domingo, 28 de septiembre de 2014

El Sereno secreto de la montaña.

De izqu. a der. Luis Enrique Rodríguez (Sereno) Daniel Comenarez (Niño)

Por Bruno Mateo
@bruno_mateo
@avencrit

 


Este sábado 27 de septiembre de 2014 se estrenó  en el Trasnocho cultural la nueva producción de teatro para niñas y niños del Grupo Teatral Skena El Sereno Secreto escrita y dirigida por Lissy García con las actuaciones de Daniel Colmenares, Luis Ernesto Rodríguez, Beatriz Mayz, Nella Martínez y Angélica Arteaga; montaje hecho por nuevas generaciones en el teatro que buscan tener un lenguaje propio dentro de este complejo sistema llamado Teatro que sin embargo, en esta ocasión no se logra, a pesar de que el texto posee un  tema interesante como leiv motive como lo es la reivindicación del juego, contacto físico y relaciones humanas por sobre las llamadas nuevas tecnologías de la comunicación.

Es interesantes saber que están emergiendo nuevos creadores que buscan sus maneras de contar, estéticamente, sus realidades; no obstante, para logra calar en un público se hace necesario más elementos que el  ferviente deseo de hacerlo;  el montaje en sí careció de una energía constante por parte de los actores; tal vez, falta de una técnica sólida para mantenerla, aunque es justo reconocer el delicado y cuidado trabajo corporal del actor Luis Ernesto Rodríguez como el Sereno , igualmente la actriz Beatriz Mayz como la abuela quien durante  todo el desarrollo de la historia mantuvo la caracterización de la señora refranera y supersticiosa.

La puesta  en escena tuvo un acierto con la escogencia musical que contó con el apoyo de Huáscar Barradas y Gonzalo Teppa; a mi parecer le falta un poco más de riesgo, aunque es de acotar que la escena de las adivinanzas  entre la abuela,  la vecina y el niño estuvo energéticamente sostenida en donde lo lúdico se presentó en las interpretaciones. Es lo deseado en toda la obra.

Esta producción de Patrizia Aymerich y  producción ejecutiva de Basilio Álvarez es un trabajo que requiere un poco más de compromiso por parte de los actores en cuanto a sus interpretaciones ya que el texto dramático nos resulta bastante llamativo en cuanto al tema.

El Sereno Secreto se presenta por sólo seis funciones más los sábados y domingos.

 

sábado, 27 de septiembre de 2014

DON PEDRO ELÍAS GUTIÉRREZ


Este excelente músico  venezolano, nació en  La Guaira el 14 de marzo de 1870, y era hijo del General  Jacinto Gutiérrez y de Doña Sofía Ana Hart de Gutiérrez, casados en segundas nupcias del General.

Desde su infancia,  Pedro  Elías mostró bastante inclinación por los estudios musicales,  pero como dice el profesor José Antonio Calcaño, en su libro “La Ciudad y su música”,  “Gutiérrez comenzó a estudiar a los 15 años con alguna oposición de sus padres.  Con el tiempo llegó a ser un verdadero virtuoso del contrabajo:   sin duda fue el mejor contrabajista de Venezuela.  Su talento natural  era extraordinario y su facilidad asombrosa. Faltó algo de método y sistema en su preparación musical, que fue en gran parte la de  un autodidacta, pero esto quedó compensado con la fecundidad de su talento”.

Los estudios primarios los hizo Pedro Elías Gutiérrez  en el  Colegio Santa María, que regentaba el sabio Agustín  Aveledo,  quien se admiraba de la facilidad con que  Pedro Elías sacaba sus notas musicales de las gomitas templadas de sus botines.

Su  primera composición fue  “Marcha triunfal a María”, escrita a los 16 años de edad,  la cual entró a formar parte del repertorio de las bandas y conjuntos de iglesias y retretas. Otras piezas escritas con pseudónimos  se extraviaron para siempre.

