martes, 23 de diciembre de 2008

Moda e Identidad: Aspectos psicosociales de la ropa en la contemporaneidad*


por Dolores Mota *

La crisis de las identidades y su multiplicación Los procesos sociales en la alta modernidad estimulan la declinación de las antiguas identidades y el surgimiento de nuevas identidades que fragmentan al sujeto moderno. Tales procesos hacen proliferar situaciones, experiencias, estímulos -ilimitados y a ritmo acelerado- que generan que los sujetos transiten entre demandas y deseos divergentes que les imposibilitan constituirse en "sujetos unificados". El sujeto que emerge es pura posibilidad, entrecruzamiento de identificaciones y diferenciaciones, un sujeto mutante y gestor de "identidades prótesis" que además de diferenciadas, son muchas veces contradictorias.
Sin embargo, es preciso entender que la subjetividad moderna es capaz de admitir una pluralidad de identidades, pues está inmersa en prácticas sociales discontinuas que son sucesivamente reformuladas, instituyendo procesos de identificación que sustentan una verdadera "política de la diferencia". Estamos viviendo una proliferación de procesos y movimientos de formación de identidades, sean éstos de carácter social, político, religioso, cultural, étnico, nacional, sexual, entre otros. Así, en las sociedades contemporáneas los individuos ya no tienen un lugar estable, seguro, en el mundo social. Les falta una identidad que fije y asegure un lugar y significados. Por el contrario, están inmersos en procesos y existencias que estimulan la pluralidad del ser y lo fragmentan, descentrándolo en "identidades abiertas, contradictorias, incompletas, fragmentadas", como dice Hall (1995, p. 36).
La moda y los sujetos posibles
La naturaleza mutante de la sociedad contemporánea, en la cual "todo lo que es sólido se desvanece en el aire" -tal como Marx y Engels lo expresaron en el Manifiesto Comunista de 1848-, guarda una estrecha relación con la moda, un fenómeno propio de la modernidad. La lógica del cambio de esta sociedad está apoyada en la lógica de la moda, definida como una innovación continua y programada, representada por la valorización de la novedad en detrimento de lo antiguo y tradicional, sea de vestuario, uso, costumbre, estilo, gustos, etc. Desde las últimas décadas del siglo XX estamos todos inmersos en contextos marcados por transformaciones continuas que impactan de tal manera que convierten a cada uno de nosotros en un sujeto posible, en proceso, con identidades abiertas. En este contexto, la moda establece una red de relaciones con los sujetos, convirtiéndose en elemento integrante de las condiciones de subjetivación y de construcción de identidades. La moda, especialmente la del vestuario, cada vez más asociada con las formas del cuerpo y con la manera de ser, no solamente manifiesta sino que conforma identidades. De la fuerza homogeneizante del mercado se origina la formación de mecanismos de resistencia cultural y también individual que permiten no solamente el surgimiento de identidades individuales y sociales plurales e híbridas sino que también transfiguran a sus componentes y su papel social.
Parecer y ser - el cuerpo y la ropa como la imagen de sí mismo
En los modos de vida actuales, la apariencia, la imagen, se confunde con el ser, explicita la subjetividad. La dimensión de la imagen en la vida social fue discutida por autores como Maffesoli (1996) que denominó a la contemporaneidad como mundo imaginal (o de la imagen) en razón de la fuerza de las manifestaciones imaginarias, simbólicas, aparentes, instituyendo la teatralidad como modo de vida. Y el primer lugar de esa teatralidad es el propio cuerpo, que produce una autoimagen, confiriendo al sujeto la posibilidad de contar una historia, de afirmar quién es, podríamos decir, de anunciarse. El cuerpo surge como lugar preparado y ocupado para la producción de identidades sociales desde las primeras formas de la sociedad, cuando se desarrollaron los signos de un lenguaje. El cuerpo es cuerpo social, y siempre estuvo marcado por pinturas, vestidos y ornamentos llenos de significados que pertenecen a culturas específicas. El cuerpo es asunto, fantasía, arte y discurso, está asociado a la indumentaria, es una segunda piel, demarca papeles y lugares sociales -sacerdotes, jefes, guerreros, nobles, plebeyos, hombres, mujeres, burgueses, proletarios, jóvenes de alta sociedad que viven comprando vestimenta de moda, pandilleros, tribus, artistas-, constituye el sujeto social en sus varias identidades. El vestir involucra gestos, comportamientos, elecciones, fantasías, deseos, fabricación sobre el cuerpo (y de un cuerpo) para el montaje de personajes sociales colectivos o individuales, ejerce así comunicación, expresando nociones, cualidades, posiciones, significados. Vístase y dígame quién es.
La preparación de ese cuerpo resulta de mecanismos disciplinarios que actualmente afectan el interior del cuerpo, su funcionamiento. Percibimos un movimiento disciplinario centrípeto que se dirige de la sociedad al sujeto, y otro movimiento, centrífugo, del núcleo del sujeto al exterior en la búsqueda de una autonomía y de un reconocimiento individual. Tal vez por ello convivimos con abordajes aparentemente antagónicos sobre la relación individuo-sociedad; algunos de ellos enfatizan la fuerza alienante de la sociedad de masas, la estandardización -como lo explica Baudrillard (1995)- y otros se enfocan en el extremo narcisismo e individualismo -como lo explica Lasch (1986).
La moda refleja en su propio mecanismo contemporáneo esos movimientos, efectos de fuerzas opuestas. La moda no es el resultado solamente de la invención de los creativos, de los grandes estilistas o centros que definen las tendencias que todos van a adoptar, sino que viene también de las calles, donde jóvenes o poblaciones expresan ideales y conceptos que también van a inspirar a los estilistas, formando una verdadera vía de doble mano entre las calles y las pasarelas. Las tendencias que desfilan en las pasarelas son el resultado de intensas y extensas investigaciones de comportamiento, y pueden no ser aceptadas.
El concepto de "supermercado de estilos", creado por Ted Polhemus, historiador inglés, intenta dar cuenta de la existencia de una multiplicidad de estilos que permite a las personas montar y desmontar aspectos visuales con varios estilos estéticos, ideológicos, artísticos, con piezas suntuosas o populares, componiendo aspectos visuales singulares. ¿Por qué? La vida social nos impone esa variedad de formas de ser y de vivir. Es posible encontrarnos con una persona tres veces por día y en cada momento ella puede presentarse como "otra persona". La ropa ayuda a construir las diversas identidades que la realidad nos hace vivir. Los contextos y relaciones sociales en los que estamos involucrados cambian rápidamente amoldándonos al desafío de acompañar al tiempo alterando actitudes, creencias, valores, deseos... muchas veces la instantaneidad de esos cambios no permite que los antiguos se anulen, y es posible la convivencia de diferentes "yoes" en el mismo individuo. La ropa es componente de las identidades que construimos para buscar estar más cerca de lo que queremos ser o de lo que queremos parecer ser.
Semejanzas estéticas, desigualdades sociales
Esa permanente búsqueda, esa voluntad de ser, coloca al sujeto ante lo imponderable (circunstancia indefinible pero que influencia el hacer y el sentir), para encontrar la autenticidad deseada: hacer coincidir lo que se quiere ser con lo que se es. La ropa es uno de los elementos constituyentes de esos procesos sociales, posibilitando el alivio de la angustia del sujeto que quiere acercarse y mostrar la manera como está eligiendo ser. Esa búsqueda se sitúa en una sociedad intensamente narcisista e individualista, como ha sido estudiado por autores tales como Baudrillard (1995) y Lasch (1986), entre otros. Es una de las facetas del individualismo que emerge en el contexto de una lógica social de consumo donde todo y todos son transformados en formas productivas, y "el consumidor vive sus conductas distintivas como libertad y como aspiración, como elección y no como condicionamiento de diferenciación y obediencia a un código", como afirma Braudrillard (idem, p. 60). Así, la ropa permite el camuflaje de las desigualdades sociales a través de una aproximación estética de los individuos. Sin embargo, si la lógica social es una competencia con la lógica individual, inscribiéndose de adentro hacia afuera en los cuerpos y en las subjetividades, modificando e implementando sus mecanismos de formación y funcionamiento, no se puede dejar de considerar que el individuo es una institución diferente de lo social y que todas las formas sociales e individuales son el resultado de relaciones de poder y disputas entre una y otra de esas lógicas. En ese cruzamiento encontramos el carácter paradójico de la moda, ya identificado por Simmel (2005) en su estudio sobre la psicología de la moda, cuando señala dos necesidades contradictorias en el hombre: la necesidad de integración que lo hace buscar ser igual a los otros, y la necesidad de singularidad que lo hace buscar su particularidad con el todo social, instalándose la posibilidad de no perderse la referencia del individuo como constructor de lo social y como su sujeto que, aunque inmerso en una realidad masificante, genera impulsos de cambio que la lógica social inmediatamente absorbe como lo hizo con la moda hippie, con los punks, hip hop, funk, glubber, entre otros. Una moda así, se presenta como un campo de encuentro del individuo y de lo social, de la singularidad y de la masificación. El montaje de un estilo -personal y grupal o tribal, de proceso social diferenciador, marcado por la clase, por el mercado y por los objetos- pasa a expresarse como experiencia particular (de individuo o grupo) de elección y de deseos. La diferenciación más inmediata se realiza y se enmascara en los estilos, que no están restringidos a grupos o a clases sino que hoy son producidos y difundidos por los procesos mercadológicos y mediáticos que, junto con las formas de comercialización y pago, actúan en la producción de gustos, preferencias y comportamientos que se extienden más allá de las clases y de los grupos ideológicos, creando nuevas formas de identidad basadas más en elementos simbólicos y emocionales que en elementos económicos y clasistas. Los estilos son compartidos de acuerdo con las inserciones y experiencias de los individuos, sin exigir permanencia o fidelidad, ya que para cada ocasión se puede preferir y expresar un estilo diferente, pues el guardarropa personal es diversificado tanto por lo que se dispone en los locales de venta, como por los precios variados disponibles para todos los niveles de ingresos.
Sin embargo, esa disponibilidad, aceptabilidad, variabilidad y semejanza que los estilos estéticos permiten no elimina la existencia de distinciones que las marcas (etiquetas) mantienen en forma subliminal, aunque su primacía en el escenario inmediato de la sociedad haya sido ocupada por la apariencia colorida y divertida de los modismos tribales estilizados.

