría, con mucha majestad a reclamar la vida de Ignacio Sánchez Mejías:

pero ya duerme sin fin,
y los musgos y la hierba
abren con dedos seguros
la flor de la calavera
[3]

Lorca profundiza la imagen del torero como un hombre lleno de vitalidad:

No hubo príncipe en Sevilla
que comparársele pueda,
ni espada como su espada,
ni corazón tan de veras…
¡Qué gran torero en la plaza!
¡Qué buen serrano en la sierra!
¡Qué blando con las espigas!
¡Qué duro con las espuelas!
¡Qué tierno con el rocío!
¡Qué deslumbrante en la feria!
¡Qué tremendo con las últimas
banderillas de tiniebla!
[4]


La imagen del torero nos remite a un varón con muchas cualidades: valor, orgullo, tierno, caballero, campeador, Ignacio Sánchez Mejías es una síntesis de las fuerzas heroicas.

"El Romancero Gitano" “es un intento-si bien en germen- de una poesía de vuelo amplio y de alcance épico[5]

Canciones y Nanas Infantiles.
Canción

Tan, tan.
¿Quién es?
El otoño otra vez.
¿Qué quiere el otoño?
El frescor de tu sien.
No te lo quiero dar.
Yo te lo quiero quitar.
Tan, tan.
¿Quién es
El otoño otra vez.


En el año 1927 Federico García Lorca publica su tercer libro de poemas "Canciones" y se estrena en Barcelona, España Mariana Pineda, protagonizada por Margarita Xirgu, en adelante su actriz favorita.

El concepto de canción nos remite a una composición hecha de letras y musicalidad, para Lorca el tercero de sus libros "Canciones", refleja dos tonos: la musicalidad y lo infantil, el lado infantil del poeta se refleja en la manera ingenua y sencilla de decir las cosas, en sus canciones hay un decir existe en sus canciones una visión de mundo primario parecido al mundo de los cuentos infantiles y de las nanas, las cuales son canciones europeas que sirven a las madres para hacer dormir plácidamente a sus hijos.

Estamos en presencia de tiempos de posguerra, el mundo europeo vive una tormentosa y convulsa realidad. Es el momento en que Europa quiere dejar atrás los años terribles de la guerra que lo único que dejó fue muerte, sangre, desolación y otros terribles flagelos, existe una frenética vitalidad por sustituir el recuerdo de tanta muerte.

García Lorca en sus Canciones parece insertarse dentro de ese deseo por olvidar el pasado horrible, él  a través de sus poemas logra llevarnos a las formas primitivas e ingenuas de las formas las cuales ofrecen una visible influencia musical:

Amanecía
en el naranjal.
Abejitas de oro
buscaban la miel
¿Dónde estará la miel?

Está en la flor azul,
del romero aquel.

Sillita de oro
para el moro.
Silla de oropel
para la mujer.

Amanecía
en el naranjal
.[6]


Algunas de sus canciones son simples diversiones de una sencilla y graciosa superficialidad.

En su libro  "Canciones"  juega con las metáforas de una manera audaz, aquí se pretende crear, como la ingenuidad de los niños, un mundo a medida del ánimo infantilizado. Para Díaz-Plaja “Si toda metáfora equivale a un juego sensorial de enlace entre dos objetos, no cabe duda que la audacia más grande corresponderá a la yuxtaposición de objetos muy alejados entre sí”. En "Canciones" abundan las metáforas e imágenes carentes de relaciones entre los objetos que la constituyen, sus metáforas se desprenden de es mundo metafórico para adentrarse en otro universo aún más intrincado:

La luna clava en el mar
un largo cuerno de luz
.

El Teatro de García Lorca. Algunas consideraciones generales.