En 1889 estrenó con gran éxito, en el Teatro Municipal de Caracas, su  “Sinfonía”, bastante ovacionada por el público que pedía la presencia en escena del autor, pero  Pedro Elías no se presentó.  El Presidente de la República  Dr. Juan Pablo Rojas Paul, por medio de un edecán mandó a buscar a Gutiérrez y lo llevaron al Palco Presidencial,  y allí le invitó a visitarlo a la Casa Presidencial,  donde le ofreció una beca para cursar estudios musicales en Roma, pero nuestro músico no quiso aceptarla, aunque agradeció la gentileza, argumentado, que la negativa se debía a que le era imposible dejar sola a su señora madre. Conmovido con esta respuesta,  el  Dr. Rojas Paul, le concedió el Busto del Libertador – la condecoración más alta que existía-, y la Medalla de Instrucción Pública

Pedro Elías tomó parte  activa en la Fundación de la “Compañía Infantil Venezolana”[1],  y con letra de Ruiz Chapellín  pone música a la zarzuela “Un Galllero  como pocos”, estrenada en el teatro Caracas el 9 de noviembre de 1890: también compuso la música de la zarzuela “ Percance en Macuto”.

Se mantuvo un tiempo alejado de las actividades  musicales, cumpliendo deseos de su señora madre, dedicándose a negocios diversos.

El 21 de Octubre de 1893, contrajo matrimonio con la joven Laura Santos  Alfaro, de cuya unión nacieron sus hijos: Pedro Antonio, quien llegó a ser Ministro de Sanidad en 1952: Tito y José: Laura Margarita casada con el político Don Pedro del Corral. Fue Pedro Elías, hermano de Don Pedro Elías Gutiérrez  Coll, por parte de padre, funcionario que ayudó a fundar la Academia Nacional de la Historia.

Cuando murió su madre, empieza a componer, logrando escribir “Responso” y “Requiem”, a tres voces,  pieza  que fue estrenada el  25 de Abril de 1895. Recibió clases de don Trino Gil y luego ingresó a la Escuela de Bellas Artes, donde obtuvo el 8 de marzo de 1899, el Laurel de Oro, en un concurso cuyo tema era el “Ave María”.

Finalizando el siglo XIX viaja a Ecuador, invitado por el General  Eloy Alfaro, Presidente de ese país y que era su pariente político. Allí le ofrecieron la Dirección de la Banda Nacional de Quito, pero no aceptó, pero les compuso el vals “ Geranio”.

Ingresó luego como instrumentista de la Banda Marcial, y luego pasó a desempeñar el cargo de Subdirector de la misma.  El día 8 de febrero  de 1911 fue nombrado Director, y en 1912 Instructor de Bandas, cargos que desempeñó hasta el día de su jubilación.

El 21 de octubre de 1943, con motivo de celebrar sus Bodas de Oro matrimoniales, compuso su vals “Bodas de Oro”, y aprovecha la misma ocasión, para estrenar en la Misa de Acción de Gracias celebrada ese día, un “O Salutaris” y un “Ave María”.

Debido a una afección crónica de la retina, sus familiares le piden al Presidente Isaías  Medina Angarita, que le conceda la jubilación,  pero ese no accede, porque piensa que un retiro repentino del Maestro Gutiérrez  le ocasionaría la muerte.  A fines de 1953 enferma repentinamente y le son administrados los auxilios espirituales por Monseñor Moncada.  Pedro Elías es trasladado a Macuto, donde se agrava, muriendo el 31 de mayo de 1954, a las dos de la tarde.

Don Pedro Elías Gutiérrez recibió honores militares al salir el féretro de la Quinta “El Milagro” en El Paraíso, siendo  enterrado  en el Cementerio General del Sur, rezando los servicios religiosos el Ilustrísimo Monseñor Doctor Rafael Arias Blanco, Arzobispo de Caracas, también  guayreño

Don Pedro Elías Gutiérrez dejó piezas bellísimas que dan lustre a nuestra a nuestra música.  Pasodobles, gavotas, valses, zarzuelas, fantasías líricas y militares, joropos, música sacra, todas ellas producto de su imaginación y de su talento.