* Ponencia presentada en la Facultad de Diseño y Comunicación de Palermo, Buenos Aires, durante el Congreso de Diseño, de 01 a 04 de agosto de 2006.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Las llamadas minorías sexuales (última parte)

APROXIMACION CUALITATIVA A LOS MODOS DE VIDA E INTERSUBJETIVIDADES DE LAS MINORIAS SEXUALES EN LAS URBES EN VENEZUELA.: O LA EFICACIA MATERIAL DEL IMAGINARIO COLECTIVO Y SUS IMPLICACIONES SIMBOLICAS.

por CACERES SOTO, Oscar Alberto. Universidad Central de Venezuela. oscarcaceres@hotmail.com.

Más allá de la Cultura del Sótano: Considero que la aparente permisibilidad, mas imaginaria que real, que pareciera existir en las urbes venezolanas por la rica dinámica de las relaciones sociales que se dan al interior de los lugares-demarcados ( o porque no los –no lugares) por el intercambio político del cuerpo y el deseo fundante de la dimensión simbólica de ser gays; las relaciones violentas significantemente hablando, la violencia real y la explotación en “ultimas instancias de quienes son los señores dueños de tales Guettos o culturas de sótanos reproducen con cierta y profunda sensación IMAGINARIA DE LIBERTAD OBSTRUCCIONES REALES DE UN VERDADERO DIALOGO O COMUNIDAD DE INTERESES HUMANAS MAS ALLA DE ESTAR EN UNA VITRINA, EL VOYERISMO DE ESTAR NO SOLAMENTE EN SOTANOS LUGUBRES, DESATADOS SINO EN PECERAS DONDE LA NOCHE TRANSCURRE EN UN DEJARSE VER Y DEJARSE, EN LOS FAMOSOS CUARTOS NEGROS, TOCAR. Pero nunca un contacto donde el disfrute y el goce de la sexualidad más allá del arrebato temporal como bien reza en una de las interrogantes fundantes de este evento no se puede lograra el empoderamiento de las minorías sexuales, reproducción por el imaginario que define el estilo de ser gay la misma lógica del dominio y exclusión que existe en el afuera. PERO HAY UN HECHO MAS TRASCENDENTE QUE LO ULTIMO INDICADO A SABER CON CONTADAS EXPERIENCIAS Y VIVENCIAS DIFERENTES, A VECES SE FUNDA LA TAN DESEADA Y NECESARIA UNION DE LOS CUERPOS Y EMERGE TEMEROSO UN AFECTO TIMIDO POSIBLEMENTE LLENO DE TEMORES POR ESA CONSCIENCIA POSIBLE (L.Goldman).
El Amor y la Sexualidad Gays: por muy pesimista que pudiera parecer estas afirmaciones no subjetivas sino producto de mis vivencias y testimonios sostenidos durante tanto tiempo es estos espacios territoriales. También tengo que subrayar dos hechos, entre otros Primero: ESA ES LA FORMA SIMBÓLICA Y REAL QUE SE “VIVE” EN EL TERRENO DE LA PERMISIBILIDAD CERCENADA A ESPACIOS CERRADOS ESTIGMATIZADOS Y SEGUNDO HEMOS ENCONTRADO A PESAR DE ESTE SUBDESARROLLO SIMBÓLICO Y AFECTIVO, historias y momentos placenteros, historias de amor cortas, por lo general, que han producido y siguen produciendo esa búsqueda de otro para vivir con pleno derecho humano un proyecto amoroso, un convivir muchas veces breves y anónimas . Los problemas como estoy seguro todos los asistentes lo conocen son de otros índoles. ESTO ULTIMO ME INVITA UNA REFLEXION COMPLEMENTARIA.
Me refiero al problema de las libertades y derechos humanos; al llamado tan repetido de la tolerancia, el respeto a la diferencia, la democracia social, los valores de justicia social y muy importante de una equidad social y calidad de vida como nortes de una forma mas digna de vivir como ciudadanos. Como sabemos, tal vez sea un falso supuesto, las minorías sexuales irrumpen, dada nuestra condición de receptor pasivo de fabricaciones simbólicas, comunicacionales, tecnológicas y repito altamente o definitivamente imaginarias, debo hacer aquí una aclaratoria necesaria, lo imaginario lo utilizo como necesidad humana de dar respuestas a las diferencias, al lugar que ocupamos en una estructura social, a la diferencia de genero o ser parte de algo llamado minorías sexuales que tiene explicaciones muy dinámicas y eficaces materialmente. Vale decir que interpelan al sujeto social, producen conductas, comportamientos, representaciones, en otras palabras tiene eficacia material, no es nuestra capacidad de fantasear o a veces, lo cual no estoy tan seguro, de soñar (Jorge Luís Borges).
Esta apasionante reflexión muy en boga acerca de los derechos humanos, las libertades civiles de las minorías sexuales lamentablemente en nuestro país, independientemente de esfuerzos, loables que se han dado y se dan pero sin representación social ni en la minorías mencionadas y mucho menos en el colectivo nacional. Las industrias culturales y toda las denominadas nuevas tecnologías de la comunicación y de la información: ESTÁN DIFUNDIENDO MUCHA INFORMACION ACERCA DEL TEMA QUE NOS OCUPA, EN CONTEXTOS HISTORICOS MUY DIFERENTES A LOS NUESTROS AUNQUE SEAMOS UNA PARTE DE LA MISMA TOTALIDAD, AL MENOS A LO QUE EL CAPITALISMO OCCIDENTAL SE REFIERE Y PARECIERA QUE ESTAMOS POR EFECTO DE IMITACION –entre otros Factores y procesos históricos muy puntuales-HACIENDO NUESTROS PLANTEAMIENTOS TAN DISIMILES COMO LOS QUE SE DIFUNDEN TANTO POR LOS MAS MEDIA COMO POR LOS PEQUEÑOS GRUPOS DE PRIVILEGIADOS INTELECTUALES DE CLASE MEDIA.
Pero quien escribe que ha podido constatar en significativos grupos de gay, lesbianas y transexuales el total desconocimiento de lo antes indicado. Por otra parte como contraparte del logro simbólico de lo expuesto antes (la difusión de los derechos civiles y políticos de las minorías sexuales): la profunda descalificación, motivo de hilaridad, chistes por Internet, imágenes difundidas por los medios de información colectiva y el total predominio de una razón comunicativa, salvo contada excepciones portadoras de sentimientos de discriminación, intolerancia y un profundo sentimiento homo fóbico. Todavía en la primera década del siglo XXI Venezuela, como diría el poeta Artaud, como sociedad comparte la culpa de un crimen en común.: la intolerancia abierta y encubierta hacia orientaciones sexuales no heterosexuales.
La Globalización: En cuanto al proceso de globalización pareciera estar jugando un papel dual. Por una parte, colabora a difundir muchas construcciones simbólicas y con fuerte carga de una gran eficacia material de formas comunitarias, sociales, culturales y hasta territoriales muy diferente a las que hemos intentado caracterizar, que se insertan en el ámbito de las relaciones afectiva de parejas y grupos, en otros países de comunidades, donde lo referido a la igualdad de derechos civiles, políticos y humanos son altamente reivindicados. Pudiéramos decir justos y tolerantes, dándose no de manera automática un efecto de consumo cultural por parte de algunos grupos sociales particulares de tales representaciones sociales: existencia de territorios o los llamados barrios gay, espacios abiertos de libre circulación, matrimonio entre las minorías sociales, protección jurídica a los bienes matrimoniales hasta la posibilidad de adoptar o tener hijos. Tan significativo logro culturalmente hablando, representan estos hechos para los países, por lo general, del primer mundo y EUU que tiene a los sociólogos formulando tesis acerca de los nuevos tipos de familias o cambios actitudinales en la forma de vivir en nuevas relaciones matrimoniales o de cualquier otro índole. Por otro caso, en nuestro país las repercusiones de tales hechos asume sus particularidades a la hora de su consumo cultural, a saber por una parte estimula y alienta a parte de los sectores mas progresistas y democráticos (incluyendo pequeños grupos gays o de las minorías sexuales) a difundir y dialogar acera de lo indicado. Pero en la gran mayoría de los venezolanos dado el carácter de NOTICIA Y DE HECHO NOVEDOSO SENSACIONALISTA PARECIERA estar produciendo el efecto contrario o mas que contrario del tratamiento simbólico ya conocido; motivo de hilaridad, chismes, comentarios malsanos hasta le asignan sobre todo ciertos grupos religiosos, bastantes activos, un carácter de pecado o de “fin de mundo”.
El subdesarrollo no es solamente un proceso económico y de carácter histórico, también invade como una enfermedad generalizada otros ámbitos del vivir la vida y de exteriorizarla en cualquier dimensión de la cotidianidad, en lo grupal, lo individual y lo comunitario. Así mientras el país vive de sus peores crisis, las minorías sexuales en eso que los urbanistas han llamado urbes para no hablar de ciudades, viven en el día a día una pobre representación social de su condición en la mayoría de nuestra sociedad, salvo insisto en contadas excepciones muchas muy aisladas del ojo del huracán, son presas fáciles de la discriminación, la estigmatización, los clichés y los mas profundo sentimientos de exclusión y homo fóbicos a pesar de la aparente modernidad fallida de esta nación llamada Venezuela y de loables esfuerzos de ciertos grupos sociales heterogéneos. Esto último tiene la virtud de alentar cualquier esfuerzo, evento, proceso, discusión colectiva o coloquio que trascienda esa realidad concreta que geográfica y culturalmente significa vivir de la plaza Venezuela para allá. En otras palabras de recinto privilegiados en materia de ciertas ideas. Habrá que llamar la atención, y espero que sea un supuesto negado, que un evento de esta naturaleza donde convergen voces múltiples no responda ni al gran trabajo y solidez intelectual de sus organizadores y mucho menos a un “retazo postmoderno de nuestra Cultura Mosaico” .