Federico García Lorca busca dentro de su camino estilístico las candilejas del teatro, su dramaturgia sorprende por reflejarse en ella las pasiones más primarias del hombre, sus personajes se han convertido en prototipos del teatro universal, son seres esencialmente humanos,  sus textos dramáticos son algo vivo, que bulle en su sangre, que va más allá de fórmulas academicistas. Sus obras de teatro le permiten utilizar el más duro realismo, la más desbordada irrealidad, su teatro se concibe como un producto de ritmos en el tiempo y en el espacio. Para el poeta, el teatro se debe hacer con dignidad, para el escritor de teatro no debe descender al halago del espectador. “El teatro-dice Lorca- tiene que ganar, porque la ha perdido, autoridad. Los autores han dejado que el público se les suba a las barbas a fuerza de hacerles cosquillas. Nos hace falta recobrar la autoridad perdida y poner dignidad artística en los camerinos…Hay que desterrar de una vez todas esas cantilenas ineptas de que el teatro no es literatura, y otras tantas. No es más ni menos que literatura[7] Su literatura dramática aborda temas como la represión en "La Casa de Bernarda Alba", la dignidad patriótica en "Mariana Pineda", la esterilidad no sólo orgánica sino de alma en "Yerma", la lucha de poderes en "Bodas de Sangre", aquí se debe acotar que no se utiliza las obras hechas para títeres, no por carecer de importancia, nada más ajeno de la verdad, sino porque interesa ver los personajes marginados a los que alude Lorca en estos textos, y se trata de seguir los temas de sus libros trágicos.

García Lorca escribió  para el pueblo, no para los académicos, para él, el arte teatral debía comunicar los sentimientos de la gente de a pie, la gente común y corriente, por ello es que sus personajes están llenos de vida, no son estructuras vacías ni moldes hechos únicamente con la razón. El poeta de los marginados, era un oidor de las inquietudes de su pueblo, y luego a través de su escritura y estilo las llevaba a las páginas sin perder la organicidad de sus vivencias, o mejor la de sus personajes, éstos eran seres desterrados de sí mismo como es el caso de "Yerma", el poder personificado en Bernarda Alba opresora de su propias hijas o en "Bodas de Sangre "donde se pretende obligar a dos seres que se aman a doblegarse ante los convencionalismos culturales.

El tema de "Bodas de Sangre" se basa en la pelea de dos hombres jóvenes por una sola mujer. Uno de ellos Leonardo, la rapta en el mismo de su boda con el otro, los culpables son perseguidos por la Luna y la Muerte, quienes aparecen en el texto como personajes, la obra finaliza con la muerte de los dos enamorados.

En "Yerma", la cual fue estrenada en 1934, que es una tragedia en el ámbito rural de un pueblo español. Aquí se cuenta el problema de la esterilidad y sobre todo para una mujer campesina donde lo más importante es la tierra y las raíces sembradas, los hijos y el marido, en el texto se observa dos vertientes por parte de Yerma, una, el dolor que le produce el no poder parir como hembra y la otra que es consecuencia de la primera, la agresividad que muestra contra su marido que hace que al final de la tragedia ella asesina a su hombre. “He matado a mi hijo” Frase que dice Yerma al final de la obra, palabras contundentes que estremecen al espectador, sobre todo a ese pueblo llano español y universal ¿por qué no? que vive este tipo de problemas en su diario vivir.

En "La Casa de Bernarda Alba", que también es una tragedia rural, trata sobre el poder coercitivo y cruel que ejerce esta mujer sobre sus cinco hijas- Augusta, Magdalena, Amelia, Martirio, Adela- en el texto sólo intervienen mujeres, pero siempre con referencias a nombres de varón, al principio Antonio Benavides y después Pepe Romano. “Bernarda Alba entiende la estrecha y rígida moral española, agravada por la tremenda tensión que impone el miedo a la murmuración aldeana[8]

Para finalizar, Federico García Lorca en sus obras teatrales no toma partido por ninguno de sus personaje ni hechos, sólo presenta, he allí la grandeza se su construcciones ficcionales y que muchas veces hacen que el espectador-lector queden prendados de estos seres “vivos”

Mayo 2006
Caracas, Venezuela




[1] Gerardo Diego: Poesía Española, Madrid, 1934
[2] Llanto por Ignacio Sánchez Mejías
[3] Llanto por Ignacio Sánchez Mejías.
[4] Llanto por Ignacio Sánchez Mejías
[5] Guilermo Díaz –Plaja. Federico García Lorca. Colección Austral. Madrid. 1961
[6] Cancioncilla Sevillana. “Canciones para niños”
[7] Guillermo Díaz-Plaja. Federico García Lorca. Colección Austral. Tercera edición. 1961.Madrid
[8] G
uillermo Díaz-Plaja. Federico Garcia Lorca.

No hay comentarios:

Por favor, aún no.