Aún se escuchan sus valses  “Celajes”,  “Geranios”,  “Laura” ,  y otros más muy románticos,  pero fue “Alma Llanera” ,  joropo estrenado el 19 de septiembre de 1914 en el “Teatro Caracas” que popularizó y dio nombre al maestro Gutiérrez, pues caló hondamente en el alma de pueblo venezolano, y está considerada como el segundo Himno Nacional de Venezuela. Esta pieza, era parte de una zarzuela puesta en escena por la Compañía Martínez Rueda, la cual llevaba ese mismo nombre de “Alma Llanera”, con letra de Rafael Bolivar Coronado.

En una carta de 30 de diciembre de 1914, que Bolívar Coronado dirige al Presidente de la República, le dice: “Pedro Elías Gutiérrez  y yo,  hemos una selección de nuestra zarzuela “Alma Llanera”, y la estrenaremos esta noche –jueves--, en la retreta de la Plaza Bolívar.  Este estreno tenemos, no solo el vehemente placer, sino el honor muy alto en dedicarlo a usted, como una salutación de  “Año Nuevo”.

Pedro Elías Gutiérrez compuso también  “Un Gallero como pocos” y “Rubio en Madrid” , dedicada esta última al torero “Rubito” .  En 1921 escribió su “Sinfonía de la Batalla de Carabobo”, con letra de Rafael Montenegro.  En el Centenario de la muerte del Libertador compuso “Visión de Gloria”, “Himno a Bolívar” y “Entierro del Libertador”. También dedicó una Elegía al Dr. José Gregorio Hernández  y una “Marcha al Nazareno  de San Pablo”. Compuso Pedro Elías Gutiérrez una marcha al Cristo de la Salud[2].  Particularmente tuve la oportunidad de recibir clases de su hijo, el Dr. José Gutiérrez Alfaro, graduado de médico, cuando ejercía como profesor de la Facultad de Odontología, en la Escuela de Medicina que funcionaban conjuntas en la parroquia San José,  en Caracas.

El fallecido compositor recibió en vida muchísimos premios y condecoraciones.  En el Anfiteatro José Ángel Lamas, la Municipalidad  colocó una placa, al lado derecho de la Concha Acústica, en homenaje al Maestro,  el 25 de julio de 1954.

El 16 de abril de 1955 descubrieron un busto de Don Pedro Elías Gutiérrez en el Liceo “José Vicente de Unda de Guanare.

La Junta Conmemorativa de la Fundación de La Guayra, por gestión del señor Carlos F. González G, levantó un busto del Maestro Gutiérrez en la Intercomunal de Macuto, entrada del Teleférico.

El 14 de marzo de 1956, por iniciativa del Licenciado Bernardino Rosillo y por colecta popular  se le erigió un monumento en el Paseo del Calvario, en la Colina del Observatorio de Caracas.

Tomado de Crónicas y biografías de La Guayra de Luis Enrique González F.
De la biblioteca personal de Efrén Porras Cardozo


[1] La Compañía Infantil Venezolana fue la compañía de Teatro en la cual las “estrellas” principales fueron   Emma Soler y  el actor y Director  Teófilo Leal,  a partir de la época Guzmancista.
[2] El Cristo de la Salud es una imagen venerada en la Catedral de San Pedro Apóstol de la Guayra desde los tiempos de la Colonia.

viernes, 19 de septiembre de 2014

PRIMERAS PRESENTACIONES TEATRALES EN LA GUAYRA


Diferentes historiadores que se han ocupado de estudiar el origen del teatro en Venezuela, coinciden en mencionar el 8 de mayo de 1595 y el 28 de junio de 1600 como las fechas más antiguas que se conocen en las que se presentaron obras teatrales en nuestro país. El señor Melchor Machado, que se presentó danzas y comedias el Día de Corpus Cristo en Caracas, se convierte así en el actor más antiguo que jamás se haya oído mencionar en nuestra historia.