El Consumismo: Un primer ejemplo es el consumismo, el estar para ver ser visto en las conocidas vitrinas sociales que viven mas los gays que otra minoría social. Estar a la moda en todas sus manifestaciones como sistema de objeto (Beaudrillard), y caer en lo que denomino “voyerismo simbólico e imaginario” en espacios no siempre delimitado como no lugares (Marc Auge), sino como menciones antes en cultura de sótanos, guerreros de tolerancia (desde sabana grande hasta sitios o discotecas ubicados en toda la ciudad de Caracas. En donde con todas las diferencias decorativas y musicales, hasta tipo de clientes, tienen lugar en no devenir, un espacio libre y consolidado para que expresemos sin represión e inhibición el deseo humano y comunicacionalmente válido para cualquier relación social. Estas llamadas zonas de tolerancia y en el caso de sabana grande fuertemente estigmatizada como “calles de maricones u homosexuales, drogadictos, chulos, ladrones y sin fin de grupos violentos y observadores diarios de los gay-incluyendo a las parejas de grupos de supuestos heterosexuales que se divierten y hasta se asombran por la cantidad, variedad de comportamientos de entretenimiento, ligue o simple conversaciones entre los conejillos de indias o “bichos raros” que para estos últimos significa tener una orientación y opción social al modelo simbólico y cultural de sexualidad; el paradigma “androcéntrico”, es decir, la existencia de un poder basado y derivado de la preeminencia del referente masculino, al igual que las derivaciones prácticas del mantenimiento de este paradigma, a saber, la familia heterosexual como base de la estructura social denominada por el referente masculino” (Tamara Adrián. La identidad de género como causa de exclusión, foro Mundial Social 2006 de Caracas, 25 de enero de 2006.fundacion@reflejosdevenezuela.com).
La clara comprensión del “paradigma androcéntrico” implica reconocer en la aspiración y necesidad de una igualdad de derechos civiles y políticos para las minorías sexuales un solo espacio de la dimensión de una lucha por el poder, que pasa por el desplazamiento del referente para dar cabida a las otra expresiones del poder, históricamente sometidas a través del referente masculino-machista y que, como forma de perpetuación en el poder, suprime-desplaza-reprende-aniquila los derechos a la diversidad sexual y a la diversa orientación y opción sexuales. Igualmente asumo con la autora mencionada (Tamara Adrián) la vía mas expedita y aproximación que se impone es la denominada “transversal”, es decir, aquella estrategia que busca la integración social, económica, política y legal de las personas discriminadas en razón del ejercicio de tales libertades a través, entre otras cosas, de la promoción de la inclusión. Ello a la eficacia material y simbólica de las segregaciones como mecanismos clásicos de exclusión de la diversidad sexual, y para los integrantes de las minorías sexuales, la cultura del sótano, los territorios demarcados mas como “zonas de tolerancia y permisibilidad” por parte del poder y la economía sexual resultante de una tecnología cercenante del cuerpo o de los cuerpos, los guettos, junto con el “silencio del closet” han constituido en las urbes de Venezuela una “especie de cómodo refugio” caracterizado por la circulación y el consumo cultural de identificaciones culturales e imaginarias muy cercenantes y paralizantes de una praxis transformadora, bien sea individual, siempre social, como colectiva o al menos grupalmente organizadas. Para pasar a otro ejemplo simbólicamente significativo en la coyuntura política que estamos viviendo quisiera simplemente resaltar como el comportamiento cultural, simbólico, comunicacional e intersubjetivo, se reproduce con mayor violencia sígnica y simbólica en muchas ciudades de nuestro país.
La reproducción de la violencia: es fácil identificar como en el interior del país por la diferencia cultural y material: ciudad-campo, el mencionado comportamiento se da con mayor agresividad tanto para los que excluyen, no solamente heterosexuales, sino por las mismas minorías sexuales. Me refiero por mi experiencia en el tema mas a la minoría gays que a cualquier otra de las minorías sexuales que este evento quiere dar cuenta. Pero para reivindicar el derecho a la inclusión no es cierto que todo homosexual o gay quiera vestirse de mujer y las lesbianas usar atuendos exclusivamente masculinos. La forma de vivir la exclusión en la vida cotidiana es afortunadamente, mucho mas ricas en sus significaciones intersubjetivas que los arraigados prejuicios, estereotipos descalificantes y el fuerte sentimiento homo fóbico que arrastramos y que se evidencia en todos los campos de la vida social, gracias, entre otros procesos, al predominio de una cultura fálica, machista o del mencionado “paradigma androcéntrico” y de los prejuicios inveterados en los detentores del poder debido al profundo proceso histórico de una tradición laica interiorizada en los mencionados prejuicios. Hablar del papel de las iglesias de diferentes credos sería materia de otra ponencia. En cualesquiera de los marcos referenciales o posiciones conceptuales y políticas que asumamos para continuar nuestra tesis en esta ponencia, a objeto de dar cuenta socioantropológicamente del modo de vida y sus contuitiva intersubjetividad en los diversos ámbitos de la vida social de la minorías sexuales, en particular la gay, como grupos sociales excluidos y maltratados psíquica y simbólicamente, no podemos dejar de volver subrayar dos premisas conceptuales y practicas y complementarias. La primera explicitar y aclarar que quiero decir con el orden simbólico y la segunda con intersubjetividad.
Lo simbólico como orden estructurante de la Vida humana: En cuanto a lo simbólico al interior de las ciencias sociales y humanas. Menciono sólo dos acepciones que considero son validas: una la idea de un orden simbólico que estructura la realidad interhumana ha sido establecida por Claude Lévi-Strauss basándose en el modelo de lingüística estructuralista surgidas de las enseñanzas de F. de Saussure (Curso de lingüística general, 1955); el cual extiende y traslada las concepciones estructuralistas al estudio de los procesos culturales. En los que no solamente interviene la transmisión de signos, y afirma “toda cultura puede considerarse como un conjunto de sistemas simbólicos, de entre los cuales figuran en primer plano el lenguaje, las reglas matrimoniales, las relaciones económicas, el arte, la ciencia y la religión” (Antropología Estructural) y luego en sus estudio de “Las Estructuras elementales del Parentesco” reafirma que “todo orden simbólico se sustenta entre otras regulaciones, en el control y normas para el intercambio de mujeres”.
Lo simbólico: La segunda premisa proviene de la teorización particular del Psicoanálisis de J. Lacan quien en sus compleja discutida e incomprendida producción intelectual. En su proyecto de “repensar a Freud” le da al concepto de los simbólico una manera muy diferente, a saber: con dos intenciones que para el momento de su formulación causo gran revuelo: a) relacionar la estructura del inconsciente con la del lenguaje y aplicarle el método lingüístico y b) mostrar como el sujeto humano se inserta en un orden preestablecido que es de naturaleza simbólica. Así el orden simbólico interpela y constituye al sujeto humano mediante la prohibición, la censura, lo permitido lo que llamo “lo simbólico sujeta al sujeto” e induce pro su eficacia material al orden del imaginario. Todavía en la primera década del presente siglo esta epistemología lacaciana causa serias discusiones y coloquios del psicoanálisis, como sus efectos para una comprensión por parte de las ciencias sociales del modo de vida, el estilo y opción social o sexual que se asuma como de otros procesos sociales. Uno de los logros para la comprensión y buscar proyectos políticos que se centren en el reconocimiento de lo multicultural, pluralidad, la asunción sin tapujos de la riqueza, al menos normativa, de los derechos humanos y la inclusión de las minorías sexuales