sábado, 1 de noviembre de 2008

SABANA GAY 3era y última parte



por Bruno Mateo

Un poco para ilustrar lo anteriormente expuesto me permito colocar una entrevista hecha al Presidente de la ONG Alianza Lambda Venezuela defensora de los derechos de los homosexuales en Caracas 20 de marzo de 2004 a propósito de una denuncia impuesta ante las autoridades por agresiones homofóbicas:
“En Caracas, por ejemplo existe una población homosexual grande, muchos de los casos están fuera del closet, pero la gran mayoría aún se encuentra dentro de éste y acuden, escondidos a ghettos comercializados como única forma de vivir su homosexualidad. El temor a ser encontrados en sitios para homosexuales, de que en su trabajo se sepa esta condición o de que la familia se entere genere gran estrés y afecta la calidad de vida de muchas personas”

He aquí un ejemplo claro, triste y alegre a la vez, típica característica de los homosexuales: vivir en la ambigüedad sin una definición exacta en sus dimensiones como personas y funciones dentro de la Sociedad una situación que se produce cuando la homosexualidad encuentra su desarrollo sólo en pequeños o grandes lugares, no importa es igual, la conclusión es que el “mundo gay” se limita a ciertas linderos reales.

Hablar de una zona específica para el “sano” desarrollo de la práctica homosexual es hablar de un lugar de encajonamiento para su alcance dentro del sistema social ¿Por qué? La comunidad gay auto identificada como tal encuentra un asidero real para la comunicación socializada entre sus integrantes en Sabana Grande. Considero que el bulevar se ha convertido de alguna manera para los gays y lo no gays como una zona rosa (aunque no legalizada). Al etiquetar este lugar con un color rosa se está amanerando el discurso y no hay que olvidar que éste es generado por una sociedad heterosexista, por otra parte, la ausencia de una zona rosa legal ha limitado la vida de los homosexuales. Esta paradoja es un terreno ambiguo como todo lo que implica la homosexualidad masculina y el lesbianismo. Los individuos gays en Caracas no encuentran límites fijos en donde poder desahogar su seducción hacia su mismo sexo. Obsérvese que incluso manejo el término “desahogarse” porque esta es la construcción lingüística y cultural que se hace del homosexual: un ser reprimido que vive una doble vida. ¿Hasta qué punto el gay se debe identificar como tal? Y sí se dice gay como identidad de vida ¿esto no constriñe a los homosexuales a unos límites socio culturales ubicados geográficamente en un lugar? Por ejemplo Sabana Gay, como se le nombra en el submundo del secreto y de lo privado. A manera de chanza el bulevar que va desde Plaza Venezuela hasta Chacaíto se le nombra desde los finales años de los ochenta Chacaíto lesbians, Sabana Gay y Plaza transfor.

En este sentido, Sabana Grande representa para la comunidad GLBT de Caracas un espacio, por un lado, de liberación y plataforma para el desarrollo de una manera específica de vivir y por otro lado un espacio que ciñe la práctica de la identidad gay con todas las consecuencias que trae una limitación física en los individuos. Sabana Grande se convierte así en una cárcel que puede traer dos vertientes en distintos caminos antagónicos e inseparables a la vez: la frustración de una doble o mediocre vida con su implicada aceptación o la libertad para el desahogo emocional y sexual.

Sabana Grande representa para la homosexualidad caraqueña un lugar de descargue, un sitio en donde el gay sale del closet, un bulevar que dinamiza las prácticas homosexuales y la seducción de sus pares. Los individuos homosexuales pueden aquí liberar su otro lado, el lado que se empeña a invisibilizarse en los espacios públicos heterosexuales. Aquí el “secreto” se comparte bajo la mirada de los otros y tal vez con el miedo leve o intenso a ser descubiertos y hacerse visible. La pregunta es ¿hasta qué punto es sano para la dinámica y la identidad homosexual encerrarse y caminar por un bulevar? ¿Es que acaso este espacio de Sabana Grande puede convertirse en un lugar más amplio y metafóricamente hablando que extienda sus calles a otros espacios para que así la reivindicación del homosexual en realidad llegue sin esa tolerancia convenida en una Sociedad hipócrita? Quedan muchas preguntas no resueltas. Sólo interrogantes que la dinámica de la vida homosexual sabrá darle sus justas y precisas respuestas.

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