En la fecha de Corpus correspondiente al año 1619, se encomendó al Contador Baltasar de Escovedo y al Tesorero Bernabé de Oñate para que se encargaran de que en la procesión se preparasen danzas de muchachas mulatas, y también danzas de las indias de los repartimientos; también ordenaban de que las cofradías de negros y mulatos danzaran  como acostumbraban, suponiéndose que de aquí se deriva las actuales Danzas de los Diablos de Corpus de Yare.

El 3 de abril de 1624, los Alcaldes y Regidores reunidos en Cabildo, decidieron instar a hacer una lucida danza a los oficiales de artesanos y a los pulperos, y obligar a las Cofradías de San Juan y Altagracia “para que las fiestas se hagan más cumplidamente”, y en la puerta de la iglesia se represente una comedia.

En el Gobierno de Don Diego de Osorio, Caracas progresó bastante, pues se fijaron los ejidos y se crearon alcabalas; aumentó el entusiasmo por las obras teatrales, despertándose una verdadera fiebre por el teatro, creándose pequeños teatros de carácter privado en los corrales de las casa para conmemorar acontecimientos familiares o para desarrollar el espíritu público. Según Arístides Rojas, en esta primera etapa del teatro los principales papeles fueron interpretados por los conquistadores con sus esposas e hijos, convirtiéndose en centros de sociabilidad que desarrollaron la población y contribuyeron a su entronamiento.

En noviembre de 1749 el  Frey Julián de Arriaga había llegado a la Guayra con 1500 infantes de tropa veterana con motivo de los sucesos relacionados contra la Compañía Guipuzcoana, y en 1751 el Gobernador Felipe Ricardos trajo consigo al desembarcar otros 200 soldados, que crearon una verdadera guarnición de tropas regulares en Caracas y la Guayra llamada el “Batallón Fijo”, las cuales, para romper el tedio, se dedicaban a hacer representaciones dramáticas.

Con la llegada del Obispo Mariano Martí se inició una verdadera campaña contra las obras de teatro, y el 9 de octubre de 1772 expidió un edicto en el que dictaba reglas para que los padres de familias evitasen que sus hijos concurriesen a tales espectáculos y para que los curas ponderaran vivamente los efectos perniciosos que respiraba la grey en la representación de esas comedias. En la fecha del Corpus prohibió tales representaciones con pena de excomunión mayor y veinte pesos de plata para la fábrica de la iglesia. Ordenaba también que, en caso de hacerla, se hiciera de día y nunca de noche “por obviar los graves inconvenientes que resultan, y de que estamos informados”. Mandaba también que “en los pueblos de indios no se presentaran obras ni de día ni de noche, por no convenir y tenerlo así dispuesto Su Majestad”.

En septiembre de 1772 se representaron comedias en la Guayra, y se produjeron serias desavenencias entre el Gobernador Agüero y el Vicario de nuestro puerto, las cuales fueron elevadas a la Corte y no recibieron solución hasta enero de 1777.

En septiembre de 1775 el Gobernador Agüero estaba organizando las comedias de la temporada, y los militares que hacían las veces de actores empezaban a ensayar sus papeles, cuando llega a puerto el Buque “San Vicente Mártir” de la Compañía Guipuzcoana, con la noticia de que la expedición enviada por Carlos III contra el bey de Argel había sido destrozada y se habían perdido muchas vidas. Antes esta novedad, el Doctor Miguel Muñoz, quien se hallaba en visita pastoral ordenada que “ante las fatales noticias” no consideraba oportuno que se celebrasen los regocijos de comedias previstos, esperando que se dejasen para ocasión más propicia. El Gobernador Agüero, amante furibundo de las comedias, le respondió al día siguiente al vicario que lo ocurrido en Argel “no es motivo suficiente para suspender las comedias y hacer deprecaciones”, y añadía el Gobernador que las comedias se hacían con el piadoso fin de contribuir con limosnas a la fábrica del templo de Altagracia.