como decía antes de manera transversal o de integración plena, de la tolerancia y el respeto democrático a la diferencia. En suma de estimular y ponderar las vivencias, testimonios, saberse, identificaciones culturales. Así como lo he insistido hasta la saciedad de su exclusión no basta con hacer que las minorías sexuales tengamos las palabras o la oportunidad de dialogar en un espacio donde tienen converger no solamente voces amigas y solidarias sino plurales e interdisciplinarias donde como tarea, a mi modo de ver, prioritarias cada participante, estudiosos de la problemática o las propias minorías sexuales tengamos pendientes dos hechos concretos muy significativos. El primero contar con el asesoramiento de saberes, tecnologías sociales y disciplinas sociales que coadyuven con sus conceptos a comprender y reconstruir los modos de vida de las minorías sexuales, no de manera pasiva sino con recomendaciones concretas que si no pueden transformar una profunda situación de exclusión al menos “cáele a palos” conjuntamente con la difusión y discusión de experiencias similares a la lucha pro el poder implica lo cual no solamente al conformarnos con una resemantizada igualdad en el plano normativo-jurídico, sino también el ámbito del complejo valioso mundo de las aspiraciones, necesidades y deseos de un vivir cualitativamente mas humano y potenciador de la subjetividad e intersubjetividad de todos los seres humanos. Así estoy casi seguro que recupera y la memoria colectiva, sus estilos de vivir en la cotidianidad la vida, sueños, amores, fracasos aciertos, anhelos y toda la valiosa gamma que afortunadamente nos interpela como dimensión cultural, sígnica y simbólica y porque no también imaginaria.
Exteriorizar lo Subjetivo reprimido: En otras palabras la totalidad de relaciones de sentido o valoración con que nos movemos en cualquier nivel de nuestra compleja realidad de internalizar consciente o inconscientemente, lo bello, lo feo y lo salvaje de una realidad social como la Venezuela, e igualmente importante: exteriorizar lo que he descrito como subjetividad. En términos mas académicos objetivizar lo subjetivo, valorar la biografía y experiencias personales de los sujetos con orientación y opciones sexuales diferente desde una perspectiva y enfoque, que sin olvidar los efectos perversos del orden cultural, simbólico comunicacional o los llamados por los epistemólogos procesos sistemológicos-históricos concretos, sean tan imponderables como la vida y felicidad individual, reivindicar esa dimensión cualitativa intersubjetiva (relación social) que centrándose en pluralidad y la diferencias no solamente de orientaciones y opciones sexuales sino en el sentido mas amplio e incluyente de la palabra, también lo no sexual. Vale decir las manifestaciones materiales el trabajo, la cultura, la comunicación humana y otra comunicación mediática, el poder, recupera nuestra capacidad como hombres y mujeres que fantaseamos, soñamos y dolorosamente, a veces de manera inconscientes, reproducimos significaciones simbólicas que lejos de incidir en una praxis individual o social transformadora nos paraliza por les efectos y eficacia de un imaginario colectivo, igualmente individualizado por la historia de cada sujeto gay, dándose las limitaciones e identificaciones y comportamientos de nuestras minorías sexuales. Un vivir una vida en territorios, sótanos o culturas de guetto mas que reconocedores de la diferencia y el derecho a asistir a la misma. El transcurrir, por ejemplo, una noche ó una conversación deseante de encuentros amoroso y de pleno goce sexual sin prejuicios, etiquetas, escarnios sociales o la terrible soledad y temor perversos de estar haciendo, queriéndolo, algo visto como “contranatura” “demoníaco”, o en el argot de los programas de televisión, cine, radio, prensa cuando el emisor es respetuoso nos denominan “homosexuales, sujetos con tendencias sexuales perversas” o con el permiso de la respetada audiencia y lector: cosas de “afeminados o maricones, enfermos”, desviados del paradigma de la sexualidad dominante.
Dos consideraciones finales, a pesar de lo apasionante que ha resultado para mi poder darle cierta organicidad y sistematización a múltiples vivencias, ideas, necesidad de ubicar aunque trabajando por asociación libre, dichas ideas o premisas analíticas en un particular modo expositivo. Todavía en la primera década del siglo XXI, un siglo visto como equidad y justicia social o con proyectos y realidades de cambio de las profundas desigualdades debido a orientación de opciones no solamente sexuales, el país llamado República de Venezuela vive repito, como diría Artaud: la culpa de un crimen en común. A saber la exclusión de particulares grupos sociales por poseer una determinada orientación sexual, un poder laico y religioso que penaliza la diversidad y opciones sexuales, humanas. Lo que es producto en cuanto factor de carácter ilustrativo de la indudable interiorización de una tradición judeo-cristiana que pone en ejercicio de la genitalidad el centro del pecado, reproduciendo así ese valor simbólico altamente difundido del temor a la diferencia debido al desconocimiento.
En otro orden de ideas, a pesar de algunos esfuerzos aislados no articulado a un proyecto orgánico y el apoyo por parte de ciertos dirigente políticos y aisladas manifestaciones de solidaridad que resultan frente a la magnitud del problema de la exclusión, descalificación e intolerancia hacia las minorías sexuales, las mismas no pueden ni siquiera resemantizar las otras manifestaciones públicas contrarias a la igualdad y reproducen en su poder material simbólico los prejuicios básicos, por lo general el origen religioso y de derecha extrema. Me llama la atención como otra y penúltima consideración en este trabajo reiterando, el haberme aproximado a caracterizar un modo de vida de la llamada minoría gay, es el efecto de la globalización en la difusión y construcción de ciertos mensajes vehiculizados por los medios de difusión masiva, Internet, pequeños grupos de algunos políticos e intelectuales identificados con la búsqueda de proyectos políticos respecto a la igualdad de derechos políticos y humanos igualitarios de las minorías sexuales. Esta información el tratamiento que da, por ejemplo, a la situación de las minorías sexuales en países desarrollados dentro de la orbita capitalista occidental. Me estoy refiriendo no solamente a la historia documentada en otros medios acerca de las luchas y reivindicaciones logradas en materia de vías en la República bolivariana de Venezuela, nos encontramos que en virtud, como expresión fáctica de lo expuesto en el cuerpo de la ponencia. Dado el carácter de novedad y sensacionalismo que les dan, casi como si fueran un “reality show”, la significación de la información por lo general, es tratada con hilaridad, burla. Como a lo circense y muy publicitado. Produciéndose lo que se ha denominado transacciones descalificadoras del sentido o mensaje de doble vinculo (Bateson. Palo Alto, California).
Transacciones descalificadoras: Algo similar pero mas denigrante por la penetración en los públicos venezolanos de los diversos productos de las industrias culturales y de los entretenimientos dominantes y apropiadores de plusvalías material e ideológica (Ludovico silva. La Plusvalía ideológica). Lo es la irrespetuosa y deformante identificación simbólica que se nos presente, en el marco de un mundo basado únicamente en la heterosexualidad, salvo contadas excepciones en el cine o un documental de la televisión por cable, de las minorías sexuales con particular atención a los “homosexuales”, presentándoles como mujeres masculinizadas, seres andróginos, afeminados y enfermos o desviado de alta peligrosidad. Convirtiéndose en material informativo para programas tipo “Sábado Sensacional” o “Quién tiene la razón”. Nunca un producto informativo o de entretenimiento serio, bien documentado sin prejuicios y estereotipos del gay como “maricón” o “mariquita” con un comportamiento cómico o bufo, atentándose así a las disposiciones normativas que el actual régimen político promociona con el eslogan “La revolución sale del closet”. Demos datos para finalizar muy interesantes en materia jurídica a pesar que considero no obstante que la legislación venezolana en la practica no protege efectivamente y de manera especifica los derechos de las personas: los LGTB. SOMOS INVISIBLES. Pero veamos como el discurso oficialista “sale del closet” para reconstruir como tales ejemplos, que a continuación menciono, reproducen la misma exclusión no solamente política sino insisto humana, simbólica, comunicacional e intersubjetiva.

a) De la categoría de personas que la Carta Andina para la promoción y Protección de Derechos Humanos señalan como especialmente dignas de protección (entre otros, menores, discapacitados, apátridas y refugiados, minorías étnicas, minorías religiosas), la única que hasta ahora no ha sido protegida por medio de una ley que regule el tema, es la de las personas con diversas orientación y opción sexuales. Los tribunales nacionales y particularmente el Tribunal Supremo de Justicia, en Sala Constitucional, han mantenido una actitud de silencio cómplice ante las solicitudes que se han hecho para el reconocimiento de derechos de igualdad tanto en materia familiar como de identidad de género.
b) Los diputados y diputadas ante la Asamblea Nacional, salvo excepciones, han dado declaraciones contraídas a la igualdad o “pretenden someter cualquier decisión al respecto a referéndum, lo cual no es sino una forma de circunvalar el tema falazmente, pues los derechos fundamentales de las minorías no pueden ser sometidos a referéndum,… ( ) tomen todas las acciones legislativas, ejecutivas y judiciales necesarias para hacer cesar el estado de desigualdad atávica que permite segregar, excluir y marginar a las personas con diversa orientación u opción sexual, de no hacerlo significara simplemente que los principios que dicen profesar serian falsos, pues no se puede ser de izquierda y ser racista o sexista, como tampoco se puede ser homo fóbico o transfóbico” (Tamara Adrian. La identidad de genero como causa de exclusión.http:debatecultural.net/nacionales/TamaraAdrián.htm).
c) MVR presenta comisión para las minorías sexuales. En efecto realizando una lectura del documento (vía Internet) cuyo Título encabeza este apartado, aparecido en Tal Cual-www.aporrea.org del 29 de agosto del 2002, sobresalen ciertos mensajes o relaciones de sentido del mencionado documento, considero altamente ilustrativo de los mensajes de “doble vinculo o transacciones descalificadoras” con que considero como el discurso político oficialista está o ha asumido la temática de los derechos políticos de las minorías sexuales. Veamos porque. Para ello utilizare las comillas para subrayar las significaciones culturales e ideológicas mas resaltantes.” El MVR estrena comisión para las minorías sexuales. Su tarea: crear los círculos bolivarianos gays y elaborar un anteproyecto de ley”, “hace dos meses se creó entre la juventud del Movimiento Quinta República la comisión juvenil para las minorías sexuales, que actualmente dirige Heisler Vaamonde con el apoyo de la secretaria metropolitano para cubrir las necesidades políticas de la comunidad gay, lesbiana, bisexual y transexual del país. Entre sus prioridades, la comisión se ha propuesto elaborar un anteproyecto de ley para las Minorías Sexuales… ( ) Cuenta con el apoyo de los diputados emeverristas Juan Barreto, Cilia Flores e Iris Valera, entre otros… fomentarán la creación de círculos bolivarianos gays en todo el país… ( ) el artículo 21 de la Constitución establece que la ley garantizará la igualdad de los ciudadanos ante la ley; que sea efectiva real.