El Gobernador y Capitán General Brigadier Manuel González Torres de Navarra , entre 1782 y 1786, hizo muchas mejoras en Caracas, entre ellas se cuenta la construcción de un Coliseo con patio de comedias , el cual fue concluido el 4 de mayo de 1784 para “el mayor lucimiento de la ciudad y para que al mismo tiempo haya una diversión pública”. Este teatro se fabricó de Conde a Carmelitas, y poseía dos puertas a la calle, dos filas de palcos a las cuales daban acceso dos escaleras a derecha e izquierda. La iluminación estaba dada por seis arañas de hierro con seis luces cada una, que consumía setenta velas y dos botijuelas de manteca.

Entre los actores que actuaron entre 1791 y 1796 encontramos a Teresa Guairenas, primera dama, de quien se supone por su nombre artístico, que fuese oriunda de la  Guayra, calificada de “blanca” aunque el Coliseo estuvo arrendado a dos sargentos del Batallón de Pardos de Caracas, lo que supone que los actores han debido de ser también pardos, dadas las presiones sociales y los prejuicios reinantes. En las localidades populares cada quien llevaba su propio asiento y todos se acomodaban donde le placía, hombres y mujeres juntos. En 1793 el Gobernador Don Pedro Carbonell atendiendo a “los notables prejuicios que pueden seguirse de la mezcla y unión de hombres y mujeres en el patio del coliseo de comedias”, expidió un decreto para la separación de ambos sexos.

En 1801 se proyectó reformar el Coliseo para ponerle un techo y pintar el teatro con pintura de color de porcelana blanca con filetes celestes, encomendándole la obra al Ingeniero José Parreño, finalizando la obra en 1808. Según Juan José Churión, en casas particulares se daban funciones de mímicas o pantomimas, que actuaban en silencio, las cuales estaban prohibidas hasta con la misma Inquisición por el Gobernador Carbonell. Después, en la fecha decembrina se representaban los “Nacimientos” y “Entradas a Jerusalem” con figuras inanimadas a modos de títeres, sin embargo Manuel Barboza, apodado “Curazao”, pidió permiso al Gobernador Guevara y Vasconcelos para hacer nacimiento viviente, con luces y música, lo que le fue negado. En 1802 Francisco Bolívar organizó en Maiquetía un nacimiento viviente, que fue suspendido a raíz de un altercado que se formó una noche entre un cabo milicias y un negro esclavo. Estos nacimientos a lo vivo se hicieron más populares en Caracas y La Guayra, proliferando en demasía, hasta provocar con sus excesos las censuras del Arzobispo Ramón Ignacio Méndez.

El Coliseo caraqueño, se arruinará definitivamente con el terremoto de 1812, lo que acabará con sus funciones. En septiembre de 1813, estando la guerra en toda su violencia, su recinto sirve de alojamiento a un Escuadrón de Caballería Simón Bolívar da órdenes afanosamente armas para organizar y lanzar a la lucha sus soldados. De repente, alguien dice que descubrió unas cajas que contienen sables, pero cuando son abiertas se encuentran que sólo contienen hojas de metal o fierro que simulan sables y estaban destinadas a material de utilería en representaciones teatrales, siendo inútiles para la guerra. Se supone que antes este chasco nuestro Libertador debió sonreír.

Fuente: La Guayra. Dos siglos de historia. Luis Enrique González F. (Cronista del Departamento Vargas). Ediciones del Concejo Municipal del Distrito Federal. Caracas, 1983.

Ejemplar de la Biblioteca personal del artista plástico Efrén Porras.

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