Todavía no hay leyes que hagan que las minorías sexuales sean iguales a otros… (el proyecto) está siendo discutido dentro de la comisión juvenil para ser presentado a la Asamblea Nacional… no va dirigido a frivolidades, sino a solventar problemas. El proyecto tiene 72 artículos y una disposición transitoria (¿). En este discurso reproducido por el periódico Tal Cual en la dirección electrónica ya mencionada, la periodista Maye Primera pregunta” ¿las declaraciones de Juan Barreto no contrarían ese espíritu? Cada vez que él quiere descalificar a un actor político lo llama “maricón”. Respuesta: “textualmente, del Larouse, de la Real Academia de la lengua Española, “maricón” significa “persona mala”. Estas significaciones de las declaraciones del coordinador de los círculos bolivarianos gays, según el cual se están creando en Carabobo y Caracas, inicialmente en Mérida, en Zulia las matiza o resemantiza con dos líneas precedentes a este discurso social en cuanto producción de sentido a saber:?Qué círculos bolivarianos gay van a estar armados?. A menos que tenga un lápiz de labio o un secador en la mano… agrega “para esteroripar un poco. ¿Qué arma es esa? Lo máximo que pueden hacer es sentarse en una silla y péinate ese cabello o echarte maquillaje en la cara (SIN COMENTARIOS) Y REMATA : “El arma que los bolivarianos tenemos es la Constitución nacional y nuestro amor por la patria: y quienes somos chavistas nuestro amor por el Presidente de la República” y para que el lector se de cuenta de cómo no todo discurso social constituye, a mi modo de ver, un aporte real abierto a la integración vertical de las minorías sexuales, finaliza el señor Vaamonde: “es un importante aporte a la Revolución Bolivariana… el movimiento Gay Revolucionario de Venezuela, es la instancia de participación política, activa protagónica de la comunidad GLBTT venezolana, involucrándola en los asuntos que le son de nuestro interés de manera organizada y seria, en el proceso revolucionario de cambio y transformaciones para la construcción de una NUEVA sociedad, incluyente u no excluyente”. A esta declaración de “principios gays revolucionario”, entre otras cosas, podemos contrarrestarla con la realidad de la discriminación exclusión y vulneración de los mas elementales derechos humanos de las minorías gays en Venezuela con la caracterización que he hecho del modo de vida y sus implicaciones sociales, en el sentido amplio del término, de las minorías sexuales (en particular) la gay y saque usted sus propias conclusiones.
Según lo establecido por Amnistía internacional en relación al irrespeto hacia las minorías sexuales puede leerse: “se les tortura para obtener confesiones de desviación y se los viola para “curarlos” de ella… (…) las sanciones son muy variables desde una multa o unos meses de cárcel hasta, en algunos países, la cadena perpetua o la pena de muerte” (Minorías Sexuales y los Derechos Humanos. Ponencia en las jornadas ONG en la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV octubre 2006.)

No obstante de estas designaciones simbólicas, comunicacionales, territoriales, imaginarias y tecnológicas, nuestra historia cotidiana no obstante la fuerte exclusión y otros calificativos mencionados no han podido, al menos dos cosas. La primera las manifestaciones reales de encuentros e historias y parejas no heterosexuales que han roto y rompen códigos simbólicos cercenantes de la capacidad del amor entre el mismo sexo. Con sus aciertos y desaciertos, y por otra la toma de consciencia in crescendo de que la tan anhelada sociedad de la inclusión vertical de las minorías y opciones sexuales recorre los mismos espacios de tolerancia, los círculos e instituciones más progresistas de la vida intelectual del país. De que el discurso social, sea cual fuere su naturaleza, tiene que traspasar la consciencia liberadora individual de por ejemplo el gay y asumirlos como proyecto de vida societaria mas que una condición contranatura, enferma, aislada, imaginariamente paralizante. Al fin de cuentas, las combinaciones posibles de las denominadas relaciones sexuales entre los seres humanos no pasan de ser tantas: los seres humanos venimos al mundo poseyendo un cuerpo de mujer o de hombre. Esto permite considerar tres modalidades de pareja sexual: mujer/hombre, mujer/mujer, hombre/hombre. Como dice la canción de Franco de Vita, “que más da hombre o mujer, rosa o clavel…” no dejando la menor duda que eso es irrelevante y mejor aun no debe ser tema de discusión o control pro tratarse de intimidad. Lo que realmente es imprescindible es que efectivamente haya respeto. La diversidad sexual así debe quedar enmarcada. Un proyecto democrático, por si mismo, debe establecer y generar condiciones para que se respete la libertad sexual, debe considerar que se vea la necesidad de impulsar innegables convenios sociales que eduquen en base al respeto, tolerancia y lucha contra la homofóbia, impidiendo así la discriminación, fomentando una autentica igualdad entre los ciudadanos y valorando la tolerancia y espeto hacia la diversidad sexual en el país” Elena Herníaz Lehernaiz@fundación reflejos de venezuela.com. http://www.fundacionesreflejosdevenezuela.com/.








OCS/vdv/10-2008

domingo, 7 de diciembre de 2008

MARAT SADE ¿LOCO O REVOLUCIONARIO?

por Bruno Mateo

Cuando presencié el montaje del texto MARAT SADE por Peter Weiss (1916-1982) en versión libre y dirección general de Ibrahím Guerra en la sala RAJATABLA en Caracas y como propuesta artística y requisito obligatorio para la consecución del título de Licenciado en Teatro en la Universidad Nacional Experimental de las Artes UNEARTE a los 5 días de diciembre de 2008, experimenté una grande y buena sorpresa. El espectáculo llenó mis defraudados intentos por ver algún montaje teatral de calidad: El trabajo escénico fue bastante creativo e inteligente.

Para escribir sobre “la obra” de teatro lo haré bajo tres perspectivas: la primera, como puesta en escena; la segunda como desarrollo de los personajes mediante el trabajo actoral y la tercera, el espectáculo como un todo artístico que se vincula con una realidad y un imaginario socio cultural contemporáneos.

En esta 1era. parte abordaré la puesta en escena; las acciones del montaje se ejecutaron como punto de partida en el llamado “lobby” del edificio sede del grupo RAJATABLA que si lo observáramos en perspectiva desde arriba con una visión satelital, el espacio escénico se sale del tradicional medio cubo (estilo teatro a la italiana), más bien dibuja una “L” no muy larga. En la entrada, el público fue llevado –por ese mágico poder del teatro de la transformación –al escenario mismo de la representación. Los actores hicieron que el lugar se convirtiera en un hospital psiquiátrico de finales de siglo XVIII sin la utilización de grandes mobiliarios y elementos escenográficos de la época. Al abrir las puertas del escenario mismo del teatro, el público fue ubicado en 2 columnas paralelas, una frente a la otra dejando una pasarela para la representación. A continuación palabras escritas por el director de la pieza Ibrahím Guerra en el programa de mano acerca del espacio:

“Es la primera vez que se presenta de la misma forma como lo exige su autor original, en una sala de baños del hospital psiquiátrico donde el Marqués de Sade representaba obras menores para recreación y procesos terapéuticos de los enfermos…”

No obstante, observé que el espacio en su totalidad no cubrió esta afirmación. Sólo –desde mi asiento – la parte derecha del escenario en donde el personaje de Jean Paul Marat estaba dentro de una bañera (por cierto muy acorde con la estética del montaje en cuanto al color).

Me percaté que la dirección de actores fue rígida y profunda. Se utilizó para ello distintas técnicas tales como el naturalismo, la acción física sobre el texto, algunos elementos arquetipos de la Comedia del Arte y la interacción entre el actor y el público tal como fue planteado por Bertolt Brecht (1898-1956).

El ritmo de la puesta en escena pasó por distintas velocidades, desde un ritmo natural como el latido del corazón hasta una frenética taquicardia que hizo muchos amagos de infartos. Guerra, jugó brillantemente con la conexión entre las emociones de los actores y el público con los variados ritmos de cada escena del espectáculo.

La escenografía fue inteligentemente escogida – desde mi silla –a la izquierda en la pared una imagen cuadriculada de Napoleón Bonaparte como un símbolo del poder autoritario y magnánimo en contradicción con la esencia misma de la Revolución y sus ideales republicanos, una reja corrediza y un estrado con una guillotina. Encierro y muerte. Símbolos de cambios en épocas de Revolución (me refiero a la Revolución Francesa de 1789). Vestuarios, peluquería, maquillaje y utilería justos y precisos.

Por favor, aún no.